Los regímenes autoritarios tienen una relación complicada con los medios y las tecnologías de comunicación. Unfreedom Monitor es una iniciativa de investigación de Global Voices Advox que examina el crecimiento del fenómeno de la red o el autoritarismo digital. Este resumen ejecutivo del informe de Zimbabue es de una serie de informes que se publicaron bajo Unfreedom Monitor. Lee el informe completo aquí.
El autoritarismo digital en Zimbabue tiene sus raíces en el periodo colonial, cuando el régimen de Rodesia implementó normas de comunicación y gestión de los medios establecidos en mantener la imagen del Gobierno. El gobierno independiente, al mando del difunto Robert Mugabe, también alentó un entorno mediático restrictivo con leyes que pretendían regular y perseguir las voces de la disidencia. En los comienzos de internet en el país a mediados de 1990, no se veía el espacio como una amenaza real porque la mayoría de los ciudadanos aún no habían adoptado las tecnologías de la información y la comunicación. Fue después de que Facebook se convirtió en un medio popular de noticias en 2010, en un entorno altamente polarizado, que el Estado se interesó cada vez más qué medios estaba consumiendo la población.
El motivo clave para identificar la represión digital en la investigación está basada en el deseo generalizado de mantener la situación y la hegemonía, donde solo elites gobernantes se sienten dueñas del país. Por ejemplo, las amenazas del cambio revolucionario inspiradas por las movilizaciones en redes sociales que deben ser neutralizadas. En noviembre de 2017 el golpe militar que depuso a Mugabe no condujo a un cambio fundamental, sino que proporcionó un terreno fértil para un enfoque más militarizado de la gobernabilidad, sin mucho respeto por el constitucionalismo. El régimen actual modifica continuamente la Constitución de 2013, aceptada a nivel nacional, ya que el presidente trata de ampliar la influencia del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial y el Legislativo. Entendiendo la importancia estratégica de los medios y el ámbito digital, la junta gobernante no considera ambos espacios como un medio de empoderar a los ciudadanos para que participen en los procesos democráticos, sino como una herramienta para la consolidación de los poderes políticos. El grado político y jurídico en que el Estado zimbabuense está dispuesto a utilizar la tecnología para afianzar la situación dependiendo en gran medida de su contexto nacional y el éxito de cualquier régimen de derechos digitales establecido depende de su contexto político y nacional.
Las leyes han sido la mayor parte de este proceso. La legislación pertinente se ha aprobado para socavar la disidencia legitima contra las políticas impopulares y los métodos de liderazgo político. Esta nueva legislación impacta los derechos digitales, ya que permite un contexto opresivo. La influencia de Gobiernos y corporaciones extranjeras en la configuración del entorno digital de Zimbabue también es una cuestión urgente. Como el estudio les mostrará, el régimen autoritario busca activamente sobrevivir incluso en un escenario de cambio político y económico creado por la globalización, recurriendo a métodos como usar tecnología de vigilancia, recolectar de datos biométricos de los ciudadanos sin autorización y promulgar legislación draconiana. Los actores claves identificados como proveedores de tecnologías digitales represivas al Gobierno son igualmente cómplices de las violaciones de los derechos digitales y del cierre del espacio cívico tanto en las plataformas en línea y y fuera de línea.
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