De ollas de carbón, bicicletas y pastel de macarrones: ¿Está desactualizado el Gobierno de Trinidad y Tobago?

Imagen de una colla de cargón vía Canva Pro.

Desde fines de septiembre, funcionarios del Gobierno de Trinidad y Tobago cometieron una serie de errores al hablar en público. El 26 de septiembre, el primer ministro, Keith Rowley, en conferencia de prensa posterior al presupuesto ofendió a los trabajadores del sector público cuando dijo que no estaban preparados para una «gran política de trabajo remoto», porque «requiere algo de infraestructura técnica y un cierto nivel de disciplina».

Esto es así a pesar de que el programa electoral de 2020 del gobernante Movimiento Nacional del Pueblo (PNM), citó las políticas de trabajo remoto y la consiguiente reducción del tráfico entre las razones por las que los deberían elegir. Además, el presupuesto del país para 2023 incluye un aumento del precio del combustible. En Facebook, Ahmed Nicholls, respondió:

[The prime minister] is showing no regard to what the average citizen faces, the amount of time we spend in traffic, the amount of money we spend in fuel – which is going to increase because of the removal of the [fuel] subsidy – and not only is it insensitive, it really shows that politicians just don't care about the lives of an average citizen.

[El primer ministro] no muestra ninguna consideración por lo que tiene que enfrentar el ciudadano promedio, por el tiempo que pasamos en el tráfico, por el dinero que gastamos en combustible –que va a aumentar por la supresión de la subvención [del combustible]– y además de ser insensible, realmente demuestra que a los políticos no les importa la vida del ciudadano medio.

La ironía.

El comentario de Rowley no tardó en ser seguido por una declaración de la ministra de Deportes y Desarrollo Comunitario, Shamfa Cudjoe. En la inauguración de un centro comunitario el 28 de septiembre, habló de la importancia de hacer sacrificios en el presente para que las generaciones más jóvenes se beneficien: «Todo el mundo quiere todo a cambio de nada. Todo el mundo lo quiere todo pero [está] dispuesto a no renunciar a nada».

El propio presupuesto ha suscitado protestas. Al menos una cámara empresarial lo interpreta como «mucho de lo mismo«, y la líder opositora Kamla Persad-Bissessar, como «un vil ataque frontal a los pobres«. Teniendo en cuenta que los parlamentarios de ambos lados del espectro político no se ofrecieron a aceptar recortes salariales durante la pandemia, y que las carreteras del país están en las condiciones más deplorable de los últimos años, la insinuación de que a los ciudadanos les resulta «difícil» hacer sacrificios fue mal recibida. A pesar de la reacción, Cudjoe mantuvo sus declaraciones y acusó a la prensa de «seleccionar».

Reconociendo que la reducción de la subvención a los carburantes del país sigue siendo «la partida más polémica» del presupuesto de 2023, la página de Facebook Newsauce dijo:

The government will need to deliver better service in terms of road repairs, social grants, public utilities and healthcare or face real backlash from this decision.

El Gobierno tendrá que prestar mejor servicio en reparación de carreteras, subvenciones sociales, servicios públicos y asistencia sanitaria, o enfrentará una verdadera reacción de esta decisión.

Sin embargo, un tercer paso en falso lo dio el ministro del Parlamento, Keith Scotland, que durante su intervención en el debate presupuestario del 1 de octubre, dijo sobre el alza del combustible: «Tengo una sugerencia. En mi caso, para perder peso, iré en bicicleta a los tribunales. Llevaré una bicicleta para ahorrar combustible, esa es mi solución».

Sin embargo, su consejo no se quedó ahí. Señaló que, a pesar de disponer de 5450 millones de dólares trinitenses (poco más de millones de dólares estadounidenses) en subvenciones sociales y de que el Gobierno distribuyó cestas de comida a las familias necesitadas, la gente se quejaba de que no podía cocinar porque no podía pagar el gas. Scotland les replicó: «Yo todavía tengo una olla de carbón, ahí pongo mis brasas y tuesto mi fruta del pan. Así que si no tienen eso, vuelve hasta que puedas pagar el gas, pero no vengas a culpar al Gobierno por no tener gas».

Añadió que el alzadel precio del combustible se compensa en parte con una subvención única para el transporte de mil dólares trinitenses(147 dólares estadounidenses) que beneficiará a más de 175 000 ciudadanos. Muchos ciudadanos veían las cosas de otra manera.

En Facebook, Re Re respondió:

Things I wish I knew before the [2023] budget:
1. Don’t choose to go into the traffic (so I’ll never work in POS again.. ever! Idk how my boss will take this news)
2. Ride a bicycle…from Chag to POS (not sure what lane I’ll be on thou)
3. Only high end vehicles use premium gas (stupid me was using premium in my swift)
4. Invest in a coal pot (stove nothing)
5. We as a people, indiscipline and not capable of WFH (even thou we did it for 2 years)
The leadership of Trinidad and Tobago.. impeccable!

Cosas que me gustaría saber antes del presupuesto [2023]:
1. No elegir entrar en el tráfico (por lo que no volveré a trabajar en Puerto España… ¡nunca! No sé cómo se tomará mi jefe esta noticia)
2. Ir en bicicleta… de Chaguanas a Puerto España (no estoy seguro de en qué carril iré)
3. Sólo los vehículos de alta gama usan gasolina premium (estúpido de mí usando premium en mi auto pequeño)
4. Invertir en una olla de carbón (nada en estufas)
5. Como pueblo, somos indisciplinados y no podemos hacer trabajo remoto (aunque lo hicimos durante dos años)
6. El liderazgo de Trinidad y Tobago… ¡impecable!

Heston Greenidge agregó:

Many people grew up having to use public transportation because their family couldn't afford cars.

Some couldn't afford to have a stove, or a proper bathroom. This motivated them to put all the effort and hard work to be able to get these things.

The sad part is, they are being slapped in the face by being told to ride a bike, or to use a coal pot. People didn't sacrifice a lot of time, energy and effort to afford ‘luxuries’, that they are now being told to give up.

Well I never heard anything more bold face.

Muchos crecieron teniendo que usar el transporte público porque su familia no podía permitirse un auto.

Algunos no podían permitirse tener una estufa, o un baño adecuado. Esto les motivó a poner todo el esfuerzo y el trabajo duro para poder conseguirlos.

Lo triste es que se les abofetea con eso de que vayan en bicicleta, o que usen una olla de carbón. La gente no sacrificó tanto tiempo, energía y esfuerzo para permitirse «lujos», a los que ahora se les dice que renuncien.

Pues nunca he oído nada más descarado.

Anil Andrews opinó burlonamente:

Instead of cooking gas use coal pot
Instead of car use bicycle
Instead of toilets use latrines
Follow the cabinet for more budget savings methods

En lugar de gas para cocinar, usa una olla de carbón
En lugar de auto, usa bicicleta
En lugar de retretes, usa letrinas
Sigue al gabinete para más métodos de ahorro de presupuesto

Un meme de Scotland en bicicleta, con una olla de carbón y una fruta de pan en la cesta, se difundió rápidamente en las redes sociales, mientras que este usuario de Twitter publicó:

VOLVEMOS A LAS OLLAS DE CARBÓN
——-
1. NO existe ninguna infraestructura para circular con seguridad en bicicleta en Trinidad.

2. El carbón es uno de los combustibles fósiles más sucios, ¿y él está animando a la gente a usarlo más?

Por su parte, Kwesi Matthew consideró la sugerencia de Scotland «un insulto descarado y una falta de respeto a todo el país».

Con un tono claramente patriarcal a todo el asunto, el ministro de Servicios Públicos, Marvin Gonzales, dijo: «Tal vez tengamos que convocar a nuestras […] familias [y] decirles: ‘¿Saben qué? Ya no podemos permitirnos ir al cine, […] tal vez no podamos hornear jamón cada mes ni hacer pastel de macarrones. […] Hemos recortado porque tenemos que reasignar algunos de los escasos recursos a otras cosas importantes. Y a veces, nuestros hijos pueden gritarnos [pero] ese niño […] no debe tener ninguna duda de que las decisiones de sus padres [son] por su bien».

Kathryn Stollmeyer Wight, que publicó un vídeo de las declaraciones del ministro, respondió:

Just NO.

Solamente NO.

En Twitter, la periodista Laura Dowrich comentó:

Nuestros líderes no leen la sala. No se trata de condescendencia. La formación es muy necesaria.

La profesora universitaria y columnista Gabrielle Hosein expresó cómo se sentía gran parte de la ciudadanía tras la serie de declaraciones sin sentido:

The disconnect between political elites and the masses resounds, echoing off headlines, and it cannot be drowned out by shouting about how people are ungrateful. Those who have held power, which is primarily but not only the PNM, are responsible for hundreds of billions of dollars wasted, stolen, unaccounted for, misspent and frittered away. […]

We are told to tighten our belts today because of ‘unresponsibility,’ poor decision-making, failed promises and quid pro quo. Not a soul who has read the newspapers in the last 60 years can disagree. This is why people are angry.

Were things different, citizens would understand the buffeting impact of the pandemic, the war over Ukraine and a global downturn. They would understand banding our belly, together, if it felt as if there were less division and less disconnect, more respect and more shared sacrifice.

La desconexión entre las élites políticas y las masas resuena, resuena en los titulares, y no se puede ahogar gritando que la gente es desagradecida. Los que han ostentado el poder, sobre todo el Movimiento Nacional del Pueblo, son responsables de cientos de miles de millones de dólares malgastados, robados, no contabilizados, malgastados y despilfarrados. […]

Hoy se nos dice que nos apretemos el cinturón a causa de la «falta de responsabilidad», la mala toma de decisiones, las promesas fallidas y el quid pro quo. Nadie que haya leído los periódicos en los últimos 60 años puede discrepar. Por eso la gente está enfadada.

Si las cosas fueran diferentes, los ciudadanos entenderían el impacto de la pandemia, la guerra en Ucrania y la recesión mundial. Entenderían que nos uniéramos, si se sintiera que hay menos división y menos desconexión, más respeto y más sacrificio compartido.

Quizá no sea el sacrificio en sí mismo lo que la gente rehúye, sino la expectativa que se percibe de que el sacrificio debe venir siempre del pueblo.

Actualización: el ministro Scotland se disculpó por sus declaraciones.

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