Católicos y evangélicos podrían decidir al próximo presidente de Brasil

Una encuesta muestra que casi la mitad de la población brasileña tiene en cuenta la religión al votar | Imagen: Luis Quintero/Licencia de uso libre

En medio de una elección profundamente polarizada, en que las encuestas dan  amplio margen de ventaja al expresidente de centro izquierda Luiz Inácio Lula da Silva y al actual presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, la religión ha sido uno de los temas nucleares del escenario político brasileño.

Brasil tiene una población de 215 millones de personas y más de 150 millones de electores, y cerca del 80 % de la población se identifica como católica o evangélica. Ambos candidatos han trabajado estratégicamente para atraer a este electorado, cuyo apoyo puede llegar a decidir quién será el siguiente presidente en las elecciones brasileñas del 2 de octubre.

Una encuesta del instituto Datafolha muestra que cerca del 48 % de los brasileños tienen en cuenta la religión al votar, mientras el 34 % dicen que no la tienen en cuenta. Es importante destacar que ni evangélicos ni católicos son grupos homogéneos ni unánimes.

El presidente Jair Bolsonaro es conocido por usar un lema frecuente: «Brasil sobre todo, Dios sobre todos». A pesar de que se identifica como es católico, mucha gente cree que es realidad es evangélico. La confusión es comprensible pues está más cerca de los evangélico en política, se casó con una evangélica con un pastor, y lo bautizó otro pastor en el río Jordán en 2016, con una capa blanca.

En 2018, cuando fue elegido presidente tras casi 30 años en el Congreso, muchos evangélico en Brasil vieron a Bolsonaro como la «respuesta a sus oraciones«. Tres años después, cuando tuvo que designar a un juez de la Corte Suprema, dijo que la persona debía ser «terriblemente evangélica» y eligió a su entonces ministro de Justicia, André Mendonça, que es pastor.

Actualmente, Bolsonaro tiene el apoyo de la mitad de los evangélicos, según una encuesta de Datafolha del 23 de septiembre, contra el 32 % de Lula.

Ana María es católica y maestra de escuela pública, y es una de esas personas. La identificamos con un alias pues quiere ser anónima por razones de seguridad. Dijo a Global Voices (GV) en WhatsApp:

A while ago, if I thought the candidate understood economy, I would vote for them. Today I understand this is not all that matters. The president cannot be pro-abortion, just as he cannot have a socialist/Marxist ideology. These are some of the criteria I evaluate.

Hace un tiempo, si pensaba que el candidato entendía de economía, le votaba. Hoy entiendo que esto no es lo único que importa. El presidente no puede estar a favor del aborto, al igual que no puede tener una ideología socialista/marxista. Estos son algunos de los criterios que evalúo.

Lula, también es católico y lidera en esta población –tiene el 52 % contra el 28 % de Bolsonaro, también según Datafolha. El expresidente dijo que se oponía a mezclar religión y política. A inicios de septiembre, también apareció rezando con pastores in Río.

Polarización religiosa

En julio, en la convención del partido de Bolsonaro, la primera dama, Michelle Bolsonaro, presentó a su esposo como «el elegido por Dios» que tiene un «proyecto de libertad para el país».

Vinicius do Valle, científico político de la Universidad de Sao Paulo y director del Observatorio Evangélico, dijo a GV en entrevista telefónica, que sobre todo en la última década, la polarización entre sectores conservadores evangélicos y movimientos sociales de izquierda se han intensificado en el país.

De un lado, hay discursos en defensa de ideas conservadoras y moralistas, contra el aborto y los derechos LGBTQIA+, y en defensa de una “familia nuclear heteronormativa”. Del otro lado, los movimientos sociales plantean debates sobre género, sexualidad y derechos humanos.

«Esto creó una coalición electoral entre sectores evangélicos y partidos de derecha. Dentro de eso, en 2018, se vio una alianza nacional con Bolsonaro».

Brasil es un país profundamente católico, que constituye la mitad de la población, y alrededor del 30 % de los evangélicos, también según Datafolha. Sin embargo, el número de evangélicos, se ha duplicado en los últimos 20 años.

«El país está pasando por una transición religiosa en la que el catolicismo está perdiendo importancia y Brasil se está volviendo más evangélico», dijo Do Valle.

Con 181 diputados y ocho senadores, el «Frente Parlamentario Evangélico» está compuesto por miembros del 80 % de los partidos representados en el Congreso Nacional. Los votos están más en línea con las propuestas del gobierno de Bolsonaro que el conjunto de los diputados, señala el Observatorio de la Legislatura Brasileña (OLB) y el Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ).

Sin embargo, los evangélicos en el Congreso Nacional no son un bloque monolítico, sino un grupo plural, dice.

«Si los evangélicos formaran hoy un partido político, sería el más numeroso en el Congreso Nacional», explica Do Valle. «Tienen sus diferencias, pero en su mayoría son similares en cuanto a ideología».

Entre las exoneraciones fiscales a los pastores y los nombramientos en las Cortes, los gabinetes estratégicos fueron ocupados por pastores y líderes religiosos durante el mandato de Bolsonaro. El Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos y el Ministerio de Educación, por ejemplo, no escatimaron esfuerzos para vetar los debates sobre educación de género y sexualidad en Brasil.

Noticias falsas

Antônia Lúcia, de 43 años, congregante de la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios en Belo Horizonte, es otra votante que declara su preferencia por Bolsonaro. Esta iglesia protestante pentecostal es originaria de Arkansas, Estados Unidos.

Ella forma parte de un grupo de votantes de Bolsonaro que recibe diariamente actualizaciones sobre ambos candidatos por WhatsApp. Uno de los mensajes que recibió decía que si era elegido, Lula perseguiría a los cristianos. Todos los mensajes del grupo son a favor del presidente, dijo a GV en entrevista telefónica.

Los bolsonaristas han tratado de vincular las acciones del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, que persigue a los sacerdotes católicos, con Lula, ya que han sido aliados.

«Si ocurrirá o no, nadie puede estar seguro, pero teniendo en cuenta todo lo que he leído y recibido sobre él y los partidos de izquierda, no dudaría de que ocurriera», dice.

Las noticias engañosas para atraer a votantes religiosos contra el candidato favorito se han difundido miles de veces en las redes sociales.

Hay mensajes que dicen que el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula cerró iglesias durante su mandato y que el expresidente apoya la invasión de iglesias y la persecución de cristianos. Estos contenidos ya han sido desmentidos por agencias de verificación de noticias, como la Agencia Lupa.

El tema también apareció durante el último debate presidencial en TV Globo, el 30 de septiembre, sacado a colación por un candidato que se presenta como sacerdote. Se incorporó a la contienda en el último momento, después de que el candidato de su partido fuera inhabilitado para presentarse por condenas judiciales.

El hombre, conocido como padre Kelmon, dice pertenecer a la Iglesia ortodoxa de Perú, pero la Iglesia ortodoxa tradicional dice que no tiene ningún vínculo con instituciones religiosas de esa fe en Brasil. Insinuó que Lula podría perseguir a los cristianos si era elegido cuando cuestionó al expresidente. Fuera del aire, se le vio aparentemente intercambiando notas con Bolsonaro.

Peso en la votación

En vísperas del bicentenario de la independencia de Brasil, a principios de septiembre, sacerdotes y grupos conservadores dentro de la Iglesia católica manifestaron su apoyo a favor de Bolsonaro, citaron la situación de Nicaragua y otros temas alineados con la política del presidente.

Mientras tanto, a un mes de las elecciones, otro grupo con 450 sacerdotes publicó una carta abierta contra su reelección, decían que una nueva victoria implicaría una «tragedia anunciada» que podría poner a Brasil «en una crisis humana más profunda». Escribieron:

Um discípulo de Jesus consciente não pode reeleger um homem que, com palavras e obras, demonstra ser o oposto de tudo aquilo que Jesus é e anuncia.

Un discípulo consciente de Jesús no puede volver a elegir a un hombre que, de palabra y de obra, se muestra contrario a todo lo que Jesús es y proclama.

Teniendo en cuenta la mala gestión de Bolsonaro de la crisis del COVID-19 en el país, que retrasó la vacunación y se opuso a las medidas sanitarias, además de no frenar el hambre, parece que la religión seguirá teniendo un peso importante, aunque los factores económicos también pueden marcar los votos.

«Es posible que parte del electorado cristiano tuviera antes más simpatía por Bolsonaro. Pero ahora, ante las duras condiciones de vida podría votar por Lula, que se asocia a un momento de crecimiento económico», analiza el profesor de Ciencias Políticas Fabio Lacerda, en entrevista telefónica.

Los sondeos electorales muestran que la economía sí orienta el voto. Al preguntarle cuáles deberían ser las principales prioridades del próximo presidente, el 49 % cita la inflación, el desempleo, el hambre, la miseria y el salario, lo que representa 30 puntos más en comparación con las últimas elecciones, según una encuesta del Ipespe.

En este escenario, Lula invierte en la heterogeneidad de los votantes evangélicos que priorizan otros aspectos más allá de la agenda moral para conseguir el apoyo del electorado. El abogado y activista Rarikan Heven, de 31 años, feligrés de la iglesia Hillsong, es uno de estos votantes. Es partidario de Lula, cree que la religión influye en el voto, pero cree que la agenda del candidato y lo que defiende son aún más importantes. Le dijo a Global Voices en WhatsApp:

Religion ends up having an influence on the values ​​that the Church defends. To me, these values ​​are about helping others, solidarity, fighting social inequalities, together with a national project that supports them.

La religión acaba influyendo en los valores que defiende la Iglesia. Para mí, esos valores son la ayuda al prójimo, la solidaridad, la lucha contra las desigualdades sociales, junto con un proyecto nacional que los respalde.

Las encuestas indican un escenario en el que los votantes evangélicos van a contracorriente del electorado, ya que la mayoría de los votantes sigue apoyando al actual gobierno. «Si tenemos una segunda vuelta, será por el voto evangélico de Bolsonaro que lo garantizará», dijo Do Valle.

Lacerda también destaca la importancia de los católicos en la decisión electoral. «Si la elección estuviera compuesta solo por evangélicos, Bolsonaro probablemente ganaría en primera vuelta. Pero si no fuera por los católicos, Lula no estaría al frente de las elecciones como está hoy».

La última encuesta de Datafolha, del 1 de octubre, muestra a Lula con la mitad de los votos válidos, frente al 36 % de Bolsonaro. En el último debate televisivo antes del día de las elecciones, los candidatos abordaron el tema de la religión, pero como señaló el movimiento «Judíos por la democracia»:

Los candidatos, especialmente los de la extrema derecha, hablan todo el tiempo de la población cristiana y de gobernar en su favor. Los cristianos son la mayoría, pero la población brasileña es diversa. El Estado es laico y el presidente electo debe gobernar para todos

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