Comunidad uigur en Estambul protesta frente al consulado chino pese a costo de represalias

Imagen por visuals. Uso libre bajo licencia Unsplash.

El 30 de noviembre, los uigures que viven en Turquía organizaron una protesta en el exterior del consulado chino en Estambul contra las estrictas políticas de COVID cero de china y en apoyo a las recientes protestas en todo el país. La Policía local amenazó a los manifestantes con deportarlos y les indicó que abandonaran las instalaciones. Según la plataforma local de noticias diarias Evrensel, el grupo llegó a los exteriores del consulado a las 05:00 horas, hora local.

Un activista uigur que vive en Turquía publicó este video del lugar:

We have been in front of the Chinese Consulate since 05:00 this morning. Why this early? Because otherwise we are prevented from approaching the consulate, so we yell at the sea. But despite us coming this early, look at what we were confronted with! They said they will deport us!

Hemos estado en frente del consulado chino desde las 05:00 de esta mañana. ¿Por qué tan temprano? Porque de otra manera se nos hubiera impedido acercarnos al consulado, por eso gritamos al mar. Pero a pesar de que llegamos temprano, ¡mira lo que enfrentamos! ¡Dijeron que nos deportarían!

«Te vamos a barrer por la calle», dijo un hombre con sombrero a una uigur, que le pidió que no gritara. Luego, el hombre procedió a indicarle al grupo que se apartara. Minutos después se le escucha gritar al hombre, «primero te arrestaremos y luego te deportaremos».

En respuesta, el ministro del Interior Suleyman Soylu indicó que fue perturbador presenciar el trato anterior a «nuestros hermanos uigures». El ministro escribió al respecto en su cuenta de Twitter, «por la presente expresamos nuestro pesar y nuestras disculpas e informamos que se ha iniciado una investigación».

En el video se escuchó al mismo hombre gritar «respeten la República de Turquía» después de que una uigur señaló que su interlocutor era China.

En otro video, un muchacho rompe en llanto mientras muestra fotografías de su familia, a quienes no había visto en siete años y que murieron en un incendio reciente. Preguntaba entre llantos, «si no puedo llegar hasta ellos (señalando al consulado), ¿qué otra cosa puedo hacer?».

Hasta ahora, según las noticias, hasta ahora se ha informado de protestas en los exteriores de las embajadas y consulados chinos en otros sitios y en plazas públicas, universidades en Sídney, Tokio, Hong Kong, Nueva York y Toronto.

Inspirados por la respuesta global, los uigures que viven en Turquía también decidieron unirse a las protestas. Una cuenta de Twitter publicó:

Why is it not allowed to protest outside the Chinese representatives in Turkey while across the world this is allowed including in Turkey, where protests been held outside other country representatives.

Por qué no está permitido protestar en los exteriores de las representaciones chinas en Turquía, mientras alrededor del mundo está permitido, incluso en Turquía, donde ha habido protestas los exteriores de las representaciones de otros países.

Uigures en Turquía

Los uigures que han logrado escapar a Turquía contaban con el apoyo del Gobierno a su causa hasta que el presidente Recep Tayyip Erdoğan cambió su tono con China continental. El editor jefe de Global Voices, Filip Noubel, escribió en septiembre de 2021, «Pero tras un fuerte deterioro económico a raíz de un golpe militar en julio de 2016, el tono de Erdoğan cambió. La moneda nacional se depreció un 29 %, lo que supuso un duro golpe para la economía, mientras las relaciones con Estados Unidos se deterioraban y Turquía cambiaba su sistema parlamentario por uno presidencial en 2018. La economía apenas se ha recuperado». China llego al rescate por medio de generosos préstamos y otros proyectos económicos y comerciales. En 2017, el ministro de Asuntos Exteriores Mevlüt Çavuşoğlu aseguro a los homólogos chinos que Turquía no permitirá «ninguna actividad dirigida contra China o que se le oponga», y prometió «tomar medidas para eliminar cualquier informe de los medios dirigido contra China». Desde 2016, ambos países han firmado diez acuerdos bilaterales.

Según el informe de Voice of America, este repentino vuelco quedó reflejado recientemente en la decisión de Turquía de negarle la nacionalidad a algunos refugiados uigures, y las autoridades locales les «indicaron que fueron sospechosos de arriesgar la ‘seguridad nacional’ o el ‘orden social’ de Turquía. Otros denunciaron que se les negó el asilo y la residencia de larga duración. También ha habido denuncias de deportaciones vía tres países. En Turquía vive el mayor grupo de uigures en el mundo desde 1950. Algunas estimaciones cifran en 50 000 el número de uigures que viven en Turquía.

La negación de la nacionalidad no es la única preocupación que presentan. Aunque Turquía aún no ha ratificado un tratado de extradición que ambos países firmaron en 2017 y que China ratificó en 2020, los uigures que viven en Turquía temen que pueda servir de «ventana legal para la deportación desde Turquía». Según  informó entonces Voice of America, el viceministro de Asuntos Exteriores de China, Le Yucheng, indicó que cuando los dos países estaban negociando el tratado, estuvieron en desacuerdo sobre la fecha de la nacionalidad de la(s) persona(s) cuya deportación se solicitaba:

Turkey proposed that if the person requested for extradition had acquired the nationality of the requested country when the extradition request was made, the person should be recognized as a national of the requested country. The Chinese side, however, argued such a proposition could encourage criminals to evade extradition by changing their nationality.

Turquía propuso que si la persona cuya extradición solicitada había adquirido la nacionalidad del país requerido en el momento de presentar la solicitud de extradición, se le reconociera la nacionalidad del país requerido. Sin embargo, la parte china argumentó que tal propuesta podría animar a los delincuentes a eludir la extradición con un cambio de nacionalidad.

Al final, ambas partes acordaron «no especificar el tiempo para el reconocimiento de la nacionalidad en el tratado, sino entregarla a las autoridades competentes de acuerdo con sus respectivas legislaciones internas en la práctica».

En una declaración emitida por el Congreso Mundial Uigur en diciembre de 2020, se instó a Turquía a no ratificar el tratado. En la declaración se lee que, «sí Turquía adopta el tratado de extradición, es probable que se convierta en otro instrumento de persecución para China, que ayude al Gobierno chino en sus esfuerzos coordinados para devolver forzosamente a los uigures que viven en el extranjero».

Pero incluso las deportaciones suenan como algo sagrado cuando se conocen que las historias de muchos activistas que viven en Turquía y que han hablado sobre lo que sucede al volver a China han recibido amenazas de muerte del consulado chino en Estambul. Mientras tanto, las desapariciones semanales son habituales en las comunidades uigures que viven en Estambul.

Todo esto solamente amplifica la importancia de la manifestación de hoy ante el consulado chino en Estambul, ya que las represalias por algo que sería habitual en otras partes del mundo pueden ser mucho más peligrosas para los uigures que viven en Turquía.

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