Protestas de Gezi fueron protagonizadas por gentuza, según presidente Erdoğan

La Policía dispara gases lacrimógenos a los manifestantes en Estambul durante los disturbios del parque Gezi en 2013. Foto cortesía de Arzu Geybullayeva.

El 31 de mayo, la Policía turca enfrentó a manifestantes que tenían previsto celebrar el noveno aniversario de las famosas protestas del parque Gezi de Estambul.

En 2013, decenas de manifestantes llegaron al parque Gezi, situado en el corazón de la plaza Taksim de Estambul, durante días y días, y se unieron a un gran grupo de ecologistas, activistas de derechos y otros representantes de la sociedad civil que acampaban en el parque y lo defendían de la demolición. Pero las protestas de Gezi se convirtieron rápidamente en algo mucho más grande que algunos ecologistas que querían proteger uno de los últimos espacios verdes que quedaban en el corazón de la histórica Estambul.

El movimiento Gezi se convirtió en el mayor acto de desobediencia civil de la historia de Turquía, afrenta sin precedentes al Gobierno controlado por el conservador Partido Justicia y Desarrollo (AKP). Este año, en el noveno aniversario, la Policía rodeó la plaza donde, según los medios, detuvieron a unas 170 personas. La oficina del gobernador de Estambul dijo que «las protestas no estaban autorizadas», informó Reuters.

La Policía impidió que un grupo intentara caminar hacia la avenida Istiklal desde la calle Ipek. El grupo cambiaba «Todo es Taksim, todo es resistencia».

Entre los detenidos había periodistas. El Sindicato de Periodistas tuiteó:

En el noveno aniversario de las protestas del parque Gezi, seis periodistas fueron detenidos, muchos de nuestros colegas enfrentaron la violencia en manos de la Policía. Ni las protestas ni el periodismo son delito. Exigimos que los responsables (de la violencia) comparezcan ante la justicia y que nuestros colegas sean liberados.

📰 En el noveno aniversario de las protestas del parque Gezi , Una vez más, Turquía toma medidas enérgicas contra los pedidos de los ciudadanos y ataca a los periodistas antes de escalar el nivel de violencia contra los manifestantes pacíficos en la plaza Taksim de Estambul.

Como prensa en Taksim, hoy fuimos objeto de otro ataque. Nuestras cámaras y nuestros ojos recibieron gas deliberadamente. ¡No pude abrir los ojos durante al menos 15 minutos. Mi colega fotógrafo Mert Can Bükülmez captó esos momentos.
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📰 Esta noche se están cometiendo múltiples violaciones con la libertad de nedios en la plaza Taksim de Estambul.

«La Policía golpea vergonzosamente en la cabeza a Erdinç Yılmaz, reportero de Halk TV».

⭕️ Estamos acá para informar.

Entre gentuza y zorras

En su intervención en la reunión partidaria del 1 de junio, el presidente Recep Tayyip Erdoğan arremetió contra los asistentes a las protestas de Gezi y los llamó «vagabundos». En 2013, Erdoğan afirmó que los activistas habían tomado por asalto una mezquita local y bebido cerveza dentro. Esa acusación fue rápidamente rebatida por el entonces almuédano de la mezquita, rápidamente sustituido y reasignado a una mezquita en las afueras de Estambul como castigo.

Manifestante pone la bandera de Turquía en la barricada durante los disturbios de Gezi en 2013. Foto cortesía de Arzu Geybullayeva.

En su discurso, Erdoğan también calificó a los manifestantes de «corruptos» y de ser «zorras», y añadió: «Sabemos quiénes estaban detrás de los sucesos de Gezi, en los que se quemaron edificios públicos, vehículos policiales, ambulancias, negocios, coches civiles, autobuses municipales, calles y parques».

Erdogan, en el aniversario de las protestas del parque Gezi, sobre los manifestantes: «Esos terroristas y matones profanaron el interior de una mezquita con botellas de cerveza. Están podridos, son unos cerdos.

En el Twitter turco, la palabra turca para designar a una zorra, #surtuk, se convirtió en tendencia:

Lo que dijo Erdogan sobre los participantes en las protestas de Gezi. Aquí está el video: “Casi ensucian el interior de la mezquita con botellas de cerveza. ¡Estas son perras podridas!”
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Erdogan llamó a los manifestantes de Gezi #surtuk (significa zorras), lo que provocó hoy una protesta en el Twitter turco.
Los delitos de odio contra grupos disidentes son incitados por este tipo de discursos de odio político, como hemos comprobado en un estudio reciente.

El gobernante Partido Justicia y Desarrollo se toma en serio los insultos. Según el artículo 299 del Código Penal turco, es ilegal insultar al presidente. El acusado puede enfrentar hasta cuatro años entre rejas. Estudiantesartistasperiodistas, abogados y ciudadanos de a pie han sido procesados o han enfrentado juicios por insultar al presidente. Según la Dirección General de Registros y Estadísticas Penales del Ministerio de Justicia, 36 000 personas fueron investigadas por presuntas injurias al presidente en 2019 y 31 297 en 2020. En comparación, solo cuatro personas fueron investigadas bajo este artículo en 2010.

Al tuitear sobre el más reciente insulto del presidente contra sus electores, el periodista Burcu Karakas dijo:

Hay 160 169 investigaciones y 38 581 demandas por insultos al presidente que se iniciaron entre 2014 y 2020. ¿Qué pasa con el presidente que insulta al pueblo?

Otra destacada periodista, Sedef Kabas, que estuvo brevemente encarcelada por presuntos insultos al presidente a principios de este año, tuiteó:

Quien ha puesto en marcha más de 160 000 investigaciones sobre los cargos de injurias, dice a los ciudadanos que son «zorras».

Además de los insultos, el gobierno del Partido Justicia y Desarrollo lanzó una ofensiva contra quienes consideraba culpables. Entre ellos se encuentra Osman Kavala, destacado filántropo detenido en 2017 y condenado a cadena perpetua en abril de 2022. Entre los cargos que se le imputaron a Kavala en 2017 estaban los de «intento de derrocar el orden constitucional» e «intento de derrocar al Gobierno» por su supuesta financiación de las protestas de Gezi en 2013.

En febrero de 2020, Kavala fue absuelto; pero horas después, fue acusado de participar en el intento de golpe de Estado de 2016. Aunque fue absuelto un mes después de esta acusación, Kavala permaneció en prisión preventiva acusado de «espionaje político o militar». En enero de 2021, se revocó su absolución en el juicio del parque Gezi. Sin embargo, durante su juicio de febrero de 2021, el tribunal combinó los cargos del juicio del parque Gezi con las acusaciones de golpe de Estado de 2016, y dictaminó que siguiera detenido.

Cuando se produjeron las protestas en 2013, la retórica del Estado culpó a factores externos: la CIA, los celos europeos por el rápido desarrollo de Turquía, fuerzas extranjeras no especificadas confabuladas con terroristas, los «grupos de presión de los tipos de interés», Twitter e incluso la compañía aérea Lufthansa.

Una de las principales características de Gezi fue el enfoque innovador de la desobediencia civil que el movimiento originó. Según las autoridades, manifestantes como la «Mujer de Rojo» y el «Hombre de Pie«, que acapararon la atención de los medios de todo el mundo por sus valientes y creativas posturas contra la opresión policial, fueron entrenados y reclutados desde el extranjero.

«Protesta de pie» rápidamente entre los participantes de la protesta durante la protesta de Gezi en 2013. Foto cortesía de Arzu Geybullayeva

Pero el movimiento Gezi se extendió y perduró precisamente porque apeló a un amplio abanico de personas descontentas con el gobierno de AKP. En lugar de comprometerse con los manifestantes, Ankara se replegó, los presentó como enemigos del Estado.

Nueve años después, poco parece haber cambiado. El 1 de junio, el presidente Erdoğan se aferró a la retórica estatal de que Gezi no era más que un periodo de «traición, vergüenza y vandalismo» en la historia del país.

Pero para los habitantes del parque Gezi y el público en general, fue todo lo contrario. Emin Ozmen, que formaba parte de los cientos de miles de participantes en Gezi, documentó el levantamiento con fotografías que fueron publicadas por Magnum. Escribió que las protestas fueron un «importante punto de inflexión y un desafío para la democracia turca», y añadió: «Gezi se convirtió en el catalizador de una mayor conciencia. Fue una revuelta contra el creciente autoritarismo del sistema y las acusaciones de corrupción masiva dentro del Gobierno».

Nueve años después, la conciencia es mayor que nunca, con todas las miradas puestas en las próximas elecciones generales de 2023. Pero aún está por ver si los comentarios divisivos del presidente Erdoğan allanarán el camino del cambio.

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