Undertones: Cómo un retrato robot que se hizo viral generó debate en Nicaragua

Imagen que compara la foto de Félix Maradiaga antes de su detención (izquierda) y un retrato robot de él un año después en prisión (derecha), realizada por el grupo de defensa nicaragüense Sé Humano. La imagen fue modificada por Global Voices y publicada con su autorización.

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En Nicaragua, unos 190 periodistas, políticos y activistas están incomunicados entre rejas. El Gobierno y sus medios por satélite –que se mantienen bajo el firme dominio de Daniel Ortega y Rosario Murillo– no suelen hablar de estos presos en sus comunicados, a pesar de las numerosas acusaciones de tortura, desnutrición y deterioro general de la salud mental y física.

Sin embargo, en julio, el régimen de Ortega cedió ante la presión de los activistas de derechos humanos y de las familias de los encarcelados y reveló imágenes de un preso en particular: Félix Maradiaga.

Maradiaga es un destacado académico nicaragüense, activista político y ex secretario general del Ministerio de Defensa. En 2021, sus aspiraciones a presentarse como candidato a la presidencia se vieron truncadas cuando fue detenido, junto con otros 33 activistas y personas interesadas en presentarse a la presidencia.

En junio de 2022, un retrato robot de Maradiaga –dibujado por una organización de derechos humanos a partir de la descripción que hizo un familiar tras visitarlo en prisión– se hizo viral en las redes sociales. El boceto fue publicado inicialmente por su esposa, Berta Valle, ahora refugiada en Estados Unidos, y luego se distribuyó a través de las páginas de fans de diferentes organizaciones de derechos humanos, sitios de noticias locales y WhatsApp.

Después de que Nicaragua implementara una ley de ciberdelincuencia dirigida a los activistas digitales en 2021, solo los nicaragüenses en el extranjero utilizan sus identidades reales en línea, mientras que los que están dentro del país utilizan predominantemente WhatsApp o publican con seudónimos o alias.

En los últimos años, Nicaragua se ha convertido en el segundo país con más emigrantes en busca de asilo, después de Afganistán. Agobiados por aplastantes medios económicos y la falta de derechos democráticos básicos, la gente huye del país. Ahora, los nicaragüenses en el extranjero desempeñan un papel importante en la esfera mediática del país y en el activismo por los derechos humanos y la democracia.

Imagen original en la que se compara la foto de Félix Maradiaga antes de su detención (izquierda) y un retrato robot de él un año después en prisión (derecha), realizada por el grupo de defensa nicaragüense Sé Humano.

Un día después de que se diera a conocer el retrato robot de Maradiaga, el 2 de julio, el Gobierno nicaragüense difundió en todo su aparato de comunicación (televisión, radio, prensa y redes sociales) imágenes y un video de Maradiaga en su supuesto proceso de «confirmación de sentencia». El Estado pretendía desmentir las denuncias de la sociedad civil sobre el deterioro de la salud de Maradiaga. Sin embargo, el juicio original de Maradiaga se había celebrado el 3 de marzo de 2022 –no se sabe con certeza si las imágenes de julio eran realmente en directo o grabadas de un acto anterior–. Maradiaga había sido condenado a 13 años de prisión por «atentar contra la integridad nacional».

“Political prisoners are the main and most urgent issue in Nicaragua in terms of human rights violations. The recently published portraits of Félix Maradiaga and of other political prisoners, created by civil groups and family members, have created a fissure in the government’s narrative and reawakened the public debate about the real conditions of political prisoners,” our researchers say.

«Los presos políticos son el tema principal y más urgente en Nicaragua en cuanto a violaciones de derechos humanos. Los retratos de Félix Maradiaga y de otros presos políticos publicados recientemente, creados por grupos civiles y familiares, han generado una fisura en la narrativa del Gobierno y han reavivado el debate público sobre las condiciones reales de los presos políticos», dicen nuestros investigadores.

Al difundir las imágenes de Maradiaga, Canal 4, televisora controlada por el Gobierno, lo calificó de «delincuente». El video alcanzó una gran audiencia y generó polémica, ya que pretendía invalidar el estado de salud del preso y acusarlo de mentir al respecto. Esta narrativa gubernamental se puede resumir de la siguiente manera «En Nicaragua no hay presos políticos, solo delincuentes comunes«.

Captura de pantalla de la publicación en Facebook de Canal 4 Nicaragua sobre la supuesta confirmación de la sentencia de Félix Maradiaga el 2 de julio de 2022. Análisis del artículo aquí.

Esta narrativa es importante porque la postura oficial del Gobierno es seguir encarcelando a las voces disidentes. Se aplica a las personas que trabajan en ONG, a empresarios y a activistas políticos acusados de blanqueo de dinero y de conspirar para desestabilizar Nicaragua.

A veces, la narrativa gubernamental va más allá. Tras ser elegido presidente en 2021, Ortega se refirió a los presos políticos en un discurso público como «hijos de puta del imperialismo», y dijo que se les debía llevar a Estados Unidos porque ya no eran nicaragüenses.

Mientras algunos informes utilizan un lenguaje incendiario, otros emplean tonos tranquilos en un esfuerzo por parecer imparciales. En julio de 2021, en pleno apogeo de redadas y detenciones antes de las elecciones presidenciales, un sitio de noticias que dice ser independiente pero está afiliado al Gobierno, publicó un video. Utilizando una voz en off neutral, describía la ola de detenciones con términos como «el estado de ese país» o «el país centroamericano», como si se tratara de un informe internacional. Se trata de un estilo poco habitual en los medios de propaganda.

Los activistas de derechos humanos, los nicaragüenses en el exilio y los familiares de los encarcelados ya no se preocupan exclusivamente por el debido proceso de justicia y la liberación de los presos, sino por la supervivencia de los presos políticos en el sistema penitenciario. En febrero de 2022, un preso murió entre rejas en circunstancias poco claras. Estos activistas y familiares denuncian que «a los presos políticos están los están sometiendo a niveles inusuales de abuso en las cárceles nicaragüenses».

El mismo día que el Gobierno mostró fotos e imágenes de Maradiaga, los actores de la sociedad civil aprovecharon para exigir más al régimen, y le pidieron que confirme la salud de los demás presos políticos. En este tuit, la organización de derechos humanos Sé Humano pide que el Gobierno permita la entrada de las organizaciones de derechos humanos en las cárceles y muestre las condiciones de salud de estos otros presos.

Tuiteado por el grupo de defensa Sé Humano el 3 de julio. Más análisis aquí.

Pocos días después de la publicación del primer boceto, el Gobierno empezó a mejorar la calidad y la cantidad de los alimentos para los presos políticos. Esto fue confirmado por los familiares durante la última visita aprobada.

Desde entonces, se han publicado otros bocetos de presos con imágenes del precandidato Juan Sebastián Chamorro, el editor de periódicos Lorenzo Holmann, la figura sandinista Dora María Téllez y la activista feminista Tamara Dávila. El Gobierno ha interrumpido la conversación.

Corrección: esta historia fue actualizada el 5 de agosto de 2022. El número de presos políticos se ha actualizado de 170 a 190 y la fecha en que el Gobierno nicaragüense difundió las imágenes fue un día después del inicio de la campaña digital, y no un mes. Se ha añadido la información sobre la mejora de la cantidad y calidad de los alimentos.

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