Durante mucho tiempo, los regímenes autoritarios han tenido una relación complicada con los medios y las tecnologías de la comunicación. Unfreedom Monitor es una iniciativa de investigación de Global Voices Advox que examina el creciente fenómeno del autoritarismo en red o digital. Este extracto, sobre el control y la censura de internet en Turquía, pertenece a la serie de informes que saldrán de la investigación del Unfreedom Monitor. Lee el informe completo aquí.
En los primeros días de internet, era difícil imaginar cómo los regímenes autoritarios podían controlar una «fuente de información tan poderosa«. Pero, mientras las libertades mundiales en internet siguen disminuyendo por undécimo año consecutivo, abundan ejemplos de control y censura. En 2011, Ronald Deibert y Rafal Rohozinski describieron detalladamente cómo los regímenes autoritarios se han vuelto expertos en restringir el acceso a sus usuarios, con métodos tecnológicos, legales y extralegales. Para eso, los autores describen estas técnicas como controles de acceso a la información de nueva generación. Los controles de primera generación incluyen técnicas «defensivas», como filtrado generalizado y censura directa.
Los controles de segunda generación incluyen técnicas de medidas legales que implican el uso de la legislación para eliminar contenidos, o la implementación de cierres técnicos de sitios web. Los controles de tercera y última generación incluyen técnicas «ofensivas», como las campañas de contrainformación patrocinadas por el Estado, el uso de la vigilancia y la extracción de datos. La tercera categoría es un «enfoque altamente sofisticado y multidimensional para mejorar el control del Estado sobre el ciberespacio nacional y crear capacidades para competir en el espacio informativo con adversarios y competidores potenciales».
Como muestra el panorama de Turquía que figura a continuación, es posible rastrear las tres técnicas usadas en Turquía para restringir las libertades de Internet. Cuando Turquía introdujo la tristemente célebre ley 5651, también conocida como Ley de Internet de 2007, el Estado comenzó a aplicar controles de primera y segunda generación. Sin embargo, empezaron a surgir medidas más sofisticadas a raíz de los disturbios populares en todo el país en 2013 (protestas de Gezi) y el escándalo de corrupción que apuntaba a miembros clave del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP), así como el fallido golpe militar de 2016. «Tras las protestas de Gezi y el escándalo de corrupción, el gobierno del AKP fue muy consciente del papel de las plataformas de los medios sociales en el compromiso político y la movilización cívica, y en la construcción y expansión de solidaridades en línea y fuera de línea». Para eso, se hicieron más evidentes los signos y las pruebas de los controles de tercera generación puestos en práctica, que apuntan a la emergencia «de una red descentralizada y distribuida de censura en línea».
Como resultado, la sociedad civil y el público en general que participa en las críticas al Estado han sido silenciados mediante una combinación de formas tradicionales de censura, como arrestos, detenciones, intimidación y modificaciones legales críticas, combinadas con una represión de internet mediante decisiones administrativas y judiciales no claras de alto nivel que bloquean, prohíben y retienen contenidos en línea.
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