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Musahars en los márgenes de Nepal

Categorías: Asia del Sur, Nepal, Derechos humanos, Desastres, Medios ciudadanos, Política, Pueblos indígenas, COVID-19
Musahars in Mahottari warm themselves by a fire. Image by the author. Used with permission. [1]

Musahars en Mahottari se calientan junto al fuego. Imagen del autor. Usada con autorización.

Este artículo de Rakesh Prasad Chaudhary se publicó en The Record [1] (Nepal). Publicamos una versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido con Global Voices.

Chhathu Majhi, de 52 años, de la aldea de Bhitta, en Bihar, llega a Khaira, municipio de Jaleshwor, en el distrito de Mahottari, en Nepal, a las 6 de la mañana. Junto con muchos otros hombres y mujeres de la comunidad Musahar, Majhi se dirige a Mahendra Chowk en Jaleshwor, también conocido como Labour Chowk, donde busca trabajo remunerado diario. Al final de la jornada, Majhi y los demás recorren a pie los dos kilómetros de vuelta a casa a través de la frontera. Los musahars [2] son una comunidad dalit [3] que se encuentra en la región oriental de Terai [4], en Nepal, y enfrentan dificultades por la pandemia de COVID-19.

En la frontera entre Nepal e India, en el distrito de Mahottari, el pueblo de Khaira se encuentra en el lado nepalí, mientras que Bhitta está en territorio indio. La comunidad Musahar, que comparte familias y parientes, reside en estos dos pueblos. Es habitual que los musahares indios entren en Nepal en busca de trabajo y que los nepalíes hagan lo mismo en India, debido a la apertura de la frontera entre ambos países.

La población de la comunidad musahar en Nepal y en el estado indio de Bihar es de unos 2,5 millones de personas. En el Tarai nepalí, los chamares [5] constituyen la población dalit más numerosa, seguida por los musahares y luego por los dusadh/pasuanos [6]. A pesar del tamaño de su población, los musahars siguen siendo una de las comunidades más marginadas [7] en India y en Nepal. Según un informe de la OIT, Los dalits y el trabajo en Nepal: Discriminación y trabajo forzado [8], entre los dalits del Tarai, los musahars ocupan el penúltimo lugar en la jerarquía social, seguidos por los halkhor y los dom. Los más altos en la jerarquía de castas dalit del Terai son los dusadh (paswan), seguidos de los tatma, khatwe, dhobi, chamar, batara y parmadiya.

En el censo [9] de 2011, los musahar eran los penúltimos en alfabetización, con una tasa de apenas un 20 %, después de la comunidad dom. La gran mayoría de la comunidad carece de tierras [10] y sigue siendo víctima de la intocabilidad [11] y la discriminación étnica, según Sijendra Sada, activista musahar. Su propio nombre, musahar o comedor de ratas, alude a su posición en la sociedad.

Según Pramod Sada, activista del distrito nepalí de Siraha, los musahar siguen sufriendo discriminación en su vida cotidiana, incluida la intocabilidad como dalits. Su situación suele ser ignorada por las llamadas castas superiores [12] cuando buscan justicia por la discriminación étnica y de otro tipo.

Por ejemplo, en la aldea de Madhwa, en el distrito de Mahottari, se iba a formar un comité de consumidores para conectar las tuberías de agua potable. A pesar de que el agua potable afectaba mayoritariamente a los miembros de la comunidad musahar, se nombró a un brahmán [13] como presidente. Incluso ahora, los musahar no pueden exigir sus derechos, afirma el activista social Suresh Thakur.

Many members of the Musahar community live in slums. Image by the author. Used with permission. [1]

Muchos miembros de la comunidad Musahar viven en barrios marginales. Imagen del autor. Usada con autorización.

Al otro lado de la frontera, en India, las cosas son ligeramente mejores para los musahars. Aunque siguen siendo discriminados, han podido acceder a la ayuda del Gobierno estatal. En Nepal, los musáhares tienen dificultades [14] incluso para obtener las tarjetas de ciudadanía.

Sin embargo, los musahars siguen marginados políticamente tanto en India como en Nepal. En India, uno de cada cuatro puestos en los panchayats [15] de los pueblos está reservado a los harijans, es decir, a los dalits. A pesar de esta disposición, es difícil encontrar mukhiyas [16] (jefes de comunidad) o sarpanchs [17] (responsables de la toma de decisiones) musáhares. En las elecciones al panchayat del pueblo [18] de 2021, de los 8072 mukhiyas y sarpanchs, 91 y 1342 puestos estaban reservados a los dalits y a las castas desfavorecidas. Sin embargo, el número de personas de la casta musahar que han obtenido estos puestos es insignificante.

En Nepal, la situación política de los musahares no es diferente. Es difícil encontrar algún jefe o subjefe de municipio rural procedente de la comunidad musahar. En las elecciones a nivel local celebradas en 2017, solo seis dalits fueron elegidos como alcaldes y 11 como tenientes de alcalde, según [19] la Fundación Samata, una organización sin ánimo de lucro que defiende a las personas marginadas. A pesar de que los dalits representan más del 13 % de la población, solo 19 de los 275 miembros de la Cámara de Representantes son dalits [20]. La proporción de musahars entre ellos es insignificante [21].

La comunidad mushar se dedica principalmente a la agricultura. Pero la disminución [22] del trabajo agrícola en Nepal y Bihar les ha llevado a emigrar a otros lugares en busca de trabajo. A pesar de enfrentarse a problemas de educación, sanidad, empleo y acceso a la justicia, los musahars nepalíes han empezado a emigrar a Qatar, Malasia y Arabia Saudí en busca de empleo. Pero la mayoría de los musahares siguen trabajando en Haryana y Punjab, en India, donde trabajan como jornaleros agrícolas. Los niños musahar también trabajan en los mercados laborales de Delhi, Mumbai, Chennai y Calcuta. Del mismo modo, muchos musahar indios llegan a Nepal a trabajar, y encuentran empleo como jornaleros y en fábricas de ladrillos.

Desgraciadamente, la pandemia de COVID-19 ha marginado [23] aún más a los musahars. La intocabilidad y la discriminación de casta continuaron [24] contra los miembros de la comunidad dalit, especialmente los musahars, en la cuarentena que decretó el Gobierno. En 2020, durante el encierro, Malar Sada de Saptari murió de hambre [25]. Aunque los alimentos se distribuyeron a través de la oficina del distrito, no llegaron a muchos musahars y cuando llegaron, se acabaron [26] en una semana.

Las comunidades dalit han exigido al Gobierno ayudas en efectivo o préstamos en condiciones favorables, pero estas voces no han sido escuchadas. Muchos dalits murieron de hambre, y también por falta de dinero en efectivo para el tratamiento médico. Raju Sada murió [27] aislado tras no recibir medicación para la diarrea.

A Musahar woman from Anaitha village in Mahottari prepares food using firewood. Image by the author. Used with permission. [1]

Mujer musahar del pueblo de Anaitha, en Mahottari, prepara la comida con leña. Imagen del autor. Usada con autorización.

Según un informe [28] de la Fundación Samata sobre el impacto de la COVID-19 en la comunidad dalit, de los 1500 encuestados dalit de todo el país, el 82 % declaró tener dificultades económicas y el 45% perdió su empleo. El 52 % dijo que enfrentaba una crisis alimentaria. Aunque no se dispone de datos desglosados, es probable que los musahars también se vieran afectados desproporcionadamente en estos casos.

Durante la pandemia en Bihar, se proporcionaron raciones de alimentos a las castas registradas y a los pobres. Durante el periodo de bloqueo, el gobierno depositó [29] mil rupias (13,35 dólares) en sus cuentas bancarias. Los dalits nepaleses no recibieron ninguna prestación específica, pese a estar mucho más expuestos.