«La ambición de expresarme libremente»: Conversación con el artista iraní Arghavan Khosravi

‘La fragilidad de la paz’, 2019 de Arghavan Khosravi. Acrílico y transferencia fotográfica sobre bloque de madera; tela impresa y lienzo de algodón montado en panel de madera, 40 x 57 pulgadas (101 x 145 cm). Foto por cortesía del artista.

El Museo de Arte Currier de Manchester (New Hampshire) presenta las nuevas obras creadas en los últimos años por la artista iraní Arghavan Khosravi, que luego expondrá en la Bienal de Venecia de 2022. Es la primera exposición individual en un museo de su floreciente carrera.

Khosravi nació en Shahr-e-Kord (Irán) en 1984 y se trasladó a Estados Unidos en 2015. Rápidamente surgió en la primera fila de la escena artística estadounidense con sus obras multifacéticas, ricas y deslumbrantes que unen con tacto las tradiciones de la pintura del Renacimiento europeo y la miniatura persa.

Aunque estéticamente sofisticada, su uso de metáforas visuales, referencias históricas y reacciones a las narrativas sociales actuales, dan un mundo laberíntico que deja a su público con mucho que decodificar y apreciar.

No es necesario ser iraní para identificarse con la sensación de incertidumbre y represión que se respira en sus cuadros. Khosravi explica cómo, al ocultar las identidades de las figuras femeninas que aparecen en sus obras se permite al espectador imaginarse en cada situación, independientemente de su origen cultural.

Arghavan Khosravi obtuvo una maestría en pintura en la Escuela de Diseño de Rhode Island en 2018. Completó el programa de arte de estudio en la Universidad de Brandeis en 2016, y tiene un MFA en Ilustración de la Universidad de Teherán (2008) y un BFA en Diseño Gráfico de la Universidad Azad de Teherán (2005).

En entrevista con Global Voices, Khosravi explica cómo ha influido en su trabajo la naturaleza narrativa de las miniaturas persas y cómo ha podido usar la metáfora para captar la experiencia iraní de vivir en una sociedad patriarcal constantemente al borde de la guerra

Arghavan Khosravi trabajando en su estudio. Foto de Josephine Sittenfeld, cortesía de la artista.

A continuación, extractos de la entrevista:

Omid Memarian (OM): Tus obras tridimensionales se expondrán en el Rockefeller Center de Nueva York a finales de este año, como parte del programa 2022 Art in Focus del Art Production Fund. ¿Cómo decidiste añadir una tercera dimensión a tus obras?

Arghavan Khosravi (AK): My experimentation with three-dimensional works started from a series of paintings in which I used shaped panels. The idea of shaped panels came from looking at Persian miniature paintings. Those paintings almost always were painted to accompany a text and were part of a book. So there was one rectangle which was the paper, and then the artist drew another picture inside that frame. There are some moments in these works where the artist decided to have certain elements of the painting grow out of the picture; whether it’s part of the architectural space in the painting, the landscape, or even the figures.

I was interested in adopting this idea and using it in my own way. So, I decided to appropriate some of these architectural spaces in the miniature paintings and make shaped wood panels based on them, to emphasize the geometry of the architectural elements and give the illusion of depth to these otherwise flattened spaces (mainly because of their stacked perspective).

The moment I used a shaped panel, rather than the usual rectangle, the paintings became more like a 3D object. This led me to another series of works, in which I used multiple panels to make a painting. This gave me the opportunity to play with different depths for each panel, which made the work more sculptural. I next thought of integrating wood cutouts or found objects (such as rope, elastic or leather cord, lock, chain, etc.) in these pieces. I was also interested in the idea of painting a 2D surface in a way that looks three-dimensional and then juxtaposing it with an actual 3D space or object. I liked how this juxtaposition invites the viewer to look closer at each piece and spend more time figuring out which part is which.

Arghavan Khosravi (AK): Mi experimentación con las obras tridimensionales comenzó con una serie de cuadros en los que usaba paneles con forma. La idea de los paneles con forma surgió al observar las pinturas persas en miniatura. Esos cuadros casi siempre se pintaban para acompañar un texto y formaban parte de un libro. Así que había un rectángulo que era el papel, y luego el artista dibujaba otro cuadro dentro de ese marco. Hay algunos momentos en estas obras en los que el artista decidía que algunos elementos del cuadro crecieran en el exterior; ya sea parte del espacio arquitectónico del cuadro, el paisaje o incluso las figuras.

Me interesaba adoptar esta idea y usarla a mi manera. Así que decidí apropiarme de algunos de estos espacios arquitectónicos en los cuadros en miniatura y hacer paneles de madera con forma basándome en eso, para enfatizar la geometría de los elementos arquitectónicos y dar la ilusión de profundidad a estos espacios, que de otro modo serían planos (principalmente por su perspectiva apilada).

En el momento en que usé un panel con forma, en lugar del habitual rectángulo, los cuadros parecían más a un objeto en 3D. Esto me llevó a otra serie de obras, en las que usé varios paneles para hacer un cuadro. Esto me dio la oportunidad de jugar con diferentes profundidades para cada panel, por lo que la obra se hizo más escultórica. Luego pensé en integrar en estas piezas recortes de madera u objetos encontrados (como cuerdas, cordones elásticos o de cuero, candados, cadenas, etc.). También me interesaba la idea de pintar una superficie 2D de forma que pareciera tridimensional y luego sobreponerla con un espacio u objeto 3D real. Me gustaba que esta sobreposición invitara al espectador a mirar más de cerca cada pieza y a dedicar más tiempo a averiguar qué parte es cada una.

Lluvia negra», 2021, de Arghavan Khosravi. Acrílico y cemento sobre lienzo de algodón envuelto sobre panel de madera moldeado, recorte de madera, cuerda elástica, 91 5/8 x 105 1/4 x 11 in (232,7 x 267,3 x 27,9 cm). Foto por cortesía del artista.

OM: Como en la mayoría de tu obra, las mujeres tienen una presencia dominante en su exposición de 2021, «In Between Places». ¿Qué tienen de diferente estas pinturas escultóricas con respecto a las obras anteriores?

AK: In almost all of my paintings, I am depicting women. Maybe because in all of my paintings, I’m reflecting on my memories and life experiences in Iran. In those memories, the institutional and cultural barriers that constrained women's participation in the public sphere are very prominent. In the «In-Between Places» series, I was interested in incorporating a visual element that is consistent in almost all of the works. This visual element was the vertical rectangular panels with a cropped image of a female portrait or figure. The cropped portraits obscure the identity of these women and they become more like an example or representative of a larger group of people, rather than an individual person. Thus, the audience could identify each of these women through their own imagination or imagine themselves in each situation.

AK: En casi todos mis cuadros, represento a mujeres. Tal vez porque en todos mis cuadros reflexiono sobre mis recuerdos y experiencias vitales en Irán. En esos recuerdos, las barreras institucionales y culturales que limitaban la participación de las mujeres en la esfera pública son muy prominentes. En la serie «In-Between Places», me interesaba incorporar un elemento visual que es constante en casi todas las obras. Este elemento visual eran los paneles rectangulares verticales con una imagen recortada de un retrato o figura femenina. Los retratos recortados ocultan la identidad de estas mujeres y se convierten más en un ejemplo o representante de un grupo más amplio de personas, que en una persona. Así, el público podía identificar a cada una de estas mujeres a través de su propia imaginación o imaginarse en cada situación.

‘Halo obligatorio’, 2019 de Arghavan Khosravi, Acrílico sobre tela impresa en bloque de madera (que es una estera de oración) y lienzo de algodón montado en panel de madera, 47,7 × 45 × 2 in (121 × 114 × 5 cm). Foto por cortesía del artista.

OM: Estudiaste diseño gráfico e ilustración en Irán. Cómo influyó tu educación artística iraní en tu trabajo actual?

AK: In Iran, we had to decide very early (second year of high school) about our high school major, which would later limit our choices for the college major. At that point, although I was very interested in art and pretty good at it, 15-year-old me thought that art was something I should pursue on the side so I decided to choose mathematics to eventually become an engineer or something like that. Later on, in the last year of high school, I realized that I would like to pursue art as my career but still felt that fine art was something that I might not be able to build a career with and be financially dependent on. So, I decided to study graphic design which has both aspects of fine and applied art.

In graphic design, I learned about composition, color, and visual communication in general, which today are helpful to my painting practice. I think the skills and experiences I had in graphic design led me to approach painting from a slightly different perspective than if I was trained to be a painter in a more conventional way. So to some extent, it helped me develop my own painting and creative process. The same goes for illustration; it gave me a set of skills that are still present in my paintings, for example, the dominance of narrative and visual storytelling. So at this point, although I landed on painting later in my life, I don’t regret my choices and if I had the chance to go back in time, I would probably make similar decisions.

AK: En Irán, teníamos que decidir desde el comienzo (en el segundo año de secundaria) sobre nuestra especialidad en secundaria, lo que después limitaría nuestras opciones para la carrera universitaria. En ese momento, aunque me interesaba mucho el arte y era buena, a mis 15 años pensaba que el arte era algo que debía perseguir paralelamente, así que decidí elegir las matemáticas para acabar como ingeniero o algo similar. Más tarde, en el último año de secundaria, me di cuenta de que me gustaría dedicarme al arte como carrera, pero seguía pensando que las bellas artes eran algo con lo que no podría construir una carrera ni depender económicamente. Así que decidí estudiar diseño gráfico, que tiene aspectos de bellas artes t de artes aplicadas.

En el diseño gráfico aprendí sobre la composición, el color y la comunicación visual en general, que hoy en día son útiles para mi práctica de la pintura. Creo que las habilidades y experiencias que tuve en el diseño gráfico me llevaron a enfocar la pintura desde una perspectiva ligeramente diferente a la que tendría si me hubiera formado como pintor de una manera más convencional. Así que, en cierta medida, me ayudó a desarrollar mi propia pintura y mi proceso creativo. Lo mismo ocurre con la ilustración; me dio varias habilidades que todavía están presentes en mis pinturas, por ejemplo, el dominio de la narrativa y la narración visual. Así que en este punto, aunque llegué a la pintura después en mi vida, no me arrepiento de mis elecciones y si tuviera la oportunidad de retroceder en el tiempo, probablemente tomaría decisiones similares.

‘La historia es un estado mental», 2018 de Arghavan Khosravi. Acrílico y pan de plata sobre tejido encontrado y lino sobre panel de madera, 24 x 20 pulgadas (60 x 50 cm).

OM: En tu cuadro, Sobre ser mujer», hay un laberinto de simbolismo que se despliega. ¿Cuál es la historia que tiene? ¿Te ves en esta obra?

AK: In this piece, I was thinking about growing up and living in a patriarchal society. Under such circumstances, women are treated as if they are always doing something wrong and should be restricted within a boundary that the patriarchal (or religious) structure is imposing on them — like criminals. For instance, I remember I was once arrested on the streets of Tehran because the hijab I was forced to wear wasn't covering enough. I’m sure there are thousands of other women who share a similar experience. Placing the black rectangle in front of the figure's eyes in the painting is reflective of these concepts. It’s a familiar visual element associated with publishing criminal faces in the media.

The other metaphor I used in this painting is the colorful landscape. I often use these green and colorful landscapes as a symbol of hope, an ideal place, a utopia. (It is a metaphor you can find in Persian literature, too.) In these works where I’m thinking about women's rights issues and patriarchal societies, you can guess what I mean by an ideal place. But in this piece, the lively landscape is separated from the viewer with a curtain that has almost collapsed or has been torn down. You see a shadow behind the curtain and a figure’s hand, which suggests someone is standing behind the curtain and looking at us, but her face is missing. By situating the symbology behind the landscape, you can interpret more of each of these visual metaphors, within that given context.

AK: En esta obra, pensaba en crecer y vivir en una sociedad patriarcal. En esas circunstancias, se trata a las mujeres como si siempre estuvieran haciendo algo malo y debieran estar restringidas a un límite que la estructura patriarcal (o religiosa) les impone, como si fueran delincuentes. Por ejemplo, recuerdo que una vez me detuvieron en las calles de Teherán porque el hiyab que me obligaban a llevar no cubría lo suficiente. Estoy segura de que hay miles de mujeres que tienen una experiencia similar. Poner el rectángulo negro delante de los ojos de la figura en el cuadro refleja estos conceptos. Es un elemento visual familiar asociado a la publicación de rostros criminales en los medios.

La otra metáfora que he usado en este cuadro es el paisaje colorido. Suelo usar estos paisajes verdes y coloridos como símbolo de esperanza, un lugar ideal, una utopía (es una metáfora que también se puede encontrar en la literatura persa.) En estas obras en las que pienso en cuestiones de derechos de la mujer y en sociedades patriarcales, se puede adivinar lo que quiero decir con un lugar ideal. Pero en esta obra, el paisaje animado está separado del espectador con una cortina que casi se ha derrumbado o han arrancado. Se ve una sombra detrás de la cortina y la mano de una figura, lo que sugiere que alguien está de pie detrás de la cortina y nos mira, pero le falta rostro. Al situar la simbología detrás del paisaje, se puede interpretar más cada una de estas metáforas visuales, dentro de ese contexto determinado.

OM: En «La suspensión», vemos un misil apuntando a la cara de una mujer. Otra mujer está arrodillada sobre un cuerpo, ambas figuras apuntan hacia abajo en una pendiente pronunciada. Este cuadro evoca la difícil situación del pueblo iraní, en la que las armas, un medio que se promociona como una contribución a la seguridad del país, tienen en realidad el efecto contrario y perjudican sobre todo a las mujeres.

AK: That is a very interesting and thoughtful read. In this piece, I was thinking about the feeling of uncertainty. I made this piece after months of home quarantine during the pandemic. Thus, the initial idea started from there but it also reflects on the current situation in Iran. Over the past few years, or even decades, Iranians have felt like they’re on the brink of war most of the time. For me, the feeling was like having a missile suspended in front of you and having no idea when it will start moving.

AK: Es una lectura muy interesante y reflexiva. En esta obra, pensaba en la sensación de incertidumbre. Hice este cuadro después de meses de cuarentena en casa durante la pandemia. Por tanto, la idea inicial partió de ahí, pero también refleja la situación actual de Irán. En los últimos años, o incluso décadas, los iraníes se han sentido como si estuvieran al borde de la guerra la mayor parte del tiempo. Para mí, la sensación era como tener un misil suspendido delante de ti y no tener ni idea de cuándo empezará a moverse.

La suspensión», 2021 de Arghavan Khosravi. Acrílico y cemento sobre lienzo de algodón envuelto sobre panel de madera moldeado, recorte de madera, 57 1/4 x 46 3/4 x 2 in (145,4 x 118,7 x 5,1 cm). Foto por cortesía del artista.

OM: ¿Cómo ha influido la inmigración a Estados Unidos en tu arte, en su forma y la técnica y en el tema en el que se centra?

AK: I came to the U.S. to study painting in graduate school. Before that, painting was never my main focus; it was something I would do in my spare time after my day job. Since I came here, painting became the center of my focus and my professional life totally changed. Every day I realize how right this decision was — both to immigrate here, where I can express myself freely without being concerned about any sort of censorship, and also to become a painter. Before that, in both graphic design and illustration, there had always been a client or publisher I had to listen to, and at the end of the day what I made only conveyed whatever message or ideas they wanted me to say.

On top of that, there was the censorship imposed by the government which did not leave me much room for self-expression. It was too much for me because my ambition was to express myself freely and say whatever I want to say in my work. That was the most satisfying thing I felt when I came to the US and switched to painting. During these years, during graduate school, I could design my own creative process and painting techniques which have been evolving ever since.

AK: Vine a Estados Unidos para estudiar pintura en la escuela de posgrado. Antes de eso, la pintura nunca fue mi principal objetivo; era algo que hacía en mi tiempo libre después del trabajo. Desde que llegué aquí, la pintura se convirtió en el centro de mi atención y mi vida profesional cambió totalmente. Cada día me doy cuenta de lo acertada que fue esta decisión, la de emigrar aquí, donde puedo expresarme libremente sin preocuparme por ningún tipo de censura, y la de convertirme en pintora. Antes, tanto en el diseño gráfico como en la ilustración, siempre había un cliente o un editor al que tenía que escuchar, y al final lo que hacía solo transmitía el mensaje o las ideas que querían que dijera.

Además, estaba la censura del Gobierno, que no me dejaba mucho espacio para expresarme. Era demasiado para mí porque mi ambición era expresarme libremente y decir lo que quisiera en mi obra. Eso fue lo más satisfactorio que sentí cuando vine a Estados Unidos y me pasé a la pintura. Durante estos años, en la escuela de posgrado, pude diseñar mi propio proceso creativo y mis técnicas de pintura, que han ido evolucionando desde entonces.

‘El Limbo’, 2018 de Arghavan Khosravi. Acrílico y pintura metálica en aerosol sobre panel de madera de bajo crudo, 24 x 36 pulgadas ( 60 x 90 cm). Foto por cortesía del artista.

OM: Cualquiera que observe tu extensa obra puede ver que, además de un artista sofisticado, eres una narradora de historias. En este sentido, tu obra evoca las miniaturas persas, en las que el espectador debe explorar las capas de significado y los elementos interconectados a lo largo de los cuadros para comprender las historias circulares incrustadas. ¿Cuál es el origen de este estilo narrativo?

AK: Your observation is exactly on point and it’s very nice to hear that. Miniature painting, and more specifically Persian miniature painting, is one of my main sources of inspiration; whether it’s the way architecture is depicted in those paintings, the approach toward depicting language, the mesmerizing colors, or the way the figures’ form of expression is visible in their body language and poses, rather than in their face.

One of the other fascinating characteristics of these works, as you mentioned too, is that they have usually been made to accompany a story. I like to have a similar approach in my own work. I would like to load the paintings with symbols, visual metaphors, and codes that are layered in a way that hopefully invite the viewer to take a closer look and spend more time with the piece. It also allows the works to be accessible to different audiences coming from different walks of life and cultural backgrounds.

AK: Tu observación es precisa y es muy agradable escucharla. La pintura en miniatura, y más concretamente la pintura en miniatura persa, es una de mis principales fuentes de inspiración; ya sea por cómo se representa la arquitectura en esas pinturas, el enfoque hacia la representación del lenguaje, los colores hipnotizantes o la forma de expresión de las figuras en su lenguaje corporal y sus poses, más que en su rostro.

Otra de las características fascinantes de estas obras, como también has mencionado, es que normalmente se han hecho para acompañar una historia. Me gusta tener un enfoque similar en mi trabajo. Me gusta llenar los cuadros con símbolos, metáforas visuales y códigos que se sobreponen de manera que, con suerte, invitan al espectador a mirar más de cerca y a pasar más tiempo con la obra. También permite que las obras sean accesibles a distintos públicos procedentes de diferentes ámbitos de la vida y de la cultura.

Serie de autocensura 1, 2018 de Arghavan Khosravi. Acrílico y plexiglás sobre lienzo de lino sobre panel de madera. 30 x 30 cm. Foto por cortesía del artista.

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