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«Llámalos por sus nombres»: Historias de presos políticos rusos antibélicos

Categorías: Rusia, Activismo digital, Censura, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, RuNet Echo, Rusia invade Ucrania

Imagen de la página web de Black February [1]. Uso legítimo.

Black February es una página web [2] dedicada a los presos políticos en Rusia, cuyos delitos consisten en oponerse a la guerra que este país inició el 24 de febrero contra Ucrania [3]. En marzo de 2022 [4], el Parlamento ruso aprobó una serie de enmiendas al Código Penal que permiten imponer penas de prisión por una postura antibélica. Las dos enmiendas relacionadas son los artículos 207.3 y 280: ambos implican el castigo por «la difusión pública de información que se sabe falsa sobre las acciones de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa». Los acusados de este hecho enfrentarán hasta diez años de prisión.

Las personas que están a cargo del proyecto Black February son artistas y activistas que se oponen a la guerra y, según el medio noticiosa Proekt [5], como Sasha Starost.

Existen historias personales de quienes se atrevieron a protestar contra las acciones del presidente Putin y sus cómplices, y de un país que, bajo el engaño de una propaganda abrumadora y el deseo de «no involucrarse», cierra los ojos, los oídos y la boca. Es un país en el que la televisión le ha ganado al refrigerador —metáfora que se utiliza a menudo en Rusia para indicar cómo la propaganda televisiva le lava el cerebro a la gente y logra que se pase por alto todo, incluso la situación económica— y se impone aún al congelador, donde se guardan los cuerpos de los soldados movilizados.

Además de las conocidas historias de los últimos políticos [6] opositores que cumplen condenas de prisión «por todos nosotros», también hay casos de represiones aleatorias. Ciertamente, hay figuras famosas, como Ilya Yashin [7], que manifestado su postura antibélica en sus populares canales de YouTube [8]Telegram [9]. Ya había sido detenido por protestar, pero se negó a abandonar Rusia, a pesar de saber cuál sería su destino. Ahora está en la cárcel a la espera de que el tribunal dicte la condena a diez años de prisión por «difundir información falsa sobre el Ejército ruso». Otro caso muy conocido es el del diputado de Moscú Alexey Gorinov [10] que fue condenado a siete años por «difundir información falsa». Black February informa [10] que, en marzo de 2022, durante una reunión de diputados en la ciudad de Moscú, Gorinov formuló un discurso muy duro [11] sobre la «operación especial» y propuso honrar con un minuto de silencio la memoria de los ucranianos caídos en la guerra. Se convirtió en el primer acusado según las «normas antiguerra» que fue sentenciado a una pena de prisión efectiva.

También hay otros casos de gente común, como la artista de San Petersburgo Sasha Skolichenko [12], detenida mientras cambiaba las etiquetas de los precios en los supermercados por lemas contra la guerra; el exsacerdote de la Iglesia ortodoxa [13] rusa Ioann Kurmoyarov, quien dijo que todos los que combaten en la guerra acabarán en el infierno; la maestra [14] Irina Gen, de Penza, cuya postura antibélica fue delatada por los alumnos; Yevgeny Kruglov, arqueólogo [15] de Omsk, quien volvió a publicar videos de Bucha en VKontakte; [16] el estudiante de secundaria [17] Yevgeny Fokon, de Novosibirsk, también por un reenvío, pero esta vez en Telegram; y la lista continúa.

Irina Bystrova [18] es artista y profesora de arte para niños en Petrozavodsk. Primero fue acusada de «difundir información falsa sobre el Ejército ruso» por publicar [19] en su página de VKontakte una foto de Putin y decir que arderá en el infierno (por invadir Ucrania). Después, los fiscales le iniciaron otra causa por una publicación en la que decía «¡Dejen las armas!», y la consideraron un llamado al terrorismo, que prevé la pena de hasta diez años de cárcel. En una entrevista concedida a MediaZona [19], Irina comentó que es la única que cuida de su madre, de 83 años, y que no sabe qué será de ella una vez que se marche. El tribunal de Petrozavodsk la sometió a un examen psiquiátrico obligatorio en junio de 2022. Ahora enfrenta una pena máxima de siete años de prisión [18] o a un tratamiento psiquiátrico obligatorio.

Para ayudar a estos (y a otros) detenidos, se puede escribir una carta, firmar una petición [20] o apoyar a las organizaciones de derechos humanos que aún trabajan en Rusia: por ejemplo, a OVD-info [21] o a la citada página web de Black February.