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Refugiados ucranianos se concentran en las fronteras de Moldavia, Eslovaquia y Polonia

Categorías: Europa Central y del Este, Eslovaquia, Moldavia, Polonia, República Checa, Rusia, Ucrania, Derechos humanos, Desarrollo, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Relaciones internacionales, Respuesta humanitaria, Últimas noticias, Rusia invade Ucrania

Autobús de Chisinau a Odesa, que habitualmente tarda cuatro horas en hacer el trayecto entre ambas ciudades. Foto de Filip Noubel, con autorización.

Desde que Rusia comenzó su ataque militar a Ucrania el 24 de febrero, en que destruyó instalaciones militares cercanas o incluso dentro de las grandes ciudades, un gran número de ucranianos se han montado en sus autos para abandonar el país. Muchos buscan refugio en zonas rurales, que se consideran más seguras, y a donde numerosas familias ya han enviado a niños y ancianos.

Otros consideran trasladarse hacia el oeste para buscar refugio temporal en países vecinos [1] como Moldavia, Eslovaquia y Polonia, donde las autoridades locales están organizando rápidamente la infraestructura para albergar a miles, quizás decenas de miles, de refugiados.

Moldavia es un lugar crucial para quienes huyen de la ciudad de Odesa, con una población de más de un millón de habitantes [2], cuyas instalaciones militares han sido bombardeadas, lo que ha causado numerosas muertes. Un trayecto de tres horas —en circunstancias normales— lleva hasta Chisinau, capital de Moldavia.

Este video de Radio Free Europe muestra refugiados cruzando la frontera en auto o simplemente andando.

Al igual que Ucrania, la propia Moldavia tiene experiencia como país dividido, ya que cerca de un tercio de su territorio, llamado Transnistria [3], se encuentra bajo un gobierno separatista apoyado militar, política y económicamente por Moscú.

Otro destino es Eslovaquia, sobre todo para los habitante de la zona oeste de Ucrania, ya que la vecina Hungría, que también comparte frontera con Ucrania, es célebre por su discurso favorable a Moscú, y no se considera un país amistoso para los ucranianos. El Gobierno eslovaco ha publicado este anuncio en el sitio web de su MKinisterio de Interior [4]:

Vstup bude umožnený všetkým osobám, ktoré utekajú pred vojnovým konfliktom. Vstup na územie Slovenskej republiky bude umožnený po individuálnom posúdení aj osobám, ktoré nebudú mať platný cestovný doklad (biometrický pas).

Se permitirá la entrada [en territorio eslovaco] a todas las personas que huyen del conflicto militar. La entrada en territorio eslovaco se hará según una evaluación individual de las personas que no presenten un documento de viaje válido (pasaporte biométrico).

La presidenta eslovaca, Zuzana Čaputová [5], también ha condenado [6] el ataque militar ruso, y ha enviado tropas para ayudar a los refugiados [7]. Eslovaquia comparte unos 100 km de frontera [8] con Ucrania, y cuenta con una nutrida comunidad de trabajadores migrantes [9] ucranianos y una minoría histórica ucraniana, al igual que la República Checa.

Polonia es también un destino popular, dadas sus largas relaciones históricas con Ucrania, la presencia de una extensa minoría ucraniana y su historia de migración laboral, pero también porque Polonia ha experimentado recientemente una ola de refugiados bielorrusos, seguida de la instrumentalización que hizo Minsk de los refugiados sirios e iraquíes.

Como afirma el diario polaco Gazeta Wyborcza [10], el número de refugiados ucranianos que llegan sobre todo en auto a distintos puntos fronterizos se incrementa hora tras hora. Según la entrevista con un refugiado que aparece en el artículo:

Aleks z żoną i dwójką kilkuletnich dzieci pochodzą z Charkowa, ale ostatnie dni spędzali we Lwowie. – O 5 rano zadzwonili znajomi, że jest wojna. Spakowaliśmy, co mieliśmy i ruszyliśmy w drogę. Jedziemy do Krakowa albo jeszcze dalej do Wiednia. Zobaczymy, co będzie dalej.

Aleks, su esposa y sus dos hijitos son de Járkov [ciudad al norte de Ucrania, cercana a la frontera con Rusia], pero ha pasado los últimos días en Leópolis [al oeste de Ucrania]. «A las 5 de la mañana nos llamaron unos amigos para decirnos que había estallado la guerra. Empacamos lo que teníamos y nos echamos a la carretera. Vamos a Cracovia [al sur de Polonia] y luego a Viena. Veremos qué pasa después».

Todos los ucranianos están tomando decisiones extremadamente difíciles, ya sea quedarse o huir, y estas decisiones se ven muy influenciadas por la ubicación, el tamaño y las condiciones de la familia, la existencia de pasaportes y visados. Europa Central tendrá que prepararse para las grandes olas de refugiados que se avecinan, y necesitará un sólido apoyo financiero y operativo de la Unión Europea para hacerles frente.


 

Para más información sobre este tema, consulte nuestra cobertura especial Rusia invade Ucrania [11].