El medio de comunicación independiente sobre activismo «Teplitsa» publicó un largo texto en noviembre de 2022 (escrita por Anna Bobrova) acerca de la resistencia feminista contra la guerra, con entrevistas a muchas activistas. Global Voices tradujo ese texto.
La resistencia feminista contra la guerra (FAS) opera tanto en Rusia como en el extranjero. Este movimiento apareció en febrero de 2022 como respuesta de varios grupos feministas y activistas a la invasión rusa en Ucrania.
La resistencia feminista contra la guerra se organiza en “células” que funcionan de forma autónoma, por lo que las activistas dentro de cada una establecen tareas de independientemente. Existen cuatro direcciones principales en las que dirigen su ayuda, apoyo legal en asuntos de trabajo (“antifondos”), ayuda psicológica, ayuda a refugiados ucranianos (deportados y migrantes voluntarios) y evacuación del país. FAS también entrega apoyo a medios contrarios a la guerra. En lo que respecta a medios, FAS también se divide en varias áreas de enfoque, descolonización, agitación y redes sociales contra la guerra, Telegram, Twitter, Facebook y un periódico.
FAS opera mediante comunicación abierta y canales de información, principalmente por mensajes y llamadas telefónicas. Todas las decisiones se toman como grupo, votando durante la llamada o después vía chat.
Presencia de FAS dentro y fuera de Rusia
Una de las tareas principales de las células que funcionan fuera de Rusia es llevar a cabo acciones que no se pueden realizar en el país por razones de seguridad. “Es importante para nosotras establecer comunicación entre las células FAS del extranjero y activistas en Rusia que tengan ideas de acciones y entiendan el contexto ruso”, explica Anna (apellido omitido por razones de seguridad), activista de FAS. Las activistas en el extranjero no solamente hablan públicamente por la comunidad emigrante en un país en particular, se vuelven verdaderas mensajeras del movimiento contra la guerra de Rusia.
La cooperación internacional dentro de FAS implica el desarrollo de conexiones con activistas en terreno y establecer colaboración con organizaciones feministas de Ucrania y Belarús, lo que fortalece sus voces.
Las células que funcionan en Rusia tienen sus propios protocolos de seguridad y actúan de forma anónima. Cuelgan folletos sobre cómo evitar movilizaciones, distribuyen el periódico «Truth for Women» (Verdad de mujeres) que publica FAS y a veces llevan a cabo gestos de resistencia, con grafitis y folletos, normalmente por la noche, ya que todo tipo de disidencia contra la guerra está prohibido por ley en Rusia.
Este es un mapa de las ciudades donde funcionan células de FAS en Rusia occidental.
Ser parte de FAS es bastante simple, solo necesitas escribir al bot y contar qué clase de ayuda puedes dar. Actualmente hay 20 coordinadoras y varias docenas de voluntarias en el movimiento. Cada “puesto” en la organización se describe de forma clara, las voluntarias comparten los valores de FAS y ayudan al movimiento con sus habilidades profesionales. Las activistas participan de acciones contra la guerra, las activistas de cada célula crean su propio trabajo en sus ciudades y las coordinadoras supervisan el trabajo desde una dirección determinada. Los papeles cambian con el pasar del tiempo, por ejemplo, una voluntaria podría convertirse en coordinadora.
Esto es lo que le sucedió a Anna. Llegó al activismo desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. El 6 de marzo, fue arrestada en un mitin y estuvo detenida por 13 días. Cuando estaba en el centro de detención decidió dejar el país para hablar públicamente contra la guerra. “Me gustaría tener la fuerza y el coraje para hablar públicamente contra la guerra en Rusia, pero no soy una persona que pueda hacer actos partidistas, ocultarme en distintos apartamentos o huir de la ciudad. Dejé Rusia pensando que hacía esto para poder actuar en lo que creo”, Contó Anna.
En Ereván, Anna se unió a una célula de FAS y se sumergió en el activismo. Luego, se fue de Ereván y fue a Tiflis, y pasó de ser activista de una célula regional a ser coordinadora de toda la dirección internacional.
Se amplía a no activistas y se extiende al público
En Rusia, el formato de células no es seguro para activistas principiantes. A mediados de 2022, FAS implementó un nuevo formato, grupos de creación de conciencia contra la guerra, o GRAS. “Como activistas, sabemos muy bien que el llamado a establecer una célula contra la guerra en condiciones de miedo, presión y dictadura es un mal consejo, que no funcionará tan fácilmente”, escribieron las coordinadoras del movimiento en su manual.
El propósito de estos grupos es juntar a quienes tienen un punto de vista contrario a la guerra pero que no sienten que puedan expresarlos, apoyar a estas personas a encontrar su iniciativa para volverse activistas. Muchos no entienden la seguridad o cómo funciona la Policía. “Los grupos GRAS pueden percibirse como como una etapa en el camino hacia el movimiento contra la guerra”, expresó la coordinadora de FAS, la activista Dasha Serenko. Puede haber varios de esos grupos en una ciudad, sin saber de la existencia de los otros, porque unen a las personas que están estrechamente conectadas entre sí.
En este momento, una de las metas principales de FAS llegar fuera de la «burbuja del activismo». Imprimen un periódico llamado Zhenskaya Pravda (Verdad de las mujeres), dirigido a ciudadanos comunes que pueden no estar interesados en la política o el activismo. El primer número publicado, en mayo de 2022, tenía reportajes, crucigramas, reseñas astrológicas y noticias sobre música popular. Los números siguientes también tuvieron recetas, bromas y entrevistas con “celebridades. La editora, Lena (nombre cambiado), cuenta que el objetivo es llegar a la gente mayor, quienes prefieren prensa impresa y están aislados de los medios independientes.
El periódico utiliza un lenguaje sencillo y no intenta forzar un cambio en la opinión de los lectores, los artículos mantiene el respeto por aquellos a quienes los medios independientes muchas veces no respetan.
“Las mujeres se están cerrando del mundo exterior, no quieren escuchar sobre la guerra. Sus vidas se han vuelto más difíciles, porque hay menos dinero y los artículos se vuelven más caros. Están cansadas. Así que intentamos hablar de la guerra sin hablar de la guerra”, cuenta Lena.
Después de la publicación del periódico, comienza la parte más peligrosa. Activistas de FAS en toda Rusia imprimen y distribuyen el periódico a las tiendas, buzones en las entradas de casas de varios pisos, clínicas y parques infantiles. De la misma manera, otros materiales contra la guerra de FAS (folletos y autoadhesivos) se distribuyen en ciudades de toda Rusia.
Desde inicios de la guerra, diseñadoras de FAS han estado dibujando postales contra la guerra para Odnoklassniki (red social popular en Rusia) y WhatsApp, las activistas han estado enviado estas postales a personas mayores.
FAS es única, pero necesitamos más
«FAS es algo bastante único», dijo la historiadora Sofia Shirogorova en una entrevista con Teplitsa. “Porque en Rusia la oposición ha sido casi aniquilada”.
A pesar de su singularidad, las activistas fundadoras no luchan por la publicidad ni se jactan de los logros, por el contrario, prefieren enfatizar el carácter antijerárquico de las FAS. Aún no se sabe qué tan efectivos resultarán a la larga sus métodos de resistencia, pero el mismo estilo de interacción y asistencia mutua ya es un modelo a seguir en Rusia, donde todos los colectivos habitualmente están impregnados de violencia, desde guarderías hasta funerarias.