¿Por qué los nigerianos se precipitan en ignorar la salud mental de los adolescentes? 

Protesta en Nigeria para detener la estigmatización contra las enfermedades mentales, 5 de marzo de 2021. Imagen vía Wikipedia (CC BY-SA 4.0).

¿Cuántos niños tienen que morir o poner fin a su vida para que entendamos que la salud mental es importante? ¿Cuánto tiempo tienen que sufrir los adolescentes problemas de salud mental en silencio porque el anciano nigeriano promedio dice que «solo buscan atención»? La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la falta de atención a los problemas de salud mental de los adolescentes puede impedirles aprovechar las oportunidades y llevar una vida exitosa. Los niños, al igual que los adultos, experimentan problemas como trastornos alimentarios graves, traumas, insomnio y otros. Entonces, ¿por qué nos apresuramos a descartar sus problemas?

La adolescencia es un periodo formativo en el que los padres y el entorno de los niños moldean sus hábitos, estilos de vida y capacidad de recuperación emocional. Son muchos los factores que pueden construir o derribar a un joven durante esta etapa. Si no se atiende con cuidado, los factores físicos, emocionales y sociales pueden marcarlos de forma permanente y añadir barreras a las oportunidades futuras.

En Nigeria, aunque existe una concienciación gradual sobre los problemas de salud mental en general, todavía se presta poca o ninguna atención a la salud mental de los menores nigerianos. Esto puede deberse a que la actitud de la sociedad «hacia las enfermedades mentales está gravemente teñida de prejuicios e ideas erróneas», afirma Torinmo Salau, periodista del periódico Nigerian Guardian.

Además, los problemas de salud mental están a veces vinculados a creencias espirituales o religiosas y, en algunos casos, los problemas pueden achacarse a una «posesión maligna«, lo que dificulta que las personas reciban la atención que necesitan. En una encuesta realizada en 2020 en Nigeria por Africa Polling Institute y EpiAFRIC, el 54 % de los encuestados creía que los problemas de salud mental eran causados por la posesión de espíritus malignos.

Consecuencias de no tener en cuenta la salud mental de los adolescentes

Los adolescentes que atraviesan problemas de salud mental tienden a tener un escaso compromiso y concentración en su vida escolar. Al enfrentar problemas como la depresión o la ansiedad, un niño puede aislarse de los demás, lo que lo lleva a tener una vida social y académica deteriorada. Asimismo, los niños pueden acabar quitándose la vida cuando sus preocupaciones no se gestionan o no se atienden adecuadamente.

Según el Fondo Internacional de Emergencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), «el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. Cada año, casi 46 000 jóvenes de entre 10 y 19 años se quitan la vida, aproximadamente uno cada 11 minutos». Con la mentalidad nigeriana de que no existen las enfermedades mentales, la comunidad tiende a restar importancia a las emociones negativas que experimentan los jóvenes. Los conocimientos sobre salud mental son «sumamente bajos» entre los adolescentes nigerianos, según revela un estudio realizado por la farmacéutica clínica Deborah O. Aluh y otros dos autores.

Pero aunque el conocimiento sea escaso, los problemas de salud mental entre los adolescentes nigerianos no lo son, sino que se notifican poco o se presentan tarde en los hospitales. Un estudio realizado por Pleasure Ogbonna y otros cinco investigadores de ciencias de la enfermería en Enugu, al sureste de Nigeria, identificó la esquizofrenia como la «enfermedad mental más común diagnosticada» entre los adolescentes nigerianos. Asimismo, las enfermedades mentales alcanzan su punto álgido a partir de los 18 años y son «las más bajas a los 15″, afirma Ogbonna.

Por ejemplo, es más probable que se reprenda a una chica con un trastorno alimentario y que no se la ayude, porque se piensa que probablemente no le gusta comer. Lo más probable es que nunca reciba la ayuda que necesita y que no pueda acceder a la asistencia de salud mental de un hospital. Esto se debe a que solo el 3,5 % del presupuesto de salud de Nigeria se destina a la atención de la salud mental, según el periodista nigeriano Ogar Monday.

Cuando los padres no tienen en cuenta la salud mental de sus hijos, puede haber una falta de comunicación entre ellos que puede causar conflictos en la familia. Por ejemplo, si un padre no puede aceptar que su hijo sufre de ansiedad social, puede que no entienda la reticencia del niño a asistir a reuniones sociales, y esto puede llevar a una disciplina injustificada. Además, cuando el estado mental de un adolescente no se vigila adecuadamente, puede dar lugar a comportamientos y actitudes negativas; por ejemplo, UNICEF informa de una evaluación de la Salud Mental y el Apoyo Psicosocial (MHPSS) que muestra que los niños, especialmente en las zonas de conflicto del noreste de Nigeria, experimentan angustia psicológica, que se manifiesta en agresividad, comportamiento antisocial, etc. En consecuencia, algunos niños pueden destruir su futuro con comportamientos delictivos, y la sociedad en su conjunto puede sufrir por problemas de salud mental no controlados.

Cómo frenar esta situación

El Gobierno no puede seguir desestimando la salud mental de los jóvenes. Deben crear instalaciones que funcionen y que puedan ayudar a mantener y controlar los problemas de salud mental de los jóvenes y ofrecerles el apoyo que necesitan para llevar una vida sana y próspera. Junto con las ONG, pueden encargarse de financiar y desarrollar estas instalaciones para ayudar a los niños cuando los padres no puedan darles una atención adecuada.

En cuanto a los propios padres, hacer preguntas ayuda mucho para controlar la salud mental de un niño. Aunque por naturaleza, algunos niños tienden a no abrirse con sus padres, algunos lo harán. Cuando un niño se da cuenta de que hay un espacio positivo para ventilar sus problemas, se sentirá cómodo para hablar sobre cualquier problema que crea que le preocupa. Esto deja espacio para que los padres estén en sintonía con la mentalidad de sus hijos. Hacer preguntas también puede fomentar lazos más fuertes entre las familias e incluso las sociedades.

El autor William Chapman dijo una vez «Un cuchillo se puede sacar, las palabras se incrustan en nuestras almas». Imaginemos a un niño que navega por la vida obsesionado con su peso o a un niño que cree que no vale nada si muestra sus emociones. Como ya hemos dicho, la adolescencia es una edad formativa, y lo que les digamos a nuestros hijos ahora se reflejará en sus acciones más adelante. Elegir cuidadosamente un lenguaje positivo y afirmativo al hablar con los jóvenes puede ayudar a promover la mentalidad de que su salud mental es importante y a aumentar su inteligencia emocional.

Nigeria es un país que se está desarrollando gradualmente en muchos aspectos, incluida una creciente comprensión y aceptación de las enfermedades mentales. Por eso es tan importante sensibilizar sobre este fenómeno. Es crucial que todo el mundo se eduque más en salud mental y en cómo afecta a los jóvenes, y que luego corra la voz.

Hay que desalentar la mentalidad de que los adolescentes no tienen problemas de salud mental. Si tenemos en cuenta las consecuencias de no atender el estado mental de nuestros niños, está claro que debería haber un esfuerzo consciente para asegurar el éxito de nuestros hijos. Esto, por supuesto, debería ser un esfuerzo conjunto de los padres, las comunidades y el Gobierno para salvaguardar el entorno y la salud de los adolescentes.

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