Klinika Bernardo es pionera en innovar de cuidados de la salud para pacientes con VIH en Filipinas

Klinika Bernardo

Enfermero de la Klinika Bernardo espera pacientes en la primera Clínica Sundown en Filipinas. (Raymund Villanueva/Kodao).

Este artículo de Raymund B. Villanueva se publicó originalmente en Kodao, sitio de noticias filipino independiente. Esta versión editada se publica en Global Voices como parte de un acuerdo para compartir contenido. Esta historia fue posible a través de una subvención del Philippine Press Institute (Instituto de Prensa de Filipinas) bajo los auspicios de la Fundación Hanns Seidel.

“MM” (nombre cambiado para preservar el anonimato) se convirtió trabajador sexual comercial luego de volverse sexualmente activo. Ya había conseguido un diploma universitario y estaba trabajando como consultor de ventas cuando se enteró de que era positivo al VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). En ese entonces era activo en círculos LGTBQ+ y conoció a una trabajadora de salud del gobierno de Ciudad Quezón (parte de Gran Manila) que se encontraba de incógnito y lo convenció de hacerse un examen de VIH. Recuerda:

I had myself tested in July 2011. I received the result on September 26 at exactly ten o’clock in the morning,” he recalled. “Iyon nga, positive.” (That was it, I was HIV positive from thereon.)

 “Me hice el examen en julio de 2011. Recibí el resultado el 26 de septiembre exactamente a las 10 de la mañana”, recuerda MM. “Iyon nga, positive” (eso fue todo, fui VIH positivo a partir desde ese momento).

MM le pidió a su nueva amiga que se reunieran para pedirle consejos sobre qué hacer. Fue ahí que Adelle Aldaz confesó que era una trabajadora de salud del Gobierno de Ciudad Quezón. Aldaz le dijo que las “grandes clínicas” en Ciudad Quezón tienen servicios especiales para quienes están en estas situaciones.

Trabajadores de la salud encubiertos

“Mamá Adelle”, como MM comenzó a llamarla, era consejera para pacientes con VIH en una de las megaclínicas de Ciudad Quezón, la Klinika Bastan. Los consejeros no son profesionales de la salud licenciados, pero pasan por capacitaciones intensas sobre cómo lidiar con trabajadores sexuales y la comunidad LGBTQ+, especialmente HSH (hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres), así como en convencer y educar a estas personas sobre el sexo seguro y VIH. Aldaz explica:

We went to bars at night where our clients usually were and that was where I met MM. We do not identify ourselves as health personnel of the LGU [Local Government Unit] until we have earned their trust. It is easier to talk to gay men; the commercial sex workers in Cubao are more difficult to befriend. We have to convince them at first that we are not the police out to arrest them or convince them to stop doing what they are doing.

Fuimos a bares por las noches, donde generalmente están nuestros clientes y ahí fue donde conocí a MM. No nos identificamos como trabajadores de la salud de la unidad gubernamental local hasta no haber ganado su confianza. Es más fácil hablar con hombres gais, es más difícil formar una amistad con los trabajadores sexuales en Cubao. Al principio tenemos que convencerlos de que no somos policías que intentamos arrestarlos ni de convencerlos de que dejen de hacer lo que hacen.

A Quezon City social hygiene clinic counselor with an HIV patient at Klinika Bernardo.

Consejero de la clínica de higiene social de Ciudad Quezón con paciente con VIH en Klinika Bernardo. (Raymund Villanueva/Kodao).

Sin precedentes en Filipinas: clínica de higiene social para pacientes con VIH

Leonel John Ruiz, médico de la Klinika Bernardo, dijo que hace 20 años solo había dos lugares donde hacían exámenes y atendían por VIH, el Instituto de Investigaciones de Medicina Tropical (RITM), en Muntinlupa (sur de la capital, Manila) y el hospital San Lázaro en Manila. Quedaban muy lejos de Ciudad Quezón (norte de Manila) y sus habitantes, las filas eran siempre muy largas y los resultados del examen tradaban semanas. “Pensamos en construir una clínica en Ciudad Quezón para los y trabajadores sexuales que nuestros consejeros lograban convencer”, dijo el doctor Ruiz.

La entonces vicealcaldesa de Ciudad Quezón , Joy Belmonte, inauguró la Klinica Bernardo cuando abrió como clínica de higiene social y tratamiento del VIH en octubre de 2012.

Después, ganó el premio Galing Pook del Ministerio del Interior y Gobierno Local-Academia de Gobierno Local, que reconoce las prácticas innovadoras de las unidades del Gobierno local.

“Por este tipo de apoyo es que ahora llevamos a cabo procedimientos de laboratorio que reducen drásticamente el tiempo de espera de resultados, pasamos de semanas a dos o tres días, en comparación al RITM o el hospital San Lázaro”. comunicó el doctor Ruiz.

El doctor también mencionó que han recibido una ayuda enorme de varios donantes que ayudaron a Ciudad Quezón a diseñar los procedimientos de prestación de servicios de la Klinika Bernardo, incluidas capacitaciones en asesoramiento motivacional del personal. El producto es un lugar seguro para pacientes con VIH y trabajadores sexuales.

We are open at three o’clock in the afternoon until 11 at night because of the nature of work and lifestyle of our clients, who go out mostly at night. Here, they do not have to be with many other patients of other illnesses who [used to] look down on them.

Abrimos nuestras puertas desde las 15:00 horas hasta las 23:00 horas dada la naturaleza del trabajo y estilo de vida de nuestros clientes, que salen principalmente de noche. Aquí no tienen que estar muchos otros pacientes con otras enfermedades que los menospreciaban.

La Klinika Bernardo está separada por secciones, una en cada piso. El primer piso es la clínica de higiene social que brinda servicios a los trabajadores sexuales, en su mayoría por sus pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual y chequeos de rutina. El segundo piso alberga la zona de pruebas y tratamiento del VIH. Es la charla y las bromas de los consejeros, el personal y los clientes lo que más lo define como un lugar seguro. “La Klinika Bernardo no solamente es discreta, es muy hospitalaria para todos. Incluso nuestros guardias de seguridad son parte de la comunidad LGBTQ+”, expresó el doctor Ruiz.

No solamente una clínica

Los éxitos de la Klinika Bernardo ofrecen clases que incentivan a las otras clínicas de higiene social en Ciudad Quezón a convertirse en centros de tratamiento de VIH.

La clínica jugó un papel importante en la creación y el funcionamiento del sistema de referencia de VIH y la red de prestación de servicios, no solo con instituciones de salud, sino que también con grupos de personas con discapacidades, el Ministerio de Bienestar Social y Desarrollo e incluso iglesias. Las experiencias de la Klinika Bernardo también ayudaron en la creación de políticas a favor de pacientes con VIH, como paquetes de asistencia financiera del Ministerio de Bienestar Social y Desarrollo, también con tarjetas de identificación de discapacidad para personas con VIH y SIDA.

La última innovación son servicios de entrega en motocicleta para enviar medicina a los clientes que no pueden tomar el transporte público por su condición de salud coexistente o porque simplemente no tienen dinero para el pasaje.

A Klinika Bernardo medical technologist operating a testing machine.

Tecnóloga médica de Klinika Bernardo opera máquina de pruebas (R. Villanueva/Kodao).

A pesar del apoyo especial que recibe por parte del Gobierno, la Klinika Bernardo enfrenta problemas específicos. No tiene medicamentos antirretrovirales que solo el Ministerio de Salud puede comprar en el extranjero. La clínica también sufre de bajo suministro de equipos de prueba para cargas virales para pacientes con VIH y SIDA, y de tabletas de profilaxis previa a la exposición para sus parejas sexuales.

Los trabajadores de la salud en la Klinika Bernardo dicen que tienen suministro de medicinas a pesar de hacer 30 o 40 pruebas todos los días, pero siempre preocupa que se estén agotando.

“No podría llegar antes, ya que los casos de VIH han vuelto a los niveles de antes de la pandemia. No había muchas visitas sin cita previa y hubo menos visitas de nuestros clientes durante los confinamientos, pero hemos vuelto a los mil casos bajo nuestro cuidado”, explicó el doctor Ruiz.

“Jaja”, consejero de la Klinika Bernardo, tiene un sueño radical: clínicas para personas transgénero.

HIV information for MSM is already getting adequate. But HIV cases among transgenders are also rising. We need dedicated clinics for us because we need to study if treatment for HIV or any other illness is safe to administer if a transgender patient is undergoing hormonal therapy.

Ya se está adecuando la información sobre VIH para HSH, pero los casos de VIH entre personas transgénero está aumentando. Necesitamos clínicas que se dediquen a nosotros porque necesitamos estudiar si es seguro administrar tratamiento por VIH o alguna otra enfermedad, si un paciente transgénero está pasando por terapia hormonal.

Salvavidas

MM cuenta que la Klinika Bernardo salvó su vida, la razón por la cual renunció a su trabajo como consultor de ventas y postuló para convertirse en consejero de salud de tiempo completo. Ahora es trabajador de la Klinika Bernardo y también cliente. Con el apoyo y dirección de Aldaz, sigue todos los protocolos de salud y toma sus medicinas de manera regular. “Han pasado 10 años y jamás he sufrido de una infección oportunista”.

MM dijo que ser consejero en la Klinika Bernardo le da sentido a su vida.

Akala ko wala nang silbi ang Buhay ko. Pero narito ako ngayon, tumutulong sa iba para madugtungan ang Buhay.

Pensé que mi vida había perdido el sentido, pero aquí estoy, ayudando a otros a seguir viviendo.

MM cuenta que está siempre agradecido y constantemente inspirado por su “mamá Adelle”. Dice que hasta el día de doy le envía mensajes de vez en cuando: “Te debo la vida”.

Cuando se le preguntó qué mensajes recibe de sus propios pacientes, MM dijo que “Pareho din lagi. Utang nila ang Buhay nila sa akin” (Es lo mismo siempre: que me deben la vida).

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