Georgia y Rusia lidian con ciberacosos, agravios históricos y normas sobre visados

Imagen de Arzu Geybulla. La bandera de Georgia es una imagen de Zura Narimanishvili que se puede usar libremente según la licencia de Unsplash.

Una petición colectiva en línea recogió más de 20 000 firmas en para que se establezca requisito de visado a los ciudadanos de Rusia y Belarús que lleguen a Georgia. La petición, publicada el 3 de agosto, es la última señal del sentir antirruso que existe en el país.

Según informa civil.ge, no es la primera vez que el Gobierno de Georgia recibe una petición semejante. En febrero, cuando Rusia invadió Ucrania, y luego en marzo, se recibieron peticiones similares pero, hasta la fecha, rl gobernante Sueño Georgiano, ha manifestado que adoptar tales medidas sería «irracional». El líder de Sueño Georgiano, Irakli Kobakhidze, llegó incluso a comparar el desprecio hacia los rusos en Georgia con el antisemitismo.

Actualmente, los rusos pueden vivir en Georgia hasta un año sin necesidad de un visado, derecho que se ha concedido a ciudadanos unos 70 países, según  información del Ministerio de Asuntos Exteriores de Georgia.

La mayoría de la población georgiana ha mostrado una posición clara desde el inicio de la invasión, con numerosas manifestaciones populares de apoyo a Ucrania. En ese momento, muchos vieron paralelismos con la guerra de los cinco días ocurrida en 2008 entre Rusia y Georgia en las dos regiones separatistas de esta última: Osetia del Sur y Abjasia.

Cuando Georgia mostró su interés por unirse a la OTAN en 2008, hubo una escalada de tensión que dio lugar a una guerra que tuvo un saldo de centenares de fallecidos y decenas de millares de desplazados, y ambos territorios quedaron en estado de conflicto latente. El 16 de agosto de 2008 se firmó un acuerdo de paz de seis puntos entre Rusia y Georgia, pero eso no evitó que Rusia reconociese la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, frente a la condena generalizada de los líderes occidentales. Dicha condena se hizo evidente en un comunicado emitido por el jefe en funciones de la delegación diplomática de la Unión Europea ante Georgia en vísperas del aniversario: «La Unión Europea se une para la condena más rigurosa a la guerra de agresión no provocada e injustificada de Rusia, y reiteramos también nuestra condena al reconocimiento y presencia miliar continua de Rusia en los territorios georgianos de Abjasia y Osetia del Sur, que constituye una infracción del derecho internacional y de los compromisos adquiridos por Rusia según los términos del acuerdo del 12 de agosto de 2008″.

El 9 de agosto, el representante especial del Secretario General de la OTAN para el Cáucaso y Asia Central, Javier Colomina, hizo un llamado a que Rusia retirase sus tropas de Georgia.

Como quedó reiterado en la Cumbre de Madrid, la OTAN apoya enérgicamente la soberanía e integridad territoriales de Georgia dentro de sus límites reconocidos internacionalmente, y sigue instando a Rusia a cumplir con sus obligaciones y compromisos internacionales y a retirar sus fuerzas de Georgia.

Captura de pantalla de la página de Dedaena.

A la campaña de recopilación de firmas le siguió un nuevo protocolo de visados se vio seguida de un incidente en el bar Dedaena [lengua materna] de Tiflis. En una publicación de Facebook difundida el 4 de agosto, Data Gurdjieff, dueño del local, dijo que a su bar lo habían se vio lleno de reseñas negativas en Google y de amenazas en otras redes sociales. «Están denunciando y eliminando mis publicaciones personales», añadió. El ciberataque lo causó un formulario de registro de visado que estaba disponible en la página del bar. En el formulario se lee: «Los ciudadanos de Rusia necesitarán nuestro VISADO para acceder al bar Dedaena porque NO TODOS los rusos son bienvenidos. Defendemos la igualdad y la unidad, pero tenemos que asegurarnos de que los imperialistas rusos lobotomizados no acaben en nuestro bar. Por favor, muéstranos tu apoyo solicitándonos tu visado para que nadie tenga que pasar su tiempo junto a imbéciles. Gracias por tu comprensión».

Captura de pantalla de la página de Dedaena.

También hay un formulario de registro para otros visitantes, aunque menos complejo.

Según informa Radio Liberty, el formulario «molestó a una red difusa de radicales rusos nacionalistas y ultranacionalistas que siguen hostigando en internet a quienes perciben como adversarios culturales, aunque en Rusia su movimiento patriarcal Estado Masculino se encuentra prohibido desde octubre de 2021″.

Within hours of Male State and its sympathizers’ coordinated targeting of the establishment for its treatment of Russians around noon on August 4, Google had been inundated with thousands of negative reviews of Dedaena and the bar's management said its site had been hacked.

The online mob had also portrayed Dedaena as a haven for homosexuality and cited its existence as evidence that Georgia should be conquered and Georgians brutalized.

Hacia el mediodía del 4 de agosto, a pocas horas de que Estado Masculino y sus simpatizantes coordinaran un ataque al establecimiento por su forma de tratar a los rusos, Google se había visto inundado con miles de reseñas negativas sobre Dedaena y los responsables del bar dijeron que les habían hackeado el sitio.

El grupo en línea también dijo que Dedaena era un nido de homosexualidad y puso su existencia como prueba de que Georgia debería ser conquistada y los georgianos tratados brutalmente.

Ya el 6 de agosto, según una actualización de la página de Facebook de Dedaena, los ciberataques cesaron.

El secretario ejecutivo del partido gobernante Sueño Georgiano, Mamuka Mdinaradze, se refirió a la política de admisión mediante visados del bar Dedaena como «vergonzosa».

«Es una vergüenza que nuestros conciudadanos lleven a cabo una campaña xenofóbica», dijo Mdinaradze, según informó JamNews.

Una encuesta de CRRC Georgia sugería en marzo que el 59 % de los georgianos estaban a favor de implantar restricciones a la entrada de rusos al país. El apoyo era especialmente elevado entre los jóvenes y partidarios de la oposición.

También hay temor a que la presencia de más ciudadanos rusos en Georgia sea un riesgo para la seguridad. No existen garantías de que el Kremlin no decida intervenir bajo el pretexto de proteger los derechos de los ciudadanos rusos en países como Georgia.

Mientras, el partido gobernante fue criticado por su postura débil ante Rusia desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. El 1 de febrero, el Parlamento georgiano adoptó una resolución en apoyo de Ucrania, pero recibió las críticas de la oposición por no poder referirse al agresor por su nombre. Después de la invasión, Irakli Kadagishvili, presidente de la Comisión de Procedimientos y Reglamento, dijo que se preparaba una nueva resolución. Hacia mediados de agosto, no se ha podido confirmar si realmente es así.

El 3 de agosto, Transparencia Internacional Georgia publica un estudio sobre «La dependencia económica de Georgia en Rusia: Impacto de la guerra ruso-ucraniana». Según el informe, Transparencia Internacional Georgia dijo que entre enero y junio de 2022 Georgia recibió de Rusia 2.5 veces más en remesas, turismo y exportaciones comparadas con los mismos indicadores del año anterior. Además, el país ha registrado siete veces más empresas entre marzo y junio con respecto a los datos del año anterior. «Un total de 13 500 empresas rusas están registradas en Georgia, y la mitad se registraron después de iniciarse la guerra», indica el informe.

También se ha registrado mayor cantidad de visitantes rusos. Entre enero y junio de 2022, Georgia recibe más de 200 000 ciudadanos rusos. Y aunque esta cifra es inferior si se compara con años anteriores, sigue siendo significativa dado que el país estuvo cerrado una gran parte del año debido al COVID-19 y a otros factores que inhiben los viajes debido a la guerra.

Sin embargo, para el actual gobierno, las cifras publicadas por Transparencia Internacional Georgia no significan mucho. Poco después de la publicación del informe, Shalva Papuashvili, presidente del Parlamento georgiano, dijo que el documento difundía xenofobia antirrusa en Georgia. El presidente dijo que los rusos que llegaban a Georgia eran «principalmente jóvenes» de «buenos ingresos» que vienen de trabajar en Rusia en tecnologías de la información, en cultura y en el campo de la dirección. «Esta es la clase media», la que desea «estabilidad, democracia y libertad», que es lo que nuestro país representa, dijo Papuashvili.

Georgia nunca se unió a la lista de países occidentales que han puesto sanciones a Rusia. El partido en el gobierno dijo que hacerlo habría destruido la economía del país, que aún estaba recuperándose de la pandemia, por no hablar que originaría una posible agresión en territorios de Georgia, teniendo en cuenta el resultado de la guerra de 2008.

En combinación con la actual crisis de libertades en el país, Georgia se aproxima cada vez más al modelo ruso de gobernabilidad, escriben Ian Kelly y David J. Kramer en un artículo publicado en mayo de 2022 en bullwark.com. «El gobierno de Sueño Georgiano no parece basar sus decisiones en si determinada política permite avanzar en la integración con las normas occidentales, sino en si eso podría molestar al dictador que habita el Kremlin. En su política interior, el Gobierno ha estado haciéndose con todas las riendas del poder, en las tres ramas de la Administración, y marginalizando o desmantelando instituciones que pueden suponer un control a ese poder. Esto ha quedado particularmente de manifiesto en su negativa a hacer reformas solicitadas por Estados Unidos, Europa y las ONG, para garantizar un poder judicial independiente», escriben.

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