La batalla de los sueños criptográficos en Myanmar 

Imagen por cortesía de Ameya Nagarajan

La economía de Myanmar ha quedado paralizada tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021. El Banco Mundial estimó que se contraería un 18 % anual. En consecuencia, el kyat birmano perdió el 60 % de su valor a partir de septiembre de 2021. Se trata de un valor mínimo histórico: el valor en el mercado negro de los kyats birmanos con respecto a los dólares estadounidenses era de 2200 el 17 de septiembre de 2021, frente a los 1330 de antes del golpe. Estos hechos ponen de manifiesto la desconfianza de la población en el Consejo de Administración del Estado formado por los militares. En concreto, la confianza de la gente en los sistemas bancarios y en todo el mecanismo financiero ha disminuido. Esto lleva al pueblo de Myanmar a utilizar criptomonedas como moneda alternativa. Tanto el Consejo de Administración del Estado como el Gobierno de Unidad Nacional en la sombra reconocieron esta necesidad con sus propios mandatos: el primero para sanar la economía paralizada con la moneda digital y evitar las sanciones impuestas, y el segundo para separar la moneda existente del Estado y establecer una moneda alternativa independiente para garantizar flujos de financiación libres y seguros. Ambos partidos también anunciaron sus iniciativas en materia de criptodivisas; será interesante ver quién gana esta batalla de sueños criptográficos.

El sueño criptográfico de los revolucionarios

En 2021, un grupo de programadores anónimos creó una moneda digital llamada MYD que pretende liberar al pueblo de la moneda centralizada controlada por la Junta. La criptomoneda preveía que el 45 %% de su moneda se destinara a financiar el Gobierno de Unidad Nacional y el 55 %% restante se distribuyera entre los ciudadanos. Sin embargo, debido a que no lograron construir una base de usuarios escalable y tuvieron problemas de accesibilidad, MYD dejó de funcionar en diciembre de 2021. Justo después, el Gobierno de Unidad Nacional anunció Tether (USDT), criptodivisa estable cuyo valor está vinculado al dólar, para sustituir oficialmente al kyat de Myanmar. El ministro de Planificación, Finanzas e Inversión del Gobierno, U Tin Tun Naing, dijo: «Cuando sea el momento adecuado y si es necesario para nuestra revolución, definitivamente ampliaremos la lista de nuestras criptodivisas aprobadas». La esperanza y el afán del grupo antijunta por potenciar las criptodivisas es significativa, y se manifiesta en estas iniciativas.

Sin embargo, la elección de la criptodivisa por parte de Gobierno de Unidad Nacional tiene algunos aspectos cuestionables. Las razones del Gobierno de Unidad Nacional para elegir Tether fueron evitar el rastreo de las transacciones, crear transacciones mejores y más rápidas, y lograr la estabilidad financiera. Tether es la tercera criptomoneda más importante, con una capitalización de mercado de 76 000 millones de dólares, y puede transferirse como Bitcoin, en transacciones que son difíciles de rastrear para los Gobiernos.

Sin embargo, en términos de estabilidad financiera, en junio de 2021, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Eric Rosengren, advirtió que Tether podría ser una amenaza para la estabilidad financiera. Bernhard Muller, criptocomerciante, auditor de DeFi (Finanzas Descentralizadas) y analista de seguridad también escribió que Tether podría convertirse en un cisne negro de la criptodivisa, y que su estabilidad podría colapsar dramáticamente. Queda por ver si el sueño criptográfico del Gobierno en la sombra dependerá de Tether.

El sueño criptográfico del dictador

Todas las formas de criptodivisas estaban prohibidas en Myanmar mucho antes del golpe de Estado. En 2020, el Banco Central de Myanmar declaró la prohibición de las criptodivisas referidas a Bitcoin, Litecoin, Ethereum y Perfect Money, y todos los comerciantes serían castigados por las leyes monetarias. De nuevo, en enero de 2022, como respuesta a la declaración del Gobierno del Tether como moneda oficial en diciembre de 2021, el Consejo de Administración del Estado redactó una ley de ciberseguridad que criminalizaba el uso de VPN y criptodivisas. La ironía del movimiento de los militares es que, justo después de la prohibición de las criptodivisas, en febrero de 2022, declararon que estaban desarrollando una moneda digital.

El mayor general Zaw Min Tun, portavoz del Consejo de Administración del Estado militar, declaró que «una moneda digital ayudará a mejorar las actividades financieras en Myanmar». El Consejo se esfuerza por resucitar la maltrecha economía con la ayuda de la moneda digital. Los bancos centrales de varios países persiguen el sueño de la moneda digital de los bancos centrales, como el proyecto chino del yuan digital, para levantar las economías afectadas por la pandemia. Sin embargo, el economista principal del Banco Mundial para Myanmar, Kim Edwards, dijo: «Creemos que el país no está en la mejor posición para perseguir algo así», en una conferencia.

Por otro lado, los militares han estado vigilando y deteniendo a grupos antijunta mediante el rastreo de números de teléfono de Wave Money, K Pay, CB Pay, etc. La otra posibilidad del objetivo de la junta de una moneda digital podría ser el sueño de una manipulación centralizada de los datos de las transacciones de la gente en un solo lugar para poder vigilar y controlar a los ciudadanos de forma más fluida.

El papel de las criptomonedas en la resistencia y la represión

El gran discurso del propio movimiento de las criptomonedas conduce a la separación de la moneda del Estado. Es evidente que, desde el principio, con el papel blanco de Satoshi, la narrativa en torno a la criptodivisa trata de resistir al poder del Estado. La criptorrevolución de Venezuela ha sido retratada como un gran ejemplo tanto de resistencia como de represión.

Venezuela es uno de los países que más rápidamente ha adoptado la criptodivisa en el mundo. El bolívar ha perdido más del 200 000% de su valor frente al dólar estadounidense desde 2013, creando la hiperinflación más extrema del mundo. Las sanciones de Estados Unidos y una tasa de desempleo disparada están añadiendo más combustible a la llama de la hiperinflación. Para salir de la situación, los venezolanos recurrieron a las criptodivisas que pueden utilizar libremente en cualquier parte del mundo sin ninguna regulación por parte del Gobierno. El caso de Valiu, plataforma de remesas basada en cadena de bloques, sería uno de los grandes ejemplos de resistencia en este sentido. Las comunidades de venezolanos en el extranjero pueden transferir remesas a sus familiares dentro del país, pueden comprar alimentos y otros productos de primera necesidad con Valiu y pueden comprar criptomonedas con pesos. Sin embargo, la gran iniciativa anunció su cierre en diciembre de 2021 debido a los riesgos de la situación de Venezuela.

Por el lado de la represión, el Gobierno venezolano intenta centralizar el movimiento de las criptomonedas con el petro, moneda digital nacional. Venezuela es solo uno de los muchos Estados que tienen el ojo puesto en las criptodivisas o monedas digitales basadas en cadenas de bloques como herramienta de centralización y vigilancia. Por ejemplo, China también ha estado instando a crear una moneda digital nacional, el yuan digital, que el Banco Popular de China llamó «moneda soberana» desde 2014. El Washington Post afirmó que el Partido Comunista Chino quiere vigilar más de cerca a su pueblo con una moneda digital más centralizada. El yuan digital solo permite el «anonimato controlado», lo que significa que la información personal identificable de los ciudadanos será definida y controlada por el Estado en gran medida. La moneda va a funcionar como una de las herramientas del «Sistema de Crédito Social» de China, que es una de las herramientas de administración pública digital más intrusivas en materia de privacidad del mundo.

Conclusión

La criptorrevolución de Venezuela tiene contextos políticos y económicos similares a los de Myanmar en este momento. Sin embargo, en Myanmar, las estrategias para los criptosueños de ambas partes destacan en gran medida en las actividades legislativas más que en el desarrollo de la criptoeconomía. En el caso de Venezuela, el desarrollo de la criptoeconomía se derivó de las innovaciones sociales digitales, una profunda comprensión de la creación y distribución de valor, y la capacidad de llegar a las comunidades de base, en lugar de la legislación. La criptorrevolución de Myanmar se encuentra al principio de la lucha entre la represión y la resistencia. Desempeñará un papel fundamental en la revolución política de Myanmar: si el país podrá restaurar la democracia o se verá ahogado en el autoritarismo.

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