Brasil vive radicalización y naturalización del discurso del odio en la política, según periodista e investigador

Arte: Giovana Fleck/Global Voices

El 9 de julio, una fiesta de cumpleaños interrumpida por un desconocido se convirtió en una tragedia en la ciudad de Foz do Iguaçu, estado de Paraná, cerca de la frontera de Brasil con Argentina y Paraguay. La elección del cumpleañero del tema del Partido de los Trabajadores (PT) y una imagen del expresidente Lula en la decoración habrían enfadado a un partidario del actual presidente, Jair Bolsonaro.

En las redes sociales, Jorge Guaranho, oficial de la policía criminal, comentó y le dio me gusta a las publicaciones de Bolsonaro, sus hijos y partidarios, y se presentó como «conservador, cristiano», dijo que las armas equivalían a la «defensa». Marcelo Arruda, el cumpleañero asesinado, guardia municipal, estaba afiliado al PT y se había presentado a las elecciones por el partido.

El episodio marcó una escalada de violencia a unos tres meses de las elecciones presidenciales en Brasil, en las que ambos candidatos son favoritos en las encuestas: un estudio citado por el sitio web G1 muestra un aumento de más del 300 % en los casos de violencia política en el país en los últimos tres años.

La tragedia de este fin de semana no hace más que reflejar lo que muchos investigadores vienen advirtiendo desde hace horas: El crecimiento de un discurso radical de extrema derecha, atravesado por discursos conspirativos, religiosos ultraconservadores, incel, Qanon y demás. Es una receta para el terrorismo.

Raquel Recuero, investigadora y profesora coordinadora del laboratorio de investigación MIDIARS (Análisis de Medios, Discursos y Redes Sociales) de la Ufpel (Universidad Federal de Pelotas), es experta en redes sociales y comunidades virtuales en internet. Habló con Global Voices por correo electrónico para analizar cómo los discursos pueden surgir del entorno virtual en el actual escenario político brasileño:

Global Voices (GV): En un tuit, usted afirmó que el asesinato de un petista a manos de un bolsonarista reflejaba algo que los investigadores llevan tiempo observando: cómo «el crecimiento de un discurso radical de extrema derecha» puede ser una «receta para el terrorismo». ¿Puede explicar con más detalle estas observaciones?

Raquel Recuero: Basicamente, o discurso radical da extrema direita, dentro da mídia social nesses grupos, parece atuar de modo muito semelhante a outros discursos radicais, como o do terrorismo. Utilizam-se estratégias discursivas relacionadas aos discursos populistas já observadas por outros teóricos, como a ideia de que essas pessoas são um grupo de «escolhidos, pessoas de virtude» que lutam contra o «mal», o medo do Outro (que é aquele que discorda, aquele que não sou Eu).

Esses discursos trazem também a justificativa e a normalização da violência como «último» modo de combate às «trevas», a ideia de que todas as elites (instituições, ciência, democracia e etc, são «falsas e corruptas»  e que é necessário combatê-las — você vê isso muito na ideia de que toda a mídia tradicional é «fake news», que o Judiciário é corrupto, o Legislativo é corrupto, que só «nós», os «homens de bem» somos imunes à corrupção e à falsidade. Além disso, utiliza-se muito a desinformação para justificar tudo aquilo que discorda dos pontos que alinham esse pensamento.

Além desses elementos discursivos, a mídia social proporciona que sejam criados grupos fechados ou «fora do radar» onde as pessoas vão sendo inseridas e radicalizadas, através do bombardeio desse tipo de conteúdo com forte teor emocional e reforço do conteúdo radical. Isso vai também contribuindo para gerar o ódio.

Esses discursos são muito complicados porque constróem a ideia, nas pessoas, de que não se pode ouvir mais nada, pois tudo é uma conspiração, tudo quer fazer com que elas sejam enganadas, e só elas, iluminadas, conhecem a verdade. E são utilizadas como formas de alienação e justificativa da violência.

Raquel Recuero: (RR) Básicamente, el discurso radical de la extrema derecha, dentro de las redes sociales en estos grupos, parece actuar de forma muy similar a otros discursos radicales, como el terrorismo. Usan estrategias discursivas relacionadas con los discursos populistas ya observados por otros teóricos, como la idea de que estas personas son un grupo de «elegidos, gente de virtud» que luchan contra el «mal», el miedo al Otro (que es el que no está de acuerdo, el que no es Yo).

Estos discursos también traen la justificación y normalización de la violencia como la «última» forma de luchar contra la «oscuridad», la idea de que todas las élites (instituciones, ciencia, democracia y demás, son «falsas y corruptas» y que es necesario combatirlas. Se ve mucho esto en la idea de que todos los medios tradicionales son «noticias falsas», que el Poder Judicial es corrupto, el Legislativo es corrupto, que solo «nosotros», los «hombres buenos», somos inmunes a la corrupción y la falsedad. Además, se usa mucho la desinformación para justificar todo lo que no está de acuerdo con los puntos que alinean este pensamiento.

Además de estos elementos discursivos, los medios sociales permiten crear grupos cerrados o «fuera del radar» en los que se insertan y radicalizan las personas, con bombardeo de este tipo de contenidos con fuerte contenido emocional y el refuerzo de los contenidos radicales. Esto también contribuye a generar odio.

Estos discursos son muy complicados porque construyen la idea en la gente de que no pueden escuchar nada más, porque todo es una conspiración, todo quiere que les engañen, y solo ellos, los iluminados, conocen la verdad. Y se usan como formas de alienación y justificación de la violencia.

GV: A partir de este caldo de «discursos religiosos conspirativos, ultraconservadores, incel, Qanon», ¿qué observamos en el público brasileño y qué impacto tiene en la escena política?

RR: Tem várias pesquisas mostrando que traços desses discursos conspiratórios têm sido encontrados junto com discursos da extrema direita em vários lugares do mundo. Foi muito frequente no discurso trumpista, por exemplo. Temos visto coisas muito parecidas por aqui. E esses discursos constróem uma justificativa da violência como última forma, a ideia de que é preciso ir para o «combate», que as pessoas precisam «fuzilar» outras, etc. O discurso é ação e pode construir cada vez mais essa ideia para as pessoas, principalmente alinhado a outros fatores psicológicos de frustração.

A ação da violência ainda é exceção. Mas quanto mais radicalizado, mais a pessoa encontra justificativas para explodir em um ato de violência ou planejar um. Se alguém acredita que outros que se unem para discutir uma posição política contrária a sua merecem morrer, tem algo de muito errado no discurso político que essa pessoa segue.

RR: Hay varias investigaciones que demuestran que se han encontrado rastros de estos discursos conspirativos junto a discursos de extrema derecha en varios lugares del mundo. Era muy frecuente en el discurso trumpista, por ejemplo. Hemos visto cosas muy similares aquí. Y estos discursos construyen una justificación de la violencia como última vía, la idea de que hay que entrar en «combate», que hay que «disparar» a los demás, etc. El discurso es la acción y puede construir cada vez más esta idea para las personas, especialmente alineada con otros factores psicológicos de frustración.

La acción de la violencia sigue siendo la excepción. Pero cuanto más radicalizada esté una persona, más justificación encontrará para estallar en un acto de violencia o planificar uno. Si alguien cree que otros que se unen para discutir una posición política contraria a la suya merecen morir, hay algo muy malo en el discurso político que sigue esta persona

GV: ¿Son estos fenómenos relativamente recientes en Brasil? ¿Puede rastrear cuándo comenzaron aquí?

RR: Eu vejo a violência como escalando desde 2018, porém não foi ali que essa radicalização começou — já estava sendo gestada há algum tempo na mídia social — e nem isso acontece só no Brasil. Esse é um fenômeno muito comum, infelizmente, em todo o mundo. Mas vimos que o discurso radicalizado alinhado a essa estrutura discursiva pode motivar e gerar eventos como a invasão do Capitólio que vimos nos Estados Unidos. Penso que o Brasil vive um momento tenso, principalmente agora, e que normalizamos a radicalização e o discurso de ódio dentro da política. E isso pode ter efeitos muito ruins.

RR: Veo que la violencia se ha intensificado desde 2018, sin embargo, no es ahí donde comenzó esta radicalización –ya se venía gestando desde hace tiempo en las redes sociales– y tampoco ocurre solo en Brasil. Este es un fenómeno muy común en todo el mundopor desgracia. Pero hemos visto que el discurso radicalizado y alineado con esta estructura discursiva puede motivar y generar acontecimientos como la invasión del Capitolio que vimos en Estados Unidos. Creo que Brasil está viviendo un momento de tensión, sobre todo ahora, y que hemos normalizado la radicalización y el discurso del odio dentro de la política. Y eso puede tener efectos muy malos.

GV: Hoy en día, Brasil tiene más civiles armados. Han aumentado los CAC (coleccionistas, tiradores deportivos o cazadores) bajo el actual gobierno, y hay personal de las Fuerzas Armadas, según recientes encuestas. ¿Preocupa en este escenario?  

RR: A circulação de armas é sempre uma coisa preocupante, porque é associada a um aumento da violência por pesquisas em muitos países. Mas isso não quer dizer que quem compra arma é um radical. O problema é que quanto mais arma circula, maior a possibilidade de que essas armas sejam alcançadas por grupos radicalizados e sejam utilizadas para atos de violência contra grupos e coletivos, como acontece nos EUA.

RR: La circulación de armas siempre es algo preocupante, porque se asocia a un aumento de la violencia por investigaciones en muchos países. Pero eso no significa que cualquiera que compre un arma sea un radical. El problema es que cuantas más armas circulen, mayor será la posibilidad de que esas armas las tomen grupos radicalizados y se usen para actos de violencia contra grupos y colectivos, como ocurre en Estados Unidos.

GV: El periódico O Estado de S. Paulo informó en julio que los militares están preparando un plan de vigilancia paralelo para las elecciones de este año. ¿Alimenta esto el discurso conspirativo en las redes sociales?

RR: Obviamente alimenta e é alimentado por eles. Essa ideia de uma fiscalização «paralela» é justamente parte desse discurso que se espalha já há um tempo sobre as urnas eletrônicas serem parte de uma conspiração. O fato de instituições que nada tem a ver com o processo sentirem-se autorizadas a «fiscalizar» paralelamente é uma consequência disso e com certeza, retro-alimenta os grupos radicalizados.

RR: Obviamente, se alimenta y lo alimentan ellos. Esta idea de la fiscalización «paralela» forma parte precisamente del discurso que se extiende desde hace tiempo sobre las urnas como parte de una conspiración. El hecho de que instituciones que no tienen nada que ver con el proceso se sientan facultadas para llevar a cabo una «supervisión» paralela es una consecuencia de eso y ciertamente retroalimenta a los grupos radicalizados.

GV: ¿Están preparados los medios sociales para enfrentar este comportamiento y difusión del discurso? ¿Qué destacaría y qué falta?

RR: Com certeza, não, justamente por isso que ele se espalha tão facilmente. É muito difícil para as plataformas encontrarem formas de fiscalizar e controlar esses discursos, principalmente porque são muitas línguas, muitos países e bilhões de usuários. Claro, é um problema de difícil controle justamente porque é a infraestrutura algorítmica dessas ferramentas que potencializou a construção de bolhas onde esses discursos circulam mais livremente. Com o aumento da fiscalização, os discursos problemáticos tendem a se adaptar a ela e mudar para continuar existindo.

No caso da desinformação, por exemplo, notamos que quando se repassava uma desinformação com «cara» de notícia, as plataformas fiscalizavam. Então, o que muitos passaram a fazer é repassar o mesmo conteúdo como opinião. Por exemplo, ao invés de «as urnas eletrônicas foram invadidas por hackers e não são confiáveis» espalha-se «a minha opinião é que as urnas eletrônicas foram invadidas por hackers e não são confiáveis». É muito mais difícil limitar o segundo discurso porque trata-se de opinião, direito constitucionalmente garantido. Há uma adaptação constante ao sistema.

RR: Totalmente, y precisamente por eso se propaga con tanta facilidad. Es muy difícil para las plataformas encontrar formas de vigilar y controlar estos discursos, especialmente porque hay muchos idiomas, muchos países y miles de millones de usuarios. Por supuesto, es un problema de difícil control precisamente porque es la infraestructura algorítmica de estas herramientas la que ha potenciado la construcción de burbujas donde estos discursos circulan más libremente. A medida que aumenta la aplicación de la ley, los discursos problemáticos tienden a adaptarse y a cambiar para seguir existiendo.

En el caso de la desinformación, por ejemplo, nos dimos cuenta de que cuando la desinformación se transmitía con «cara» de noticia, las plataformas la vigilaban. Entonces, lo que muchos empezaron a hacer es volver a publicar el mismo contenido como una opinión. Por ejemplo, en lugar de «las urnas fueron pirateadas y no son fiables», difunden «mi opinión es que las urnas fueron pirateadas y no son fiables». Es mucho más difícil limitar el segundo discurso porque se trata de una opinión, un derecho constitucionalmente garantizado. Hay una adaptación constante al sistema.

GV: ¿Cómo valora la forma en que las redes trataron las noticias falsas en 2018? ¿Influyeron en el resultado de las elecciones? ¿Qué debería ser diferente ahora?

RR: Acho que em 2018 muito pouco se fez. Não temos dados para dizer o quanto isso impactou o resultado. Obviamente que há algum impacto, como qualquer conteúdo que circula sobre os candidatos. Mas é difícil dizer o que é impacto de uma coisa e o que é de outra. A decisão de voto é complexa.

Hoje este é um assunto considerado mais sério, principalmente depois dos problemas que começaram a pipocar em várias eleições, culminando na invasão do Capitólio. Acredito que teremos um pouco mais de controle e a própria ideia de que desinformação existe está mais conhecida. Mas é difícil avaliar sem saber que medidas serão tomadas. O cenário que temos hoje é de uma radicalização e escalada.

RR: Creo que se hizo muy poco en 2018. No tenemos datos para decir en qué medida influyó eso en el resultado. Evidentemente, hay algo de repercusión, como cualquier contenido que circula sobre los candidatos. Pero es difícil decir qué es impacto de una cosa y qué de otra. La decisión de voto es compleja.

Hoy se considera más grave, sobre todo después de los problemas que empezaron a surgir en varias elecciones, y que culminaron con la invasión del Capitolio. Creo que tendremos un poco más de control y la idea de que la desinformación existe es más conocida. Pero es difícil evaluar sin saber qué medidas se tomarán. El escenario que tenemos hoy es de radicalización y escalada.

GV: ¿Y el periodismo?

RR: Então…É difícil avaliar porque não acompanhamos todos os jornais todo o tempo.

O que podemos dizer é que em alguns momentos, estratégias de uso de manchetes declaratórias e o modo como esse conteúdo circula na mídia social tem problemas. Esse compartilhamento, em geral, faz com que a manchete declaratória — por exemplo, «Fulano diz que as urnas foram invadidas por hackers» –, mesmo que tenha sido questionada no texto em si, circular como reforço da desinformação — «Fulano avisou!» –, porque as pessoas não conseguem ler a reportagem em si, ou porque esbarram em paywall ou porque não têm dados para acessar web, ou por desinteresse. Então, o modo como o jornalismo constrói manchetes pode impactar negativamente a circulação de conteúdo verificado.

RR: Es que… es difícil de evaluar porque no seguimos todos los periódicos todo el tiempo.

Lo que sí podemos decir es que, a veces, las estrategias de uso de titulares declarativos y cómo circulan los contenidos en las redes sociales tienen problemas. Este intercambio, en general, hace que el titular declarativo –por ejemplo, «Fulano dice piratas informáticos atacaron las encuestas»–, aunque se cuestione en el propio texto, circule como refuerzo de la desinformación –«¡Avisa Fulano!»– porque la gente no puede leer el informe en sí, ya sea porque está con un muro de pago o no tiene los datos para acceder a la web, o por desinterés. Por lo tanto, la forma en que el periodismo construye los titulares puede influir negativamente en la circulación de contenidos verificados

GV: ¿El apoyo de personas con fuerte influencia en las redes, como la cantante Anitta, que declaró su apoyo a Lula en julio, puede tener un impacto real en el voto?

RR: Com certeza. Uma das influências no voto é também de pessoas conhecidas ou que os eleitores admiram. Não é, é claro, o único modo de impactar, mas é um dos. Temos que ver como esses apoios vão se desenhar daqui por diante.

RR: Por supuesto. Una de las influencias en el voto es también la de las personas conocidas o que los votantes admiran. Por supuesto, no es la única manera de impactar, pero es una de las más importantes. Tenemos que ver cómo se desarrollan esos apoyos de aquí en adelante.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.