Lisa Allen-Agostini, preseleccionada para Premio Femenino de Ficción 2022, nació para ser una «escritora de Trinidad».

Escritora trinbagoense Lisa Allen-Agostini, cuyo libro «El pan que amasa el diablo» ha sido preseleccionado para el Premio Femenino de Ficción 2002. Foto de Paula Obe Photography, usada con autorización.

Lisa Allen-Agostini, escritora afincada en Trinidad y Tobago, lleva escribiendo desde que tiene uso de razón. Sin embargo, a pesar de su destreza y de su sustancial obra, el reconocimiento de las grandes editoriales le ha sido esquivo, hasta que su novela más reciente, «The Bread the Devil Knead» (que publicó hace casi un año la editorial independiente británica Myriad Editions), fue preseleccionada para el Premio Femenino de Ficción 2022.

En esa obra, Trinidad cobra vida. A lo largo del libro se suceden escenas coloridas y reales, que solo se pueden ver en una ciudad poscolonial como Puerto España. También ayuda el hecho de que la novela esté escrita en lenguaje local: abundan los trinitenses, que sumergen al lector en una lengua vernácula tan auténtica que parece que uno está con los personajes. Ya sea la complicada y enérgica heroína, Alethea «Allie» López, víctima de abuso doméstico, su violento novio Leo, el jefe con el que se acuesta o su variopinto grupo de amigos, el lector vive la experiencia con ellos.

En una entrevista con la BBC el 9 de abril, Allen-Agostini habló de escribir de forma cinematográfica, y es cierto; al leer su libro, mis músculos se tensan ante la posibilidad de que Leo se ponga feo; se me corta la respiración cuando Allie acepta la verdad de su pasado; bien podría estar viendo una película de Hitchcock. A lo largo de los días siguientes, Allen-Agostini y yo charlamos por WhatsApp y enviamos correos electrónicos sobre el libro, la lista de candidatos y más…

Novela de Lisa Allen-Agostini ‘El pan que amasa el diablo’, preseleccionada para el Premio Femenino de Ficción 2002. Goto de Corinne Pearlman, usada con autorización.

Janine Mendes-Franco (JMF): Feicitaciones por el libro, que no es el primero, pero sí el primero por el que te han preseleccionado para un premio de escritura tan prestigioso. ¿Qué significa este honor para ti?

Lisa Allen-Agostini (LAA): As my friend and fellow writer Anu Lakhan said, even if I don’t win, forever after I’ll be a writer whose book was shortlisted for the Women’s Prize for Fiction! I’m in the same category as Margaret Atwood, who was also shortlisted for this prize in the past. I’m waiting to see what happens. God promised the book would go far, and stay in print for a long time. I think he’s very keen on getting its message out: that women don’t have to stay in abusive relationships, that they can be delivered, that they can find loving support and change their lives. The shortlisting helps that happen and so I’m grateful for it.

Lisa Allen-Agostini (LAA): Como dijo mi amiga y compañera escritora Anu Lakhan, aunque no gane, siempre seré una escritora cuyo libro fue preseleccionado para el Premio Femenino de Ficción. Estoy en la misma categoría que Margaret Atwood, que antes fue preseleccionada para este premio. Estoy esperando a ver qué pasa. Dios prometió que el libro llegaría lejos, y que se mantendría en circulación durante mucho tiempo. Creo que tiene mucho interés en difundir su mensaje: que las mujeres no tienen por qué permanecer en relaciones abusivas, que pueden liberarse, que pueden encontrar apoyo amoroso y cambiar sus vidas. La preselección ayuda a que eso ocurra y por eso se lo agradezco.

JMF: Has dicho que el personaje de Alethea se te ocurrió durante un taller de escritura con el escritor Wayne Brown a mediados de la década de 2000. Creo que es brillante que hayas elegido a la «mujer roja», que en la cultura caribeña se suele poner en un pedestal gracias a su piel más blanca, como víctima de una violencia espantosa, pero a ti no te gusta especialmente. ¿Por qué?

LAA: She’s blunt and bitchy— I mean, the things she says about the other characters are really awful and she’s kind of cold and distant in some ways. And I’ve always felt that for a woman to walk away from her family as she did seems to make her less sympathetic even when she’s doing it to save her own life. I am shocked when people say she’s one of their favourite characters. And yes, the point of the story is that she looks like this «browning with tall hair,» which Professor Patricia Mohammed has theorised as the epitome of sexualised Caribbean femininity — men want her and women want to be her — but in private she has had this terrible family history and she lives in hell. But she red, so nobody sees that. The novel is a way to show that our assumptions about a woman’s life may be wrong, and that we may all possibly be living through terrible things, and that all women can be subject to abuse, regardless of class, caste or colour.

LAA: Es contundente y maliciosa, es decir, las cosas que dice de los otros personajes son realmente terribles y es un poco fría y distante en algunos aspectos. Y siempre me ha parecido que el hecho de que una mujer se aleje de su familia como ella la hace menos solidaria, aunque lo haga para salvar su propia vida. Me sorprende que la gente diga que es uno de sus personajes favoritos. Y sí, el punto de la historia es que ella se parece a esta «morena de pelo alto«, que la profesora Patricia Mohammed ha teorizado como el símbolo de la feminidad caribeña sexualizada –los hombres la desean y las mujeres quieren ser ella–, pero en privado ha tenido esta terrible historia familiar y vive en el infierno. Pero ella es roja, así que nadie lo ve. La novela es una forma de mostrar que nuestras suposiciones sobre la vida de una mujer pueden ser erróneas, y que posiblemente todas vivamos cosas terribles, y que todas las mujeres pueden ser objeto de abusos, independientemente de su clase, casta o color.

JMF: Hablemos de la violencia en el contexto local: la violencia infantil, corporal y sexual (que ahora vuelve a ser noticia por los presuntos abusos en hogares infantiles); la violencia vinculada a la raza en términos de colorismo y de cómo se trata a las personas. ¿Cómo crees que deberíamos tratar estas cuestiones para lograr un cambio positivo?

LAA: Of course we should talk more about violence across the board and stop pretending it only happens in certain classes of people. I tell young people when I talk to them about mental illness that if they had a «sore foot» (a Trini expression for an ulcerated wound) but that they kept it covered up and never treated it, it would only get worse and worse and eventually cause the foot to rot and fall off. The same is true about the endemic violence we face here. Across all ages, races, classes. We are born and raised in violence because of our national history. We minimise the effects of African chattel slavery here, say it was «mild» compared to Barbados, Jamaica, Cuba, or Brazil — but it was still horrific. And those lessons are in our DNA. We have to talk about it before we can begin to untangle its generational effects and heal.

LAA: Por supuesto que deberíamos hablar más de la violencia en general y dejar de fingir que solo se da en algunas personas. Cuando hablo con los jóvenes sobre las enfermedades mentales, les digo que si tuvieran un «pie adolorido» (una expresión trinitaria para referirse a una herida ulcerada) pero lo mantuvieran tapado y nunca lo trataran, solo empeoraría y acabaría por hacer que el pie se pudriera y se cayera. Lo mismo ocurre con la violencia endémica que enfrentamos aquí. En todas las edades, razas y clases. Nacemos y crecemos en la violencia por nuestra historia nacional. Aquí minimizamos los efectos de la esclavitud africana, decimos que fue «leve» en comparación con Barbados, Jamaica, Cuba o Brasil, pero sigue siendo horrible. Y esas lecciones están en nuestro ADN. Tenemos que hablar al respecto antes de poder empezar a desenredar sus efectos generacionales y sanar.

JMF: En los últimos años, el tema de la violencia doméstica ha acaparado constantemente los titulares en Trinidad y Tobago. En el libro, desglosas la situación en diversos escenarios de causa y efecto, pintas un cuadro de la montaña rusa emocional que es la violencia doméstica y tal vez hace reflexionar a la gente de «¿Por qué no te vas?». En la vida real, ¿por qué crees que seguimos luchando con enfoques muy básicos sobre el tema? ¿Por qué no se protege mejor a las mujeres? Y, en realidad, ¿por qué no se pide a los hombres que se responsabilicen por su comportamiento?

LAA: I think there has been some change in systems and legal protections. For example, it’s no longer legal to beat your wife, even if it is still tacitly approved of by many men across the board in my experience. Violence against women is an intractable problem that has in fact been made worse in a way because women have changed through feminism and men, by and large, have not. So a woman will get box in her mouth because she feels she has the right to say things to her man and he doesn’t feel she has that right at all. So there’s a gap in understanding and a gap in lived experience between men and women. It’s no good telling men, ‘Get over it’ without giving them the tools with which to understand how to get over it; or telling women, ‘Be independent’ when they still have to live with men who don’t really want independent women. It’s complicated and difficult and honestly, I don’t know what the answers are but I am sure that we need to talk about it more honestly and more frequently.

LAA: Creo que ha habido algunos cambios en los sistemas y en las protecciones legales. Por ejemplo, ya no es legal pegarle a tu esposa, aunque, según mi experiencia, muchos hombres todavía lo aprueban tácitamente. La violencia contra la mujer es un problema intratable que ha empeorado en cierto modo porque las mujeres han cambiado gracias al feminismo y los hombres, en general, no. Así que a una mujer se le mete una caja en la boca porque siente que tiene derecho a decirle cosas a su hombre y él no siente que tenga ese derecho en absoluto. Así que hay una brecha en la comprensión y una brecha en la experiencia vivida entre hombres y mujeres. No sirve de nada decirles a los hombres: «Supéralo», sin darles las herramientas para entender cómo superarlo; o decirles a las mujeres: «Sé independiente», cuando todavía tienen que vivir con hombres que realmente no quieren mujeres independientes. Es complicado y difícil y, sinceramente, no sé cuáles son las respuestas, pero estoy segura de que tenemos que hablar de eso con más sinceridad y con más frecuencia.

JMF: No hay ningún héroe en el libro. Nadie viene a rescatar a Allie y, según admites, ella misma no es una heroína. ¿Hay algún mensaje subyacente que quieras transmitir a los lectores?

LAA: The main character is delivered. If you look at the structure of the book, you’ll see that she cries out to God and her life begins to change — and in the end she’s delivered and nobody can explain how. People in secular modern society mock the idea that God can deliver someone from a terrible situation but I’ve seen it. I’ve lived it. I am not a survivor of this kind of violence but I’ve experienced other kinds of deliverance, and there are many who can testify that, indeed, they have been delivered from terrible situations where they could have been killed. I would really like women to know that they don’t have to stay in abusive situations, and that even when things look absolutely hopeless, God is there and he can help them.

LAA: El personaje principal es liberado. Si miras la estructura del libro, verás que clama a Dios y su vida empieza a cambiar, y al final es liberada y nadie puede explicar cómo. La gente de la sociedad moderna laica se burla de la idea de que Dios pueda liberar a alguien de una situación terrible, pero yo lo he visto. Lo he vivido. No soy sobreviviente de este tipo de violencia, pero he experimentado otros tipos de liberación, y hay muchas personas que pueden dar testimonio de que, efectivamente, han sido liberadas de situaciones terribles en las que podrían haber sido asesinadas. Me gustaría que las mujeres supieran que no tienen por qué permanecer en situaciones de abuso, y que incluso cuando las cosas parecen absolutamente desesperadas, Dios está ahí y puede ayudarlas.

Escritora Lisa Allen-Agostini; foto de Paula Obe Photography, used with permission.

JMF: A pesar de su fuerte fe en que Dios le sacará –y le ha sacado– adelante, hubo un momento en el que estuvo a punto de dejar la escritura. ¿Por qué, y qué ocurrió para que cambiaras de opinión?

LAA: After many years as a writer of poetry and prose, I had given up. I just wasn’t getting though, not in the way I thought I deserved after decades of hard work and sacrifice. I was what they call a «respected writer» and «widely published,» and I had had some international success with a Young Adult (YA) novella and a book of poems and a collection of short fiction which I had co-edited. But the big success — winning international prizes, getting an agent, selling a book to a really big publisher — kept eluding me. I gave up. I said, «God, I’m done. I am not doing this anymore.»

Not long afterwards, two things happened. First was the news that a manuscript of mine had been awarded in the CODE Caribbean YA Lit prize administered by the Bocas Lit Fest. The other was that Margaret Busby called to invite me to contribute to New Daughters of Africa. Busby is the doyenne of Black British publishing; when she says you’re good, trust and believe that you’re good. That she would personally reach out to ask me to contribute blew my mind and made me realise that I wasn’t yet done with writing. It’s significant, too, that the manuscript that was awarded (it was published as «Home Home» in 2018) was about a young black Trini girl with mental illness; and the anthology New Daughters of Africa is black women’s writing from the African diaspora. It gave me great clarity about what my mission is as a writer, what I had been sent to do and whom I had been sent to reach.

JMF: Te describes como escritora trinitense. ¿Qué significa esta definición para ti?

LAA: I chose to stay in Trinidad and Tobago despite the fact that it would hurt my chances at international success. It’s mad to stay here and hope someone will publish your book out there; and it rarely happens, relatively speaking. But I stayed and I continue to stay. I also call myself a Trinidad writer because I write about this place and its people, in its voices. I write about its traditions and its vagaries and its joys and horrors. I write about its past and its present and its future. It’s not that I’ve never written about anything else, but Trinidad and its people are overwhelmingly my theme and subject matter. My Facebook author page is literally @trinidadwriter because, of all the things I’m called to document or give voice to, it is Trinidad and its people’s stories that are the most urgent and compelling.

LAA: Decidí quedarme en Trinidad y Tobago a pesar de que perjudicaría mis posibilidades de éxito internacional. Es una locura quedarse aquí y esperar que alguien publique tu libro fuera; y rara vez ocurre, relativamente. Pero me quedé y sigo quedándome. También me llamo escritor de Trinidad porque escribo sobre este lugar y su gente, con sus voces. Escribo sobre sus tradiciones y sus caprichos, sus alegrías y sus horrores. Escribo sobre su pasado, su presente y su futuro. No es que nunca haya escrito sobre otra cosa, pero Trinidad y sus gentes son, en su mayoría, mi tema y materia. Mi página de autor en Facebook es, literalmente, @trinidadwriter porque, de todo lo que estoy llamada a documentar o a dar voz, es Trinidad y las historias de su gente las más urgentes y convincentes.

JMF: ¿Qué crees que hace que un escritor tenga «éxito»? ¿Es tener reconocimiento, vender muchos libros? ¿Es esa sensación de haber sacado algo que vale la pena? ¿Es la alegría del proceso?

LAA: For me success is being able to buy groceries and pay the light bill from what I’ve earned as a writer. (Maybe buy a car, build a house, too. I haven’t got there yet.) But also, there’s the kind of success that I have achieved: that my work is respected, that my voice is heard, that the books I have written have largely remained in print for many years, and that generations of readers may come to find something in a Lisa Allen-Agostini piece. Writing gave me life for many years and there was another success in that: the success of finely crafting words to diamond sharpness. I take great pleasure in that. When I know I’ve written the pants off a piece, that’s success.

LAA: Para mí el éxito es poder comprar alimentos y pagar la factura de la luz con lo que he ganado como escritora (tal vez comprar un auto, construir una casa, también. Todavía no he llegado a eso). Pero también está el tipo de éxito que he logrado: que mi trabajo sea respetado, que mi voz sea escuchada, que los libros que he escrito hayan permanecido en gran parte impresos durante muchos años, y que generaciones de lectores puedan llegar a encontrar algo en una obra de Lisa Allen-Agostini. Escribir me dio vida durante muchos años y en eso hubo otro éxito: el éxito de elaborar finamente las palabras hasta alcanzar la nitidez del diamante. Es un gran placer para mí. Cuando sé que he escrito lo mejor de una obra, eso es un éxito.

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