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Represión de protestas iraníes se dirige a minorías étnicas

Categorías: Irak, Irán, Derechos humanos, Etnicidad y raza, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Religión, "Mujeres, vida, libertad": Irán se rebela

Mapa de Irán con Sistán y Baluchistán resaltados. Imagen de Yamaha5, Wikimedia Commons [1] (CC BY-SA 3.0 [2]) Uso legítimo.

Mientras que las protestas generalizadas en Irán [3] desde septiembre, las brutales políticas de represión del régimen siguen vigentes en un intento de silenciar el levantamiento. Esto incluye el uso de las fuerzas de seguridad para «enfrentarse sin piedad [4]» a los manifestantes, así como los cortes de internet [5] en todo el país. Las minorías étnicas, que llevan mucho tiempo sufriendo la represión y la violencia política, son el principal objetivo del régimen.

El 30 de septiembre, el régimen desencadenó un ataque devastador [6] contra la comunidad baluchi iraní [7] en la ciudad de Zahedan, en la provincia suroriental iraní de Sistán-Baluchistán. [8]

Según Amnistía Internacional, el ataque dejó 82 manifestantes muertos, incluidos niños, en lo que podría ser el día de protestas más sangriento desde la muerte de Mahsa Zhina Amini, ocurrida el 16 de septiembre. Desde el ataque, han matado al menos a otros 16 baluchíes en distintos incidentes.

Al menos 82 baluchíes han muerto en sangrienta represión.
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Las fuerzas de seguridad iraníes han matado al menos a 82 manifestantes baluchis y transeúntes en Zahedan, provincia de Sistán y Baluchistán. Entre los muertos se encuentran tres niños. El «viernes sangriento», 30 de septiembre, fue registrado como el día más mortífero desde que comenzaron las protestas hace tres semanas.

Sistán-Baluchistán es la provincia más pobre de Irán, y los baluchíes sunitas, que constituyen la mayoría de la población, son un grupo étnico criminalizado y reprimido [12].

Las organizaciones de derechos humanos han documentado el aumento de las tasas de ejecución [13] contra las minorías baluchíes cuando se producen protestas dentro de Irán e indican que el régimen desata la violencia política contra el grupo marginado como medio para sembrar el terror en la población.

Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, dijo en un declaración [14] el 6 de octubre:

Las autoridades iraníes han mostrado reiteradamente un profundo desprecio por la inviolabilidad de la vida humana y no se detendrán ante nada para mantenerse en el poder. La violencia cruel que las fuerzas de seguridad iraníes están desplegando no surge de la nada. Es resultado de la impunidad sistemática y de la respuesta decepcionante de la comunidad internacional.

Las protestas de la zona se originaron por la violación de una muchacha baluchi de 15 años [15] por parte de un comandante policial de la zona, además del levantamiento nacional contra el régimen iraní por la muerte de Mahsa Amini, que integraba de la minoría étnica kurda. Según los informes, la masacre cobró la vida de varios menores, entre ellos un niño de 13 años [16] que, al parecer, recibió un disparo en la espalda.

El 6 de octubre, Amnistía Internacional confirmó [17] que gran cantidad de personas murieron cuando la Policía trató de reprimir a los manifestantes baluchíes el 30 de septiembre:

On 30 September, as a group of people finished praying in the Great Mosalla of Zahedan, a large prayer site near the city’s main mosque, and gathering outside the police station across the road to protest and chant, security forces fired live ammunition, metal pellets and tear gas at them from the police station rooftop.

El 30 de septiembre, cuando un grupo de personas terminó de rezar en la Gran Mosalla de Zahedan, gran lugar de oración cercano a la principal mezquita de la ciudad, y se reunió frente a la comisaría de policía, al otro lado de la calle, para protestar y entonar cánticos, las fuerzas de seguridad les dispararon munición real, perdigones metálicos y gases lacrimógenos desde la azotea de la comisaría.

Un video publicado en línea en los últimos días parece mostrar que las fuerzas de seguridad iraníes utilizaron munición real contra los ciudadanos baluchíes que les lanzaban piedras.

Esto es Zahedan, Baluchistán.

El régimen iraní utiliza armas de fuego y, como respuesta, los baluchíes desarmados utilizan piedras.

Se ha informado que el número de muertos en Baluchistán puede ser mayor, ya que muchos de etnia baluchi no tienen certificados de nacimiento iraníes y se ven obligados a vivir como ciudadanos indocumentados de segunda clase [20] en su propio país.

La sangrienta represión de los baluchíes coincide con la represión del régimen iraní contra los kurdos en el oeste de Irán. [21] En respuesta a las protestas populares, el régimen ha bombardeado partes del Kurdistán iraní e iraquí [22].

Al igual que los baluchíes, la población kurda de Irán es predominantemente musulmana sunita y, por eso, enfrena una discriminación étnica y religiosa sistemática, que se manifiesta en violencia política y privación de derechos. Desde hace tiempo se acusa a Irán, teocracia predominantemente chiíta, de discriminar [23] a las minorías étnicas y religiosas.

En marzo de 2019, Javaid Rehman, el relator especial de Naciones Unidas para derechos humanos en Irán, expresó su preocupación [23] por el trato a las minorías étnicas y religiosas. «Me preocupa la incitación y el odio contra las minorías, y que el marco jurídico nacional no ofrezca protecciones adecuadas para garantizar que esas personas no sufran discriminación», dijo en el informe. Los iraníes sunitas llevan mucho tiempo quejándose de que se les trata como ciudadanos de segunda clase [24] y, al igual que otras minorías de Irán, enfrentan continua discriminación. Según el informe, los iraníes kurdos constituyen casi la mitad de los presos políticos [25] del país.

Amnistía Internacional tiene en su haber numerosas publicaciones [26] sobre la discriminación sistemática que sufren los kurdos en Irán.

La organización kurda de derechos humanos denominada «Hengaw» [27] ha confirmado que el régimen iraní ha matado al menos a 26 civiles kurdos [28] en el reciente conflicto, incluidos siete menores, hasta el 6 de octubre. Los últimos informes señalan que, mientras continúan las protestas en todo Irán, el régimen ha utilizado armamento pesado [29] en las regiones kurdas del país. Esta conclusión se deriva de los informes del 28 de septiembre [30] de que Irán había lanzado misiles en territorio kurdo iraquí.

Sin embargo, las luchas entre los kurdos y los baluchíes en Irán están vinculadas por la violencia y la represión del Estado, y también por la solidaridad. Tras la sangrienta represión en Zahedan, los profesores de Saqqez, la ciudad natal de Mahsa Zhina Amini, donaron sangre a las víctimas de la masacre, como gesto simbólico de solidaridad con el pueblo baluchí.

Los profesores de la ciudad natal de Zhina Amini, ciudad de Saqqez, donaron sangre a las personas de Zahedan, que habían resultado heridas por parte de las fuerzas gubernamentales durante las protestas.
Fuente: Hengaw