Escritores y académicos filipinos rechazan la censura de libros

Books reviewed by Komisyon sa Wikang Filipino

Los cinco libros que algunos de los miembros de la Komisyon sa Wikang Filipino (Comisión para la Lengua Filipina) etiquetaron como “subversivos”. Fotografía del Centro para la Libertad y Responsabilidad de los Medios.

En Filipinas, quedó anulada la disposición del Gobierno que ordenaba detener la publicación y distribución de cinco libros que las autoridades filipinas calificaron de «subversivos». La comunidad literaria y académica de Filipinas rechazó fuertemente la censura y represión de la disposición.

La Komisyon sa Wikang Filipino (Comisión para la Lengua Filipina) o KWF, es la agencia gubernamental de la oficina ejecutiva del presidente que se encarga de promover, preservar y desarrollar los idiomas del país- Es la entidad que retiró su orden tras continuas protestas de los principales académicos y escritores del país.

En el memorándum 2022-0663 del 9 de agosto, la comisión prohibió cinco libros luego de que un programa de entrevistas en la televisora de extrema derecha Sonshine Media Network International (SMNI) acusó a los libros de “subversión” y etiquetó a los autores de “comunistas”:

  1. «Teatro Politikal Dos» (Teatro político Dos) por Malou Jacob.
  2. «Kalatas: Mga Kwentong Bayan at Kwentong Buhay» (Cartas: Narrativas de la gente e historias de vida) por Rommel B. Rodriguez.
  3. «Tawid-diwa sa Pananagisag ni Bienvenido Lumbera: Ang Bayan, ang Manunulat, at ang Magasing Sagisag sa Imahinatibong Yugto ng Batas Militar 1975-1979″ (Impartir el significado de los escritos de Bienvenido Lumbera: el pueblo, el escritor y la revista Sagisag en el estado imaginativo de la ley marcial de 1975 a 1979) por Dexter B. Cayanes.
  4. «May Hadlang ang Umaga» (La mañana se entorpece) por Don Pagusara.
  5. «Labas: Mga Palabas sa Labas ng Sentro» (Afuera: Obras de más allá del centro) por Reuel M. Aguila.

Etiquetar como rojo se utiliza en Filipinas al referirse a la práctica de calificar a personas como terroristas o rebeldes comunistas “sin pruebas sustanciales de conductas ilegales”.

La comisionada de KWF de Programas y Proyectos, Carmelita Abdurahman, y el comisionado de Operaciones y Financias, Benjamín Mendillo, escribieron la nota, que también firmaron otros tres comisionados de KWF.

Mientras que el país conmemora el Mes del Idioma Nacional, la Komisyon sa Wikang Filipino envió un memorándum para pedir a escuelas y bibliotecas que quitaran los siguientes libros “subversivos” por ser “contrarios al Gobierno”.

¿Libros «subversivos”?

En el programa de SMNI “Laban Kasama ang Bayan” (Pelea con la nación), Lorraine Badoy, exsubsecretaria de Comunicaciones durante la gestión de Rodrigo Duterte, y otros portavoces anticomunistas, identificaron palabras particulares, diálogos e incluso entradas referencia que encontró en los cinco libros que denominaron como “terroristas”.

Captura de pantalla de la grabación del programa de SMNI del 9 de agosto que etiquetó a cinco libros filipinos como subversivos.

Los representantes anticomunistas destacaron líneas de la obra “Teatro Politikal dos”, colección de cinco obras teatrales de la galardonada dramaturga filipina Malou Jacob. Esas líneas simplemente describen el levantamiento popular de EDSA que derrocó al fallecido dictador Ferdinand Marcos padre en febrero de 1986 como “lo mejor que ha pasado luego de quince años de ley marcial”.

Captura de pantalla de la grabación del programa de SMNI del 9 de agosto que etiqueta a cinco libros filipinos como subversivos.

También destacaron líneas de “Kalatas”, colección de anécdotas y reflexiones del profesor filipino de ficción y literatura Rommel Rodriguez. El texto simplemente menciona las realidades en Filipinas en las que algunos filipinos organizaron una revolución armada contra el Gobierno: «May umakyat ng bundok upang humawak ng Sandata” (están quienes dejan las montañas para levantar armas).

Captura de pantalla de la grabación del programa de SMNI del 9 de agosto que etiqueta a cinco libros filipinos como subversivos.

«Tawid-diwa sa Pananagisag ni Bienvenido Lumbera«, de Dexter Cayanes es una tesis sobre el fallecido Lumbera, artista nacional filipino por la literatura. El libro fue etiquetado por el mero hecho de citar obras de los líderes comunistas rebeldes Jose Ma Sison y Julieta de Lima. Incluso hacen referencias a entradas de la crítica de arte Alice Guillermo, y otros trabajos académicos como “Marxismo e historia literaria” se presentaron como prueba de subversión.

Captura de pantalla de la grabación del programa de SMNI del 9 de agosto que etiqueta a cinco libros filipinos como subversivos.

Un diálogo de la obra teatral Don Pagusara «May Hadlang ang Umaga» que representa la circunstancia histórica de filipinos comunes y corrientes que hablan sobre la lucha armada contra la dictadura también fue etiquetado como subversivo. Pagusara es un galardonado dramaturgo y poeta en cebuano que fue preso político durante la dictadura.

Captura de pantalla de la grabación del programa de SMNI del 9 de agosto que etiqueta cinco libros filipinos como subversivos.

También se ofrece como prueba de terrorismo del libro “Labras” el solo hecho de mostrar las realidades sociales del arresto de activistas, hambre, violencia y pobreza («gutom, dahas, kahirapan») durante la ley marcial en una de las obras del galardonado dramaturgo y profesor Reuel Aguila.

Hablan los autores

En respuesta a estas acusaciones, los cinco autores escribieron una declaración conjunta en filipino para pedir la retractación de las falsas declaraciones en su contra. Los autores afirman que los intentos de los representantes anticomunistas  de calificarlos de comunistas son el verdadero acto terrorista, que infunde miedo entre la comunidad literaria y académica:

Naniwala kaming hindi nabasa mismo ng mga nagpaparatang ang kabuuan ng lima naming libro. Naniniwala kaming isang uri ng karahasan ang pigilang maipakita ang iba’t ibang danas ng mga Pilipino. Naniniwala kaming isang uri ng terorismo ang magtakda kung ano lamang ang maaaring isulat at paano isulat ang mga ito.

Creemos que los acusadores no han leído nuestros libros por completo. Creemos que detener la exposición de la diversidad en la experiencia filipina es una forma de violencia. Creemos que es una forma de terrorismo el dictar lo que puede ser escrito y cómo debe ser escrito.

Rodriguez destacó que en “Kalatas” y sus otras obras literarias apuntan a decir la verdad sobre las realidades de la gente que tomaba las armas más que alentar a los lectores a luchar contra el Gobierno:

They were taken out of context because after all, it is so easy to say they are subversive because they contained such words. Am I the only one who used ‘revolution’ and ‘weapon’? No. Many people in history have used them.

Los sacaron de contexto porque, después de todo, es fácil decir que son subversivos porque contienen palabras así. ¿Soy el único que utilizó “revolución” y “arma”? No. Mucha gente a lo largo de la historia las han utilizado.

Pagusara dijo que la censura de sus obras provoca un efecto paralizador en la comunidad general de escritores, artistas, trabajadores culturales y académicos. Explicó que «May Hadlang ang Umaga» se basa en sus experiencias de vida como activista y preso político durante el régimen de Marcos y su ley marcial:

May Hadlang ang Umaga is a fictional play written in the 1980s based on the life of political prisoners held in custody at the Youth Rehabilitation Center, a former maximum security prison at Fort Bonifacio in Taguig City. It was actually archived in my mini library when KWF Chairman Arthur Casanova offered that the book be published.

May Hadlang ang Umaga es una obra de ficción escrita en la década de 1980 basada en las vidas de presos políticos recluidos en el centro de rehabilitación de jóvenes, exprisión de alta seguridad en Fort Bonifacio en la ciudad de Taguig. Es más, estaba archivado en mi minibiblioteca cuando el presidente de KWF, Arthur Casanova, ofreció que se publicaría el libro.

El presidente de KWF, Arthur Casanova, quien fue presionado a renunciar presuntamente por permitir la publicación de los libros en cuestión, hizo una declaración en la que negó las acusaciones. El funcionario afirmó que los cinco libros se sometieron al proceso de revisión regular de la comisión para su publicación, dijo que el contenido de los libros recae dentro de los límites de la libertad de expresión y la libertad académica.

Solidaridad y rechazo

Una declaración de unidad firmada por más de 30 asociaciones culturales, educativas y lingüísticas, organizaciones y departamentos universitarios expresó su apoyo a los autores y sus obras censuradas. El comunicado afirma que los libros  incluso pueden citar textos que el Estado considere subversivos o revolucionarios:

Bahagi ng akademikong kalayaan ng mga manunulat, guro, mananaliksik at ng lahat ng mga mamamayan ang pagbabasa, pagsusuri, pagsipat, pag-cite, pagsangguni at paggamit sa KAHIT ANONG BABASAHIN, SINUMAN ANG SUMULAT AT SINUMAN ANG NAGLATHALA.

La libertad académica de escritores, profesores, investigadores y todos los ciudadanos incluye escribir, analizar, investigar, citar, hacer referencias y usar cualquier escrito, sin importar el autor ni quién lo haya escrito.

El departamento de filipino y literatura de la Universidad de Filipinas, donde Aguila y Rodriguez son catedráticos, señaló la ironía de la censura de los cinco libros escritos en filipino durante el Buwan ng Wika (mes del lenguaje) del país y nada menos que por la comisión gubernamental encargada de promover el idioma nacional.

El Congreso de profesores y educadores por el nacionalismo y la democracia, CONTEND, organización de profesores activistas y trabajadores académicos en la Universidad de Filipinas, contextualizó el último caso de censura de libros en la larga historia del país de etiquetar a comunistas:

This incident cannot be divorced from other attacks on academic freedom in the past few years under the Duterte regime and attempts to distort history from the Marcos camp. We remember the purging of historical and political books tagged by the state as “subversive” from state university libraries, the red-tagging of certain bookstores, and the banning of websites and media outfits that cover the realities of the Filipino people.

Este incidente no puede separarse de otros ataques a la libertad académica en últimos años bajo el régimen de Duterte y los intentos por distorsionar la historia que hacía el bando de Marcos. Recordamos la purga de libros históricos y políticos de las bibliotecas de universidades estatales etiquetados como “subversivos”, que calificaran como comunistas a algunas librerías y lque prohibieran sitios web y equipos de medias que cubren las realidades del pueblo filipino.

El 21 de septiembre de 2022, los comisionados de KWF Alain Russ Dimzon, Angela Lorenzana y Hope Sabapan-Yu retiraron oficialmente sus firmas del memorándum 2022-0663 a través de la resolución 27. La emisión de la nueva resolución salió a la luz en una sesión del Congreso de Filipinas, cuando los legisladores activistas de la Coalición Makabayan (Propersonas) presionaron sobre la censura de libros durante la audiencia para el presupuesto propuesto para 2023 de la KWF.

France Castro, representante en el Congreso del Partido de la Alianza de Profesores Preocupados dijo que el rechazo a la censura de libros “no habría sido posible sin el clamor del pueblo y la firme condenación de la gente contra los ataque a la libertad académica, la libertad de prensa y la libertad de expresión”.

Revelación: el autor enseña en el Departamento de Filipino y Literatura Filipina de la Universidad de Filipinas. Es también miembro del Congreso de Profesores y Educadores por el Nacionalismo y la Democracia.

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