Despiden a ejecutivo de cadena de comida rápida japonesa por hablar de “enganchar a chicas a la metanfetamina”

Yoshinoya beef bowl and male office workers

Bol de carne de Yoshinoya y oficinistas varones. Foto de Mizuguchi Coji, en Flickr.. La imagen se ha editado para ajustar el tamaño y mejorar el color. Licencia de la imagen: (CC BY 2.0).

Un ejecutivo de una emblemática cadena de comida rápida japonesa fue despedido tras hacer comentarios sexistas durante una conferencia, en la que participaba como invitado, en una importante universidad. Los comentarios del ahora exejecutivo ponen de manifiesto actitudes arraigadas en la sociedad japonesa, dominada por hombres,  y que en el mejor de los casos son despectivas hacia las mujeres.

El 16 de abril de 2022 hubo una conferencia para estudiantes de la Universidad Waseda, en Tokio. Uno de los conferencistas fue Ito Masaaki, director general de Yoshinoya, popular cadena de comida rápida con locales alrededor del mundo. En su ponencia dijo que la estrategia de marketing de su empresa se asemejaba a hacer que las «campesinas inocentes» recién llegadas a la gran ciudad se volviesen «adictas a la metanfetamina» (生娘をシャブ漬け戦略).

Ito explicó que Yoshinoya, que se especializa en gyudon, boles de arroz blanco cubiertos de carne marinada, tiene que actuar rápidamente para «enganchar» a las «vírgenes» más jóvenes al producto barato y de baja calidad de la cadena antes de que puedan apreciar una cocina de más calidad y mejor sabor.

Al parecer, Ito intentaba animar a los asistentes a la conferencia a proponer ideas de marketing para su cadena de comida rápida. Waseda cuenta con primeros ministros japoneses entre sus exalumnos y es una de las universidades más prestigiosas de Japón.

Para quienes no conozcan la Universidad de Waseda, es una de las universidades privadas de Japón que es un equivalente a las mejores universidades privadas de Estados Unidos. Se supone que es una «universidad de prestigio» con «altos estándares» y tiene a este tipo para dar lecciones de marketing.

Yoshinoya, multinacional japonesa fundada en 1899, se especializa en boles de carne gyudon baratos comercializados para consumidores en Japón que no pueden gastar mucho.

La cadena de comida rápida también es un icono del período deflacionario japonés posterior a la Burbuja. En una época de salarios estancados o incluso a la baja, durante lis últimos 20 años Yoshinoya ha peleado por los clientes apostando por la economía de escala y los ingredientes baratos para mantener precios más bajos que la competencia.

Yoshinoya storefront 2008

Escaparate de Yoshinoya en Kichijoji, Tokio, 2013. Foto de sekihan, de Flickr. /CC BY-NC 2.0).

Algunos estudiantes de Waseda que asistieron a la conferencia (que formaba parte de un curso de marketing que aparentemente cuesta equivalente a 3000 dólares por estudiante) se mostraron indignados por los supuestos comentarios de Ito y difundieron una transcripción que rápidamente se hizo viral en Twitter.

Estado de ánimo actual de Kayo Ishihara: peor estado de ánimo.
Un lugar: Salón Nihonbashi Canvas de la Universidad de Waseda Ayer 8:53 – Chuo-ku 

Hoy comencé a asistir al «Curso integral de marketing en la era digital» de la Universidad de Waseda para estudiar y cambiar mi estado de ánimo. Sin embargo, ¡estoy muy enojado desde el primer día! Realmente no puedo perdonarle al profesor Yoshino.

El director gerente de la casa, gerente general de la división de planificación, dio varias declaraciones sobre la discriminación sexual y las violaciones de los derechos humanos. Muchas veces, entre risas, dijo que las medidas de marketing dirigidas a las muchachas eran «estrategias para desoxidar a las hijas crudas».
«Una niña que no conoce la derecha o la izquierda del campo es adicta al tazón de carne mientras que es inocente y cruda. Si un hombre puede conseguir arroz caro, nunca lo comerá». ¿¿¿Qué???
Ya de mujer, consigue que un hombre se acueste = discriminación sexual + violaciones de derechos humanos = delito. ¿Te ríes cuando algunos están sufriendo?
«Lo siento si alguien se incomoda con una redacción inapropiada», dijo, pero ¿qué puedo decir si lo presento? ¿Es esta la realidad de la sociedad japonesa?
Para escuchar eso en la universidad. Hay muy poca conciencia del cumplimiento. Me resentí y desesperé mucho.
Me reí de esta violación de derechos humanos como una broma y no pude ir clases. Estoy decepcionado con la Universidad de Waseda + Yoshinoya
Desde el primer día, protesté enérgicamente con la dirección y les pedí que se disculparan al final del ciclo.
Pero ya no quiero hacer la tarea de Yoshinoya, y nunca comeré nada de Yoshinoya. Me preocupa si ir hasta el final o cortarlo.
¿Por qué tengo que trabajar y aprender en esta sociedad mientras pienso así?
Japón está loco.
Aunque la sociedad es pequeña, no cambia a menos que apeles, así que actué sin escuchar. Se dice que cambiará desde la próxima vez, pero me preocupa si decirlo en lugar apropiado.
Lamento escribir una historia así.
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Ito Masaaki, director general y de planificación de Yoshinoya, se rio y definió las medidas de marketing dirigidas a las jóvenes como «la estrategia de conseguir que las campesinas se hagan adictas a la metanfetamina (shabu)». Ito afirma que el marketing de Yoshinoya pretende «convertir a una campesina que no distingue la derecha de la izquierda en una ‘adicta al bol de carne’ mientras todavía es inocente y fresca». Como era de esperar, un exalumno de Procter & Gamble

Ito se disculpó casi inmediatamente después de la charla, tras el revuelo público causado por sus comentarios. Sin embargo, Yoshinoya lo despidió unos días después, y afirmaron:

They were significantly inappropriate remarks made officially that are completely unacceptable from the perspective of human rights and gender issues.

Fueron comentarios muy inapropiados hechos oficialmente y que son completamente inaceptables desde la perspectiva de derechos humanos y cuestiones de género.

Otra persona comentó que la misoginia en la publicidad y en la sociedad japonesa va más allá de un exejecutivo de Yoshinoya. Bajo el pseudónimo Fuemi (笛美), un profesional de la publicidad, feminista y analista de medios sostiene que los comentarios de Ito son solo un ejemplo del profundo problema de misoginia que infesta la sociedad japonesa.

En una entrevista al diario Mainichi, Fuemi afirma:

その人たちが元々持っていた女性蔑視(の価値観)があり、女性が顧客になっても、それがなくならないんだと思います。

Desde hace tiempo, en el sector publicitario japonés existe cierto desprecio hacia (el valor de) las mujeres, incluso como clientes.

En la entrevista, Fuemi explica que el desprecio a las mujeres es una parte fundamental de la industria publicitaria japonesa, dominada por hombres:

若い女性を意思ある人間ではなくだまされて利用されるモノのように捉えています […]「生娘シャブ漬け」という発言は、男性中心の、男性同士の絆を重視するホモソーシャル(な社会)では「俺はこんな風に女性を悪く扱える悪い男なんだ」と笑いが取れる発言だったんだと思います。「男に高い飯をおごってもらうようになれば(牛丼を)絶対に食べない」という元常務の発言も、男女の賃金格差を問題視せず、ジェンダー格差の固定化につながってしまうと懸念します。

Nosotros [en publicidad] vemos a las jóvenes como cosas que hay que engañar y usar, y no como seres humanos con voluntad propia […]

En una sociedad dominada por hombres, donde los hombres están en el centro y se enfatizan los vínculos masculinos, la expresión «enganchar a las muchachas a la metanfetamina» es algo que se puede decir para conseguir risas y también para decir «Soy un hombre ruin que se aprovecha de las mujeres».

Y cuando Ito, exdirector general de Yoshinoya, dice, «Si un hombre compra una comida más cara para una joven, ella nunca tocará un bol de carne de una cadena de comida rápida (más barato)», no se tiene en cuenta en absoluto que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres en Japón. Y las disparidades de género seguirán sin abordarse.

Además de evidenciar las actitudes machistas y misóginas que persisten en la cultura empresarial japonesa, parece que las clientas de Yoshinoya se vieron afectadas por los comentarios misóginos filtrados por Ito.

En un tuit compartido más de 10 000 veces, una mujer describió el sutil acoso de los clientes masculinos cuando simplemente intentaba disfrutar de un bol de carne de Yoshinoya:

Dos hombres, con aspecto de oficinistas, sentados dos asientos más allá de donde yo quería sentarme, se rieron y dijeron, lo suficientemente alto como para que yo los oyera: «Ha venido a  engancharse a la anfetamina».

Aclaré la garganta y me limité a decir: «No tiene ninguna gracia. Déjenlo ya».

Así que [los comentarios de Ito] al final hasta me hicieron sentir mal.

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