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Guatemala: Liberan a guía espiritual maya Q’eqchi’, señalada de “brujería”

Categorías: Latinoamérica, Guatemala, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Mujer y género, Pueblos indígenas

Foto de Juan Bautista Xol, usada con permiso.

Este artículo fue originalmente publicado por Elías Oxom en Prensa Comunitaria [1], luego editado y republicado en Global Voices bajo una alianza entre medios.

Adela Choc Cuz, integrante del Consejo Ancestral Maya Q’eqchi’ del municipio El Estor en el este de Guatemala, y su hija Sandra Tec Choc, fueron liberadas durante la madrugada de 17 de mayo, después de que un grupo de personas las mantuvieran secuestradas, acusándolas de brujería por la condición crítica de salud de una mujer de la comunidad.

Según Choc Cuz, fueron detenidas en la vivienda por más de 18 horas, sin permitirles consumir alimentos ni agua, además de ser golpeadas por integrantes de la familia. Choc perdió su ropa, muebles, utensilios de cocina; tenía un molino de nixtamal, una refrigeradora, una máquina de coser y tres bicicletas.

La guía espiritual forma parte de la resistencia antiminera en El Estor; era acusada de brujería por parte del señor Mario Caal Pec, hermano de Selvin Pec, dueño de la radio evangélica La Voz de Chichipate. El presidente de Guatemala Alejandro Giammattei mantiene buenas relaciones [2] con las iglesias evangélicas conservadoras del país, sobre todo en asuntos que polarizan a Guatemala como las leyes sobre la salud reproductiva de la mujer.

En Guatemala, la gran mayoría de personas afirman ser cristianos: 45% de guatemaltecos dicen profesar la religión católica según un censo [3] de 2015 y el 42% indica ser evangélico. Las religiones protestantes se están arraigando más y más en Guatemala, que está viviendo una «explosión pentecostal [4] [PDF]».

Muchas personas indígenas profesan el catolicísimo o evangelismo, a veces fusionando el cristianismo con creencias mayas en sincretismo [5]. Según los informes y los censos [3], la población indígena guatemalteca, que incluye 24 grupos étnicos, varia entre 45% y 60% de la población. El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas explica que «es notoria la desigualdad entre la población indígena y no indígena en términos de empleo, ingresos, salud y educación. Las estadísticas demuestran prácticas persistentes de racismo y discriminación contra los pueblos indígenas.»

Choc Cuz declaró: “Me acusan de ser bruja, yo nada más soy una guía espiritual. Exijo justicia a las autoridades. El señor Simón Tun Sacul me agredió, amenazó con decapitarme, indicando que era kaibil [6][una unidad élite del ejército] y me tiró al suelo. Yo no tengo ningún delito, tengo 7 hijos, todos son buenas personas. Me rociaron con gasolina en todo el cuerpo, responsabilizo al COCODE [el consejo comunitario], que avaló todo esto”.

Por su parte, Humberto Cuc, miembro del Consejo Ancestral Maya Q’eqchi’, condenó estos hechos y dijo que Adelina Choc Cuz es una guía espiritual y parte del Consejo Ancestral, “hemos realizado ceremonias mayas con ella, es doloroso lo que le pasó, muchas veces la gente se equivoca, piensan que al hacer nuestras prácticas culturales ya estamos haciendo brujería, en cambio nosotros respetamos a las religiones evangélicas, cuando te ven utilizando las candelas en la siembra ya lo acusan a uno de practicar brujería”, agregó.

También mencionó que los consejos ancestrales desde hace mucho eran los guardianes, cuidaban los cerros y los ríos, pero conforme pasó el tiempo cambiaron de nombre. “A ella lo odian por ser parte de la resistencia antiminera, el odio hacia ella empezó cuando difundió y denunció todo lo que estaba haciendo la minería en el mes de octubre”, indicó Humberto Cuc.

El municipio de El Estor está atravesando tensiones [7] por la resistencia de los pobladores a una minera de níquel de la Compañía Guatemalteca del Níquel (CGN), filial del grupo suizo Solway Investment. Según los pobladores, que son en mayoría de origen maya Q'eqchi’, la mina Fénix está contaminando el lago de Izabal y disminuyendo la población de peces. A finales del año 2021, los habitantes vivieron bajo un Estado de sitio de parte del Gobierno de Guatemala y fueron vigilados por soldados armados, después de que su lucha de años llegó a un punto culminante de protestas.

La guía espiritual fue liberada a las tres de la mañana cuando el grupo de personas se dispersó y quedaron solo los 15 integrantes del COCODE, que la tenían retenida en la casa.

Después de que Adela Choc Cuz y su hija fueron liberadas con el apoyo de representantes de la Procuraduría de los Derechos Humanos y de la Policía Nacional Civil, Adela Choc Cuz dijo a Prensa Comunitaria: “he sufrido vejámenes por parte del COCODE [Consejo Comunitario de Desarrollo [8]] liderado por José Ich; llegaron a incendiar mi casa con gasolina y a detenerme. Me he quedado en la calle, quemaron todas las cosas que tenía, quemaron la escritura de mi terreno y 5 mil quetzales en efectivo”, indicó.

Al ser liberada, tenía golpes fuertes en la frente. Quienes la agredieron le prohibieron que regresara a la comunidad y dijeron que realizarían una asamblea el 18 de mayo, para proponer que sea expulsada del lugar. La guía espiritual presentó una denuncia ante el Ministerio Público.

Foto de Juan Bautista Xol, usada con permiso.

El abogado Juan Castro, del Bufete para Pueblos Indígenas [9], comentó que en la mayoría de los casos el Estado deja en impunidad las graves violaciones de este tipo. También mencionó que el delito de brujería no existe.

En opinión de German Choc, del Colectivo de Guías Espirituales “Oxlaju Q’anil”, la función de un guía espiritual en la sociedad es ayudar a las personas, promover las prácticas culturales del pueblo maya, y ayudar a resolver los problemas, además son contadores del tiempo.

“Exijo que al Estado que se pronuncie para disminuir estos casos, también exijo a los dirigentes de las iglesias y sectas para que dejen de criminalizar a los guías espirituales y que promuevan la convivencia en paz, que dejen a los pueblos hacer sus prácticas culturales y espirituales tal como establece la Constitución Política de la República de Guatemala en su artículo 66, donde el Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el uso del traje indígena en hombre y mujeres, idiomas y dialecto de los distintos pueblos de Guatemala”, concluyó.