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Turquía y Armenia, un paso más cerca de la reconciliación    

Categorías: Armenia, Azerbaiyán, Turquía, Buenas noticias, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Política, Relaciones internacionales

Duisenberg, via Wikimedia Commons [1] (CC BY-SA 4.0 [2]).

El 15 de marzo, en entrevista [3] con la agencia turca Anadolu, el ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, dijo que la nación anhela establecer relaciones diplomáticas con Turquía y abrir las fronteras con el país vecino. Su declaración llegó días después de reunirse con su homólogo turco Mevlüt Çavuşoğlu en una reunión colateral del Foro de Diplomacia de Antalya [4], que se celebró del 11 al 13 de marzo. Se informó [5] que esta reunión fue «productiva y constructiva».

La reunión en Antalya fue la primera desde 2009 en reunir a los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países,  y es parte de los esfuerzos mutuos de restablecer las alianzas diplomáticas, rotas desde principios de la década de 1990.

Por primera vez en la historia de ambos países, Turquía y Armenia están dispuestos a dejar atrás el genocidio armenio [6] y las controversias sobre la región de Nagorno Karabaj [7] que ha deteriorado sus relaciones diplomáticas por décadas. Turquía se ha rehusado a reconocer los acontecimientos de 1915 como genocidio, y también el apoyo [8] a Azerbaiyán durante la segunda guerra del Alto Karabaj con Armenia en 2020.

Aunque Turquía estuvo dentro de los primeros países en reconocer la independencia armenia en 1991, las relaciones se rompieron en 1993 cuando Ankara cerró las fronteras como un gesto de solidaridad turca con su aliado cercano Azerbaiyán durante la primera guerra de Nagorno Karabaj. En ese tiempo, Azerbaiyán perdió el control del enclave de Nagorno Karabaj y de siete territorios adyacentes.

En 2008, cuando Turquía y Armenia comunicaron su interés mutuo para reconciliarse, el proceso se detuvo por la firme oposición de Azerbaiyán. Como resultado, los protocolos de Zúrich [9], también conocidos como «diplomacía del fútbol [10]«, fallaron y dejaron a dos países aún más lejos diplomáticamente.

Las consecuencias de la segunda guerra de Karabaj cambiaron la trama de sus relaciones diplomáticas. Como Azebaiyán recuperó el control de sus siete territorios alrededor de Nagorno Karabaj, que perdió Armenia, «Turquía empezó a dar señales de estar dispuesta a entablar nuevas conversaciones con Armenia», escribió el International Crisis Group (Grupo Internacional de Crisis) en un análisis [11] que preveía la nueva etapa de normalización.

La primera ronda de conversaciones fue organizada [12] el 14 de enero de 2022 en la capital rusa de Moscú y esto fomentó las esperanzas [13] de una normalización e incluso una posible apertura de las fronteras.

De acuerdo con funcionarios de la capital armenia, Ereván, esto último pudo impactar en las relaciones económicas, sociales y culturales entre los dos países y sus ciudadanos. El 14 de marzo el ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, dijo [14]: «La apertura de las fronteras va a tener un impacto positivo en la comunicación regular entre los dos países, en las relaciones comerciales y económicas, los contactos entre las personas y la estabilidad en la región en general». Añadió que, de acuerdo con las encuestas, la mayoría de los armenios aprueban la normalización.

Según una encuesta reciente [15] del Instituto Republicano Internacional (IRI) publicada en enero de 2022, el 90 % de los armenios piensan que Turquía es la mayor amenaza política y de seguridad para su país. El director  del Programa Armenia del IRI, James De Witt, dijo en una entrevista con Global Voices: «La sociedad armenia culpa a Turquía por la guerra perdida [en 2020] y la ve como una continuación de la política de genocidio [de Turquía]».

Luego de las conversaciones de enero en Moscú, el 2 de febrero de 2022 Estambul y Yerevan reanudaron [16] los vuelos chárter y se reunieron por segunda vez en Viena el 24 de febrero, donde ambas partes reiteraron [17] su compromiso de continuar con las negociaciones para normalizar las relaciones por completo. La reapertura de los vuelos fue bienvenida en Turquía. Garo Paylan, parlamentario del Partido Democrático de los Pueblos pro Kurdos (HDP, por su nombre en turco)  en Turquía, dijo [18] al hablar con los reporteros que la reanudación de los vuelos fue «un paso importante» y animó a los políticos «para que esta ventana de oportunidad resulte en paz».

«Es posible que haya problemas, pero podemos tener a diplomáticos en ambos lados, abrir las fronteras, lanzar programas económicos regionales que beneficiarán a los dos [tanto como] las personas de Armenia y de Turquía», se citó [19] el 15 de febrero a Paylan, que es de una familia armenia en Estambul.

Ya el TABDC (Consejo para el Desarrollo Empresarial Turco-Armenio) calculó que el volumen comercial entre estos dos países podría alcanzar una cifra de mil millones de dólares en tres años, además de los ingresos por el turismo si se abrieran las fronteras.

Desde el 2 de febrero, los ciudadanos pueden elegir entre la aerolínea turca de bajo costo Pegasus y la moldava de bajo costo FlyOne para vuelos que están operando entre los dos países tres veces a la semana.

Aybars Gorgulu, director general del grupo de expertos Center for Public Policy and Democracy Studies con sede en Estambul, mencionó a Global Voices sobre el acercamiento entre Ankara, Ereván y la apertura de las fronteras tendrá repercusiones económicas y sociales. Dijo: «Particularmente en las ciudades fronterizas como Kars y Iğdır, se experimentará la vitalidad turística y comercial; de este modo, la reconciliación social se logrará con el tiempo».

En consonancia con Paylan, Noyan Soyak, vicepresidente del Consejo para el Desarrollo Empresarial Turco-Armenio, comentó a Global Voices que la apertura de las fronteras y el comercio implica que se superarán los problemas históricos y políticos, lo que acercará a dos naciones distanciadas. «El comercio será un factor que proveerá la paz entre las dos sociedades y será otra oportunidad de volver a presentarlas, que viven en la misma tierra pero están físicamente alejadas.

Soyak añadió que el ferrocarril Doğukapı Kars, que sigue en buen estado a pesar de las fronteras cerradas, creará nuevas oportunidades para proyectos internacionales como la Iniciativa de la Franja y la Ruta [20] que promueve rutas terrestres para el transporte entre Europa y China, y esta naturalmente alineada con desbloquear el tránsito potencial en el sur del Caucásico. Dijo: «La posición geográfica de Azerbaiyán en las costas del mar Caspio y Armenia con su vecina Turquía es muy atractiva para conectar las dos potencias económicas de Eurasia: la Unión Europea y el este de Asia».

Los intentos adicionales para distender las relaciones entre estos dos países también son visibles. A comienzos de enero, Armenia levantó un embargo de bienes turcos. En marzo de 2022, Turquía invitó a funcionarios armenios al Foro de Diplomacia en Anatolia, donde se conocieron las dos contrapartes. Las posibilidades de que Azerbaiyán intervenga como sucedió en 2008 son escasas. En diciembre de 2021, funcionarios de Bakú reiteraron [21] que el país no será un obstáculo para el acercamiento de Ankara y Ereván.

Enfoque ascendente frente a uno descendente

Sin embargo, mientras los líderes posiblemente sigan adelante, los detractores permanecen. Calificando a las nuevas conversaciones como un proceso descendente dirigido por líderes políticos turcos y armenios, Thomas de Waal, principal experto de la región de Carnegie Europa, señala [22] que ambas partes carecen de una estrategia para ganarse a los objetores.

También está de acuerdo Philip Gamaghelyan, pacificador de Ereván desde hace mucho tiempo y fundador de la iniciativa de promoción de paz Imagine Center for Conflict Transformation. «Lo que tenemos hoy entre Turquía y Armenia es estrictamente un proceso oficial que prácticamente no tiene apoyo comunitario», le comentó Gamaghelyan a Global Voices, y añadió: «el enfoque ahora no está en la reconciliación, sino en los problemas ‘difíciles’ como las conexiones fronterizas y de transporte».

La realidad empeora por la falta de promotores de la paz en la escena diplomática. Gamaghelyan le dijo a Global Voices que la razón principal era la transición de los antiguos constructores de la paz a los puestos de Gobierno en Armenia y la falta de colaboración entre las iniciativas casi inexistentes de la sociedad civil azerbaiyana y turca para la construcción de la paz.

Aybars Gorgulu es más optimista en su análisis. Para él, abrir las fronteras y establecer relaciones diplomáticas es solo el comienzo de un proceso mucho más largo de reconciliación, incluso sobre cuestiones tan traumáticas como el reconocimiento del genocidio. Cree que estos y otros problemas solamente pueden resolverse con el proceso de normalización y las conexiones entre armenios y turcos.

Los sentimientos sobre el terreno, al menos en Turquía, así lo muestran. İlim Göktaş, que vive en la aldea de Kalkankale y que trabajó en la estación de tren de Doğukapı (Puerta del Este) en Kars durante seis años en la década de 1990, dijo [23] a la agencia Anadolu que esperaba que «la puerta se abriera, la paz y la tranquilidad llegarán a la región y nuestra economía [local] se reactivará».