¿Qué significa la compra de Twitter por Elon Musk para Twitter de Venezuela?

Ilustración de Caracas Chronicles, utilizada con autorización.

Esta historia apareció originalmente en Caracas ChroniclesProBox. Se ha editado para reducir su extensión y se publica en Global Voices con autorización.

El 25 de abril, Elon Musk logró negociar un trato para comprar Twitter por 44 000 millones de dólares, el equivalente al PIB de Venezuela. ¿Qué significa esta compra para el Twitter venezolano, plagado de actividad dirigida a manipular la opinión pública?

Antes de que Elon Musk comprara Twitter, era una empresa regulada por un directorio. Pero ahora que la empresa pasa a tener un solo propietario, la plataforma tendrá menos controles al moderar su contenido. Musk tiene el poder de moldear el discurso en una red social utilizada por más de 200 millones de personas cada día y de socavar la labor que la empresa ha realizado en los últimos dos años para mitigar la difusión de desinformación y discurso de odio. Algunas personas aplauden las ideas de Musk en cuanto a la libertad de expresión, pero expertos y activistas de derechos digitales temen que sea un retroceso que pueda debilitar las democracias en lugar de fortalecerlas.

Cualquier cambio que se haga a las reglas y la moderación de contenido en Twitter afectará a la forma en que los venezolanos hablan y buscan información en la red social, sobre todo porque en Venezuela, Twitter es más que una plataforma de medios sociales: en muchos casos es el canal principal de información, sobre todo para los venezolanos en el extranjero.

El régimen venezolano es muy consciente de cuán importantes son las conversaciones en la «Twitterzuela» al moldear la opinión pública. Ha trabajado muy duro para seguir siendo el principal actor en los debates políticos de Twitter. Por eso la dictadura de Nicolás Maduro ha puesto en marcha una enorme tropa pagada con recursos públicos para contaminar la conversación digital venezolana (y a veces también las conversaciones internacionales). La intención es la de confundir, manipular y desviar la atención de los problemas reales que denuncian la sociedad civil, los medios independientes y los activistas a través de Twitter, y la de atacar a personas o instituciones específicas.

El régimen venezolano viola los derechos digitales de periodistas, ciudadanos, activistas y políticos utilizando cuentas falsas coordinadas para imponer su narrativa en la plataforma. Según la Universidad de Chicago, el comportamiento inauténtico —término acuñado por Facebook en 2016— describe «la actividad falsa y manipuladora de personas y grupos en entornos virtuales».

¿La promesa de Musk de arreglar Twitter basta para arreglar Twitterzuela?

El 25 de abril, Musk resumió sus intenciones para la plataforma en una declaración: «La libertad de expresión es el fundamento de una democracia funcional, y Twitter es el foro digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad», tuiteó. «También quiero hacer que Twitter sea mejor que nunca [y lo hará] perfeccionando el producto con nuevas funciones, haciendo los algoritmos de fuente abierta para que sea más fiable, luchando contra los robots de spam y autentificando a todos los humanos».

La libertad de expresión es el fundamento de una democracia funcional, y Twitter es el foro digital donde se debaten temas vitales para el futuro de la humanidad», dijo el señor Musk. «También quiero hacer Twitter mejor que nunca por medio de realzar el producto con nuevas funciones, hacer los algoritmos de fuente abierta para que sea más fiable, luchar contra los robots de spam y autentificar a todos los humanos. Twitter tiene un potencial tremendo, estoy deseando trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para liberarlo».
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Pero en Venezuela, lo cierto es que los bots no son el principal problema, sino el comportamiento inauténtico coordinado. Mientras bots, cuentas automatizadas y cuentas falsas utilizados con intención de interferir en la opinión pública son un gran problema para Twitter, hay cuentas de personas reales que manipulan la conversación y coordinan para promover un mensaje específico que puede aportar desinformación, propaganda o contenido nocivo: esas cuentas son las que ProBox llama «tropas digitales». Y aunque hay funciones básicas de moderación y Twitter ha ido desarrollando inteligencia artificial con la misión de identificar comportamientos que puedan violar sus reglas, no parece que por el momento haya encontrado una solución capaz de resolver todos esos problemas.

¿Qué ideas tiene Musk sobre la moderación de contenidos y la libertad de expresión?

Musk habla mucho de las virtudes de la libertad de expresión. En una entrevista en una conferencia TED a principios de mayo de 2022, explicó que en su opinión, hay que dejar todo el contenido en la red, sin importar lo controvertido que sea.

Twitter ha sido una de las plataformas con más moderación de contenido: sus empleados «llevan años» intentado hacer más segura la plataforma. El 2 de diciembre de 2021, Twitter anunció la suspensión de 277 cuentas venezolanas que según las investigaciones, promovían una «masiva difusión de cuentas, etiquetas y tendencias que apoyaban la propaganda y la desinformación del gobierno de Maduro». Twitter también descubrió que muchos de esos usuarios habían autorizado el conjunto de aplicaciones «Patria», con el que permitían al Gobierno acceder a sus cuentas y supervisar su actividad.

Poco después del esfuerzo de Twitter contra las cuentas inorgánicas del chavismo, se redujeron los retuits de Maduro en casi un 14 % respecto al número de retuits que recibía antes de esta suspensión masiva.

Por eso la regulación de contenido es muy importante para proteger a los venezolanos contra la desinformación del Gobierno, y lo cierto es que Musk «no tiene experiencia en gestionar la complejidad de la libertad de expresión en una red social con cientos de millones de tuits diarios», como afirma en el sitio web Vox. Algunos autores también señalan que Musk ha mostrado en ocasiones un comportamiento errático y agresivo contra quienes lo han criticado en Twitter.

Por otro lado, su lema sobre la libertad de expresión ha dado a Musk el apoyo de muchos conservadores convencidos de que Twitter y otras empresas de medios sociales los discriminan injustamente, especialmente «usuarios de Twitter seguros de que se les permitirá volver a la plataforma«.

¿Por qué este trato es una amenaza para los derechos humanos?

“Elon Musk tiene una comprensión limitada de la libertad de expresión y de las complejidades que rodean su aplicación práctica», dijo Javier Pallero, director de políticas de Access Now en una declaración pública:

His apparent lack of concern for the importance of content moderation on the platform reflects his limited consideration for how hostile online spaces can be for marginalized groups. It also overlooks the often-fraught relationship between social media and political discourse, and the problems of scale, in which even legal content can become weaponized when circulated en masse.

Su aparente falta de preocupación por la importancia de la moderación de contenido en la plataforma refleja su limitada consideración por la gran hostilidad que sufren los grupos marginales en los espacios en línea. También subestima la relación frecuentemente tensa entre los medios sociales y el discurso político, y el problema que supone su escala, que convierte contenidos legales en armas arrojadizas cuando circulan masivamente.

Peter Guest, editor de Restofworld, explicó en un tuit que «la mayor amenaza a la libertad de expresión en internet no son las reglas de Twitter. Los regímenes autoritarios están socavando los cimientos de internet con tecnologías censoras y cortes de red». Restofworld analizó el método que han encontrado las dictaduras para desactivar la disidencia en los últimos siete años en 60 países con 935 apagones de internet.

En Venezuela, por ejemplo, durante la crisis política y social de 2019, los informes indican un bloqueo generalizado de YouTube, servicios de Google y varias redes sociales. Facebook, Snapchat e Instagram estuvieron inaccesibles en buena parte del país, y las interrupciones frecuentes de Twitter, sobre todo en lo que respecta a fotos y videos, se están haciendo más pronunciadas.

Por tanto, si el régimen venezolano ya ha conseguido censurar el contenido digital, desconectar a la población en momentos políticos críticos, perseguir a personas por el contenido que han publicado y creado leyes que promueven más censura en línea, es posible que el control total de Musk sobre Twitter incremente la regulación del gobierno autoritario sobre la plataforma. Pero sobre todo, esto puede suponer un importante apagón de un espacio fundamental para la sociedad civil venezolana y el activismo digital, que ya tiene menos herramientas y recursos para luchar contra el autoritarismo, la desinformación y la propaganda.

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