Indignación pública por muerte de 69 niños gambianos por jarabes para la tos fabricados en India

Mercado en Tanji, costa Atlántica de Gambia. Imagen de Rafael Vila, 18 de octubre de 2015 (CC BY-NC-ND 2.0).

Este artículo se publicó en The Alkamba Times el 9 de octubre de 2022. Reproducimos esta versión editada en virtud de un acuerdo de asociación de contenidos.

Gambia llegó a los titulares de los medios internacionales tras una alerta sanitaria emitida el 5 de octubre por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo afirmó que cuatro jarabes para la tos y el resfriado se vinculaban con la muerte de 66 niños en este pequeño país de África Occidental.

El 8 de octubre, el ministro anunció en una conferencia de prensa en Banjul, la capital de Gambia, que fallecieron tres niños más, lo que elevó el número de víctimas fatales a 69.

Los medicamentos que se vincularon con las muertes son solución oral de prometazina, jarabe para tos pediátrico kofexmalin, jarabe para tos pediátrico Makoff y Magrip N Cold Syrup, todos fabricados por la empresa india Maiden Pharmaceuticals Ltd., con sede en Nueva Delhi. Los jarabes se han relacionado con una posible lesión renal aguda entre los niños de Gambia. Se trata de una disminución repentina de la función renal que llega a la insuficiencia total que se produce en un plazo de siete días.

Gambianos reaccionan ante el jarabe asesino

Para evaluar la reacción del público ante este hecho, The Alkamba Times, medio asociado a Global Voices, habló con profesionales de la salud pública y activistas de derechos, muchos de los cuales culpan a las autoridades de Gambia por ser negligentes y exigen respuestas y justicia para las víctimas.

«Perder a casi 70 niños por lesiones renales agudas debido a la contaminación de los jarabes es lamentable, y además es una clara manifestación de la incompetencia y el descuido de las autoridades responsables», declaró el profesional de salud pública Dawda Nenegalleh Jallow. «Con toda honestidad, el ministro de Salud y el director ejecutivo de la Agencia de Control de Medicamentos deberían ceder sus cargos a personas competentes», añadió. Esta agencia es responsable de la regulación de la calidad, la seguridad, la importación, la fabricación y la distribución de medicamentos en Gambia.

La enfermera Alhagie Sillah dijo que las muertes son consecuencia de una gravísima negligencia. «Imagínense, a una supuesta empresa farmacéutica que no tiene licencia se le permitió vender sus productos solo en Gambia, ni siquiera en India, que es donde se fabrican. ¡Es patético!», se lamentó Sillah, muy enfadada.

Madi Jobarteh, activista de los derechos humanos de Gambia, ha pedido que se investigue y se exija justicia. Jobarteh declaró que «los niños son inocentes y no deben morir por algo que no es culpa suya. Tienen derecho a vivir y a una buena atención médica, pero estos derechos se han violado. Los padres compraron los productos convencidos de que los medicamentos de este país son seguros. Pero, por lo visto, el sistema los ha traicionado».

Mariama Jallow es madre, y dijo que el temor a consumir un jarabe específico ha obligado a las personas a darles a sus hijos medicamentos tradicionales, que ahora les parecen más seguros que los convencionales.

Ahmad Tijan Bah, estudiante de la Universidad de Gambia, dijo que la Agencia de Control de Medicamentos «debería responder por la muerte de los niños porque no hizo su trabajo para evitar lo ocurrido».

Musa Touray, otro ciudadano preocupado, dijo que la tragedia podría haberse evitado o reducido si el Gobierno hubiera traído los medicamentos habituales. Describió la muerte de los niños como la pérdida de personas que en el futuro podrían haber sido ministros del gabinete, presidentes y abogados, «todo por absoluta negligencia». Touray sugirió la instalación de medidas de control de calidad funcional en las fronteras terrestres, aéreas y marítimas para detectar cualquier medicamento de baja calidad que ingrese al país.

Intervención del Gobierno

Entretanto, el presidente de Gambia, Adama Barrow, en el discurso a la nación sel 8 de octubre, autorizó a la Agencia de Control de Medicamentos, a través del Ministerio de Salud, a suspender la licencia de la farmacia y del importador responsables. Además, ordenó al Ministerio de Asuntos Exteriores que le transmitiera al embajador de India en Gambia la profunda preocupación del país por lo sucedido.

Por otra parte, han citado al propietario de la farmacia involucrada y al importador de los jarabes, así como a los funcionarios de alto nivel de la Agencia de Control de Medicamentos para ser interrogados por la Policía de Gambia y colaborar en la investigación. El Gobierno también tiene en revisión todo el protocolo de licencias médicas y de medicamentos para determinar otras medidas al respecto.

Asimismo, el presidente Barrow ha enviado una delegación oficial para reunirse con las familias de los fallecidos, para expresarles las condolencias en nombre del Estado y solidarizarse ante esta dolorosa situación. También les garantizó a las familias y a la población el compromiso de su gobierno de investigar a fondo las muertes vinculadas a esta causa y las posibles soluciones para evitar que se repitan.

Ministro de Salud rechaza pedido de renuncia

En medio de la indignación pública por las muertes, el doctor Amadou Samateh, ministro de Salud del país, rechazó las peticiones de renuncia.

En una conferencia de prensa efectuada el 8 de octubre, Samateh admitió que la muerte de los niños se debió a una «negligencia» de su ministerio. Sin embargo, rechazó los pedidos de renuncia.

«¿Por qué quieren que renuncie? ¿Qué beneficios aportaría eso?», preguntó el ministro en la conferencia de prensa. «El día de hoy he recibido muchas llamadas, ya que algunos han llegado a especular con mi renuncia. Si renuncio, soy un cirujano competente que tiene mucho que hacer. Así que no es una cuestión personal, la renuncia es una solución fácil», dijo Samateh.

El doctor Samateh expresó que todo el escándalo que hay en torno a su labor se debe a que le ha cerrado las puertas a las prácticas corruptas en el sector salud, y afirmó que «la postura del ministerio con respecto a sus obligaciones ha cambiado». Además, aseguró a los gambianos que la tragedia que provocó este problema no volverá a repetirse en el país.

Mientras tanto, la Policía de Gambia comunicó el inicio de una investigación sobre la muerte de los niños y se comprometió a exigir explicaciones a los responsables.

«La Policía de Gambia ha organizado un grupo de investigación para indagar de inmediato en el caso, con el fin de identificar a los responsables de tan irreparable pérdida y exigirles que se hagan cargo de sus actos», dijo la Policía en un comunicado emitido el sábado 8 de octubre.

«Como institución responsable de la seguridad nacional y de la protección de personas y bienes, tenemos el deber de abordar cuestiones tan contundentes que pongan en peligro la paz y la seguridad de esta nación».

En el comunicado de la Policía además se añade: «Con la intención de responder rápidamente a este problema de seguridad nacional, la oficina del inspector general de la Policía ha constituido un grupo de investigación formado por oficiales superiores con los conocimientos necesarios y las aptitudes pertinentes en relación con este importante tema».

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