Este artículo se publicó originalmente [1] en Chaikhana Media. Reproducimos una versión editada en virtud de un acuerdo de contenido compartido.
En años recientes [2], docenas de azerbaiyanos queer han huido de su tierra natal por la persecución que sufren por ser quienes son. No hay estadísticas oficiales de personas LGBTQ+ que dejan Azerbaiyán, sin embargo, la evidencia anecdótica indica que buscan seguridad en países cercanos y lejanos [3].
La activista y artista queer Pari Banu (que usa pronombres femeninos) es una de las personas que recientemente se instaló en Tiflis, en la vecina Georgia. Banu es artista visual e intérprete, experimenta con la fotografía, la actuación, el video, el sonido y la moda para hablar de temas como la identidad, la violencia y la transformación.
People always tell you, “You have a penis. Act like a man!” or “You have a vagina. Behave like a woman!” But I have always been curious about what it means to be a man or to be a woman. Isn't it simply possible to move away from this primitive binary stuff? Does it really matter if somebody has a penis but they are effeminate and caring, or if you have a vagina but you are masculine and dominant? When I was a child, I passionately loved to put on makeup, wear a shirt, and perform belly dance. However, my parents were extremely strict about it, especially my father. But I've always had a brave personality. Then, I got punished for doing it. So I always just asked myself… Why? Is femininity a curse for a boy? And now, I found the answer… My absolute emancipation has always frightened others!
La gente siempre te dice: «tienes pene. ¡Actúa como un hombre!» o «tienes vagina. ¡Compórtate como una mujer!». Pero siempre he tenido curiosidad sobre lo que significa ser hombre o ser mujer. ¿No es posible alejarse de este asunto binario primitivi? ¿Realmente importa si alguien tiene pene pero es afeminado y cariñoso, o si tiene vagina pero es masculino y dominante?. Cuando era niña, me encantaba maquillarme, usar una camisa y bailar la danza del vientre. Sin embargo, mis padres eran extremadamente estrictos al respecto, especialmente mi padre. Pero siempre he tenido una personalidad valiente. Luego, me castigaban por hacerlo. Así que siempre me pregunté… ¿Por qué? ¿Es la feminidad una maldición para un niño? Y ahora, encontré la respuesta… ¡Mi emancipación absoluta siempre ha asustado a los demás!
Banu viene de una familia conservadora que consideraba que incluso un bolso floral era un problema. Decían cosas como «los vecinos te van a ver, ¿qué van a decir? ¡Es muy vergonzoso!», recordó Banu en su conversación con Chaikhana Media.
Después de llegar a la edad del servicio militar obligatorio, la madre de Banu la convenció de que debía cumplir. Pero su servicio militar estuvo definido por el terror y la depresión. Además de las novatadas y el acoso, los soldados intentaron persuadirla para tener relaciones sexuales. Cuando se negaba, la encerraban en los baños y almacenes como castigo, y la golpeaban por la noche. Uno de los soldados la amenazó con encontrarla cuando dejara el Ejército y matarla
Banu le dijo a Chaikhana Media que su madre trató de convencerla de casarse con una chica. Pero a pesar de los intentos de Banu de explicar que eso solo lastimaría a más personas, su madre estaba más preocupada por lo que dirían los demás. Banu decidió dejar la casa de sus padres y mudarse a Tiflis, en la vecina Georgia, donde esperaba que nadie la presionara solo por ser quien es. Registró sus luchas con su identidad y su familia en su diario:
Ayer contacté a dos agencias de modelaje en Tiflis. Necesitan fotos de mi cara. Debería tomarlas de alguna manera y enviarlas. También puede ser una oportunidad de trabajo. Pero supongo que estoy un poco vieja para modelar.
Mi alcohólico padre me quería golpear después de ver mi nueva bolsa de compras verde con los pronombres ella/ellas. Él tenía un cuchillo. No sé por qué. Quizás quería cortarme. Solo le preocupaban los vecinos de nuevo.
La mudanza no fue fácil. Banu tuvo que cambiarse de departamento varias veces hasta que encontró un propietario amable y se hicieron amigos. Ahora se siente menos sola en la ciudad. Encontrar trabajo tampoco ha sido fácil. Banu no habla georgiano, lo que lo hace más difícil, pero finalmente tuvo algo de suerte.