En Trinidad y Tobago, Divali sigue siendo una fiesta querida por personas de todas las religiones

Luces de Divali en Triindad. Foto de Georgia Popplewell en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

Divali, la fiesta hindú de las luces celebra simbólicamente el triunfo del bien sobre el mal con encendido de deyas, y es una de las celebraciones más queridas en Trinidad y Tobago. Aunque la nación caribeña cuenta con una importante población de indios orientales –un gran porcentaje de la cual se adscribe a la fe hindú–, Divali es una fiesta nacional que celebran y disfrutan la mayoría de los ciudadanos, independientemente de su fe. En una sociedad tan multicultural, lo mismo puede decirse de otras fiestas religiosas importantes, como Navidad y Eid-ul-Fitr.

Como es habitual en este tipo de celebraciones, para el gran día los hindúes limpian y decoran sus casas con deyas –pequeños recipientes de arcilla que contienen aceite y mechas, y que se encienden la noche de Divali–. Vestidos con sus mejores galas, los hindúes ofrecen oraciones y adoración a la madre Lakshmi, y muchas comunidades mantienen la tradición de exponer cientos de deyas en marcos de bambú doblados y organizados en diferentes formas, ¡todo un espectáculo!

El espíritu comunitario también se fomenta en el recinto oficial de Divali Nagar, en el centro de Trinidad, a donde pueden acudir personas de todas las creencias para celebrar los principios que encierra Divali, escuchar historias y ver actuaciones que representan el regreso victorioso del señor Rama a su reino tras 14 años de exilio, y frecuentar puestos de venta de ropa de Divali, arte, artículos religiosos, delicias y mucho más. La comida en las fiestas familiares de la noche de Divali es típicamente vegetariana, y el punto culminante es el postre, que consiste en dulces tradicionales como el kurma y el barfi.

Tradicionalmente, el Divali ha tenido el poder de unificar a la población multiétnica de Trinidad y Tobago, pues une conceptos como el conocimiento sobre la ignorancia, pero siempre hay alguno que otro desvío. Este año, un tuit en particular llamó la atención:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃

La reacción no se hizo esperar, y muchos se mostraron incrédulos de que actitudes así sigan existiendo en una sociedad tan diversa y predominantemente tolerante:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃
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¿Por qué algunos «cristianos» son tan apestosos? Si no puedes cambiar tus modales, elige la opción de callarte.

En Twitter, Tillahwillah dio un paso más y puso la actitud en contexto:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃
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El triste y horrendo trauma de los colonizados, tan atados a la religión de sus esclavizadores que no pueden ver su camino.

Un comentario en el hilo tuvo un enfoque «vive y dejar vivir»:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃
El triste y horrendo trauma de los colonizados, tan atados a la religión de sus esclavizadores que no pueden ver su camino.
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Suspiro. ¿Por qué no podemos dejar vivir a la gente? ¿Por qué tenemos que condenar la religión de los demás? Haz con los demás lo que te gustaría que hicieran contigo.

A este usuario de Twitter no se le pasó por alto la ironía del comentario del vendedor:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃
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Asqueroso, creo que deberían abrir la Biblia y echar un vistazo a las palabras a veces.

Muchos usuarios de medios sociales apoyaron de la decisión de Greenidge de pedir que le devolvieran su dinero y de comprar la Biblia en otro lado:

Vine a comprar una biblia para mi abuela… el centro comercial donde está la tienda tiene deyas encendidas para Divali. Entonces el señor que me está vendiendo la Biblia me dice «tengo que poner mi música gospel para este jumbie que tienen encendida afuera para Divali».
Yo: me devuelve el dinero.
🙃
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No sé por qué algunos «cristianos» no se preocupan por ellos mismos. Todo es impío para ellos y andan por ahí juzgando todo y a todos. Yo también hubiera pedido que me devolvieran mi dinero.

Sin embargo, el tono predominante en la blogosfera local fue respetuosoalegre, lo que demuestra hasta qué punto la fiesta de Divali resuena en los trinbagoenses de todos los credos y razas. La actuación de la pianista local Johanna Chuckaree en el apreciado Templo del Mar de Trinidad fue el mejor ejemplo:

¡Buen Divali!

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