Persistiendo en pandemia: Conversaciones de latinas con discapacidad es un proyecto que visibiliza historias en primera persona de la diversidad de mujeres latinoamericanas con discapacidad sobre cómo el coronavirus impactó sus días. Este artículo detalla cómo y por qué decidimos realizar este proyecto periodístico a través de un modelo de conversaciones facilitadas entre ellas mismas.
El resultado del proyecto son otros tres artículos: uno sobre el panorama latinoamericano de los derechos de esta población, otro sobre cómo sus vidas cambiaron dentro de sus casas por la pandemia, y finalmente cómo es su nueva normalidad fuera de sus casas debido a la emergencia sanitaria.
¿Cómo se hizo?
El proyecto fue producido en equipo por las periodistas independientes y bilingües Natalie Van Hoozer en Estados Unidos y Fabiola Gutiérrez en Bolivia. Como ganadoras de la Beca para la Cobertura de la Crisis Sanitaria Mundial recibimos la mentoría y el soporte editorial de la periodista mexicana Priscila Hernández Flores, especializada en derechos humanos con énfasis en diversidad y discapacidad; como también el apoyo financiero del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés) y la Hearst Foundations. La publicación es posible gracias a la acogida de Global Voices.
Antes que periodistas entrevistando personas, como suele ocurrir la mayoría de las ocasiones, se trató de personas entrevistándose entre sí con la facilitación de las periodistas. Invitamos a seis mujeres latinas para reflejar diversidad de vivencias. Ellas conversaron en parejas durante tres sesiones virtuales diferentes.
Diseñamos las parejas de conversación pensando en que cada una tiene una discapacidad e historia de vida distinta porque algunas de ellas son migrantes, otras son madres y/o líderes sociales. Cuando la conversación incluyó una persona sorda coordinamos la participación de la intérprete de señas Lourdes Cruz, que empleó la Lengua de Señas Internacional, para que las entrevistadas puedan expresarse plenamente. También consideramos que cada persona resida en un lugar diferente ya sea el norte global occidental (España y Estados Unidos) o el sur global latinoamericano (México, República Dominicana y Bolivia).
Esta manera de emparejarlas y entrevistarlas generó un ambiente seguro para que cada una se identificara con las experiencias pandémicas de la otra persona, al mismo tiempo que sintieron curiosidad y aprecio por sus diferencias. Buscábamos lograr esa conexión al aplicar esta técnica para facilitar entrevistas entre dos personas, inspirada en el modelo utilizado por StoryCorps. Específicamente, tomamos como referencia el programa One Small Step, un espacio pensado para el intercambio entre dos personas con perspectivas políticas distintas. La experiencia de trabajar con esa metodología fue traída a la mesa por Van Hoozer, quien compartió el potencial de generar estas conversaciones. Como equipo, creemos en el periodismo como un generador de empatías y solidaridades.
¿Cuáles fueron las etapas de producción?
Primero, elaboramos una lista de candidatas a quienes invitamos a una breve videollamada individual de media hora con una de nosotras. La idea de esta primera reunión fue contarles el proyecto, verificar que tuvieran la predisposición y las condiciones idóneas -como un espacio silencioso e iluminado, buena conexión a internet- para participar de estas conversaciones íntimas y resolver sus dudas al respecto. Algunas candidatas no participaron a las entrevistas debido a que se contagiaron de COVID-19 o tuvieron dificultades personales.
Luego, creamos un guión para las charlas de 90 minutos. Este guión incluía etapas de bienvenida, explicación de las reglas básicas de la conversación, posibles preguntas para cada pareja de entrevistadas y una reflexión final. Lo hicimos de este modo para lograr consistencia entre las entrevistas, familiarizar a las personas con este método poco usual y también para establecer sanos límites antes la potencial vulnerabilidad de contar historias personales entre personas que se conocían por primera vez.
Las conversaciones se realizaron por la plataforma Zoom. Al principio, se invitó a cada participante a contar sobre sí misma a su compañera de entrevista. Esta etapa de rompehielo fue un ingrediente clave para este proyecto. Sobre todo, permitió que las participantes decidieran cuántos detalles de sus condiciones de discapacidad querían poner sobre la mesa y cómo se identifican con su discapacidad. Darles a ellas el control de la conversación fue fundamental para generar fluidez en la dinámica y qué ellas elijan cómo ser representadas en las historias.
Durante estas videollamadas, invitamos a las participantes a compartir sobre estos cuatro temas: salud, trabajo remunerado, vida en el hogar y trabajos de cuidado. Estas fueron algunas de las interrogantes claves que les sugerimos para que ellas las dirijan a su compañera de entrevista:
- ¿Qué fue lo primero que escuchaste sobre el virus?
- ¿La discapacidad te supuso un miedo adicional?
- ¿Cuál fue tu fuente confiable para mantenerte informada?
- ¿Encontraste información accesible sobre el COVID-19?
- ¿Hay alguna experiencia relacionada al trabajo, vivienda o alimentos que quieres contarme para entender mejor tu vida, especialmente durante la pandemia?
- Desde la pandemia, ¿cómo cambió tu trabajo doméstico? ¿Tuviste más o menos responsabilidades, tiempo o cansancio?
Cuando las motivamos a que se hicieran preguntas espontáneamente, ellas se contaron cuestiones sobre su día a día. Por ejemplo: Hablaron desde cómo es cuidar de los hijos y la familia cuando se está contagiada de COVID-19, hasta cómo acceder a información sobre el virus cuando los gráficos son inaccesibles.
Gutiérrez asumió el rol de facilitadora de las entrevistas al recibir a las participantes, orientarlas en la dinámica, disparar el intercambio y dar un cierre al espacio. Van Hoozer tuvo el rol de productora de estas conversaciones, tomando notas al detalle de los temas abordados y cronometrando la duración del encuentro. Según cómo se fue dando cada charla y el tiempo disponible, Van Hoozer aportó ideas a Gutiérrez mediante el chat privado de Zoom sobre cómo reorientar el diálogo. Van Hoozer también escribió cada pregunta para las entrevistadas en el chat de Zoom para que estuvieran disponibles de la manera más accesible para que las entrevistadas las tomen como referencias durante la entrevista.
¿Por qué esta metodología y este tema?
A lo largo de las conversaciones, las mujeres pudieron ponerse en la piel de su interlocutora. Por la riqueza del material recogido, preferimos darle más espacio a sus voces para dignificar sus vivencias, especialmente, porque el día a día de su nueva normalidad aparece poco en los medios. Por eso, elegimos contar historias de mujeres latinas con discapacidad y brindarles un espacio de intercambio que permitiera entablar nuevos vínculos entre ellas. Esperamos que esta comunidad que surgió se mantenga en contacto luego de haberse conocido en estas entrevistas.
Las mujeres en estas conversaciones se escucharon, confiaron en su compañera de entrevista. Esta confianza les permitió mostrarse vulnerables al relatar sus desafíos personales. Ellas compartieron momentos de esperanza, tristezas, pero también rieron juntas. Atravesar todas esas emociones es parte de perseverar en la pandemia.
En cuanto a cómo las entrevistadas experimentaron esta metodología, compartimos un fragmento de conversación de una de las sesiones a través de los siguientes testimonios:
Zaría Abreu Flores (México): “Siento que en espacios como estos compartimos cosas similares. Independientemente si las discapacidades son iguales, compartimos problemas de accesibilidad, historias de vida. Por eso, se da como de esta manera tan amorosa y tan fácil de ir soltando el habla y sentirse comprendida en las historias”.
Lida Margarita Carriazo (colombiana en España): “O sea, terminamos sonriendo y todo. Pero son situaciones realmente duras, difíciles”.
Para conocer más sobre estas mujeres y sus conversaciones, es posible leer los otros tres artículos de esta serie sobre sus experiencias en el interior de sus hogares y fuera de ellos en tiempos de coronavirus, además del contexto sobre los derechos de las mujeres con discapacidad en Latinoamérica durante la pandemia.