En República Checa, «sanciones privadas» aumentan la rusofobia

Captura de pantalla del canal de YouTube de CNN Prima que muestra cómo un auto con matrícula rusa fue rociado en el centro de Praga con lemas y colores pro-Ucrania.

En la República Checa viven cerca de 50 000 ciudadanos rusos. Después de la guerra de Rusia en Ucrania, su destino es incierto pues Praga ya no concede visas a Rusia, todas las comunicaciones ferroviarias entre los dos países se han detenido y algunos en la República Checa han mezclado la agresión de Putin con los rusos demasiado rápido.

El 24 de febrero, los rusos despertaron con noticias de la guerra contra Ucrania. Además de conmoción, desesperación, temor, desconcierto y vergüenza, algunos de quienes viven fuera de Rusia también se han convertido en blancos de rabia para no rusos que no diferencian entre gobernantes rusos y pueblo ruso.

Está el caso de la discriminación y hasta exclusión de estudiantes rusos durante clases universitarias, o el caso del profesos checo que pidió boicotear a estudiantes rusos e implementar sus “propias sanciones personales”. El profesor en cuestión publicó en medios sociales un contenido que luego borró, pues dijo que había sido una reacción emotiva. La Universidad Carlos de Praga también se disculpó con sus estudiantes por su comportamiento discriminatorio de parte de su profesorado.

Algunos rusoparlantes que viven en Europa, incluida la República Checa, cuentan historias de rusofobia: un grupo de hoteles ha declarado boicot a quienes tengan pasaporte ruso o bielorruso, y algunas inmobiliarias han empezado a afirmar que ya no venderán propiedades de ciudadanos rusos. Los estudiantes rusos han sufrido maltratos en las escuelas. Por ejemplo, a una estudiante que hablaba ruso por teléfono, le escupieron. A una periodista de origen ruso le gritaron “Muere pronto, perra rusa». Alguien humilló a hablantes de ruso de origen ucraniano y armenio. Un taxista sacó a empujones a una pasajera de su auto porque hablaba en ruso con su hijo. Resultó que la pasajera era periodista de la cadena opositora rusa de internet TV Dozhd que ha sido uno de los más abiertos críticos de Putin.

La mayoría de estos casos de discriminación se cuentan en medios sociales, con un llamado a detener el comportamiento rusofóbico, y para distinguir entre rusos y rusoparlantes, y entre rusos que apoyan y quienes se oponen a Putin . En algunos casos, los autores de esas publicaciones han desactivado la sección de comentarios, o los borran por su contenido de odio.

Peligros de la rusofobia

Pese a la participación de ciudadanos rusos en manifestaciones a favor de Ucrania, el apoyo financiero y otra ayuda voluntaria a refugiados ucranianos, a pesar de los llamados de funcionarios checos de no equiparar a los ciudadanos rusos son las decisiones de los funcionarios rusos, olas de discriminación hacia rusos y bielorrusos se difunden a través de la República Checa y a otros Estados de Europa.

Algunos activistas checos han comentado en publicaciones que esta rusofobia es justificada, y aunque en algunos casos se disculpan, no parecen pensar que se pueden evitar algunos comentarios. También hay propuestas de una República Checa sin rusos.

La rusofobia también se extiende a cambiarle el nombre a productos y lugares. Por ejemplo, los productores podrían cambiarle el nombre al «helado ruso» por «helado ucraniano», pese a ser un producto de culto para generaciones. Igualmente, la calle donde queda la embajada rusa podría pasar a llamarse Héroes Ucranianos (Ukrajinských hrdinů), como ocurrió en Lituania.

Pese al hecho de que cerca de 200 grupos étnicos viven en la Federación Rusa, con diferentes opiniones y opciones políticas, o el hecho de que un rusoparlante podría haber nacido y crecido en otros país, la rusofobia la aplican algunas personas en la República Checa a quien tenga pasaporte ruso o un haya nacido en Rusia o hable ruso.

Algunos checos ya se han dado cuenta de los peligros de culpar a todos los rusos por los crímenes del Ejército ruso, y lo comparan con una cacería de brujas.

Las leyes checas garantizan un enfoque antidiscriminatorio a ciudadanos y no ciudadanos de la República Checa, y ofrece la institución del ombudsman como recurso para dar seguimiento y verificar los casos de discriminación. La Casa Rusa en Praga reaccionó a estas situaciones y escribió un correo electrónico para contar la historia de la rusofobia en la República Checa.

Pero tal vez lo más preocupante es que esta rusofobia la revelan diarios a favor de los Rusia ubicados en la República Checa o que se dirigen al país, y amplificar estos ejemplos para justificar sus violentos discursos contra Europa y sus valores.

Es importante entender que muchos rusos se sienten «asediados»: Luego de una gran crisis diplomática en 2021 , y ahora estrictas sanciones, no pueden viajar a su país en avión ni tren, sus familias no pueden obtener visas checas y para muchos, las económicas sanciones también limitan o congelan su capacidad de usar tarjetas de crédito y hacer transferencias bancarias.

Capas históricas acumuladas de rusofobia

La actitud hacia los rusos o quienes tengan pasaportes rusos (y antes, pasaportes soviéticos) siempre ha sido peculiar en el territorio de la República Checa, y no porque tenga relación con la invasión de tropas del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia el 21 de agosto de 1968. Tanques y vehículos blindados terminaron a la fuerza con la Primavera de Praga. Aunque era Estado miembro del Pacto de Varsovia, Checoslovaquia era un Estado soberano, la invasión de los aliados soviéticos fue y es considerada una gran tragedia nacional. También es fuente de actual sentir antirruso que persiste.

Una ola más reciente de rusofobia surgió en 2014, después de que Rusia se anexó la península de Crimea. Praga apoyó las sanciones de la Unión Europea contra Rusia. También reforzó una visión negativa extremadamente de Rusia que, para algunos, se extendió e incluyó a los rusos.

Además de las sanciones económicas y  políticas contra Rusia de varios Estados, algunos que sienten que no basta solamente condenar a las actividades rusas en Ucrania y expresar su apoyo a Ucrania. Han decidido que deben imponer sus sanciones personales, no al país sino a los ciudadanos de Rusia.

Comunidad rusa en la República Checa: una presencia histórica

La historia de la comunidad rusa en República Checa se remonta a más de un siglo, desde la década de 1920 cuando los rusos huyeron de la Revolución Rusa de 1917 y el gobierno de Masaryk  les prestó ayuda. Hubo una significativa presencia de soldados soviéticos y sus familias entre 1948 a 1989, que aumentó después de la invasión de 1968. Quienes se fueron en 1989 fueron reubicados por una nueva ola de migrantes que incluían rusos acomodados que compraban propiedades, y también rusos de clase media que estudiaron y se quedaron. En su mayoría se concentraron en Praga y Karlovy Vary, y Mariánské Lázně en el oeste del país.

Según los datos de la Oficina Estadística Checa, en 2020 hubo cerca de 42 000 extranjeros con pasaporte ruso que vivían en República Checa más de 12 meses, con una visa de largo plazo o residencia permanente, incluidos quienes tienen asilo ahí.

La renovada expresión de rusofobia prueba una vez más el hecho de que la historia es cíclica. Representantes de algunas comunidades cargan el precio de la agresión unos a otros, aunque no son quienes la iniciaron ni tienen nada que ver. Esto se vio en el racismo contra los asiáticos en la pandemia de COVID-19. Y ahora, lo mismo resurge en Europa y en otros lugares para rusos y rusoparlantes.


Para más información sobre este tema, ver nuestra cobertura especial Rusia invade Ucrania.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.