Ciudad iza bandera de Bolsonaro en medio del humo de incendios forestales en la Amazonía

Incendio en el centro de Novo Progresso (PA) | Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazônia Real

Este informe de Cícero Pedrosa Neto publicó en el sitio web de Amazônia Real el 20 de septiembre de 2022. Se reproduce en Global Voices en virtud de un acuerdo de asociación, con actualizaciones y ediciones del texto original.

Con mochilas en la manos, el ama de casa Maria Margareth Silva, de 67 años, votante de Jair Bolsonaro (Partido Liberal, PL), esperaba el ómnibus en la carretera de Novo Progresso. Era el 3 de septiembre por la mañana, aunque no lo parecía.

El municipio del estado de Pará, en el norte de Brasil, vive días que parecen noches. Está asfixiado por una densa niebla de humo y hollín, resultado de la contaminación por la quema de los bosques circundantes. La gruesa capa de partículas y gases tóxicos hace que el aire sea irrespirable. Al hablar con el reportero, Maria Margareth apenas podía hablar, tosía repetidamente.

«Voy a pasar unos días en casa de unos familiares en (el pueblo vecino) Uruará para alejarme del humo», dijo. A diferencia de otros habitantes de la zona, dice que no puede vivir con los efectos del fuego.

Novo Progresso es uno de los principales municipios con episodios de incendios forestales, deforestación y apoyo al presidente de la República, considerado un promotor de la devastación en la Amazonía.

«En esta época del año, es así. Ni siquiera podemos ver el cielo. El sol es solo esa antorcha roja… Respiramos con aire comprimido. Hasta que llegue la lluvia, esto va a ser así», dice, en referencia al comienzo de la temporada de lluvias, normalmente en noviembre.

En Novo Progresso solo se ven banderas presidenciales de apoyo a Bolsonaro, y casi siempre junto a la bandera brasileña, el símbolo nacional usurpado por el ultranacionalismo reproducido por el presidente.

El municipio de Novo Progresso es el décimo que más gases de efecto invernadero emite en Brasil. Son unas 580 toneladas de CO2 por habitante y año, según datos del Observatorio del Clima. Más de 80 veces el promedio de la población mundial, que es de unas siete toneladas por habitante y año.

«Es como si cada habitante de Novo Progresso tuviera más de 500 autos que recorren 20 kilómetros al día con gasolina», dice el informe.

Humo en la Amazonía

Incendio en la carretera lateral de Paraná, vía de acceso a la Tierra Indígena Baú, del pueblo Kayapó, Novo Progresso (PA) | Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazônia Real

Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), desde enero hasta el 18 de septiembre de 2022, se registraron 24 034 incendios en el estado de Pará, lo que supera a 2020 (23 507 incendios) y 2019 (15 776 incendios).

Novo Progresso es una de las ciudades responsables de llevar el humo tóxico de los incendios de la Amazonía a las regiones del sudeste y del sur del país. Los habitantes suelen decir que en la ciudad hay dos estaciones: de las lluvias y de los incendios.

La ciudad se hizo conocida por el «día del fuego«, movimiento criminal, orquestado por WhatsApp el 10 de agosto de 2019. Los autores –en su mayoría agricultores y grileiros (invasores de tierras públicas)– querían llamar la atención de Bolsonaro para pedir el fin de las inspecciones del Instituto Brasileño de Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama) en la ciudad y de las unidades de conservación que están en su territorio.

Prendieron fuego a una amplia zona de bosque, que se extendió a los municipios vecinos. En dos días, el Inpe registró 1457 incendios en Pará. En 2022, el 22 de agosto, nuevo «día de fuego«, alcanzó los 2238 focos, según el instituto.

El informe captó el avance del fuego en los límites de la Tierra Indígena del pueblo Kayapó, cerca de la aldea Kamau.

«Todos los años reunimos a los guerreros para evitar que el fuego entre en nuestro territorio. Es difícil, intentamos hablar con los agricultores, pero no nos escuchan. Mira lo que ha pasado», dice Bepdjyre Kayapó, líder de la aldea Kamau, señalando la zona quemada que invadió la frontera del territorio indígena.

Ni siquiera la placa de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) que marca el inicio de la tierra indígena escapó al fuego.

Cartel de Funai afectado por el incendio en los límites de la tierra indígena Baú | Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazônia Real

«Ellos [Funai] no tienen la estructura para controlar hasta dónde arderá el fuego. Acaba entrando en tierra indígena, y obliga a los habitantes a estar a la expectativa, siempre esperando lo peor», dice una fuente que habló con reportero y que no se quiso identificar.

Durante años, otros territorios protegidos en zonas que se sobreponen con los 38 000 kilómetros del municipio han sufrido el avance sistemático de acaparadores de tierras, madereros y mineros.

En ese momento, una nube de humo se apodera de las calles, de las casas, de las escuelas y de los hospitales, sin posibilidad de escapar. La gente evita vestir de blanco, y el hollín llega a las casas de las familias y a la ropa del tendedero.

El aire caliente, resultante de la combustión, llega a la garganta, la tráquea y los pulmones. La tos y la fatiga respiratoria comienzan a sentirse ya en las primeras horas de estancia en la ciudad.

Clima de desesperación

Desde enero hasta el 18 de septiembre de 2022, Novo Progresso registró 3083 incendios, según el Inpe.

«Parece que todo el mundo decidió quemarse a finales de agosto, principios de septiembre. Creo que la gente tiene miedo y se adentra en el bosque sin tener en cuenta el futuro», afirma la investigadora Ane Alencar.

«Puede ser un reflejo del proceso electoral que estamos viviendo», dice, en referencia al escenario desfavorable para Bolsonaro en las elecciones.

El presidente terminó la primera vuelta detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT), con una diferencia de seis millones de votos. En Pará, Lula recibió el 52,2 % de los votos y Bolsonaro el 40,2 %. En Novo Progresso, el actual presidente se sitúa muy por delante, con un 79,6 % frente al 17,5 %.

«El triunfalismo del agronegocio, ilusionado con el Bolsonaro de 2019, fue sustituido por la desesperación de hacer todo rápido y al máximo, ante las perspectivas de su derrota en las urnas», dice Alfredo Wagner Berno de Almeida, coordinador del grupo de investigación Nueva Cartografía Social de la Amazonía.

El investigador también señala otro factor para entender por qué Novo Progresso prefiere a Bolsonaro. La zona está en una posición estratégica en el mapa, está incluida en la ruta de Ferrogrão, importante proyecto de transporte.

La vía férrea de 933 kilómetros, aún sin construir, se vende como una solución para la distribución de la producción agroindustrial, unr la ciudad de Sinop, en Mato Grosso, con el epicentro de la producción de soja y maíz en Itaituba, en Pará, a orillas del río Tapajós.

Delirio bolsonarista

Cartel en la BR-63 pide la intervención del presidente Jair Bolsonaro para no dejar que se construya una estación de la Policía Federal de Carreteras | Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazônia Real

En el «infierno» de Novo Progresso, es posible escuchar la voz de Bolsonaro en las esquinas, talleres y ferias, en videos recibidos por WhatsApp y descargados en señales inalámbricas de establecimientos privados (el servicio telefónico en la región es precario). ¿La contraseña? En más de un caso, «Bolsonaro 2022″.

A causa de los incendios, los postes y el cableado de fibra óptica, que transmiten la señal de internet a los casi 26 000 habitantes, se vieron afectados. Novo Progresso vivió el drama de un aislamiento comunicacional forzado mientras duró el informe.

La imagen del presidente se fusionó con el logotipo de los negocios locales, repuestos de automóviles, gasolineras, bares y restaurantes. Su rostro está también en los vehículos todoterreno que circulan a gran velocidad, que levantando polvo y hacen el aire aún más irrespirable.

Incluso con decenas de científicos, satélites y consecuencias visibles que dan fe de que Novo Progresso es un símbolo de la devastación amazónica, en la ciudad prevalece la idea de que los datos no son más que «narraciones». Ese fue el término usado por Agamenon Meneses, presidente del Sindicato de Productores Rurales de Novo Progresso, e investigado por la Policía Federal como uno de los responsables de organizar el «día del fuego» en 2019.

Isso aí é uma farsa muito grande, muita conversa fiada, muita invenção, muita narrativa, entendeu? […] Todo ano tem uma estatística de desmatamento e se você considerar essa quantidade, já tinha acabado a mata amazônica; já tinha acabado tudo.

[…]

Desmatamento há, uns pequenos pedaços de área que a pessoa quer implementar pasto, dentro do limite constitucional de 20%. Aí, quando queima essa área, cria uma fumaceira danada, porque é abafado, não corre vento.

Esto es una gran farsa, mucha palabrería, mucha invención, mucha narrativa, ¿me entiendes? […] Todos los años hay una estadística de deforestación y si consideras esta cantidad, la selva amazónica ya se habría acabado; todo se había acabado.

[…]

Hay deforestación, algunos pequeños trozos de la zona que la persona quiere implementar pasto, dentro del límite constitucional del 20 %. Entonces, cuando se quema acá, se crea una gran cantidad de humo, porque hay mucho aire, no hay viento.

Un antiguo habitante de Novo Progresso dijo al informe que existe una «fe en Bolsonaro» que hace que los agropastores locales liderados por Agamenon crean que el presidente cambiará las leyes ambientales de Brasil y que dará amnistía a las multas aplicadas por los organismos de control.

Apoyo total

Ganado en medio de una zona quemada a lo largo de la carretera lateral de Paraná, camino de acceso al territorio indígena de Baú, del pueblo Kayapó
(Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazonia Real)

Según el secretario municipal de Ambiente de Novo Progresso, João Maria dos Santos, en 2022 no hay ninguna deforestación ni quema fuera de lo normal. Defiende los cambios en la legislación ambiental del país y la reducción de las zonas de reserva ambiental e indígena en el municipio.

Amazônia Real también cuestionó al Gobierno de Pará sobre los incendios en Novo Progresso y las políticas ambientales, ya que el gobernador Helder Barbalho es el representante de los gobernadores de la Amazonía Legal en cuestiones climáticas, pero no recibió respuesta. Barbalho fue reelegido y apoya a Lula.

El informe también intentó ponerse en contacto con Ibama, pero no obtuvo respuesta hasta el momento de la publicación.

Impunidad

Focos de incendio a lo largo de la carretera lateral de Paraná, vía de acceso a la tierra indígena de Baú, del pueblo Kayapó, en Novo Progresso (PA) (Foto: Cícero Pedrosa Neto/Amazônia Real)

Durante el gobierno de Bolsonaro, Novo Progresso alcanzó niveles históricos de destrucción. Entre 2019 y 2021, el municipio registró unos 972 kilómetros cuadrados de deforestación, el equivalente a 97 200 campos de fútbol, según datos del Inpe.

La investigadora Ane Alencar, del Instituto de Investigación de la Amazonía (IPAM), explica que la deforestación y la quema son prácticas inseparables y subsiguientes, una precede a la otra. En otras palabras, la deforestación origina incendios y, en consecuencia, a los incendios forestales que adquieren mayores proporciones entre agosto y septiembre de cada año en la región.

«Novo Progresso es uno de los epicentros de la deforestación y de los incendios en la región, territorio en el que aparentemente el crimen paga», analiza Ane Alencar, refiriéndose al incumplimiento del Código Forestal brasileño.

El escenario, sin embargo, no se limita al municipio que, en septiembre, ocupó la quinta  posición en focos de incendios entre 10 municipios de la Amazonía Legal.

La Amazonía registró su peor promedio de incendios en 2022, desde que el Inpe comenzó a dar seguimiento los focos de incendio en la Amazonía en 2012.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.