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La respuesta más desesperada al confinamiento por COVID-19 en China: «Somos la última generación»

Categorías: Asia Oriental, China, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política, Salud, COVID-19

Imagen de un vídeo viral en China: «Esto afectará a tres generaciones». «Somos la última generación».

I am sorry, we are the last generation.

Lo siento, somos la última generación.

Esta frase, que apareció en un video censurado, se hizo viral los primeros días de mayo  en las redes sociales chinas.

Según informes de numerosos medios, el video se rodó en Shanghái [1], donde muchos habitantes llevan más de dos meses confinados a causa de la política «cero COVID» [2] de China. 

En el video, varios trabajadores del control de pandemias, incluido un policía, se presentan ante la puerta de un joven exigiendo a los habitantes de la casa que se encierren en un centro de cuarentena durante varios días. El joven se resiste a la cuarentena, ya que nadie de la casa ha dado positivo en COVID-19. El policía le advierte de que si se niega a cumplir la orden, el castigo podría afectar a tres generaciones de su familia. El joven contesta con calma: «Lo siento, somos la última generación, gracias por su interés».

Este es el video publicado en Twitter:

Esta es nuestra última generación, gracias.

La amenaza de un castigo multigeneracional era muy común en la época de Mao Tse Tung [5]. Es ese periodo, cuando una persona era acusada de derechista o capitalista, sus hijos debían llevar una etiqueta que los identificaba como «enemigo del pueblo [6]«, y sufrían ostracismo político y social.

La respuesta del joven ha impactado a mucha gente, como si en lugar de sentirse amenazado, se defendiera tranquilamente sugiriendo que no tendría descendencia.

En la cultura china, no tener hijos se considera una maldición que implica un notable estigma social. Pero la forma tan abierta en la que el joven habla de no tener hijos ha tenido un gran eco en las redes sociales chinas. Muchos usuarios utilizaron las etiquetas #这是最后的一代 [Esta es la última generación],(#我们是最后的一代 [Somos la última generación] y #最后的 [La ultima generación 一代] para hacer declaraciones similares y comenzar debates sobre la crianza de niños en una situación de opresión política y social

确实很绝望,不想生了

La situación es realmente desesperada, yo tampoco quiero tener descendencia.

其实是消极的抵抗,报复不了施害者,其实可以说 我三代都不放过你!

Esto es resistencia pasiva. No hay canales para vengarse del perpetrador. ¡Podría haber dicho que tres generaciones de su familia encontrarían la forma de ajustar cuentas!

Gracias a la política cero COVID, muchas ciudades chinas, megalópolis como Shanghái y Pekín, están bajo el llamado confinamiento dinámico, por el que millones de personas se encuentran encerradas en sus apartamentos o distritos residenciales. Las autoridades fuerzan a la gente a hacerse pruebas PCR regularmente, y se enfrentan a estrictas exigencias de cuarentena. Por ejemplo, si se detecta un solo caso de COVID en un edificio, todos los habitantes deben ingresar en centros cuarentenarios, y las personas que han convivido o han estado en contacto estrecho con infectados están obligadas a permitir la entrada de personal médico en su vivienda para hacer una desinfección exhaustiva.

Desinfección de una casa en Dabai.

Hay una gran indignación por la falta de respeto a la libertad y a los derechos humanos básicos. Aunque se ha pedido repetidamente que se atenúe la política de cero COVID tras el agresivo confinamiento de Shanghái [9], que provocó escasez de alimentos, disturbios y censura, Pekín ha seguido insistiendo en sus medidas de control de la pandemia [10] y prometido luchar contra las críticas a estas políticas de prevención.

Con semejante panorama, hay quien interpreta la frase «somos la última generación» como la resistencia más desesperada contra la tiranía. El profesor de derecho chino Zhang Xuezhong dijo en Twitter:

«¡Somos la última generación, gracias!» Es una expresión trágica cargada de desesperación. La persona que lo dijo ha tomado la decisión biológica de no tener hijos basándose en que se le ha privado de un futuro deseable. Es la protesta más firme que el joven podría hacer contra esta época.

La interpretación difiere ligeramente en Weibo, donde muchos no consideran esta declaración como acto de resistencia política. Un comentario muy popular señaló:

这不是恨,甚至不是抗争,更不是对其他国别或地域的无脑崇拜。

这是想以现在的身份为豪却连自己的基本权利都得不到保障的无奈,是希望这里变得更好但发现自己什么都改变不了的认命,是被威胁下一代人的命运时最苍白的自辩。

No hay resentimiento, ni resistencia, ni exigencias ciegas de las prácticas de otros países.

Es una expresión de impotencia, como si quisiera sentirse orgulloso de su identidad, pero le han arrebatado todos sus derechos básicos, es una aceptación de su incapacidad de conseguir un cambio aunque espere lo mejor, una autodefensa cuando le amenazan con el destino de su descendencia.

Otro usuario de Weibo dijo:

他甚至没有向外诉求,没诉求保障、没诉求改变、没诉求在不知情状况下被悄悄让渡的权利、没诉求那些白纸黑字写好却又肆意践踏的规则,他也没倡导、没大声疾呼,他只是轻轻地阐述自己,他只是悲哀又绝望地把刀尖朝向自己而已。

Ni siquiera expresó ninguna exigencia, ni pidió protección, ni parecía tener intenciones de cambiar nada. No habló de los derechos que le habían arrebatado poco a poco, ni de los acuerdos inquebrantables que han acabado en la basura. No reivindicó, no protestó. Solo expresó su postura tranquilamente, como si girase la daga hacia él tristemente desesperanzado.

En los últimos años, el Gobierno chino ha animado a sus ciudadanos a tener más hijos [12], sobre todo tras la fuerte caída de la natalidad en 2020, aunque parece que el esfuerzo ha sido en vano, principalmente por falta de apoyo institucional.