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Mientras colapsa la paz y la prosperidad, Asia Central se prepara para una oleada de trabajos forzados y esclavitud sexual

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Afganistán, China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán, Derechos humanos, Desastres, Economía y negocios, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Refugiados, Relaciones internacionales, La caída de Kabul, dos años después

Un hombre cortando el pelo a un compañero migrante de Asia Central en un apartamento de Moscú. Foto por Fred S. [1] via Flickr (CC BY-NC 2.0 [2])

El 2 de agosto de 2022, un tribunal de Kazajistán condenó al kazajo Murat Meirbekov, de 56 años que vive en Georgia, a 15 años de prisión por violación y trafico de personas [3]. Su presunto cómplice, Besik Tordua, georgiano acusado de violación e inducción al suicidio, murió cuando estaba detenido [4] en Georgia el 15 de julio. El incidente expuso un patrón de trata internacional de personas con fines de esclavitud sexual y las barreras a la cooperación legal. Según el informe judicial, el acusado supuestamente invitó a Georgia a su pariente lejana Assel Aitpayeva, kazaja de 26 años, y le prometió un empleo. La violó y “culminó la transacción”  y luego se la pasó a su cómplice. Según la fiscalía de Georgia [5], ella saltó desde el octavo piso de un edificio residencial en la capital de Georgia, Tiflis, el 5 de mayo, luego de que los hombres la violaron y amenazaron, lo que llevó al arresto de Tordua, pero la falta de un acuerdo de extradición entre Georgia y Kazajstán eventualmente conduciría a dos juicios separados en dos países, ya que Meirbekov regresó a Kazajistán un día antes de la trágica muerte de Aitpayeva.

Al día siguiente, 10 uzbekos fueron liberados de la esclavitud laboral en Almaty [6], la mayor ciudad de Kazajstán, a través de una operación coordinada de la Policía kazaja y el Consulado General de Uzbekistán, lo que reveló el horrendo problema de la trata de personas y las formas modernas de esclavitud en la región de Asia Central en general, y Kazajistán en particular. Según el informe oficial del Ministerio del Interior de Kazajistán, solo en los primeros seis meses de 2022 se presentaron 57 casos legales relacionados con trafico de personas [7], en comparación con 103 casos en 2021. Las personas presionadas para la esclavitud sexual o el trabajo forzado, muchos extranjeros, a menudo se sienten atraídos por la promesa de oportunidades de empleo.

Las crisis económicas, los recortes en el gasto público y el consiguiente desempleo son comúnmente considerados como los factores que agravan los riesgos [8] de que grupos de población especialmente vulnerables sean víctimas de trata de personas, o trafico de personas, como se denomina legalmente, la recesión provocada por la pandemia de COVID-19 aumenta más el número de personas a quienes se dirigen los traficantes [9]. Además, la invasión rusa de Ucrania y la sangrienta guerra que se prolonga durante más de cinco meses ha generado millones de refugiados, muchos otros están atrapados en asentamientos invadidos o bloqueados por las tropas rusas, lo que aumenta los riesgos de trata de personas y explotación sexual. Los primeros dos meses y medio de la guerra ya provocaron la pérdida de casi cinco millones de puestos de trabajo solo en Ucrania.

Familia de refugiados ucranianos en el paso fronterizo de Reni-Cahul entre Ucrania y Moldavia. Foto por UN Women [10] vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 [11]).

En cuanto a la región de Asia Central, la recesión, el desempleo y la interrupción de los flujos comerciales y financieros inducidos por la guerra provocaron el temor al éxodo de millones de trabajadores inmigrantes de Asia Central en Rusia [12]. Según los datos de 2020, de los 11,6 millones de migrantes internacionales que viven en la Federación Rusa, el 41 % está compuesto por personas de los cuatro países de Asia [13] Central, Kazajstán (22 %), Uzbekistán (10 %), Kirguistán (5 %) y Tayikistán. (4 %), y un gran número son trabajadores migrantes. Las remesas de los trabajadores migrantes en países como Kirguistán y Tayikistán representan alrededor de un tercio del PIB. Tienen temor de perder sus empleos e ingresos, por lo que buscan trabajo con urgencia en países nuevos y desconocidos [12], como Japón, Corea y hasta Reino Unido, lo que aumenta naturalmente los riesgos de trata de personas. Además, dado que la guerra y las sanciones no parece que van a terminar en un futuro previsible, las consiguientes pérdidas de puestos de trabajo de los trabajadores migrantes y su posible regreso a sus países de origen podrían conducir a un considerable deterioro económico en la región [13], así como al desempleo y más presión sobre el mercado laboral de Asia Central.

Mucho antes de la etapa actual de la agresión rusa contra Ucrania, Rusia había sido el país de origen, tránsito o destino de hasta 1,5 millones de personas traficadas [14],  incluida temas de trabajo forzoso y explotación sexual, en su mayoría de países vecinos. Además de eso, Human Rights Watch [15] reveló que había abuso y explotación generalizados de los trabajadores migrantes en Rusia, que incluían la retención o demora de pagos, y la retención de pasaportes o permisos de trabajo. El destino de los trabajadores “ilegales” fue aún más sombrío: el régimen sin visado de muchos de los Estados de Asia Central, combinado con las dificultades burocráticas para obtener el registro y los permisos de trabajo en Rusia, empujó a muchos inmigrantes a la ilegalidad [14]. Según el fiscal general de Rusia, el 99 % de los casos penales de trata de personas en Rusia en 2020 involucraron la organización de la prostitución [16] o la distribución de materiales pornográficos, y los inmigrantes “ilegales”, que tienden a evitar el contacto con las fuerzas del orden, a menudo son víctimas de estos criminales.

Trabajadores migrantes contratados para el sector de la construcción en los suburbios de Rusia. Foto de Marcel Crozet / ILO [17] vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 [11]).

El informe anual actual sobre trata de personas del Departamento de Estado de Estados Unidos [18] pone tradicionalmente a Rusia entre los países del Nivel 3 (el peor nivel posible), junto con Afganistán, China y Turkmenistán, mientras que el resto de Asia Central, incluida Mongolia, se clasificó entre los países del Nivel 2. Junto con un sistema legal y administrativo ineficaz que a menudo conducía al abuso y la explotación de los trabajadores migrantes, lo que abría el camino a la trata de personas, el informe documenta el uso sistemático del trabajo forzado norcoreano y el reclutamiento de niños soldados en la región de Dombás controlada por Rusia en el este de Ucrania desde 2014. Desde el comienzo de la guerra en febrero de 2022, la situación ya aterradora de la trata de personas en Rusia ha empeorado aún más, como lo revelan los terribles informes sobre el uso sistemático de violencia sexual por parte de las tropas rusas en Ucrania [19], la reubicación forzada de miles de civiles ucranianos a Rusia [20] y la creación de “campos de filtración”.

China, otra superpotencia regional, se ha involucrado sistemáticamente en acciones y políticas contra la población musulmana de su Región Autónoma Uigur de Sinkiang, en el noroeste del país, que califican como crímenes contra la humanidad [21], ya que los detenidos en los llamados “campos de reeducación” son sometidos a tortura, violencia sexual y trabajo forzoso. En los campos de detención, como revelan los informes, la población musulmana de Sinkiang, predominantemente uigures, es trasladada a la fuerza a plantas industriales en toda China [22], incluidas las de marcas mundiales conocidas como Apple, BMW, Nike y Samsung.

Niña afgana de 14 años que trabaja en un campo de refugiados afganos en Rafsanjan, Irán. Foto por UNICEF Iran [23] vía Flickr (CC BY-ND 2.0 [24])

En cuanto a Afganistán, otro país de la región con un pésimo historial de trata de personas, los riesgos y la escala de los grupos vulnerables de la población aumentaron enormemente después de que los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, lo que provocó el desplazamiento inmediato de otras 900 000 personas [25] dentro y fuera del país. Por lo tanto, el número de refugiados afganos registrados oficialmente en los países vecinos superó los dos millones, y países como Turquía supuestamente albergaban entre 200 000 y 600 000 afganos [26] incluso antes de la toma del poder. A pesar de la drástica disminución del desarrollo económico y el bienestar después de la toma de posesión, se informó que el tráfico de personas y la producción de heroína [27] eran los únicos dos sectores de la economía que prosperaron después de la caída del Gobierno afgano. Ya en julio de 2021, los talibanes comenzaron a recopilar listas de niñas mayores de 15 años para “casarse” con combatientes talibanes [28]. Según el último Informe sobre la trata de personas [18], la mayoría de las personas objeto de trata en Afganistán son niños, ya que más de un millón de niños de entre 5 y 17 años están involucrados en trabajos forzados y trata sexual, y “los niños son más vulnerables que las niñas a ser víctimas de trafico» , incluida la explotación sexual.

Mientras tanto, la disminución leve pero constante en el número total de casos y víctimas de la trata [29] en los Estados postsoviéticos de Asia Central en los últimos años y el optimismo que generó podrían ahora estar descansando en terreno inestable en medio de conflictos y crisis en la región y sus alrededores.