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Australia estudia formas de combatir el extendido lavado verde de emisiones de carbono

Categorías: Oceanía, Australia, Ambiente, Economía y negocios, Medios ciudadanos, Política, Panorama de las redes sociales, Voces verdes
Greenwashing detected [1]

Guerillas del lavado verde en el Centro de Diseño Empresarial, Londres 2008 – Foto en Flickr dek usuario fotdmike (CC BY-NC-ND 2.0) [2].

«Lavado verde», la palabra financiera suiza [3] de 2021, dominó los titulares sobre la crisis climática en 2022. En Australia fue objeto de un amplio debate antes, durante y después de la conferencia de Naciones Unidas sobre el clima COP27 [4] de noviembre de 2o22 y, dada la firme fijación de los votantes australianos en las cuestiones ambientales [5] en las elecciones de 2022, es probable que siga siéndolo en los próximos años. El nuevo gobierno australiano ha tomado nota y está adoptando medidas para frenar el lavado verde y exigir responsabilidades a las empresas.

La palabra «lavado verde [6]» (giro del término «blanqueo») se refiere a la estrategia de marketing de las empresas de parecer ecológicas para vender productos o promocionar una marca. Una queja clásica es que muchas marcas dedican más tiempo, energía y recursos [7] a aparentar que son ecológicas que a ocuparse de las emisiones o los residuos de forma significativa.

El grupo de expertos de Australia Institute publicó en octubre de 2022 su informe sobre el lavado verde patrocinado por el Estado, en el que criticaba [8] al Gobierno australiano y describía un entorno en el que el Estado perpetúa y fomenta las campañas de lavado verde: el análisis negativo se aplica al gobierno anterior y al nuevo gobierno laborista elegido en mayo de 2022. El informe critica especialmente el uso de compensaciones de emisiones de carbono [9].

The fossil fuel industry and major emitters have set Australia’s policy agenda on climate. The result is a comprehensive policy framework where misleading climate claims by industry are not only accepted, they are actively sponsored by Federal Government.

La industria de los combustibles fósiles y los grandes emisores han marcado la agenda política de Australia en materia climática. El resultado es un amplio marco político en el que las engañosas afirmaciones de la industria sobre el clima no sólo se aceptan, sino que son activamente patrocinadas por el Gobierno Federal.

La Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC, por sus siglas en inglés) está haciendo del lavado verde [10] una prioridad [10] de cara al futuro, concretamente tomando medidas enérgicas contra las «conductas engañosas en relación con las finanzas sostenibles, incluido el lavado verde». Ofrece consejos sobre cómo evitar el «lavado verde» financiero:

Greenwashing distorts relevant information that a current or prospective investor might require in order to make informed investment decisions. It can erode investor confidence in the market for sustainability-related products and poses a threat to a fair and efficient financial system.

El lavado verde distorsiona la información relevante que un inversionista actual o potencial podría necesitar para tomar decisiones de inversión informadas. Puede erosionar la confianza de los inversores en el mercado de productos relacionados con la sostenibilidad y supone una amenaza para un sistema financiero justo y eficiente.

Pero el lavado verde de las empresas va mucho más allá de las empresas energéticas. La Comisión Australiana de la Competencia y los Consumidores (ACCC), organismo australiano de control de los consumidores, tiene en el punto de mira [11] a diversas empresas: «Se revisarán al menos 200 sitios web de empresas en busca de afirmaciones ambientales engañosas en una serie de sectores como la energía, los vehículos, los productos y electrodomésticos, los envases de alimentos y bebidas, los cosméticos, la ropa y el calzado». Delia Rickard, vicepresidenta de la ACCC, añadió:

As consumers become increasingly interested in purchasing sustainable products, there are growing concerns that some businesses are falsely promoting their environmental or green credentials. Misleading claims about products or services undermine consumer trust and confidence in the market.

A medida que aumenta el interés de los consumidores por adquirir productos sostenibles, crece la preocupación por el hecho de que algunas empresas promocionen falsamente sus credenciales ecológicas o ambientales. Las afirmaciones engañosas sobre productos o servicios socavan la confianza de los consumidores en el mercado.

Superannuation fund Cbus, uno de los mayores inversionistas del país, se centra en el lavado verde de las empresas como parte de su estrategia de inversión responsable [12].

Incluso la industria de la moda ha recibido críticas. Según una investigación [13] de Australian Broadcasting Corporation (ABC), a medida que los consumidores se alejan de la moda rápida, algunas marcas de ropa se inclinan por el marketing temático sostenible, con poca sustancia que lo respalde:

As consumers become aware of the environmental cost of fast fashion, brands are finding new ways to market their clothing as sustainable.

They might spruik the fast-growing nature of bamboo or lower carbon footprint of organic cotton, or tout the benefits of recycled polyester…

But the end results aren't always what they're made out to be.

A medida que los consumidores toman conciencia del costo ambiental de la moda rápida, las marcas encuentran nuevas formas de comercializar sus prendas como sostenibles.

Por ejemplo, promocionan el rápido crecimiento del bambú, la menor huella de carbono del algodón orgánico o las ventajas del poliéster reciclado…

Pero los resultados finales no siempre son los que se pretenden.

Cita un informe de la fundación neerlandesa sin fines de lucro Changing Markets Foundation que sostiene que los sistemas de certificación y las iniciativas voluntarias son contraproducentes [14]:

…as fashion’s toll on the environment has worsened, these schemes have proliferated and have become part of the problem by giving the illusion of sustainability in the sector whilst being unable to show any evidence of change created.

Brands are also freely using their membership of such initiatives to greenwash and even escape government scrutiny.

…a medida que el impacto de la moda en el ambiente ha ido empeorando, estos sistemas han proliferado y se han convertido en parte del problema al dar la ilusión de sostenibilidad en el sector, mientras no pueden mostrar ninguna prueba del cambio creado.

Además, las marcas se aprovechan libremente de su pertenencia a estas iniciativas para maquillarse de verde e incluso eludir el escrutinio gubernamental.

ProjectCECE, que afirma haber «hecho el trabajo duro para que puedas encontrar productos sostenibles lo más fácilmente posible», tiene una guía reciente [15] que da algunos de estos sistemas de certificación:

A sustainable fashion certification is given by an independent third party to confirm that a brand meets specific standards from an eco-friendly or ethical point of view.

Una certificación de moda sostenible la otorga un tercero independiente para confirmar que una marca cumple normas específicas desde el punto de vista ecológico o ético.

Sin embargo, el informe [16] de Changing Markets fue duro en su evaluación de las prácticas actuales:

Most of the initiatives analysed in this report fail to meaningfully uphold high levels of ambition and thus merely provide a smokescreen for companies that want to appear to be taking steps towards sustainability. The majority do not set strict requirements and timelines for their members to progressively raise their ambition, but instead provide different modules with differing requirements, allowing companies with lacklustre ambition to still join.

La mayoría de las iniciativas analizadas en este informe no consiguen mantener significativamente niveles elevados de ambición y, por tanto, no son más que una cortina de humo para las empresas que quieren aparentar que están dando pasos hacia la sostenibilidad. La mayoría no establecen requisitos estrictos ni plazos para que sus miembros aumenten progresivamente su ambición, sino que ofrecen distintos módulos con diferentes requisitos, lo que permite que las empresas con poca ambición se sigan adhiriendo.

Los usuarios de Mastodon se han unido a la conversación a través de la etiqueta #greenwashing [lavado verde]. Esta publicación reciente enlaza con un artículo de fondo de la Sociedad de Periodistas Ambientales (SEJ) sobre la desinformación climática [17], especialmente las «campañas de relaciones públicas dirigidas por la industria de los combustibles fósiles»:

El gigante energético Exxon Mobil es una de las entidades que, según los informes, ha sido fundamental en los esfuerzos por frenar la respuesta al calentamiento global mediante campañas de negación del clima que se remontan a décadas. Foto: Steve Snodgrass vía Flickr Creative Commons (CC BY 2.0).
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Gran información sobre el creciente problema de la desinformación y el lavado verde en la crisis climática: «A pesar de que las grandes compañías petroleras como Exxon afirmaron no estar financiando la negación del clima, la investigación demostró que sí lo hacían… multimillonarios como los hermanos Koch comenzaron a bombear cientos de miles de millones de dinero oscuro en la negación del clima».

En noviembre, Andrew Warshaw, de Inside Football, informó sobre la preocupación [18] de que Catar y la FIFA estuvieran maquillando de verde la Copa Mundial:

FIFA’s claim that the Qatar World Cup will be carbon neutral has been rubbished by leading climate experts as dangerous and misleading while environment activists have filed complaints with advertising regulators in several European countries over alleged “greenwashing”

Destacados expertos en clima han calificado de peligrosa y engañosa la afirmación de la FIFA de que la Copa del Mundo de Catar será neutra en emisiones de carbono, mientras que activistas ambientales han presentado denuncias ante las autoridades reguladoras de la publicidad de varios países europeos por presunto «lavado verde».

Pero no todo es tan sombrío, ya que las cosas parecen estar tomando un giro más positivo en Australia. The Guardian informó de un aparente giro de 180 grados [19] del Partido Laborista australiano, que asumió el poder en mayo de 2022 tras nueve años de gobierno conservador:

Banks and other big businesses will be forced to come clean with the public about what they are doing to cut emissions under plans put forward by the Albanese government.

The government is also looking for ways to crack down on “greenwashing” – or when businesses try to win over consumers by overhyping their environmental practices.

Los bancos y otras grandes empresas se verán obligados a informar al público de lo que hacen para reducir las emisiones, según los planes propuestos por el gobierno de Albanese.

El Gobierno también está buscando formas de reprimir el «lavado verde», es decir, cuando las empresas intentan ganarse a los consumidores exagerando sus prácticas ambientales.