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Alza de precios de alimentos y falta de fondos agravan inseguridad alimentaria en asentamientos de refugiados de Uganda

Categorías: África Subsahariana, R.D. Congo, Sudán del Sur, Uganda, Alimento, Medios ciudadanos, Refugiados, Respuesta humanitaria, COVID-19, Comida, cultura y recuerdos
Congo refugees in Uganda The new arrivals of refugees in Uganda from the Democratic Republic of Congo are registered in order for them to receive basic services like food, shelter, water, sanitation and health services. Uganda's policy on refugees allows the refugees to work, grow their own food and to integrate with the local communities. Image Credits; Attribution-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-ND 2.0)

Refugiados del Congo en Uganda. Los refugiados recién llegados a Uganda desde República Democrática del Congo se registran para poder recibir servicios básicos como alimentos, alojamiento, agua, saneamiento y servicios sanitarios. La política ugandesa sobre refugiados les permite trabajar, cultivar sus propios alimentos e integrarse en las comunidades locales. Créditos de la imagen [1]; Attribution-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-ND 2.0).

Uganda suele ser elogiada por su enfoque [2] abierto hacia los solicitantes de asilo. El país acoge actualmente a casi 1,5 millones de refugiados y solicitantes de asilo, mayormente [3] procedentes de sus países vecinos, Sudán del Sur y República Democrática del Congo (RDC). Pero en los asentamientos de refugiados del norte de Uganda, en su mayoría áridos, la competencia por los recursos [4] entre la población de acogida y la refugiada es cada vez mayor.

Múltiples crisis interrelacionadas [5], como la actual recesión económica [6] por la pandemia de COVID-19, los efectos del cambio climático en la productividad [7] agrícola, el déficit de financiación [8] de los principales actores humanitarios y el aumento mundial de los precios de los alimentos [9], agravan la crisis alimentaria en los asentamientos de refugiados de Uganda.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), organismo de Naciones Unidas encargado de dar programas de alimentación y nutrición a los asentamientos, enfrenta una crisis de financiación [10] provocada por la disminución de las contribuciones de los Estados y organismos donantes durante la pandemia de COVID-19 y el aumento de los costos operativos [11] a raíz del alza de precios de los alimentos como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania. Una de las consecuencias es que las raciones de alimentos distribuidas a los refugiados de Uganda, que están diseñadas para cubrir únicamente las necesidades alimentarias básicas, se han reducido a la mitad en 2022 [12]. La decisión ha sido descrita por David Beasley, director ejecutivo del PMA, como “desgarradora” [13], pero necesaria para reasignar los escasos fondos a los más necesitados en todo el mundo. Ya en abril de 2022, Uganda Monitor informó que los refugiados de Bidi Bidi, el mayor asentamiento de Uganda, estaban pidiendo de manera formal [14] que se les restituyeran sus raciones completas:

[One] refugee, Ms Esther Lokudu, said food scarcity may make some of them plunge into hunger. “WFP has stopped giving us vegetable oil and has replaced it with cash of Shs5,000. This money is not enough because the prices of commodities have gone high and the money can’t do anything,” she said.

La refugiada Esther Lokudu dijo que la escasez de alimentos puede hacer que algunos (refugiados) caigan en hambruna. “El PMA ha dejado de darnos aceite vegetal y lo ha sustituido por 5000 chelines (1.35 dólares) en efectivo. Este dinero no es suficiente porque los precios de los productos básicos han subido y el dinero no puede hacer nada”, dijo.

La crisis alimentaria que enfrentan los refugiados puede crear o reavivar tensiones entre los refugiados y las comunidades de acogida [15], como señala Global Press Journal. [16]

Frank Walusimbi, the associate communications officer at the UN Refugees Agency (UNHCR), says the agency is aware that conflicts may arise when refugees don’t get enough to eat. Food shortages can cause tension and anxiety, which can threaten peaceful coexistence between refugees and host communities, he says.

Frank Walusimbi, responsable adjunto de comunicación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), afirma que la agencia es consciente de que es probable que surjan conflictos cuando los refugiados no tengan suficiente para comer. También afirma que la escasez de alimentos puede causar tensión y ansiedad, lo que amenazaría la coexistencia pacífica entre los refugiados y las comunidades de acogida.

Dado que se prevé que la recesión económica mundial se prolongue al menos hasta 2023 y probablemente aún más [17], actualmente hay pocas esperanzas [18] de que se produzcan aumentos significativos de la financiación humanitaria en un futuro próximo. Las agencias humanitarias y los socios internacionales, como la Unión Europea y el Estado ugandés, centran su atención en soluciones a largo plazo para la crisis alimentaria en los asentamientos de refugiados, en particular en fortalecer la producción agrícola local, la capacitación y la protección del ambiente [19]. Según la profesora Pamela Mbabzi [20], presidenta de la Autoridad Nacional de Planificación de Uganda (NPA), las intervenciones que refuerzan el sistema alimentario local tienen el potencial de “proteger a Uganda de las crisis mundiales de suministro de alimentos, como las que estamos sufriendo debido al COVID-19 y a la guerra entre Ucrania y Rusia, y también podrían dar un giro a nuestro sector agrícola para convertir a Uganda en la cesta de alimentos regional que debería ser, así como aumentar significativamente nuestro PIB y los ingresos de nuestros agricultores”.

Más allá de las ventajas de reforzar la seguridad alimentaria de los asentamientos de refugiados ante futuras crisis internacionales, las actividades dirigidas al sistema alimentario local abren la puerta a la colaboración sobre el terreno entre refugiados y comunidades de acogida [21]. Se ha demostrado [22] que estas actividades conjuntas mejoran las relaciones intercomunitarias, mientras que la creación de sistemas alimentarios nacionales resistentes se considera un motor importante de la consolidación de una paz sostenible [23] en África Oriental.