Kamran Mammadli de 27 años, es un activista vegano de Azerbaiyán y es parte del movimiento por los derechos de los animales. Ha estado participando en activismo desde que comenzó el movimiento que cobró fuerza en el país en 2018. Desde entonces, lo han detenido varias veces durante las protestas. La protesta más reciente fue el 4 de octubre, cuando el movimiento se organizó contra el sacrificio de perros callejeros.
Los activistas exigieron terminar con la violencia sistemática y los disparos contra los perros callejeros, pidieron cerrar Toplan, establecimiento estatal para cuidar perros callejeros que, según los relatos de los activistas, sacrifica brutalmente a los animales. La Policía detuvo al menos a otros seis activistas por los derechos de los animales durante las manifestaciones del 4 de octubre. Ya todos han sido liberados.
This is how the police treat citizens in #Azerbaijan. The protesters wanted to draw attention to the k-i-l-l-i-n-g of street animals by holding an action in #Baku #animalrights pic.twitter.com/1SPKY4nbAY
— Ali Malikov ☮︎ (@Elimelikov06) October 4, 2022
El estado de Azerbaiyán mata a los animales callejeros. La Policía secuestra a quienes se oponen en un minuto.
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📹: İsmayil Tağıyev
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Así es como trata la Policía a los ciudadanos en Azerbaiyán. Los manifestantes quisieron llamar la atención sobre la m-a-t-a-n-z-a de animales callejeros con una iniciativa en Bakú.
El problema de los perros callejeros ha estado en los titulares de Azerbaiyán dos veces. En 2015 cuando Azerbaiyán organizó los Juegos Europeos, las denuncias de matanzas masivas de perros callejeros pusieron al país en el centro de atención. En 2019, durante las preparaciones para acoger la carrera de la Fórmula 1, los perros callejeros volvieron a estar en la mira. Según se informa, un legislador llamó a matar a todos los perros callejeros, recordando prácticas soviéticas.
Para lidiar con el problema de los perros callejeros, la autoridad ejecutiva de la ciudad de Bakú y la Fundación Heydar Aliyev lanzaron Toplan, refugio para perros sin hogar donde se les debía esterilizar y mantener hasta su adopción. La hija del presidente Ilham Aliyev asistió a la ceremonia oficial de inauguración del centro en 2019. Unos meses después, un video que circulaba en línea mostraba a los trabajadores del centro que golpeaban violentamente a uno de los perros capturados. En ese momento, el centro señaló que despidieron al trabajador, pero según los activistas, el abuso continuó.
A pesar de las reiteradas llamadas de los activistas para que el centro abriera las puertas a los voluntarios y dieran información de las actividades del centro, sus medidas aún eran poco claras. En 2021, al menos tres protestas se organizaron fuera de Toplan, todas dispersadas por la Policía. Algunos activistas recibieron altas multas y los detuvieron. En declaraciones a Jam-News en ese momento, Mammadli indicó que, para los activistas “la falta de transparencia de Toplan aumentó la preocupación”. Mammadli también señaló que el centro no permite que haya voluntarios que cuiden a los perros. “Exigimos transparencia en las actividades de Toplan, que abran sus actividades al público, que devuelvan a los perros esterilizados y vacunados al territorio del que fueron sacados”.
Durante las protestas del 4 de octubre, los activistas por derechos de los animales repitieron una vez más sus exigencias sobre el centro.
Tortuoso método de matar
Los activistas indican que el centro Toplan recoge perros del centro de Bakú todos los días. Luego se los llevan lejos de la capital, donde generalmente les disparan.
En una entrevista con OC Media, Mammadli indicó que, si se les disparara a los perros en el cetro de Bakú, los ciudadanos lo verían, y podrían grabar y publicar los videos. Disparar a los perros en zonas menos pobladas permite a las autoridades mantener que esta actividad que oculta al público.
Mammadli señaló que las prácticas no solo eran crueles, sino que también ilegales, según la legislación azerbaiyana y el Convenio Europeo para la protección de los animales de compañía, que Azerbaiyán ha suscrito signatario.
Ni la Fundación Heydar Aliyev ni el jefe de Relaciones Públicas respondieron a OC Media cuando se les pidió un comentario.
Defender los derechos de los animales, arriesgar los derechos propios
Al defender los derechos de los animales, los activistas se ponen en peligro significativo. Los activistas azerbaiyanos informan que, aunque todo su activismo es pacífico y está comprendido en la legislación del país, con frecuencia enfrentan la presión y violencia del Estado. Hasta ahora, todas las protestas de los activistas fueron impedidas o dispersadas por la Policía. Los activistas normalmente son detenidos y tras su liberación, informaron en las redes sociales que enfrentaron violencia y amenazas de la Policía.
«La Policía nos trata generalmente como enemigos. Es como si hubieran recibido instrucciones de gritar primero cuando llegan los activistas, luego les tuercen los brazos», dijo Nijat Ismayil, activista por los derechos de los animales. “Una vez en la estación de policía, me doblaron el brazo con la intención de romperlo. Bruscamente caí sobre mis rodillas y comencé a gritar”.
En otra oportunidad, lo estrangularon mientras estaba retenido en una comisaría, tanto que no pudo comer por tres días.
Mammadli cuenta historias similares. “Hubo varias ocasiones donde me agredieron físicamente mientras me llevaban a la estación de policía, y en la estación sufrió lesiones”, contó a OC Media. “Cuando organizamos una protesta, nos arrestan violentamente y nos llevan a la estación. También se nos castigan con multas infundadas”.
En agosto de 2021, dos trabajadores del Centro de Cuidado de Animales Toplan presentaron una demanda contra cuatro manifestantes que eran parte de las protestas contra el centro. Ismayilov fue uno de los cuatro acusados junto a Elkhan Mirzayev, Aynur Babazade y Ilhama Nasirova.
Los trabajadores alegaron que fueron difamados, su reputación quedó dañada y fueron públicamente humillados. Los activistas consideran que estas afirmaciones son infundadas y creen que este caso se abrió en su contra porque las autoridades están buscando otra manera de ejercer presión sobre ellos.
Ismayil indicó que, “esta acción legal se ha prolongado durante un año. Los trabajadores del Centro Toplan exigen que paguemos 100 000 manats (59 000 dólares) en compensación. Si el tribunal falla en nuestra contra, llevaremos el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.
Esperanzas para el futuro
Para activistas como Mammadli, el problema de los derechos de los animales está estrechamente relacionada a una represión política más amplia. Como el Estado es antidemocrático, los activistas tienen muy poco poder para influir en las acciones de las autoridades y detener el abuso a los derechos de los animales del Centro Toplan. “Mientras no haya una transición a un gobierno democrático en Azerbaiyán, el proceso de cumplimiento de nuestras demandas será lento. Por esta razón, los cambios democráticos son nuestras exigencias adicionales”, señaló Mammadli a OC Media. Estas son las reivindicaciones que han convertido a los activistas por los derechos de los animales en un objetivo. “La aparición de una nueva fuerza de protesta que denuncia los crímenes del Estado en el país preocupa a las autoridades. Lo vemos claramente”, señaló Mammadli.
Según él, este problema de los derechos de los animales y humanos están estrechamente vinculado con muchos activistas que también hacen campaña por otras causas, como los derechos de los homosexuales y la opresión política.
Mammadli aún mantiene la esperanza. En este momento está trabajando para construir un grupo de activistas vegano en Azerbaiyán, y sus compañeros activistas realizan campañas de derechos por los animales en las redes sociales, junto a su campaña en curso contra Toplan. “Yo también creo que los cambios en la actitud de la gente hacia los animales cambiarán significativamente al pueblo de Azerbaiyán, y que sin importar los obstáculos y desafíos deberíamos poder superarlos”, añadió Mammdli.