La caída de la Casa Arslan: Cómo un político novato libanés destituyó a una dinastía

Las protestas de 2019 en el Líbano trajeron varios cambios políticos, entre ellos, nuevas figuras políticas que lograron romper el control parlamentario que, durante mucho tiempo, detentaron antiguos políticos sectarios. La imagen de una manifestante fue tomada por Freimut Bahlo, descargada de Wikimedia Commons y usada con licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International.

El 15 de mayo de 2022, los electores libaneses acudieron a las urnas en las primeras elecciones parlamentarias celebradas en el país luego de la explosión de Beirut que arrasó el este de la capital en agosto de 2020. Desde entonces, la nación sumida en una crisis económica que el Banco Mundial describió como uno de las «situaciones de crisis más graves del mundo desde mediados del siglo XIX» ha buscado formas constructivas de poner fin a su estancamiento político y económico.

Desafiando toda expectativa, los votantes permitieron que incipientes figuras políticas asociadas a la revuelta del 17 de octubre, que estremeció al país al inicio de su crisis económica en 2019, hicieran historia y quitaran trece escaños a los tradicionales partidos sectarios del Líbano. Mucha gente considera esta victoria un cambio abrupto en la política de un país largamente dominado por una camarilla de élites sectarias corruptas, lo que revela un debilitamiento del poder que tenían estos políticos sobre el electorado en un contexto de desilusión colectiva con el orden político sectario libanés.

Las elecciones han terminado y mucha gente nos pregunta por los resultados detallados. Son bastante informativos y muestran el potencial de una alternativa organizada y no sectaria en el Líbano.
- nuestra lista obtuvo una fuerte puntuación (13 201), aunque no alcanzamos el umbral (14 121 116 de votos en Baabda)
- mi puntuación preferencial (5483) estuvo por encima de nuestras expectativas.
Superamos a dos diputados electos (Fady Alame, con 4862 votos y
Camille Chamoun, con 1876 votos)
- nuestros votos como lista y como candidato se reparten de forma homogénea entre las regiones y las sectas. Teniendo en cuenta lo sectaria que sigue siendo nuestra sociedad, esto es un logro
- El 26 % de nuestros votos proceden de votantes en el extranjero. Obtuvimos el segundo puesto de todos los candidatos de Baabda, con 1402 votos (por detrás de Pierre Bou Assi), y el primero en Emiratos Árabes Unidos, Francia, Reino Unido, Suiza y Colombia.
- nuestras mejores puntuaciones locales fueron en : Kfarchima, Wadi Chahrour, Hammana y Mreijeh
- No disponemos de un desglose detallado por edades, pero sabemos que los jóvenes fueron los principales impulsores de nuestra campaña. Y esto es solo el principio.
Muchas gracias a todos, aprenderemos de estos resultados para construir una campaña más fuerte en 2026.
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Terminaron las elecciones. El detalle de los resultados es bastante revelador y muestra el potencial de una alternativa organizada y no sectaria en el Líbano. Nuestros votos se extienden homogéneamente entre regiones y sectas. Con lo sectaria que sigue siendo nuestra sociedad, esto es un logro en sí mismo.

Los candidatos de la oposición rompieron con varios bastiones sectarios.

Esta es la clase de intimidación que sufren los partidos políticos reformistas y no sectarios que tratan de hacer campaña para llegar a las elecciones parlamentarias en el Líbano. Un grupo de hombres partidarios de Hariri gritan e intimidan a los candidatos de Beirut Takawum cuando distribuían panfletos en Tarik Jdideh.

En Aley, pintoresca región montañosa al sureste de Beirut, los votantes de la minoría drusa del Líbano desbancaron al príncipe Talal Arslan, antigua figura política, y dieron su lugar al político novato de ideas reformistas Marc Daou, lo que puso fin a una de las dinastías feudales más antiguas de la cordillera del Líbano.

ÚLTIMA HORA: Talal Arslan, veterano parlamentario apoyado por Hezbollah, pierde su banca en Aley contra la lista opositora, según informaron a Reuters desde Hezbollah y el jefe de campaña del partido emergente.

La lista «Unidos para el cambio» ganó un total de ‘tres escaños?, un gran avance para los independientes, aseguró el jefe de campaña.

La familia Arslan, que afirma descender de los reyes Lakhmid del antiguo Irak, ha estado muy involucrada en la política de la cordillera del Líbano desde el siglo XIX hasta la era moderna. El padre del príncipe Talal Arslan, el príncipe Majid Arslan, jugó un importante papel en la independencia del diminuto país mediterráneo de Francia en 1943, y fue parte del Parlamento libanés en la era posterior a la independencia, cuando ocupó la banca de los drusos en el distrito de Aley desde 1931 hasta su muerte en 1983.

«Yo no diría que Marc Daou derrocó a los Arslan», dijo a Global Voices Makram Rabah, autor y profesor del Departamento de Historia de la Universidad Americana de Beirut: «Los Arslan se derrocaron a sí mismos por varios motivos. Primero, el príncipe Talal Arslan no entendió que muchos drusos ya no estaban a merced de los partidos políticos tradicionales luego del 17 de octubre. La generación más joven decidió tomar posición, e incluso las generaciones mayores se unieron a los jóvenes para votar un cambio».

«Segundo, el príncipe Arslan no era consciente de que, al alinearse tan abiertamente con Hezbollah, se alienaba y antagonizaba con el electorado druso de la cordillera del Líbano, que el 7 de mayo de 2008 se posicionó firmemente contra la invasión del grupo militante islámico a sus pueblos y ciudades».

Hoy, en la primera sesión del Parlamento, Mark Daou, uno de los trece parlamentarios independientes del Líbano, exhibió un afiche con las caras de las víctimas de la explosión del puerto de Beirut.

Los parlamentarios independientes marcharon desde el puerto hasta el Parlamento, como acto simbólico para exigir justicia por las víctimas.

Bilal, seudónimo de un nativo de la ciudad drusa de Choueifat que pidió mantenerse anónimo por razones de seguridad, es de la misma opinión: «Además de sus alianzas políticas, que mucha gente encontraba alienantes, y su título feudal, que se consideraba obsoleto, el príncipe Talal Arslan no ofreció ninguna razón a sus votantes en Choueifat y otras partes de Aley para reelegirlo».

Sin embargo, hay quienes no coinciden con esa apreciación: «Si vamos a denunciar al príncipe Talal Arslan por alinearse con Hezbollah, ¿por qué no denunciamos a Walid Jumblatt por su alianza con las Fuerzas Libanesas?», reclamó Bahaa, partidario de Arslan en Choueifat, sobre el líder de facto de la comunidad drusa del Líbano y el principal rival druso de la familia Arslan.

La alianza electoral de Jumblatt, del Partido Socialista Progresista, con las Fuerzas Libanesas cristianas resultó controvertida debido a la sangrienta historia de conflicto entre ambos grupos durante la Guerra Civil Libanesa, que tuvo lugar en varias fases entre la izquierda, los panarabistas y el Movimiento Nacional Libanés afín a Palestina, por un lado, y el Frente Libanés, principalmente cristiano y antiarabista, por el otro. La guerra se extendió desde 1975 hasta 1990 y dejó alrededor de 120 000 personas muertas y miles más de heridas.

Hacía mucho que se veía venir la caída del príncipe Arslan, desde la Revolución de los Cedros en 2005 y el fin de más de diez años de ocupación siria en el país, según explicó Rabah: “El principio del fin de los Arslan comenzó con la evacuación del ejército sirio del Líbano en 2005”. La familia Arslan era una poderosa aliada del Estado sirio. “Sin embargo, fue la creciente influencia de Irán sobre el Líbano a expensas de los elementos favorables a Siria lo que finalmente dio el golpe mortal”, no solo al príncipe Arslan, sino a otros bastiones partidarios de Siria, como el político druso Weam Wahhab y el oriental y ortodoxo portavoz adjunto del parlamento, Elie Ferzli.

No obstante, la victoria de Marc Daou en el municipio de Aley aún constituye un triunfo de la rebelión del 17 de octubre. “Los ciudadanos drusos, incluso quienes simpatizan con Jumblatt, estuvieron muy involucrados en la insurrección”, explica el profesor Rabah, y el ejemplo más notable es Alaa Abou Fakher, uno de los primeros mártires de la insurrección, a quien un soldado mató de un disparo cuando trataba de bloquear una carretera en la ciudad costera de Khaldeh, al sur de Beirut.

Con la certeza de la victoria de Jumblatt, los electores simpatizantes también pudueron haberse movilizado para destituir al príncipe Talal Arslan con su voto por Marc Daou. “Si bien no creo que haya sido un movimiento orquestado por partidarios de Jumblatt, este no encasilló exactamente a la oposición reformista como enemiga, y eso los ayudó, al final, a hacer campaña y llegar a sus votantes”, explica Rabah.

Sin embargo, según Rabah, a fin de cuentas, lo que hizo perder su escaño al príncipe Arslan fue su errada apreciación de la atmósfera política dentro de la comunidad drusa tras el dramático colapso multidimensional del Líbano: “Perdió su banca porque no entendió lo que pensaban los drusos en ese momento. Tal vez pueda retornar en elecciones futuras si las leyes electorales cambian a su favor, pero es un político débil en comparación con Walid Jumblatt”.

Y si bien es muy pronto para predecir si la insurrección del 17 de octubre se ha vuelto una fuerza política institucionalizada en el escenario político interno libanés, el profesor Rabah no duda que Marc Daou y los nuevos parlamentarios a favor de la insurrección dejarán su huella en las instituciones políticas libanesas, o al menos lo intentarán: “El problema no es que el pueblo libanés no pueda llevar a cabo un cambio de manera democrática”, agrega: “El problema es que muchas facciones políticas tradicionales del Líbano no se interesan por mantener un equilibrio ni por los procesos democráticos”.

«Si algo han demostrado las victorias electorales del 17 de octubre”, concluye, “es que puede haber un cambio si se protege el proceso democrático del Líbano”.

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