Sri Lanka: ‘Queremos el poder de la igualdad, la justicia y el amor, no el amor por el poder’

The Samathai Drummers for Justice from Batticaloa perform at the gates of the Presidential Secretariat in Colombo. Image via Groundviews. Used with permission.

Los Samathai Drummers for Justice de Batticaloa en las puertas de la Secretaría Presidencial en Colombo. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Esta publicación apareció originalmente en Groundviews, galardonado sitio web de medios ciudadanos de Sri Lanka. Una versión editada se publica aquí como parte de un acuerdo para compartir contenido en Global Voices.

A finales de abril, mujeres de movimientos y colectivos del norte y este de Sri Lanka marcharon hacia la aldea de ocupación GotaGoGamaGota, váyanse») en Galle Face, Colombo, para expresar sus preocupaciones y problemas en solidaridad con la lucha en el sur. Desde organizar satyagrahas (resistencia civil) en las calles contra diversos problemas hasta comprometerse con los hogares encabezados por mujeres en soluciones para superar la crisis económica, los colectivos de mujeres han desempeñado un papel determinante en el delicado tejido social y las economías locales de las comunidades en el norte y este.

The Samathai Drummers for Justice from Batticaloa up close.

Samathai Drummers for Justice de Batticaloa de cerca. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Las dificultades que estas mujeres han debido enfrentar diariamente han creado el ingenio para ayudar a mantener sus propias comunidades en marcha. Su presencia en GotaGoGama no fue una declaración general contra el uso de la Ley de Prevención del Terrorismo (PTA, por su nombre en inglés) para detener a familiares después de los ataques del domingo de Pascua del 21 de abril de 2019 o la necesidad urgente de justicia y rendición de cuentas después de la  guerra civil que parecían escurridizas durante más de diez años.

Estas preocupaciones se comunicaron, pero al igual que los miles de otros en GotaGoGama, el propósito principal de las mujeres era mostrar su descontento por las condiciones económicas que habían empujado a sus comunidades, su gente y sus medios de vida al borde del abismo.

Las mujeres marcharon hasta las puertas de la Secretaría Presidencial, en gran medida el corazón del movimiento de protesta en GotaGoGama, alrededor de las 10:30 horas. Ahí, las Amigos feministas de Samathai de Batticaloa tocaron con sus tambores parai. Los discursos y cánticos del conjunto resonaron; invocaciones de la activista feminista Kamla Bhasin y las críticas a las jerarquías de poder y la violencia patriarcal que han dejado sus marcas indelebles en la historia de Sri Lanka.

Women from the North and East march into GotaGoGama. Image via Groundviews. Used with permission.

Mujeres del norte y del este marchan hacia GotaGoGama. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

‘Queremos el poder de la igualdad, la justicia y el amor. No amor por el poder’.

Fue un momento poderoso en el contexto más amplio de las protestas en GotaGoGama. Después de su marcha a GotaGoGama, continuaron hacia la Carpa de Voces Populares, donde instalaron un campamento para pasar el día. Groundviews habló con algunas de las mujeres que habían hecho el viaje nocturno desde Batticaloa.

«Esto es muy diferente para nosotras. Antes teníamos formas de enfrentarlo, podíamos hacerlo porque siempre encontrábamos soluciones», dice Vanie Simon. «Pero los problemas económicos pesan mucho sobre las mujeres con las que estamos trabajando».

Simon es integrante fundadora de la Red de Acción de Mujeres de Akkaraipattu. Nnos cuenta que algo que le es familiar desde su niñez era escuchar disparos. Los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), la Organización Revolucionaria de Estudiantes de Eelam (EROS), la Fuerza de Mantenimiento de la Paz de India (IPKF), el ejército de Sri Lanka, en realidad no importaba. Con ninguno cambió nada.

Vanie Simon is a founding member of the Women's Action Network from Akkaraipattu.

Vanie Simon es miembro fundadora de la Red de Acción de Mujeres de Akkaraipattu. Imagen vía Groundviews, usada con permiso.

El sonido de los disparos fue un símbolo que definió su infancia, dice. Fue este recuerdo constante y el presagio de violencia lo que la empoderó para enfrentar un ecosistema floreciente de militancia, guerra y violencia que se sostiene por años de discriminación sistémica y estructural. Es lo que definió todo su trabajo de derechos en las situaciones y entornos más peligrosos y exigentes.

Aún así.

Más de 30 años de guerra y violencia y es el impacto de la crisis actual lo que la ha puesto a prueba severamente:

In all the years of rights work I have done, this is a first. I’ve never had to fight on behalf of women who are hungry. We thought we were used to this situation and that there were alternatives we could find. We women ran a self-sufficient economy even during the war where we managed with what little we could produce. There was access to some sort of food, where we could keep afloat a basic local economy, but this is completely different.

En todos los años de trabajo de derechos que he hecho, esto no tiene precedentes. Nunca he tenido que luchar en nombre de las mujeres que pasan hambre. Pensábamos que estábamos acostumbradas a esta situación y que había alternativas que podíamos encontrar. Las mujeres dirigíamos una economía autosuficiente incluso durante la guerra, cuando nos las arreglábamos con lo poco que podíamos producir. Había acceso a algo de comida, donde podíamos mantener a flote una economía local básica, pero esto es completamente diferente.

Placards and Posters at the 'People's Voices Tent', GotaGoGama

Pancartas y afiches en la ‘Carpa de Las Voces del Pueblo’, GotaGoGama. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Los grupos de mujeres han estado a la vanguardia de las economías locales en el este. Durante el brote de COVID-19, cuando el comercio se había más o menos estancado, fueron las mujeres las que revivieron las antiguas estrategias y culturas alimentarias que habían sostenido a las comunidades durante la escasez. Son las mujeres quienes forman el núcleo de las economías locales.

Anuradha Rajaratnam del Centro de Desarrollo de Mujeres de Suriya nos dice que las crisis y la escasez actuales se proyectaron a finales de 2021 luego de consultas con la comunidad. Entendían claramente las presiones internas y externas dentro de la economía, especialmente durante la pandemia. Al estar bien versadas en agricultura y distribución de alimentos, comprendieron cómo una economía que ya estaba agobiada estaba a punto de empeorar con la prohibición de los fertilizantes químicos:

We knew it was going to happen so we gathered and we marched together last December alerting the government that we have this crisis at hand but nobody took any notice of us.

Sabíamos que iba a ocurrir, así que nos reunimos y marchamos juntas en diciembre de 2021 para alertar al Gobierno que teníamos esta crisis entre manos, pero nadie nos hizo caso.

«Es muy importante estar aquí y mostrar nuestro apoyo a lo que está sucediendo, pero también mostrar nuestras identidades y nuestras historias que han definido las luchas que hemos tenido y las batallas que hemos estado librando», dice Kamala Vasuki, artista y baterista de las Amigas Feministas de Samathai. Sus caricaturas adornan la carpa en la que el grupo se instaló durante el día.

At the heart of the Protest Site.

En el corazón del Sitio de Protesta. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

El tambor parai es parte de esa historia de la que habla Kamala, una que encarna cada vez que lo golpea con ritmo. El parai se ha utilizado históricamente para hacer anuncios en ocasiones especiales. Su presencia aquí como instrumento en ocasiones especiales también tiene un significado, ya que no es un instrumento que las mujeres toquen con frecuencia, sino que es un símbolo cultural colectivo contaminado por un estigma y un prejuicio milenarios. Son las mujeres quienes llevan la carga de muchos de estos problemas, pero también son las mujeres quienes han dado las alternativas, agrega.

Como movimientos feministas, los colectivos encontraron su defensa y luchas contra las relaciones de poder. Es algo que están acostumbrados a ver en numerosas formas; desde disputas familiares y violencia doméstica hasta funcionarios gubernamentales groseros y su desprecio por la voluntad de una mujer dentro de una comunidad. El impacto de las jerarquías de poder es algo que va en ambos sentidos, fluyen tanto hacia abajo como hacia arriba, y se trazan hasta la presidencia ejecutiva. Anuradha dice:

Whoever comes into power, all that power cannot be with one person. The executive presidency needs to be abolished. At no level should it exist nor should power be centralized within one person. Power needs to be decentralized and everyone should share in the powers, that is the country we are looking for.

Quienquiera que llegue al poder, todo ese poder no puede estar centralizado en una sola persona. La presidencia ejecutiva debe ser abolida. En ningún nivel debe existir ni debe centralizarse el poder en una sola persona. Hay que descentralizar el poder y compartir todos los poderes, ese es el país que buscamos.

Drummers up close.

Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

We as feminists are trying to change these cultures and abolish these patriarchal structures. Women's voices need to be heard. Change should happen through women's representation; representation goes even beyond politics, beyond just saying that there is equality because it is the amendments and constitution. We have to witness it in our life. Women have been asking for this simple recognition and equality for a long time.

Como feministas, estamos tratando de cambiar estas culturas y abolir estas estructuras patriarcales. Se debe escuchar la voz de las mujeres. El cambio debe ocurrir a través de la representación de las mujeres; la representación va incluso más allá de la política, más allá de decir que hay igualdad porque son las reformas y la Constitución. Tenemos que ser verlo mientras vivamos. Las mujeres llevamos mucho tiempo pidiendo este simple reconocimiento e igualdad.

Cuando se le preguntó qué cambios positivos se pueden sacar de las protestas en Galle Face, Vanie Simos reconoce que la gente por primera vez está responsabilizando a los Rajapaksa. En su mayor parte, son los delitos económicos, tal vez, pero eso sigue siendo algo de responsabilidad. «Fue una persona intocable durante mucho tiempo. Ahora la mayoría responsabiliza, por lo que tenemos algo de esperanza de que algunos de nuestros pedidos y preocupaciones también sean escuchadas en medio de todo esto».

Local politicians and government officials in the East have been guilty of taking over natural land for construction.

Los políticos locales y los funcionarios del gobierno en el este han sido culpables de apoderarse de terrenos naturales para la construcción. Otro punto importante de preocupación. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Es un cambio que los colectivos aquí no podrían haber esperado, ni tampoco nadie en el norte y el este. Sin embargo, es un cambio que se toma con pinzas. «Sentimos que no tenemos nada que decir en GotaGoHome, para ser honestas, ¡porque nunca le pedimos que viniera, para empezar!» dice Kamala Vasuki. Las comunidades y la familia se burlaron del grupo cuando se dirigían a Colombo, nos informa.

Todavía es demasiado pronto para decir si las protestas en Galle Face tendrán impacto en los cambios que se necesitan en el norte y el este. Aunque esto marque el final de la era Rajapaksa en Sri Lanka, muchas de las injusticias perpetradas y convertidas en armas por el régimen son sistémicas y tienen raíces profundas. Es un sistema que históricamente ha estado en contra de las comunidades musulmana y tamil de Sri Lanka.

It is very different here in Colombo. There is a lot of open anger and insults. People aren't afraid to voice these out even in front of the police and the military. If they get arrested, their lawyers appear in court on their behalf. We don't have that luxury.

Es muy diferente aquí en Colombo. Hay mucha ira abierta e insultos. La gente no tiene miedo de expresar esto incluso frente a la Policía y el Ejército. Si hay arrestos, sus abogados comparecen ante el tribunal en su nombre. No tenemos ese lujo.

Tomemos por ejemplo lo que le sucedió al diputado opositor Shanikyan: se aprobó una orden judicial para evitar que proteste. Hay una intimidación abierta en el norte y el este, por lo que hay una gran diferencia aquí y en los lugares en los que estamos. Hay una gran diferencia en cómo el Gobierno e incluso los militares temen al pueblo. Están muy preocupados y temen un levantamiento en el sur. No les importa eso en el norte ni el este. Ni siquiera nos consideran como personas que protestan».

Police keep watch on Anti-Government protesters opposite the protest site MynaGoGama, Temple Trees.

La policía vigila a los manifestantes antigubernamentales frente al sitio de protesta MynaGoGama, Temple Trees. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Una Sri Lanka sin Gotabaya Rajapaksa, un suministro constante de productos básicos y una economía estable pueden ser demandas importantes para muchos habitantes de Sri Lanka en el sur, pero para un cambio real, duradero e integral en todos los ámbitos, las historias difíciles y las verdades duras se deben comprometer, reflexionar y estar alerta. Estas deben dar el núcleo de Sri Lanka que deseamos presenciar.

People should engage and have long conversations about what has happened to the people during the war, It's something that must happen at all levels. Dialogue and communication are a must.

La gente debería involucrarse y tener largas conversaciones sobre lo que le ha pasado a la gente durante la guerra. Es algo que debe pasar en todos los niveles. El diálogo y la comunicación son imprescindibles.

Image via Groundviews. Used with permission.

Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

En el frente económico, una de las principales preocupaciones de las mujeres es el colapso de Samurdhi, red de seguridad social muy necesaria de la que dependen las comunidades del este. Sin embargo, Simon, Rajaratam y Vasuki se muestran escépticos acerca de cuánto se filtran estos subsidios y llegan a las personas que más los necesitan y qué tan efectivamente se administran los subsidios. Durante el confinamiento por el COVID-19, la asignación que se entregó a las comunidades procedía en realidad de la reserva del fondo Samurdhi y ahora existe la preocupación de cuánto dinero queda en el fondo, dice Simon. Con las asignaciones de Samurdhi que no llegan como deberían y con las reservas a punto de agotarse, afectará a los más pobres de los pobres.

‘Básicamente nos están robamdo’

En medio de esto, a las mujeres también les preocupa cómo un programa del FMI puede afectar los planes de seguridad social como Samurdhi de los que dependen (a pesar de sus problemas). Los aldeanos todavía intentan arreglárselas solos, cultivando lo que pueden.

Art by Kamala Vasuki

Arte de Kamala Vasuki. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Arroz, maíz, maní, lo que sea que produzca alguna cosecha sin mucho fertilizante. Esto a menudo termina siendo inadecuado para el consumo, y mucho menos suficiente para venderse. Cualquier cosa que se pueda vender acaba yendo fuera del distrito. Quienes tenían tierra durante la cosecha en ese entonces podían producir suficiente arroz para alimentar a su hogar con un excedente. Ahora necesitan comprar alimentos que alguna vez pudieron cultivar porque sus propias cosechas son muy malas y sin ningún ingreso, que es difícil incluso comprar el alimento básico de un agricultor.

Art by Kamala Vasuki

Arte de Kamala Vasuki. Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

Los pescadores no pueden salir al mar por la crisis del combustible. Los pocos que pueden traer una captura la venden a las corporaciones. «Nuestras comunidades ya no pueden comprar pescado fresco, tenemos que recurrir a comprar pescado enlatado aunque estos mismos pescados los capturan nuestros propios pescadores», dice Kamala.

No hay cultivo por la crisis de los fertilizantes. El aumento vertiginoso de los precios del cemento también ha significado que haya poco o ningún trabajo de construcción. Los hombres están desempleados, y cuanto más tiempo están en casa, más aumentan sus frustraciones y surgen disputas familiares. No sorprende a nadie que la violencia doméstica esté en aumento, dice Simon.

‘Lo que escuchamos en las noticias es muy deprimente porque todo lo que escuchamos son malas noticias una y otra vez’

Son los productos locales quienes han mantenido a flote esta economía, pero una gran cantidad sale de las mismas comunidades que los producen. Es una gran preocupación para las mujeres en el terreno.

It has to benefit us first and others later. That is the economy we need. Yet no one listens to us, recognizes us or hears us out. It is breaking this hierarchy that is required.

Tiene que beneficiarnos primero a nosotros y después a los demás. Esa es la economía que necesitamos. Sin embargo, nadie nos escucha, nos reconoce ni nos oye. Lo que se requiere es romper esta jerarquía.

Las mujeres continúan funcionando como amortiguadores de todos los impactos y perturbaciones que estas regiones han estado experimentando. A través de la pandemia, la guerra, los desastres naturales e incluso ahora, es el ingenio de las mujeres lo que ha encontrado la manera de salir adelante.

"Let's unite to create a dignified society free from violence"

‘Unámonos para crear una sociedad digna y libre de violencia.’ Imagen vía Groundviews, usada con autorización.

«Se debe escuchar las voces de las mujeres. El cambio debe ocurrir a través de la representación de la mujer; la representación va incluso más allá de la política, más allá de decir que hay igualdad porque son las enmiendas y la Constitución. Tenemos que verlo en vida. Las mujeres hemos estado pidiendo este simple reconocimiento e igualdad durante mucho tiempo».

¿Qué se puede recuperar de visitar el sitio de protesta en Galle Face? La pregunta suscita algunas respuestas cautelosas. Ciertamente hay solidaridad y esperanza en los mensajes que se transmitirán a algunas comunidades (comprensiblemente) escépticas en casa.

A united struggle against power

Una lucha unida contra el poder. Imagen vía Groundviews, usada con autorizaicón.

Sin embargo, el recuerdo del miedo y la represión sobre los que Gotabaya Rajapaksa construyó su nombre todavía está fresco en la mente de Simon. «The Terminator» puede haberse vuelto a escalar y desarmar por la ira colectiva que continúa alimentando el movimiento GotaGoHome en el sur, pero aún se desconoce qué sucederá fuera de los confines de Colombo, en el norte y el este. Los abogados del Colegio de Abogados no se alinean y corren a los tribunales para luchar contra injusticia tras injusticia allí donde la represión, la vigilancia y la intimidación constantes están arraigadas en la mente de un ciudadano. Informa la respuesta cautelosa que Simon nos deja.

«Nunca quisimos a Gota, le están diciendo que se vaya, así que vinimos para mostrar nuestra solidaridad. Pero, ¿qué pasa después de todo esto, si Gota no se va?».

«Él acabará con nosotros».

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