Foto de la bandera rastafari de Corie Bidgood en Flickr (CC BY-SA 2.0).

En julio de 2021, la jamaicana Nzinga King, estudiante de enfermería de 19 años, sostuvo que tras un altercado, un policía le había cortado los rastas en una estación policial rural cuando la arrestaron por “conducta desordenada”, que incluía no usar mascarilla. Siete meses después, la investigación del incidente sigue incompleta.

#JAMAICA: Ras Ivi Tafari, head of Cutting Edge Cultural Inity – a Rastafarian group based in Clarendon, says the Rastafarian community is disgusted by the alleged trimming of 19-year-old Nzinga King while in custody at the Four Paths Police Station on July 22. pic.twitter.com/EvunnDx3sj

— CaribbeanNewsNetwork (@caribbeannewsuk) August 5, 2021

JAMAICA: Ras Ivi Tafari, director de Cutting Edge Cultural Inity, grupo rastafari de Clarendon, dice que la comunidad rastafari está disgustada por el presunto corte de rastas de Nzinga King, de 19 años, cuando estaba detenida en la estación de policía de Four Paths en 22 de julio.

Cansados de esperar justicia, varios usuarios de medios sociales han estado presionando para que King tuviera apoyo, y un grupo de la sociedad civil continúa agitando el asunto. Advocates Network, que se dedica a asuntos de transparencia, buena gobernabilidad y derechos humanos, emitió un comunicado de prensa de crítica por la demora en la investigación y señala que los derechos de King se han infringido durante el «traumático incidente» como mujer y como rastafari.

Históricamente, Jamaica ha tenido una relación tensa con su comunidad rastafari. En 1963, tras un violento incidente en una estación de gas en Montego Bay en la costa norte de Jamaica, ha habido un ataque concertado y deliberada en el barrio rastafari de Coral Gardens de la Policía y Ejército del país, ocurrido entre el 11 y el 13 de abril. Aunque nunca se confirmaron números exactos, se estima que hasta 150 miembros de la comunidad fueron detenidos en esos tres días, y muchos fueron maltratado físicamente, y que incluso mataron a algunos. En muchos casos, les cortaron las rastas, que tienen especial significado religioso, así que la práctica se ha usado como medio de dominación.

Cincuenta y cuatro años después, en un intento de reparar errores pasados, el primer ministro Andrew Holness ofreció una disculpa oficial por los ataques, con promesas se declararían sitio de legado protegido a seis lotes de tierra que tienen importancia histórica para los rastafaris del país, y que se abriría un fondo fiduciario de 75 000 para los sobrevivientes del ataque.

Por su parte, Advocates Network señaló que Nzinga King debía comparecer el 3 de febrero judicialmente por el delito de infracción a la ley de gestión del riesgo de catástrofes, aunque persiste la falta de responsabilidad pública por la infracción de sus derechos. El grupo señala que actitudes y sistemas antiguos pueden ser más difíciles de cambiar:

Ms. King is symbolic of the ‘have nots;’ in Jamaica, who continue to be neglected and whose human rights are so often disregarded and abused.

La señorita King es un símbolo de los «que no tienen nada» de Jamaica, que siguen estando desatendidos y cuyos derechos humanos son a menudo ignorados y violados.

Aunque se ha informado que la Fuerza de Policía de Jamaica, la Comisión Independiente de Investigaciones (INDECOM) y la Oficina del Defensor Público (OPD) han llevado a cabo investigaciones sobre el incidente, los resultados no se han publicado, aunque al finalizar sus propias investigaciones, la INDECOM entregó el caso al Director de la Fiscalía en diciembre de 2021.