Soldados rusos saludan al presidente Vladimir Putin en la base aérea de Hmeimim, durante una visita en 2017. La base aérea rusa en Siria sirve de plataforma de lanzamiento desde la que se trasladan voluntarios de Siria a Ucrania para luchar junto al ejército ruso (licencia Creative Commons Attribution 4.0 International).

Este artículo se publicó por primera vez en Raseef22 el 19 de marzo de 2022. Publicamos una versión editada como parte de un acuerdo con Global Voices.

Tras años de una guerra devastadora que sigue fragmentando el país, Siria está exportando mercenarios profesionales a otros focos de conflicto, como Libia y la región de Nagorno-Karabaj, y se espera que pronto lleguen a Ucrania. Empacaron su experiencia de combate y fueron a escenarios extranjeros, algunos para luchar en las guerras de Rusia y otros para luchar en las guerras extranjeras de Turquía.

Es como dijo una vez un sirio: «Blackwater Latakia y Aleppo… Bienvenidos a la Nueva Siria».

Cuando se trata del reclutamiento de combatientes a favor del régimen, destaca el nombre de la empresa militar privada rusa Wagner Group. La organización paramilitar tiene un contrato especial con el Ministerio de Defensa sirio para luchar dentro de Siria.

La empresa coordina con las autoridades de la base aérea de Hmeimim, base de operaciones de Rusia en Siria, para reclutar sirios con el fin de enviarlos al extranjero. Los contratistas de Wagner no están abiertamente en la escena, operan a través de un frente formado por sirios para atraer a quienes están dispuestos.

Desde el inicio de la guerra rusa contra Ucrania en la última semana de febrero de 2022, muchas personas, partidos, movimientos e instituciones salieron a decir: «Estamos contigo, Rusia». Todos repitieron la posición oficial siria, que se mantiene firme y decidida junto a Rusia, posición comprensible en el contexto político general, ya que nadie espera que el régimen sirio se ponga en contra de su aliado internacional.

Pero el envío de «mercenarios» para luchar en las calles de Ucrania es una cuestión totalmente distinta. Parece que los combatientes afiliados al régimen sirio y las fuerzas que lo apoyan han vuelto a poner sus ojos en los dólares que les daría trabajar como «mercenarios» (apodados «voluntarios»), igual que cuando miles de personas fueron a prestar apoyo a Rusia para enfrentarse a los turcos en Libia. ¿Cómo no iban a hacerlo, si los 700 dólares que les pagaban en Libia al mes han subido a mil dólares mensuales?

El 11 de marzo de 2022, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que Moscú estaba desplegando mercenarios sirios en su país. Rusia no lo ha confirmado oficialmente, pero su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, informó de que 16 000 «voluntarios» de Medio Oriente están listos para luchar junto a los aliados de Rusia en la región de Dombás, en el este de Ucrania.

Medio Oriente se refiere aquí a Siria, el único lugar donde los rusos tienen aliados dispuestos a embarcarse en una aventura mercenaria por las condiciones políticas y las dificultades económicas que la guerra siria creó para su pueblo. Además, Siria es el único lugar desde donde se pueden trasladar combatientes, logísticamente, a Rusia, a través de la base aérea de Hmeimim.

El presidente ruso Vladimir Putin añadió:

If you see that there are these people who want of their own accord, not for money, to come to help the people living in Donbas, then we need to give them what they want and help them get to the conflict zone

Si ves que hay personas que quieren por su propia voluntad, no por dinero, venir a ayudar a la gente que vive en el Dombás, entonces tenemos que darles lo que quieren y ayudarlos a llegar a la zona de conflicto

Hacer maletas

Majed es sirio, tiene 28 años y reside en Homs. Empacó sus pertenencias para prepararse para el viaje y los posteriores combates en la región de Dombás.

Dijo a Raseef22 que es un antiguo combatiente de un grupo de combate dentro de las fuerzas de refuerzo en la región de Qalamoun que se disolvió en 2017, en  referecnia a las Fuerzas del Escudo de Qalamoun, grupo militar auxiliar que no está afiliado al ejército gubernamental pero que lucha junto a él, al igual que las Fuerzas de Defensa Nacional, la Asociación al-Bustan, las Fuerzas del Escudo de Qalamoun y las Fuerzas Tigre «Nimr» (llamadas así por el apodo del general de brigada Suheil al-Hassan).

Majed relata cómo fue a Libia a finales de 2020 y luchó allí durante dos períodos. Cada periodo constaba de cinco meses, y entre ambos periodos, volvió a Siria durante tres meses.

Agregó:

Now I’ve been contracted with the Hmeimim Air Base to fight in Ukraine alongside our Russian brothers as a fighter with a salary of 1,000 dollars a month. I do not get the salary while I am on the job, but with my leave to return after seven months, I will receive the full amount for all the months as well as an additional month’s salary.

Me han contratado en la Base Aérea de Hmeimim para luchar en Ucrania junto a nuestros hermanos rusos como combatiente con un sueldo de mil dólares al mes. No recibo el salario mientras estoy en el trabajo, pero con mi permiso para volver después de siete meses, recibiré la cantidad completa de todos los meses, así como un mes de salario adicional.

Mientras habla, Majed trata de envolver el asunto en una cobertura de principios, patriótica, nacionalista e ideológica, pero la cuestión tiene más que ver con el desempleo y la costumbre de llevar armas.

Por su parte, Sami –no se usa su nombre real por motivos de seguridad– es un joven contratado por lo que se denomina «La Campaña». Ésta consiste en personas que reúnen a jóvenes para enviarlos al extranjero a través de un centro establecido en Homs. Dice que no es público, y al mismo tiempo no está oculto, por lo que quien lo desee llegará fácilmente a él.

Sami ha combatido en las Fuerzas de Defensa Nacional. Se encontró sin trabajo tras la intervención de Rusia en la guerra en 2015 y que su escuadrón quedó relevado de sus servicios. No tiene nada más en que invertir que en su fuerza y su destreza en el uso de un lanzador B7.

Sami comenzó su charla con la necesidad de apoyar a sus «hermanos rusos, pagar su deuda moral con ellos y estar a su lado». Cuando se le preguntó si creía que Rusia había hecho bien en anexarse Crimea, su reacción reveló sorpresa ante la pregunta y falta de conocimientos sobre el tema. Respondió con: «¿Qué es Crimea?»

Un excombatiente del «Quinto Cuerpo de Asalto o las FAC» –cuerpo que se creó oficialmente en 2016, apenas unos meses después de la intervención rusa en Siria, para controlar a las milicias que luchan junto al régimen y las conforma en un marco militar con una atractiva remuneración– dijo a Raseef22:

This corps was created in Hama under Russian-led command years ago, and will be the backbone of the (military) campaign headed to Ukraine. A fighter within this corps exclusively gets paid $200 outside of the army, and in Russia’s campaign, the amount will multiply exponentially. Everything is very enticing; food, drink and a great salary.

Este cuerpo fue creado en Hama bajo el mando ruso hace años, y será la columna vertebral de la campaña (militar) que se dirige a Ucrania. Un combatiente de este cuerpo cobra exclusivamente 200 dólares fuera del Ejército, y en la campaña de Rusia, la cantidad se multiplicará exponencialmente. Todo es muy tentador; comida, bebida y un gran salario.

El combatiente, que habló con Raseef22 bajo condición de anonimato, añadió que enviar combatientes «también está asegurado a través de la Base Aérea de Hmeimim, y es una condición que los voluntarios sean fuertes y experimentados en la lucha, y hábiles en el uso de las armas. No quieren que la gente muera gratis».

Él mismo aún no ha tomado una decisión, dice «todavía lo estoy pensando».

Pobreza en todas partes

Siria enfrenta las peores condiciones económicas desde el estallido de la violencia hace más de diez años, factor clave que empuja a los jóvenes sirios hacia estas opciones. A estos jóvenes los localizan fácilmente los agentes que se encargan de conectar a los dispuestos con la base aérea de Hmeimim a cambio de una cantidad de dinero que se acordaría de antemano con cada combatiente, normalmente un mes o medio mes de salario. Es un «negocio» que está en marcha, al igual que lo que ocurrió en su despliegue en Libia.

Alrededor de 30 000 jóvenes se han apuntado como «voluntarios», según varias fuentes que siguen de cerca este asunto, sobre todo un oficial sirio que está vinculado a la base aérea de Hmeimim y que coordina con el aparato sirio, y pide comprobar los antecedentes penales de los voluntarios antes de aceptarlos. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha hablado de cifras que llegan a «más de 40 000″.

Pero no se acepta a todos los inscritos. Hay criterios y requisitos que juegan un papel importante. Los rusos, curiosamente, se niegan a aceptar a los reclutas que hayan cometido delitos graves o a los que sean buscados para el servicio militar.

El contrato inicial -cuyo contenido explicó Sami a Raseef22- establece que quien sea asesinado no será tratado como un mártir en su país, sino que su familia será compensada con una suma de dinero que no se especifica en el contrato. El contrato también incluye una cláusula que formaba parte de los contratos de los mercenarios enviados a Libia, que establece que no habrá permisos ni regreso a casa durante los primeros siete meses.

Por otra parte, el Observatorio Sirio afirmó que, además de las campañas de reclutamiento de combatientes para Rusia, «los líderes de los mercenarios y las fuerzas que lucharon en Libia y Azerbaiyán han presentado listas de cientos de personas, en preparación de operaciones militares en Ucrania contra Rusia». Se hablaba de «salarios mensuales que superan los 2000 dólares estadounidenses».

El observatorio indicó que «las facciones respaldadas por Turquía han preparado listas en gran número, por orden de la inteligencia turca», pero que al 31 de marzo, ningún combatiente ha partido aún hacia Ucrania.