Artistas y celebridades compiten en elecciones generales de 2022 en Kenia
Captura de pantalla de un vídeo de YouTube en el que aparece el político y excomediante John Kiarie. Vídeo por cortesía de K24.
Pocos días antes de las elecciones generales de Kenia, los nombres de algunos famosos aparecieron en las papeletas el día de la votación. Un grupo de conocidos personajes y artistas compitieron por un escaño, aun cuando las tensiones se incrementaran entre el sector creativo keniano y la clase política. Las incorporaciones impactan los modelos tradicionales de elecciones y hacen que muchos se cuestionen sobre quienes cambian su popularidad por votos. Otros han denunciado la falta de estrategias claras que tienen los candidatos para la industria creativa del país.
La fama no es real, los votos
En las elecciones generales de 2017 de Kenia, se vio una buena cantidad de personajes famosos que competían por un puesto político. En su canal de YouTube, Caroline Mutoko, expresentadora de radio y actual controladora de programas radiales en radio Kiss 100, ha advertido a quienes se dicen famosos que no usen su fama para tener influencia política, «la fama no es real, los votos sí», anunció.
A pesar de sus críticas en las últimas elecciones, llegamos a este año y la lista de candidatos famosos ha aumentado.
Desde el controvertido bloguero Robert Alai, cuya reputación de agitador y bloguero a sueldo le ha dado un lugar en los medios kenianos, hasta Tony Mochama, poeta, periodista y escritor conocido como Smitta, hay más de 20 famosos kenianos entre comediantes, periodistas, músicos, presentadores de radio, actores y maestros de ceremonias que competían por un puesto político y esperando unirse al próximo gobierno.
Sus compañeros de profesión han cuestionado sus motivos. Polycap Otieno del grupo musical Sauti Sol, tuiteó:
Looks like every entertainer/celebrity in this country is vying for a spot in the new government. Is a political seat the ultimate throne? Or do they really have our best interests at heart? Thoughts…
— Polycarp Otieno (@fancy_fingers) January 15, 2022
Parece que en este país cada artista/celebridad compite por un escaño en el nuevo gobierno. ¿Será este su máximo galardón? ¿O realmente tienen en cuenta nuestros intereses? Opiniones…
En respuesta a este tuit, la expresentadora de radio y podcast Adelle Onyango señaló que ninguno de los artistas candidatos ha presentado alguna propuesta política coherente para el mismo sector que los hizo famosos.
Which is absolutely ok but what’s strange is I’ve not seen any present a manifesto that details any strategy for even the creative economy! Just using the new political PR buzzwords “help the youth”….ok, how?
— Adelle Onyango (@ADELLEO) January 15, 2022
Parece que en este país cada artista/celebridad compite por un escaño en el nuevo gobierno. ¿Será este su máximo galardón? ¿O realmente tienen en cuenta nuestros intereses? Opiniones…
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Lo que está completamente bien, ¡pero lo extraño es que no he visto a ninguno presentar un manifiesto que detalle siquiera alguna estrategia para el sector creativo! Solo usan las nuevas palabrerías de relaciones públicas políticas «ayuden a la juventud»… Bien, ¿cómo?
Sector creativo de Kenia
Para muchos en el sector creativo, conseguir un escaño político es el máximo galardón.
A pesar de su potencial económico, el sector creativo de Kenia sigue languideciendo por falta de políticas apropiadas y su ejecución e infraestructura. Son factores que le impiden acceder al lucrativo mercado mundial. En este interesante artículo de The Elephant titulado, «Siempre a la zaga: El languideciente sector creativo de Kenia«, Alex Roberts compara el sector creativo de Kenia y Corea del Sur, y cómo han evolucionado desde 1970.
A major factor is South Korea’s investment in the creative economy versus the Kenyan government’s approach of letting the entire sector be deprioritised and left to flounder alone. …
This «lack of seriousness” has resulted in one of the worst policy frameworks for the arts in the developing world. Concerts go unattended, books are not bought (if they can be published at all), grants are not delivered, artistic facilities remain unfinished and draconian regulations are imposed on the content that can be produced.» Roberts writes.
Un factor importante es la inversión de Corea del Sur en el sector creativo, frente a la estrategia del Gobierno keniano de dejar al sector en completo desamparo y a su suerte. …
Esta «falta de seriedad» ha dado lugar a la peor infraestructura política para el arte en los países en vías de desarrollo. Los conciertos quedan sin asistentes, los libros no se venden (si es que se llegan a publicar), las subvenciones no se otorgan, las instalaciones artísticas se quedan sin terminar y se imponen normas draconianas sobre el contenido que se puede producir, escribe Roberts.
En el periodo 2007–2009, el sector creativo en Kenia estaba valorizado en aproximadamente 85 000 millones de chelines kenianos [714 millones de dólares estadounidenses], o el 5.3 % del PIB. En 2013, el valor de la exportación de productos creativos kenianos se situó en 40.9 millones de dólares estadounidenses, según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), el último año del que se dispone de datos.
Para muchos artistas creativos, en especial músicos, uno de los puntos más fuertes del fracaso es la Junta de Derechos de Autor de Kenia (KECOBO, por su nombre en inglés), el organismo que vela por las leyes de propiedad intelectual y supervisa a las organizaciones de gestión colectiva, que recaudan las regalías musicales. KECOBO incluso admitió que no había garantizado de manera adecuada los derechos de los artistas.
The management of copyright in Kenya is a mess. Effecting reforms in Kenya is fraught with various difficulties,” the Kenya Copyright Board (KECOBO) board’s executive director Edward Sigei said in a statement to the media in 2021.
La gestión de los derechos de autor en Kenia es un desastre. Hacen reformas en Kenia está plagado de diversas dificultades, dijo el director ejecutivo de la Junta de Derechos de Autor de Kenia (KECOBO), Edward Sigei, en declaración a los medios en 2021.
Pasar de ser un artista en dificultades a un «Mheshimiwa», título honorífico para quienes tienen un cargo político, se ha convertido en el objetivo final de muchos famosos kenianos, y está claro por qué. Gracias al fácil acceso a internet móvil, la fama puede llegar fácil y a bajo costo. A veces, puede ser solo de un vídeo viral. Sin embargo, para la mayoría, el dinero casi nunca llega y deja a muchos artistas batallando para mantener un estilo de vida falso.
La relación entre la élite política keniana y su sector creativo ha sido de amor-odio, cada ciclo político es puramente transaccional. Mientras que muchos músicos obtienen grandes beneficios de su música y actuaciones, que a veces pueden incluir composiciones de canciones orientadas específicamente a conseguir apoyo para los aspirantes, algunos políticos han entrado en conflicto con los artistas por violación de derechos de autor. Cuando ocurren estas infracciones, la responsabilidad de buscar un indulto legal cae casi siempre sobre el artista. Ya que la mayoría de los artistas luchan por hacerse de un nombre o desconocen las leyes de propiedad intelectual, los partidos políticos suelen aprovecharse de este desconocimiento evidente de violaciones de derechos de autor.
El papel fundamental durante los mítines de apoyar a los partidos políticos y candidatos a través de actuaciones se olvida en cuanto acaban las elecciones. Un caso clásico de ganar la batalla y perder la guerra, solo unos pocos músicos sacan partido de la campaña y brindan el entretenimiento de la temporada, sin que haya ningún apoyo a largo plazo para el sector creativo.
Un excomediante y un proyecto de ley de modificación de derechos de autor
En febrero de 2022, el excomediante John Kiarie (conocido como KJ) se unió a la política en 2017 como parlamentario, hizo lo que Adelle Onyango y Polycarp habían tuiteado, impulsar una agenda para el sector creativo.
Junto con un otro parlamentario, Kiarie impulsó una moción de enmienda para fijar la cuota de derechos musicales de los artistas en la mayor empresa de telecomunicaciones de Kenia, como parte del proyecto de ley de modificación de los derechos de autor. Una vez aplicada, la ley aumentará los derechos de autor de los artistas de Skiza Tunes del 40 % actual a un mínimo del 52 %.
Estas historias de éxito son poco frecuentes. Por irónica que sea la transformación de Kiarie, que ha pasado de ser un comediante político a convertirse en los mismos políticos de los que se burlaba para ganaba la vida, ha conseguido hacer algo por el mismo sector que le dio la fama que necesitaba y convertirla en votos.
