“¿El arte del robo?”: Problemas con el voto electrónico en Rusia

El 11 de septiembre, Rusia acudió a las urnas por primera vez en tiempos de guerra. Las recientes elecciones en el país buscan proyectar una imagen interna de fuerza y control mientras presenta una fachada de democracia a la comunidad internacional. En vista de la guerra en Ucrania, la intolerancia en aumento de la oposición interna y la criminalización de casi cualquier forma de protesta, muchos observadores se han preguntado si los resultados tienen alguna importancia.

La oposición rusa vio las elecciones gubernativas y municipales de 2022 como una oportunidad para expresar su descontento con el partido gobernante y su guerra con Ucrania. La votación electrónica aún es relativamente poco usada a nivel mundial. Se ha utilizado con éxito en la vecina Estonia, pero se ha ensuciado en Rusia. Esto llevó a observar que el voto electrónico es un “potenciador” que puede hacer que las democracias sean más democráticas, pero por otro lado, que las autocracias sean más autocráticas.

Referéndum de 2020

La votación electrónica fue utilizada especialmente en el referéndum de cambios constitucionales de 2020, y le permitió a Vladimir Putin en última instancia extender su presidencia más allá de los límites de los mandatos existentes. Antes de eso, la votación electrónica se utilizó en votación regional limitada.

El actual acercamiento ruso a la votación electrónica ha sido criticado por no ser lo suficientemente segura, no tener supervisión adecuada y estar abierta a una coacción al votante. Implica que los usuarios accedan a las plataformas Gosuslugimos.ru en Moscú para emitir su voto. Los votos pueden ser refundidos limitadas veces, el proceso de autenticación es débil, el conteo de votos no es trasparente y ha habido cuentas de personas que pudieron votar dos veces (en línea y en persona).

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) no fue invitada a observar el referéndum de 2020 y había condenado las elecciones presidenciales de 2018 por no tener la debida libertad de elección. El supervisor electoral interno Golos informó numerosas infracciones en 2020, el Kremlin lo etiquetó como “agente extranjero” en un intento de reprimir la crítica interna.

El voto electrónico también se promovió como una manera segura de votar durante la pandemia de COVID-19 en Moscú y Nizhny Novgorod. Alrededor de un millón de votos se emitieron en línea en una elección calificada como «teatral» más que competitiva. Como se esperaba, se confirmó la idoneidad del presidente Putin para prolongar su estancia en el cargo, entre otras varias enmiendas constitucionales.

Es extremadamente difícil determinar el impacto de la votación electrónica en el referéndum, ya que constituía un pequeño número de los 74 millones de votos emitidos. Además, la oposición, incluido Alexéi Navalny y el partido Yabloko, instaron a no participar. Sin embargo, el referéndum de 2020 sigue siendo importante para la normalización del voto electrónico y los esfuerzos de Estado ruso por promoverlo.

La polémica de la Duma Estatal de 2021

En 2021, las autoridades rusas promovieron fuertemente el voto electrónico, y generó aún más controversia. La oposición rusa vio las elecciones a la Duma Estatal de 2021 como una oportunidad para manifestar su descontento con el partido dirigente de Rusia Unida, especialmente a la luz del encarcelamiento de Alexéi Navalny. Cabe destacar el “voto inteligente” del equipo de Navalny, sistema que aconsejaba a los votantes sobre los candidatos locales de la oposición con más posibilidades de ganar por quienes debían votar. Este acercamiento táctico llevo a algunos éxitos limitados de la oposición en 2019 en las elecciones a la Duma de la ciudad de Moscú y había algo de esperanza de que esto se pudiera aprovechar.

Sin embargo, las elecciones terminaron previsiblemente con una mayoría calificada para Rusia Unida. La polémica en torno a las elecciones se fue gestando a lo largo de los tres días de votación desde los colegios electorales convencionales, donde las redes de la oposición destacaron numerosas infracciones, en su mayoría caracterizadas por un descarado relleno de papeletas.

No obstante, cuando se comenzó a revelar los votos, quedó claro que algunas votaciones inteligentes habían funcionado, como se vio en el aumento en el apoyo del Partido Comunista de la Federación Rusa, por el que en un comienzo el sistema de votaciones inteligente de Navalny instó a votar (más de un 60 % de escaños). A pesar de las infracciones observadas, había evidencia de un alejamiento de Rusia Unida en zonas que antes se consideraban bastiones. En Moscú, fue incluso más pronunciado. Sin embargo, la ausencia de cifras de votos digitales se hizo más notoria con el paso del tiempo. Esto hizo que figuras importantes de la oposición comenzaran a especular que el retraso era deliberado. También fue extraño, ya que el recuento de votos electrónicos debería ser más rápido que el de los votos en papel y en las democracias que utilizan voto en línea (como su vecina Estonia) se anuncian primero.

Dos candidatos se convirtieron en el centro de atención del revuelo: el autodenominado socialdemócrata y profesor universitario Mikael Lobanov (CPRF) Anastasia Bryukhanova (Independiente), de 29 años, a quien se le impidió presentarse a la Municipalidad de Moscú en 2018 como parte de una purga mayor de figuras de la oposición.

Sus partidarios, como el popular opositor, Maxim Katz, y Lubov Sobol, asociado de Alexei Navalny, se lanzaron a las redes sociales para arremeter contra el voto electrónico antes de que se anunciaran los resultados, criticaban el tiempo que le tomó declarar los resultados como una señal de que las autoridades estaban “encontrando” los votos necesarios para borrar la gran ventaja que tanto Bryukhanova como Lobanov obtuvieron de los votos en papel. Sus miedos se probaron como ciertos, ya que todos los candidatos opositores en Moscú vieron borradas sus ventajas, lo que generó furia mezclada con burla.

Algo sorprendentemente, la indignación se difundió más allá de la oposición de base, generó ira en los partidos opositores autorizados por el Kremlin que no desafían la situación, incluido el temperamental (ya fallecido) político ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky, líder del Partido Liberal Democrático de Rusia. Afirmó que le habían robado votos, y advirtió de un «escenario bielorruso» (em referencia a la ola de disturbios populares contra el régimen de Lukashenko). Inicialmente, el Partido Comunista se negó a reconocer la legitimidad de los votos electrónicos e intentó liderar las protestas en la capital, cuya licencia fue denegada.

El hecho de que tanto el Partido Comunista como el Partido Liberal Democrático de Rusia se hayan pronunciado en contra del voto electrónico es una rebelión considerable. Sin embargo, no hizo mucho para cambiar el resultado, ya que finalmente la comisión electoral confirmó los votos.

Elecciones gubernativas y municipales de 2022

Tras la experiencia de 2020 y 2021, este año las elecciones municipales y gubernativas continuaron de una manera que posiblemente se parezca al futuro del voto en Rusia. El voto electrónico se usó en otras siete regiones para las elecciones a gobernador (Kaliningrado, Kaluga, Kursk, Nóvgorod, Pskov, Tomsk y Yaroslavl) así como en Moscú para las elecciones municipales. Las elecciones presidenciales de 2024 se harán con voto electrónico por primera vez después de que el Kremlin lo aprobó en todas las elecciones a partir de marzo.

Como en las elecciones anteriores, el presidente Putin hizo nuevamente un espectáculo al emitir su voto en línea y declaró:

«September 11 is the single voting day in Russia. But it is also possible to cast a vote in advance and remotely, which is exactly what I did now. It is a very convenient, reliable form of vote. To those who can and want to use it — I recommend.»

El 11 de septiembre es el único día de votación en Rusia. Pero también es posible emitir el voto por adelantado y de manera remota, es exactamente lo que acabo de hacer. Es una forma de votar muy conveniente y fiable. Yo la recomiendo para quienes puedan y quieran usarla.

El sistema de votación electrónica fue sometido a ciberataques, lo que causó una breve interrupción el 9 de septiembre (el día de las elecciones fue el 11 de septiembre, pero se podían emitir votos el 9 y 10 de septiembre).

No obstante, se emitieron alrededor de 600 000 votos en las primaras cuatro horas de votación en Moscú. Anastasia Bryukhanova se burló en las redes sociales de estas cifras, señaló que presentan más del 65 % de los votos emitidos en la totalidad de las últimas elecciones. Al final, tres cuartas partes de los votantes emitieron sus votos electrónicos en Moscú, lo que hizo que la participación fuera más del doble que en 2017 (34 % frente al 15 %). Una vez más, la mayoría de los candidatos del “voto inteligente” fueron derrotados. Esto también coincidió con los informes de irregularidades en el voto convencional.

En su informe de las elecciones, Golos señaló la falta de confianza en la votación electrónica. La experiencia de 2021 influyó al menos en parte en este aspecto y se trasladó a 2022:

Remote electronic voting (DEG) has become the focus of public attention. Its results overturned the distribution of parliamentary seats in many districts of Moscow, and observers noted that the current system is not transparent and destroys the remnants of confidence in the elections. In turn, voters, especially in Moscow, actively reported that they were being forced to participate in remote voting.

La votación electrónica remota fue el centro de atención pública. Sus resultados dieron un vuelco a la distribución de los escaños parlamentarios en muchos distritos de Moscú, los observadores señalaron que el sistema actual no es transparente y destruye los restos de confianza en las elecciones. A su vez, los votantes, especialmente en Moscú, denunciaron activamente que se les obligaba a participar en el voto a distancia.

Como resultado, Rusa Unida forzó su dominio sobre la política interna.

¿Lección para el futuro?

La votación electrónica es un recurso de gran desconfianza entre la fragmentada oposición rusa. Creen que la votación electrónica hace que la falsificación sea demasiado fácil y que se puede utilizar junto con las descalificaciones, los candidatos “sin posibilidades” y la intimidación. Es probablemente que esto alimente aún más la apatía y la desconfianza del público en general.

Independientemente de la desconfianza interior, el voto electrónico llegó para quedarse. Sin embargo, Rusia decidió no usarlo en la tan criticada votación electrónica en los “referendos” en los territorios ocupados de Ucrania, a pesar de los informes erróneos que indican lo contrario. Oficialmente, esto se debió a los «bajos niveles de digitalización«, inusual manera de indicar que los ciudadanos de Ucrania en esos territorios no tenían cuentas en Gosuslugi ruso.

La restricción en si misma de usar los votos electrónicos en esta instancia demuestra al menos algún deseo de mantener una fachada pública de integridad en el sistema para una audiencia doméstica. Se añade al problema que, en vez de ver los resultados con mayor escepticismo, algunos medios extranjeros los han presentado como la aprobación interna de un régimen cada vez más autoritario.

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