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En Cuba se libra una batalla mediática sobre la guerra Rusia-Ucrania

Categorías: Latinoamérica, Cuba, Activismo digital, Guerra y conflicto, Juventud, Libertad de expresión, Periodismo y medios, Política, Relaciones internacionales, The Bridge, Rusia invade Ucrania

Foto de dominio público (CC0 1.0 [1])

Este artículo fue escrito por un@ autor@ anónim@ en Cuba con el seudónimo Luis Rodriguez.

La invasión de Rusia a Ucrania no sorprendió a la comunidad internacional. Las tensiones experimentadas entre ambas naciones en los últimos años vaticinaban que lo peor estaba por llegar: la brutal agresión de esa superpotencia sobre Ucrania. Sin embargo, al otro lado del Atlántico, en Cuba, tan lejos de Europa, se libra una batalla mediática para justificar el apoyo del gobierno cubano al agresor.

Cualquier conocedor de los históricos lazos [2] entre la extinta Unión Soviética y Cuba no le sorprendería que desde la agudización del conflicto entre Rusia y Ucrania la nación cubana ha apoyado la política del régimen de Putin, no sólo por cuestiones geopolíticas sino pragmáticas, debido a la cuantiosa deuda financiera [3] que Cuba ha mantenido con Rusia en las últimas décadas.

Días previos a la invasión de Rusia a Ucrania miembros de la Duma Estatal [4] rusa, entre los que se encontraba el Vice Primer Ministro ruso Yuri I. Borisov y el Presidente de la Duma Voldin Vyachaslar, visitaron la isla y prorrogaron [3] la deuda contraída por la nación caribeña en el período comprendido entre el 2006 y el 2019 hasta el 2027, valorada en 2300 millones de USD.

Al igual que naciones de la región como Nicaragua y Venezuela, la nación cubana no se situó al lado de la gran mayoría de sus vecinos latinoamericanos que condenaron la invasión y se negó a votar [5]por la resolución que condenó esta incursión militar.

Desde los inicios de la guerra se ha percibido una abierta confrontación entre el discurso mediático cubano denominado oficialista, es decir, controlado por el régimen y su aparato propagandístico, y los medios independientes que proliferan en las islas aunque gran parte de ellos sufren bloqueos [6] en el acceso a internet.

El sector mediático es considerado como una zona de influencia estratégica por el régimen cubano, sobre todo a partir de las manifestaciones del 27 de noviembre 2020 [7] y las protestas del 11 julio del 2021 [8]. Las redes sociales, fundamentalmente Facebook, son una zona que escapa al control gubernamental pero donde el régimen en los últimos años se ha apoyado [9] en periodistas o funcionarios que actúan como verdaderos influencers cuya misión consiste en emprender una batalla ideológica.

En ese sentido los cuestionamientos, incluso hasta ataques, son parte de cyberclarias [10], término que se deriva etimológicamente de un pez existente en las lagunas de la isla considerado un depredador y que en el argot cubano significa las personas que crean cuentas falsas en las redes para apoyar al régimen. La analogía se sustenta en que su misión en las redes es confrontar a todo aquel que posea una postura contraria al régimen cubano.

Después de la invasión muchos de estos operadores políticos afines al régimen cubano emprendieron la tarea de intentar justificar la invasión repitiendo lo que los medios oficiales rusos y cubanos han expuestos [11] al mundo, es decir, que la culpa la tiene totalmente los Estados Unidos y la OTAN, sin condenar la agresión rusa. Legitiman el discurso oficial ruso que utiliza el término de «Operación Militar Especial» con el pretexto de desnazificar [12] Ucrania y proteger las regiones donde habitan ciudadanos rusos cuando en la realidad se trata de una invasión a una nación soberana. Aunque es cierto que existen grupos de extrema derecha nacionalistas, no se puede justificar ese tipo de intervención. Muchos de estos comunicadores afines al gobierno han ignorado los números víctimas civiles y los extraordinarios daños a la infraestructura de Ucrania desde que Rusia decidió invadirla.

Entre las numerosas personas que suelen justificar el discurso ruso se encuentra la autora Sandra Guerra Maseda, quien ha tenido un protagonismo muy activo [13] en Facebook en ese sentido. Es una colaboradora del medio digital oficialista cubano Cuba debate [14], considerado una pieza estratégica en la lucha mediática cubana, quien comparte criterios afines a la multinacional Telesur [15], aliada comunicacional del gobierno cubano.

Aquí está un ejemplo de como Cuba debate comparte las narrativas de Kremlin sin análisis crítico:

Otros periodistas afiliados al gobierno y activos son la columnista Ida Garberi [16], Orestes Gonzalez [17], quien trabaja en la Agencia Cubana de Noticias [18], y Manuel David Orrio, antiguo agente de la inteligencia cubana [19] quien trabajó encubierto durante varios años infiltrado [20]en el periodismo independiente.

La narrativa prorusa ha sido reforzada por el espacio televisivo Con filo [21], que se trasmite en la noche, dirigido al espectador joven y conducido por periodistas muy jóvenes que suelen apelar al lenguaje y los códigos comunicacionales de ese sector sensible de la sociedad cubana.

Este nuevo programa significa un cambio de estrategia para acercarse a la juventud, un sector considerado de gran prioridad para el estado cubano en su batalla ideológica por ser el más descontento con la ideología oficial y el protagonista de las protestas ocurridas en Cuba en los últimos años.

En la era de la internet ningún imperio totalitario renunciaría a incidir en las redes sociales intentando ejercer control sobre estas. Aun así la narrativa oficialista cubana adepta al régimen de Putin no sólo ha encontrado resistencia en las redes sociales, como la del periodista Mauricio de Miranda Parrondo [22], quien critica a Rusia como un «otro imperio,» [23] o Elaine Diaz [24], fundadora de Periodismo de Barrio [25], que comparte datos [26] sobre la guerra en su cuenta de Twitter.

Hay internautas cubanos que buscan, como yo, información rigurosa en medios internacionales como CNN, El Nuevo Herald, Washington Post, incluso en este último hay un columnista cubano Abraham Jiménez Enoa [27] que despierta polémicas. En la Isla, hay OnCuba [28] y también medios que se encuentran bloqueados como Cadal [29], 14ymedio [30] que coordina la bloguera Yoani Sánchez [31] junto a su esposo el periodista independiente Reinaldo Escobar, CiberCuba [32], y ADN [33]. En el tuit siguiente, Sánchez critica la cobertura del periódico oficialista Granma:

Los acontecimientos de este conflicto no se detienen mientras se continúa librando una decisiva batalla en el escenario mediático cubano por promover la verdad sobre esta injusta guerra que amenaza la paz mundial.