Asia Central celebra Día de la Victoria en medio de presión rusa

Presidente ruso Vladimir Putin en el desfile militar del Día de la Victoria. Moscú, Plaza Roja, 9 de mayo de 2022. Captura de pantalla del canal de YouTube Афиша Москвы. Uso legítimo.

El 24 de abril de 2022, Tigran Keosayan, presentador de televisión y uno de los rostros más destacados de la maquinaria propagandística del Kremlin, publicó un video en el que llamaba a los kazakos «astutos» (хитрожопые) por «cancelar» el desfile del Día de la Victoria, y amenazaba a Kazajistán y a otros exestados soviéticos con un escenario similar al de Ucrania. Keosayan y su esposa, Margarita Simonyan, directora del conglomerado estatal ruso RT (antes Russia Today), fueron fundamentales en la implementación de la propaganda militarista rusa, y están bajo sanciones restrictivas de la Unión Europea por «acciones que socavan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania». Ambos portavoces del régimen de Putin también obtuvieron dudosos beneficios comerciales con proyectos de relaciones públicas y producción de películas, e involucraron en sus planes corruptos a destacadas figuras del equipo presidencial, como reveló el equipo de Navalny.

Históricamente, el Día de la Victoria, el 9 de mayo, que conmemora la victoria sobre la Alemania nazi en 1945, no era un día festivo en la Unión Soviéticani se celebraba con un desfile: el primer desfile militar de la era de la posguerra no se celebró hasta 1965. Fue el régimen de Putin el que expropió sistemáticamente el Día de la Victoria en las políticas gubernamentales, y lo convirtió gradualmente en el núcleo de la propaganda estatal. Los últimos cinco años consecutivos, el Día de la Victoria fue la fiesta más popular entre los rusos, más que el Año Nuevo y la Pascua. Curiosamente, fue el Año Nuevo lo que Stalin designó como fiesta en lugar del Día de la Victoria en 1947.

Desde el punto de vista ideológico, la victoria sobre la Alemania nazi se convirtió en una de las herramientas más influyentes y universales del gobierno de Putin, ya que se convirtió en un instrumento para legitimar el régimen, reprimir la disidencia política y tener una política exterior agresiva, incluida la guerra en Ucrania. Dado que la actual propaganda rusa se basa en amplia difusión multicanal y falsedad, el Día de la Victoria desempeña un papel importante. En este sentido, el último discurso de Putin en el desfile del Día de la Victoria, del 9 de mayo de 2022, estaba lleno de asociaciones con la lucha contra el nazismo, con referencias a la Segunda Guerra Mundial, los «neonazis» de Ucrania, con los que «cuenta Estados Unidos y sus compañeros menores».

Con el tiempo, el concepto de victoria recreado en la Rusia de Putin se volvería gradualmente más rusocéntrico, y a menudo ignora la contribución de las potencias aliadas a la victoria, e incluso dio una ley que prohíbe la negación del papel decisivo del pueblo soviético en la derrota de la Alemania nazi, mientras que términos como «traidores» y «rusofobia» empezaron a ser incorporados en sus discursos del Día de la Victoria. El 9 de mayo de 2021, el presidente ruso declaró que «en los momentos más difíciles de la guerra, en las batallas más decisivas que definieron el resultado de la lucha contra el fascismo, nuestra nación estuvo sola». A medida que las celebraciones se fueron politizando, que se daba prioridad al estado actual de las cosas sobre el pasado, Putin dejó de felicitar a los jefes de Estado de Ucrania y Georgia en el Día de la Victoria, mientras que con el tiempo cada vez menos Estados estaban dispuestos a asociarse con las celebraciones del Día de la Victoria de Putin. Así, el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, se convirtió en el único líder extranjero que asistió al desfile del Día de la Victoria en Moscú el 9 de mayo de 2021, mientras que al desfile del Día de la Victoria de 2020 que se pospuso al 24 de junio de 2020 por el COVID-19, solo asistieron los líderes de Belarús, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Serbia, Tayikistán, Uzbekistán, así como los jefes de Abjasia y Osetia del Sur, las provincias escindidas de Georgia. Ningún dirigente extranjero visitó el desfile del Día de la Victoria en Moscú en 2022.

Presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, presidente ruso, Vladimir Putin, y ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, en celebraciones del Día de la Victoria. Moscú, Kremlin, 9 de mayo de 2021. Captura de pantalla del canal de YouTube ВМЕСТЕ-РФ. Uso legítimo.

A mediados de abril de 2022, el Ministerio de Defensa kazajo anunció que no habría desfile militar en el Día de la Victoria y que las celebraciones se limitarían a «actos militares-patrióticos», por la necesidad de ahorrar fondos presupuestarios y dar prioridad a otras tareas, a pesar de cumplirse 30 años de las Fuerzas de Defensa kazajas. Además, el llamado Regimiento Inmortal (Бессмертный полк), las marchas para conmemorar a los veteranos de guerra, fueron canceladas en algunas regiones de Kazajistán, a veces por una creciente respuesta negativa, como ocurrió en Aktau, al oeste del país. Antes de los acontecimientos, el Regimiento Inmortal pasó a llamarse oficialmente «Reverencia a los Héroes» (Батырларға тағзым). Mientras tanto, los fundadores del movimiento Regimiento Inmortal denunciaron su afiliación a las marchas con el nombre actual en medio de la participación masiva de la retórica de la guerra de Ucrania en ella, ya que los funcionarios animaron a los participantes a llevar retratos de soldados rusos muertos en la actual guerra de Ucrania.

Uzbekistán, que a diferencia de la mayoría de los Estados postsoviéticos, se refiere oficialmente a la guerra como la Segunda Guerra Mundial (y no la Gran Guerra Patria), decidió no celebrar un desfile militar en el Día de la Victoria, que pasó a llamarse oficialmente Día del Recuerdo y el Honor (Xotira va qadrlash kuni), aunque los 30 años de las Fuerzas Armadas uzbekas en enero de 2022 se celebraron con un desfile militar. Por otra parte, a pesar de estar tradicionalmente patrocinado por la embajada rusa en Uzbekistán y de las críticas del vicepresidente de la cámara baja del Parlamento uzbeko por ser un instrumento de propaganda, se celebró el Regimiento Inmortal, que reunió a apenas 200 personas.

Tropas uzbekas participan en el desfile militar del Día de la Victoria. Moscú, Plaza Roja, 24 de junio de 2020. Foto de Mil.ru vía Wikimedia (CC BY 4.0).

Kirguistán también abandonaría el desfile militar que tradicionalmente se celebraba en la plaza Ala-Too de la capital, Biskek, y pasaría a ser una «reunión de réquiem» (митинг-реквием). En cuanto al Regimiento Inmortal, se celebró a pesar de las objeciones por las asociaciones con la actual agresión rusa en Ucrania, aunque el Comité Estatal de Seguridad Nacional advirtió a la población que no llevara uniformes militares ni la letra «Z» (también conocida como zwastika), el signo militar de las tropas rusas en Ucrania. El presidente kirguís, Sadyr Japarov, también se sumó al debate, afirmó que «nadie tiene derecho a prohibir esta marcha». Curiosamente, Biskek se convirtió en uno de los pocos lugares de Asia Central que acogió una manifestación prorrusa de apoyo a Putin y a su «operación militar especial», y que denunció el «fascismo en Ucrania».

Tayikistán, cuyo presidente fue el último y único líder extranjero que asistió al desfile militar en Moscú en 2021, se convirtió en el único Estado de Asia Central que celebró el desfile militar y el Regimiento Inmortal. Este último, organizado por la misión diplomática rusa y organizaciones gubernamentales, fue considerado como una herramienta de propaganda de Moscú que amenaza la independencia del país. Sin embargo, el desfile militar no se celebró en la plaza Dusti, la principal plaza para ceremonias nacionales, sino en el parque de la Victoria de Dusambé. También se celebró un pequeño desfile militar en la base militar rusa 201 de Tayikistán, oficialmente la mayor base militar fuera de Rusia. El papel de la base parece especialmente vital en estos días, ya que el país depende cada vez más de la ayuda militar rusa en medio del aumento de los ataques transfronterizos desde Afganistán.

En Turkmenistán, donde a diferencia de otros Estados de Asia Central, el Día de la Victoria no es actualmente un día festivo, las celebraciones se limitaron a conmemoraciones y conciertos sin desfiles militares, mientras que el Regimiento Inmortal, organizado por la embajada rusa, se celebró en la escuela internacional ruso-turcomana. Desde la independencia, el desfile militar del Día de la Victoria sólo se ha celebrado una vez, en 2020 por la pandemia mundial.

Sin embargo, las críticas rusas y la vergüenza pública de los Estados de Asia Central por no celebrar desfiles militares no estuvieron acompañadas de su impulsado furor patriótico como guardianes exclusivos de la memoria de la guerra, ya que pronto se hizo evidente que los Estados de Asia Central pagan una ayuda monetaria mucho mayor a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial que la propia Rusia. Así, las ayudas monetarias anuales de Kirguistán y Uzbekistán fueron aproximadamente nueve veces superiores a las de Rusia, mientras que Kazajistán paga entre 17 y 31 veces esa cantidad. Curiosamente, el pago tan escaso a los veteranos de guerra no es el resultado de la actual economía rusa, que se ha visto afectada por las sanciones, sino que ha sido una tendencia en los últimos años.

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