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Aumento de violencia contra mujeres y niñas desata indignación en la sociedad kirguisa

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kirguistán, Juventud, Medios ciudadanos, Mujer y género, Protesta

Mural de Burulai, estudiante de medicina de 20 años asesinada por su secuestrador en de una comisaría. Foto de Mirbek Kadraliev / UN WOMEN [1] via Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 [2]).

En las últimas semanas, el abuso contra mujeres y niñas llegó a los titulares de los medios kirguisos, y abarcaban desde casos de «ala kachuu» (rapto de muchachas y niñas con fines matrimoniales) hasta los de violencia sexual contra niñas menores de edad.

El 11 de julio de 2022, tres hombres de entre 26 y 27 años raptaron a una joven para casarla en uno de los distritos de Biskek, capital de Kirguistán. La víctima acudió a la Policía y los presuntos secuestradores estuvieron detenidos [3] por dos meses. Más o menos al mismo tiempo, una chica de 17 años fue secuestrada [4] en la zona de Staryi Tolchok, establecimiento de materiales de construcción en Biskek. De camino a la farmacia, notó que un auto la seguía. Dentro había dos hombres, uno era amigo de su vecino, que ofreció llevarla. Cuando ella se negó, el hombre le tapó la amordazó y la forzó a entrar al vehículo. Los dos hombres la condujeron a la casa del vecino, desde donde ella pudo llamar a la Policía. Sin embargo, sus propios familiares no le creyeron, decían que había deshonrado a la familia. Ella recurrió al fondo público «Otkrytaya Liniya [5]» (Línea Abierta), que ayuda a las víctimas de secuestro de novias en Kirguistán.

Kirguistán es un pequeño país de Asia Central que tiene frontera con Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, y registra uno de los mayores índices de rapto de niñas para matrimonio. De acuerdo con los investigadores de demografía y dinámica de la población Lesia Nedoluzhko y Victor Agadjanian, uno de cada tres matrimonios en el país empieza con un secuestro [6]; en especial, en regiones alejadas. Casi cada semana se conocen casos de ala kachuu, a pesar de que el delito está criminalizado hace tiempo.

Uno de los ejemplos más nefastos, y que desató una protesta en la sociedad, fue el secuestro de Burulai [7] de 19 años, en 2018, cuando el secuestrador la mató en la misma comisaría de Biskek. Otro abominable caso fue el de Aizada Kanatbekova [8]. En abril de 2021, en Biskek, cinco hombres secuestraron a Aizada, de 26 años. Dos días después, un pastor local encontró el cuerpo de la chica secuestrada y de uno de sus secuestradores dentro de un auto entre los pueblos de Arashan y Chokmorova en la región de Chuy. Estos casos dieron lugar a protestas de indignación, con peticiones de destitución de funcionarios y otras acciones legales, y un impulso para cambiar las disposiciones legales en torno al rapto de novias. En la actualidad, un nuevo código penal [9], aprobado en octubre de 2021, estipula prisión para los responsables hasta de siete años por secuestro.

Escena de la marcha de la solidaridad con las mujeres, Biskek, Kirguistán. Foto de Meriza Emilbekova / UN Women Kyrgyzstan [10] vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0 [2]).

En las últimas semanas, el abuso sexual contra menores de edad también ha acaparado las noticias. En un reciente e inhumano caso, varios hombres, incluidos policías, abusaron sexualmente de una niña de 13 años durante unos cinco meses [11]. En agosto de 2021, en el bazar de Dordoi, en Biskek, un vendedor acusó a una niña de 13 años de intentar robar unos auriculares y la entregó a la Policía, que con amenazas de 10 años de cárcel y enormes multas, la violó. Según el padre de la víctima, dos policías y un civil se pasaron de mano en mano a su hija [12], la intimidaron y la violaron entre agosto de 2021 y febrero de 2022. De otro lado, los violadores de otra niña de 13 años con discapacidad en Sokuluk, pueblo en la región de Chuy, fueron sentenciados y luego liberados [13] porque el delito había prescrito. Las apelaciones constantes tardaron más de nueve años en ser procesadas por los tribunales, periodo que prescribió porque los acusados eran menores de edad cuando cometieron el delito.

Hace unas semanas, las organizaciones de la sociedad civil de mujeres y las activistas feministas exhortaron [14] al Gobierno que tomara medidas para combatir la violencia contra mujeres y niñas en Kirguistán, que aumenta día a día y ponE en peligro sus vidas.

Manifestación contra el abuso infantil en Biskek.

Estos ejemplos muestran que la desconfianza de la población hacia la Policía está aumentando; pues los cuerpos de seguridad, en lugar de salvaguardar a las mujeres que buscan ayuda, se convierten en perpetradores y las ponen en peligro. Dada la inacción de la Policía y las grietas del sistema judicial, algunos casos de abuso sexual pueden dar lugar a arbitrariedades y a actos de la turba. A finales de 2021, tras la violación de una chica de 16 años de edad [17], el llamado «tribunal de aksakals» (tribunal de ancianos) decidió expulsar del pueblo a la familia del sospechoso de violación.

Aunque algunos funcionarios gubernamentales mostraron preocupación por el incremento de la violencia contra mujeres y niñas, así como disposición para reformar los mecanismos de aplicación de la ley, otros funcionarios y personas vinculadas al Estado suelen tener opiniones ambiguas. Por ejemplo, el primer ministro Akylbek Zhaparov prefirió lamentar que aquellas «malas noticias» en los medios afecten al turismo [18] en Kirguistán:

Если посмотрим на изнасилование маленькой девочки, об этом все написали, теперь [туристы] говорят, что не будут приезжать с детьми. Помните в прошлом году [была новость], которая висела на всех сайтах три недели, об изнасиловании 72-летней бабушки. Нажимают на любой русскоязычный сайт, казахи и русские, которые хотят приехать, читают новости и выбирают другие страны.

If we look at the rape of a little girl, everyone wrote about it, now [tourists] say they will not come with children. Remember last year [there was news], which hung on all the websites for three weeks, about the rape of a 72-year-old grandmother. Clicking on any Russian-language website, Kazakhs and Russians who want to come, read the news and choose other countries.

Si nos fijamos en la violación de una niña, todos escriben sobre eso, ahora [los turistas] dicen que no vendrán con niños. Recuerden que en 2021 [hubo noticias] sobre la violación de una abuela de 72 años, que se publicaron en todas las páginas web por tres semanas. Al hacer clic en cualquier página web en ruso, los kazajos y rusos que quieren venir, leen las noticias y optan por ir a otros países.

La violencia de género se ha normalizado en Kirguistán. Según lo más destacado del Índice de Mujeres, Paz y Seguridad [19] de 2021/2022, es el país más inseguro para las mujeres en Asia Central. En 2021, el Ministerio de Asuntos Internacionales kirguiso registró 10 151 casos de violencia doméstica [20], muchos más que el año anterior. La violencia contra menores, se duplicó este año [21]. En 2021, se registraron 254 casos de rapto de novias [22], pero el 84 % se desestimaron o archivaron luego. Sin embargo, se debe tener en cuenta que es poco probable que este aumento de cifras se deba solo a un aumento rápido de casos, por más que las denuncias e informes de violencia de género hayan aumentado, porque la sociedad ha empezado a prestar más atención a los asuntos de género.

Vista del bazar de Uzgen, región de Osh, Kirguistán. Foto de Ninara [23] vía Flickr (CC BY 2.0 [24]).

Por desgracia, la sociedad kirguisa aún es patriarcal [25] y neotradicional [26] en muchos sentidos, y sigue asignando un papel secundario a la mujer y no le deja tener control sobre su destino. Este aspecto es de gran importancia, pues influye en las actitudes sociales, las políticas de género y la regulación de la violencia de género en Kirguistán. A pesar del compromiso del país de tomar la vía de la democracia tras el colapso de la Unión Soviética, la violencia doméstica y el tráfico de mujeres, el rapto de novias, el matrimonio infantil y el kelinismo [27] (subordinación forzada de nuevas novias a las suegras y parientes del marido) siguen en práctica en Kirguistán, a pesar de estar formalmente criminalizados.

A su vez, el renacimiento del sentir islámico también echa leña al fuego, y a veces socava la posición de la mujer, y las autoridades religiosas suelen hablar de asuntos de género con retórica discriminadora contra las mujeres. Así, el vídeo de un sermón del 6 de julio de 2022 de Sadybakas Doolov, imán de uno de los distritos de Biskek, causó indignación en las redes sociales. En el video, afirmó que el aumento de los precios de la carne en los mercados es por la reducción del valor de «la carne de la mujer» [22], que se refleja en sus vestidos cortos. Lo que más sorprende es que la Administración Espiritual de los musulmanes en Kirguistán no encontró que lo dicho por el imán insultara a ningún grupo o persona.

Estas son solo algunas de las miles de vidas rotas que se hicieron públicas gracias a las protestas de la sociedad civil kirguisa. Mientras tanto, la implementación de la nueva legislación adoptada sobre abuso sexual, rapto de novias, y violencia doméstica parece ser profundamente defectuosa u obsoleta, en tanto que el público ha desarrollado una gran desconfianza en las autoridades [28].