Subida del nivel del mar en Bangladesh hace que las mujeres tomen pastillas para dejar de menstruar

 People living in the southern coastal region of the Sundarbans in Bangladesh suffer from a water shortage in the dry season as a result of increasing salinity in the groundwater, and of the river Satkhira, caused by rising sea levels. Image via Flickr by International monetary fund. CC BY NC-ND 2.0

Quienes viven en la costa sur del delta del Sundarbans, en Bangladesh, sufren escasez de agua potable durante la temporada de sequía por la mayor salinidad de las aguas subterráneas y del río Satkhira, causada por el alza del nivel del mar. Imagen de Flickr del Fondo Monetario Internacional. (CC BY NC-ND 2.0).

En julio de 2022, el portal web ambiental sin fines de lucro Mongabay publicó un artículo en el que revelaban que la subida del nivel del mar está llevando el agua salada tierra adentro y a fuentes de agua potable de los pueblos de Satkhira cercanos al delta de Sundarbans y la bahía de Bengala, lo que limita el acceso a agua potable en esas zonas. Una devastadora consecuencia para las mujeres y niñas de la región es que solo pueden usar agua salada sucia para lavar los paños que usan cuando menstrúan, lo que a su vez causa infecciones y enfermedades. Como resultado, las mujeres y niñas de estas regiones están tomando anticonceptivos, generalmente robados a mujeres casadas, para detener la menstruación.

Subida del nivel del mar y acceso al agua potable

Bangladesh, región baja de delta atravesada por ríos, es uno de los países más vulnerables al cambio climático y el más afectado por el aumento global del nivel del mar. El nivel del mar en el país sube de 7 a 8 mm anuales, lo que pone a millones de personas en riesgo de ser desplazadas por las inundaciones. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas previó que, si el calentamiento global continuaba al ritmo actual, cerca de 17 % de la población de Bangladesh necesitaría reubicarse durante la próxima década.

El periodista ambiental Rafiqul Montu recuerda el riesgo que corre el país:

Bangladesh es uno de los diez países del mundo que están en riesgo por la subida global del nivel del mar. Las costas de Bangladesh están en máximo riesgo.

La intrusión salina causada por el alza del nivel del mar y el cultivo irresponsable de camarones ha tenido un fuerte impacto sobre las reservas de agua potable de la costa suroeste de Bangladesh. Las mujeres y niñas tienen dificultades para acceder a agua potable para beber, más aún al agua que necesitan durante su ciclo menstrual.

Menstruación y estigma social en Bangladesh

El Banco Mundial estima que hay 500 millones de mujeres y niñas en situación de pobreza menstrual en todo el mundo, es decir, no pueden costear los productos de higiene menstrual, lo que amenaza la salud reproductiva de mujeres y niñas, y afecta su crianza y sustento.

No existen datos fiables disponibles sobre el consumo de compresas menstruales comerciales en Bangladesh. Si bien se usan mucho entre las mujeres de clase trabajadora de la capital, en algunas áreas rurales, más de 80 % de las mujeres usan trapos viejos en lugar de toallitas (una práctica ancestral). Aunque las toallas sanitarias comerciales cada vez son más accesibles en las zonas rurales, la gran mayoría de las mujeres no pueden adquirirlas. Un estudio de 2018, «Los efectos del cambio climático en los recursos hídricos y la salud humana», encontró que las mujeres y niñas de la costa sur de Bangladesh lavan sus paños en agua salada para reutilizarlos.

Existe, además, un estigma social hacia la menstruación en el país, y las niñas no reciben educación sobre higiene menstrual: Muchas personas la consideran una enfermedad, y la mayoría, cuando menstrúan, lo hacen con suma reserva. Las mujeres sienten una vergüenza enorme de lavar su paños menstruales en presencia de hombres e, incluso quienes pueden comprar productos sanitarios, casi no las compran en tiendas comunes.

Tu primer período en Bangladesh: «La vida de muchas chicas se ve arruinada por una gestión menstrual antihigiénica». Blog invitado del activista en salud pública Sumit Banik.

El informe de Mongabay menciona que algunas niñas están tomando píldoras anticonceptivas para detener por completo sus períodos y así no tener que lavar los viejos paños con agua salada y sucia. Han visto a mujeres cercanas sufrir infecciones genitales y de piel por la falta de agua potable. Sin embargo, los anticonceptivos tienen efectos negativos sobre su salud a largo plazo, ya que aumentan los riesgos de coágulos y cáncer de mama.

La Encuesta Básica Nacional de Higiene de Bangladesh (2014) muestra que 40 % de las estudiantes se ausentan de clases un promedio de tres días cuando están menstruando. Las toallas sanitarias no se obtienen fácilmente en las escuelas ni en lugares públicos porque se enseña a las mujeres a ser muy reservadas sobre sus períodos. Una empresa local de toallas sanitarias lanzó una campaña de responsabilidad social corporativa en Satkhira, que incluía la instalación de tanques de agua potable para mujeres y niñas, y capacitación en materia de higiene menstrual. También algunas ONG locales implementaron iniciativas para fabricar productos de higiene menstrual asequibles. Sin embargo, no son soluciones suficientes para un país con más de 83 millones de mujeres.

La organización solidaria de desarrollo internacional United Purpose tuiteó sobre una iniciativa local para producir toallitas asequibles:

En Bangladesh, un grupo de mujeres ha creado el Centro de Producción de pequeñas prendas y compresas higiénicas en el Bazar Cox.

En el cenbtro, fabrican toallas y paños menstruales y garantizan que las mujeres y niñas de la comunidad cuenten con toallas sanitarias a precios accesibles.

En la sociedad conservadora de Bangladesh, poca gente está dispuesta a hablar sobre prácticas seguras de higiene menstrual. En 2015, el Ministerio de Educación decretó que toda escuela de Bangladesh debía tener, como mínimo, un baño por cada cincuenta estudiantes, objetivo que aún no se ha alcanzado. Todos estos son los obstáculos que debe atravesar la tan necesitada concientización masiva sobre gestión de la higiene menstrual en Bangladesh. No obstante, el cambio climático y la subida del nivel del mar son amenazas externas que Bangladesh no puede solucionar por su cuenta.

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