- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

WhatsApp pospone lanzamiento de nueva función Comunidades en Brasil hasta después de las elecciones

Categorías: Latinoamérica, Brasil, Elecciones, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Tecnología, GV Advox, Elecciones en Brasil 2022, Unfreedom Monitor

Imagen de Palacio de Planalto [1] vía Flickr. Utilizada bajo la licencia (CC BY-NC-SA 2.0 [2]).

WhatsApp tuvo un papel clave para llevar al presidente brasileño de extrema derecha Jair Bolsonaro al Palacio del Planalto [3] en las elecciones generales de 2018. Un año después, la empresa admitió [4] que su producto principal se había usado en un sistema de mensajería masivo [5] para promover noticias falsas sobre el oponente de Bolsonaro, el izquierdista Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores.

Intentando repetir la exitosa formula en su campaña de reelección en 2022, Bolsonaro convocó una reunión, que había solicitado él mismo, con los ejecutivos de WhatsApp en el propio Palacio de Planalto el 27 de abril. La agenda de la reunión fue corta, pero incluyó un tema importante: la decisión de WhatsApp de retrasar el lanzamiento de la función Comunidades en Brasil.

Algunos días antes, WhatsApp había anunciado una gran actualización [6] de su servicio de mensajería. Con Comunidades, los usuarios pueden organizar múltiples grupos bajo un mismo grupo más amplio y los administradores tienen acceso a herramientas más detalladas, incluidas listas de transmisión. En términos prácticos, esto aumenta el límite de miembros por grupo y da el poder a los administradores de enviar mensajes simultáneamente a miles de usuarios.

Pero había una trampa, mientras que la función fue lanzada a nivel mundial en septiembre, un mes antes de las elecciones en Brasil, el lanzamiento en el país más grande de Sudamérica solo comenzaría después de que el proceso de votaciones concluyera y con un despliegue gradual [7] a partir de noviembre.

Bolsonaro no estaba feliz y señaló [8] que hacer una excepción por Brasil era “inadmisible”. Para sumarse a su descontento, informes iniciales de los medios plantearon que la decisión de WhatsApp de retrasar el lanzamiento fue parte de un acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con el que Bolsonaro se ha enfrentado por sus comentarios infundados sobre el fraude en el sistema electoral [9]. Después, el TSE negó haber hecho tal requerimiento y WhatsApp confirmó [10] que fue puramente una decisión de negocios.

Bolsonaro señaló unos días antes que “si WhatsApp puede hacer un acuerdo como este con el TSE, también pueden hacer uno conmigo, ¿por qué no? Pueden hacer uno contigo, con cualquiera”, el 16 de abril [11]. Según un informe [12] de Folha de S. Paulo, durante la reunión del 27 de abril, Bolsonaro intentó presionar a WhatsApp para lanzar la herramienta antes de las elecciones para así poder emplearla en su campaña de reelección.

La reunión no resultó muy bien para Bolsonaro. Para cuando los ejecutivos de WhatsApp abandonaron el Palacio de Planalto, donde está la oficina presidencial, al presidente se le había asegurado que no había espacio para la negociación; la herramienta solo se pondría en marcha después de la segunda vuelta, fijada para el 30 de octubre.

Según Folha de S. Paulo [12], supuestamente lo habían convencido personas presentes en la habitación, como su ministro de Comunicaciones, Fábio Faria, para dejar de presionar por una fecha anterior de lanzamiento.

Aunque no tenga éxito, la reunión y los comentarios de Bolsonaro envían un mensaje claro, el presidente piensa que es perfectamente aceptable interferir en las decisiones de una empresa privada con el fin de promover sus intereses personales.

Esta no es nuevo para Bolsonaro. A lo largo de su presidencia, el líder de extrema derecha ha intentado interferir así las plataformas que funcionan en el país para su propio beneficio. En febrero de 2020, Bolsonaro planteó incrementar los impuestos que pagan las grandes empresas tecnológicas [13], “que pagaban muy poco por operar en Brasil” con el objetivo de salvaguardar la “libertad de expresión”. La sugerencia se produjo en medio de desmontajes y otras medidas de moderación contra Bolsonaro y sus aliados por la desinformación sanitaria durante la pandemia.

Pero quizás el ejemplo más claro tuvo lugar hace poco más de un año cuando Bolsonaro trató de cambiar una medida provisional [14] que modificaría el marco de los derechos civiles de Brasil (Marco Civil da Internet) y limitar eficazmente la autonomía de las plataformas en Brasil.

La medida estableció una serie de condiciones previas bajo las cuales las plataformas podrían moderar el contenido, y cualquier moderación fuera de estas líneas implicaría sanciones para las empresas. Curiosamente, la lista de precondiciones no incluye desinformación, contenido de odio, discursos de odio y amenazas, lo que dificulta la respuesta de las plataformas a este tipo de contenidos.

Según un informe [14] de Núcleo Jornalismo, la medida permitiría al Gobierno y sus partidarios continuar promoviendo el discurso desinformativo y violento dirigido a las instituciones democráticas sin que sea objeto de moderación. El impacto sería tan extremo que Meta, Twitter y Google criticaron públicamente [15] la medida.

La indignación pública y las alertas de las organizaciones de la sociedad civil llevaron al presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, a devolver la medida a la presidencia, y a señalar que tal intento autoritario no tendría lugar en la Cámara. Pero también le mandó un mensaje a Bolsonaro que, a diferencia de las instituciones gubernamentales, las empresas privadas no están en juego y no se entrometerán en sus intereses.

Desde entonces Bolsonaro ha desplegado su estrategia digital a muchas plataformas de redes sociales. Su canal de Telegram es el más grande en Brasil y entre los más grandes del mundo. Gettr, fundado por el exasesor de Trump, se convirtió en un lugar seguro para los bolsonaristas con su aplicación de moderación tolerante.

Los administradores de la plataforma también han mostrado simpatía por la campaña de reelección de Bolsonaro, incluso han participado [16] en las manifestaciones a favor de Bolsonaro y han hecho que las plataformas de los perfiles institucionales reproduzcan contenido para promover al presidente, lo que algunos abogados ven como un posible delito electoral [17].

A finales de octubre, Brasil eligió a Lula como su siguiente presidente por un estrecho margen, y dejó a Bolsonaro como el primer presidente brasileño en la historia que perdió la reelección. La apuesta de WhatsApp de retrasar el lanzamiento de los megagrupos resultó ser un acierto. Después de estar en el centro de atención en 2018 debido a su papel en la difusión de desinformación, WhatsApp fue ignorado, mientras todos los ojos se posaron en Telegram, que se utilizó ampliamente los días después de la votación para organizar manifestaciones antidemocráticas, y donde se difundieron masivamente acusaciones de fraude y ataques al proceso electoral.

Por favor visita la página del proyecto para más artículos de Unfreedom Monitor [18].