Descifrar el papel de los medios convencionales y sociales en la reciente violencia antimusulmana en India

Protest in Kolkata, India against the "bulldozer demolition drive" in Delhi. Image by Ashid Reza. Used with permission.

Protesta en Calcuta, India, contra la «campaña de demolición con bulldozer» en Delhi. Imagen de Ashid Reza. Usada con autorización.

Este artículo forma parte de una investigación del Observatorio de Medios Cívicos sobre el ecosistema mediático indio. Para saber más sobre este proyecto y sus métodos, haz clic aquí.

La violencia antimusulmana ha estado aumentando en India, con ataques patrocinados por el Estado contra los musulmanes y llamados abiertos al genocidio cada vez más frecuentes. Por otra parte, mediante campañas estratégicas y la difusión de información y propaganda erróneas en redes sociales y en los canales de noticias de máxima audiencia, grupos de derecha han hecho que los hindúes crean en su condición de víctimas. Han convencido a la mayoría de que la única manera de proteger sus derechos y su libertad es eliminando a los musulmanes del país. «Los hindúes están amenazados», «Los musulmanes deben ser tratados como ciudadanos de segunda clase» y «El laicismo margina a los hindúes de India» fueron los principales marcos narrativos presentes en los artículos de los medios en la investigación del Observatorio de Medios Cívicos.

Menos de una semana después de que India se dieran enfrentamientos y disturbios comunales en varios estados el 10 de abril de 2022, durante la celebración de Ram Navami (festival para celebrar al dios hindú Rama), estalló una violencia similar en la capital de India, Nueva Delhi, con motivo de Hanuman Jayanti (festival que celebra el nacimiento del dios hindú Hanuman).

Bajo el gobierno del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), los grupos de derecha Hindutva han reunido el apoyo y la autorización para llevar a cabo su supuesta misión de convertir a India en una nación hindú. Con este fin, se han festivales y procesiones religiosas hindúes se han convertido en armas para afirmar la supremacía hindú y amenazar a las comunidades minoritarias. Estas Shobha Yatras, o procesiones, se han usado como herramienta para perturbar la armonía comunal existente en varios lugares de India y atacar a los musulmanes a quienes se considera enemigos del Hindutva.

¿Qué pasó en Jahangirpuri?

El sábado 16 de abril estallaron enfrentamientos comunales en Jahangirpuri, Nueva Delhi, cuando grupos hindúes organizaron un shobha yatra para celebrar el Hanuman Jayanti. Hay videos de la procesión que muestran a hindúes vestidos de azafrán que blanden espadas, escopetas, palos y otras armas mientras pasaban por Jahangirpuri (que tiene una considerable población musulmana), bailando al son de canciones y coreando lemas, todos con declaraciones islamofóbicas y amenazas contra los musulmanes. Al parecer, intentaron ondear banderas azafrán (símbolo del hinduismo y el hindutva) frente a una mezquita local, lo que provocó enfrentamientos. Al día siguiente, la Policía de Delhi hizo 22 detenciones por la violencia. Todos los detenidos eran musulmanes.

La Policía de Delhi emitió un comunicado citando los nombres del Vishwa Hindu Parishad (VHP) y del Bajrang Dal (ambos grupos de derecha hindúes) en relación con la violencia de Jahangirpuri. También presentaron una denuncia contra los dos grupos por celebrar la procesión sin permiso ni autorización policial previa. El VHP amenazó abiertamente con iniciar una «batalla» contra la Policía de Delhi si se tomaba alguna medida contra sus miembros. Poco después, la Policía de Delhi se retractó de la declaración y emitió una nueva que no mencionaba a los dos grupos.

Mientras tanto, grupos de la derecha hindú y sus partidarios acudieron a las redes sociales para lanzar el característico grito de guerra «Hindu khatre main hain» (los hindúes están amenazados). Los medios derecha, como Sudarshan TV, OPIndia, Aaj Tak y Zee News, se apresuraron a construir una narrativa que demonizaba a los musulmanes y los culpaba totalmente de la violencia. Afirmaron que los musulmanes atacaban intencionadamente a los hindúes que solo intentaban celebrar pacíficamente su fiesta. Afirmaron que cualquier acción que impida a los hindúes celebrar sus fiestas religiosas como deseen es un acto de agresión contra los hindúes.

La plataforma de noticias independiente Sight and Insight tuiteó:

Sin leyenda.

El tuit anterior es apenas un ejemplo de las narrativas islamofóbicas que inundaron las redes sociales la semana siguiente al incidente.

En respuesta, los grupos hindúes empezaron a pedir que las excavadoras de Nueva Delhi derribaran casas y tiendas de musulmanes, a los que calificaban de «alborotadores», como había ocurrido antes en Madhya Pradesh el 11 de abril, tras la violencia del Ram Navami. Los datos de la investigación del Observatorio de Medios Cívicos muestran que los dudosos medios editoriales favorables a Hindutva ayudaron a amplificar este llamado y a mantener una demanda mayor de que se castigue a los musulmanes por perturbar los festivales hindúes.

«The News», que forma parte de un conjunto de canales editoriales de medios famosos por sus reportajes manipulados y tendenciosos, publicó su informe sobre el incidente con 9,9 millones de visitas en Facebook. El video incluía entrevistas a miembros de la comunidad hindú que afirmaban que los musulmanes eran los responsables de los disturbios y la violencia en la zona. A instancias del reportero, también se vio a los entrevistados culpando a la incompetencia del gobierno del Partido Aam Aadmi, dirigido por Arvind Kejriwal, de la violencia comunal en Delhi. Afirmaron que solo líderes poderosos como Yogi Adityanath (cuyo nombre real es Ajay Singh Bisht, santón y ministro principal del BJP en el estado vecino de Utter Pradesh) pueden traer la paz a Delhi con excavadoras sobre las propiedades de los «alborotadores».

El 20 de abril, la Corporación Municipal del Norte de Delhi (dirigida por el BJP) declaró que se llevaría a cabo una campaña contra las invasiones en Jahangirpuri para eliminar las construcciones ilegales. Fue justo después de que la NDMC recibiera una carta del jefe del BJP de Delhi en la que se exigía la demolición de las invasiones ilegales y las propiedades de «elementos antisociales y alborotadores».

Cumpliendo los sueños de los numerosos grupos hindúes que habían formulado sus demandas en internet, las excavadoras llegaron a Jahangirpuri el miércoles 20 de abril por la mañana, con muchos trabajadores de seguridad. A pesar de la orden del Tribunal Supremo de mantenerla situación, las excavadoras de Jahangirpuri siguieron arrasando tiendas y casas. Solo se detuvieron a mediodía tras los reiterados llamados de abogados y activistas, y la intervención física de dirigentes políticos, como Brinda Karat, del Partido Comunista de India (marxista) (PCI(M)), que se puso delante de una excavadora para detener la demolición.

Aunque la gente defendió la campaña de demolición, dicen que simplemente se había hecho para eliminar construcciones ilegales, los musulmanes afirmaron que la campaña contra las invasiones se había orquestado simplemente para atacar y castigar a la comunidad musulmana. Citaron la cronología de los hechos (las demoliciones fueron en Jahangirpuri justo después del incidente de Hanuman Jayanti) y el incumplimiento de las órdenes judiciales como prueba de que se trataba de un ataque selectivo patrocinado por el Estado.

En Twitter, el usuario derechista Sanjeev afirmó:

Despliegue de seguridad en Jahangirpuri para la campaña del NDMC; el alcalde la califica de «rutinaria».
Policía y paramilitares se desplegaron en Jahangirpuri, zona afectada por la violencia, antes de la campaña contra la invasión de terrenos que se llevará a cabo el miércoles, aunque el alcalde local la calificó de rutinaria
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No las casas MUSULMANES, solo las construcciones ilegales de los alborotadores en Jahangirpuri se demuelen con excavadoras y también para eliminar la invasión ilegal de carreteras y tierras gubernamentales ocupadas por bangladesíes.

La abogada de derechos humanos Kawalpreet Kaur, junto con otros activistas, acudió a las redes sociales para publicar imágenes de la destrucción causada.

El mismo camino. La misma zona. La misma corporación. La misma invasión, por así decirlo. Sin embargo, el tratamiento es diferente. ¿Por qué?

Las fotos que publicó muestran un templo y una mezquita en Jahangirpuri, ambos invadidos. Sin embargo, la mezquita tiene dañaos de las excavadoras y el templo quedó intacto. Por cierto, esta es también la mezquita frente a la que fueron los enfrentamientos de Hanuman Jayanti.

Mientras tanto, se han producido protestas esporádicas en todo el país contra la «campaña de demolición con excavadoras» en Delhi. En las redes sociales, muchos condenaron el incidente y la etiqueta #StopBulldozingMuslimHouses [dejen de demoler casas de musulmanes] fue tendencia en Twitter, ya que muchos críticos calificaron la campaña de demolición de «inconstitucional».

Redes sociales se convierten en caldero donde se cuece odio contra los musulmanes

El odio y la violencia que vemos en las calles se ven alentados por el odio que se vomita en los foros digitales. Las páginas de las redes sociales y los canales editoriales de los medios defienden las ideas de indigenismo y supremacía hindúes. Se moviliza a los hindúes para que luchen por un «Rashtra hindú» (nación hindú). Se les hace creer en su condición de víctimas colectivas, y se presenta la eliminación de los musulmanes del país como la única solución posible.

The_hindu_talks1 es una de las muchas páginas nacionalistas del Hindutva en Instagram que han estado difundiendo odio comunitario. Esta publicación en particular trata de proponer la idea de que los hindúes amables muestran amor y respeto a los musulmanes. Sin embargo, los musulmanes atacan a los hindúes e intentan dañarlos. Los hindúes que están cegados por la idea del laicismo no pueden ver la realidad.

hindú rashtra india

Los datos de la investigación de Observatorio de Medios Cívicos han demostrado que los hilos de Twitter usan a menudo narrativas falsas. Las etiquetas que se usan para llamar la atención sobre la violencia contra los musulmanes en India se toman para presentar narrativas islamófobas. Cualquiera que se manifieste en contra es calificado de traidor, antinacional y terrorista. Críticas y puntos de vista contrarios se reciben con desprecio, acoso y, a menudo, con acciones legales.

Esto, unido a las campañas de desinformación de los medios oscuros y de derecha, garantiza que los ciudadanos inconscientes de un país reciban una narrativa manipulada unilateralmente que les anima a subirse al carro del Hindutva, como muestran los datos de la Observatorio de Medios Cívicos.

Aunque los partidos de oposición han firmado declaraciones y peticiones abiertas, no han denunciado la naturaleza de esta violencia comunitaria por lo que es, es decir, violencia contra los musulmanes, quizás por miedo a ofender a su base de seguidores hindúes de casta superior. El Gobierno indio arma leyes y políticas para atacar a sus críticos y silenciar a cualquiera que se manifieste contra su política hindutva, y el espacio para la disidencia en India se está reduciendo rápidamente.

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