Encuentran muerto al «indígena del hoyo», símbolo de la resistencia de los pueblos aislados en Brasil

Imagen del «sobreviviente solitario» publicitada por Funai | Imagen: Funai

Este artículo, de Rubens Valente, se publicó originalmente en Agência Pública en agosto de 2022, y se reproduce en virtud de un acuerdo de asociación con Global Voices. La traducción al inglés es de Liam Anderson.

Se hizo conocido como el “indígena del agujero» por cavar agujeros en la tierra, es un símbolo de resistencia de los pueblos indígenas de Brasil, y los medios lo describieron como el «hombre más solitario del mundo».

Por más de 25 años, este extraordinario brasileño, cuyo nombre, lengua y etnia se desconocen, vivió aislado en una zona de la selva amazónica, que abarca casi 8000 hectáreas en el estado norteño de Rondonia, bajo supervisión del Fundación Nacional del Indio (Funai).

El 24 de agosto, Funai lo encontró muerto en su tapiri (carpa hecha con paja), «echado en una hamaca y adornado con [plumas de guacamayo] como si estuviera esperando morir», según un experto indígena. El cuerpo fue llevado a Brasilia para practicarle exámenes forenses a cargo de la Policía Federal para tratar de determinar la causa de la muerte.

Se encontraron varios artículos al lado del cuerpo, como calabazas, flechas, mazorcas de maíz y cucharas de madera, y también se les está examinando. Se llevaron también una muestra de la vegetación circundante y agua del arroyo que usaba para revisar si estaban contaminados por pesticidas u otras sustancias que pueden haberle causado una enfermedad o la muerte.

Hasta ahora, la Policía Federal y Funai trabajan con la hipótesis de una muerte natural porque no se encontraron señales de violencia en el cuerpo y no había nada que indicara que otras personas hubieran irrumpido en su tapiri.

La existencia del hombre fue confirmada en 1996 luego de una extensa investigación de dos expertos de Funai, Altair Algayer y Marcelo dos Santos, a partir de informes iniciales de un cocinero que trabajaba en un molino en la zona. En ese momento, dijo que unos leñadores habían salido de la selva días antes temerosos de un indígena que se movía rápidamente por la selva.

Santos dijo que la palabra que define a la persona conocida como «Indígena del agujero» es «soledad», en la que terminó como resultado de diversas formas de violencia que sufrió el grupo al que pertenecía y que desapareció con su muerte. Explicó:

Ele não confiava em ninguém em sua volta porque viveu várias experiências traumatizantes com os não-indígenas. Ele temia pela própria vida. Um conjunto de fatores levou a essa solidão. Há relatos de que indígenas isolados foram mortos na região com veneno misturado à comida. Acreditamos que, por isso, ele nunca aceitou a comida que deixávamos para ele na mata.

No confiaba en nadie cercano porque tuvo varias experiencias traumáticas con no indígenas. Temía por su vida. Varios factores llevaron a esta soledad. Hay informes de que mataron a indígenas en la región por [comer] veneno mezclado con comida. Creemos que es por eso que nunca aceptó la comida que le dejábamos en la selva.

El “indígena del agujero” se convirtió en un símbolo de la resistencia de grupos aislados porque reiteradamente se negaba reiteradamente a tener contacto extendido con no indígenas —ni siquiera con otros indígenas de la región— y hasta en dos ocasiones disparó una flecha a trabajadores de Funai que se le acercaron. En el fondo de algunos de los agujeros que cavó en la selva puso púas de madera y trampas para espantar a los intrusos.

Pese a la intensa presión y a los ataques de políticos y rancheros en la región, se aprobó una prohibición legal de entrada a los forasteros al territorio en que vivía, por lo que se convirtió en uno de los ejemplos más significativos de la «política de no contacto» que adoptó Funai poco después del fin de los 21 años de dictadura militar de Brasil, que acabó en 1985.

Bajo esa política, la institución para asuntos indígenas asumió la tarea de identificar y dar seguimiento a pueblos indígenas aislados, para protegerlos de amenazas, y prohibió entrar o demarcar sus territorios, y solamente se podía contactarlos en caso de peligro inminente de intrusos como rancheros, leñadores y mineros según una decisión de los propios pueblos aislados.

En diciembre de 1996, Funai emitió el primer Decreto de Restricción de Uso que prohibía que la entrada de no indígenas a una franja de selva que abarcaba 8000 hectáreas, para garantizar el estilo de vida del «indígenas del agujero».

Este decreto se renovó en 2009, 2012 y 2015 y el territorio recibió el nombre de Tierra Indígena Tanaru. Con su muerte, surge la preocupación sobre el futuro de esta tierra debido al inminente riesgo de invasión y degradación.

El experto indígena Antenor Vaz, especialista en pueblos aislados que trabajó durante años en Rondonia, dijo que «el hombre del agujero» simbolizó «el mayor grado de resistencia en la lucha de un pueblo»:

Mesmo após o possível massacre que, tudo leva a crer, seu povo sofreu,
ele ainda permaneceu na sua luta.

Incluso después de la potencial masacre, que todos nos lleva a creer que su pueblo sufrió, siguió perseverando en su lucha.

También representa todos los posibles abusos que una sociedad mayoritaria puede cometer contra un pueblo indígena. A este grupo se le negó todo el derecho a vivir.

Vaz, Marcelo dos Santos y Sydney Possuelo, expertos en indígenas especializados en grupos aislados, dijeron que el cuerpo debía la regresar lo antes posible y ser enterrado en el mismo lugar donde el hombre vivió y murió. Santos explicó:

Para nós é fundamental que o corpo seja devolvido. E que se faça um memorial, um centro de treinamento e estudos, que se preserve o território de alguma forma.

Para nosotros, es esencial que el cuerpo regrese. Y que se haga un monumento, un centro capacitación y de estudio, que el territorio se preserve de alguna manera.

Vaz también sugirió., como Santos, que el Estado brasileño debería «preservar la Tierra Indígena Tanaru como conmemoración a la resistencia de pueblos aislados», para capacitar en políticas públicas con respecto a grupos aislados y eso sería un «reconocimiento a la valentía de este indígena».

En las décadas de 1980 y 1990, Possuelo estableció zonas de protección ético-ambiental de la Amazonía para supervisar y proteger a los pueblos indígenas aislados y sus territorios:

O primeiro passo é manter a terra livre e protegida. Embora eu duvide que esse governo, que é um governo anti-indígena, vai se esforçar para isso de alguma forma. É boa a ideia de fazer um marco em homenagem a esse povo, um centro de estudo que fosse aberto ao público em geral também.

El primer paso es mantener la tierra libre y protegida. Aunque dudo que este gobierno, que está contra los indígenas, haga algo en ese sentido. Es una buena idea hacer un monumento para honrar a este pueblo, un centro de estudios que estaría abierto al público en general también.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.