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Asesinato de comisario de arte Mark Pereira durante asalto a su casa pone nerviosos a cibernautas trinitenses ante la delincuencia

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Arte y cultura, Derecho, Medios ciudadanos

Fallecido curador de arte trinbagoense Mark Pereira en su estudio 101 Art Gallery [1] en Puerto España, Trinidad. A Pereira lo mataron el 19 de diciembre de 2022. Foto cortesía de Susan de Gannes, usada con autorización.

En la noche del 19 de diciembre, se empezó a difundir por WhatsApp la noticia de que el destacado comerciante de arte y galerista [2] trinitense Mark Pereira había sido asesinado a tiros [3] en su casa de vacaciones de Blanchissuese, pueblo de la pintoresca costa norte de Trinidad. Los medios locales no tardaron en informar [4] que Pereira había sido asesinado en un intento de robo.

Los miembros de la comunidad artística local se mostraron devastados [5] por la pérdida [6], y la Sociedad de Arte de Trinidad y Tobago publicó [7] en su página de Facebook:

Mark was a long standing friend and supporter of the Art Society. […] His Gallery, 101, recently became the first Commercial Member of the Art Society as we launched a new campaign to breathe new life into the society by collaborating with corporate partners.

[The] entire Visual Art Community mourns his passing. We will miss his presence, which was always accompanied with a sophisticated flair. Mark was always generous with his wisdom which contributed significantly to the promotion and development of visual art in Trinidad and Tobago. Thank you for your service Mark.

Mark era un viejo amigo y colaborador de la Art Society. […] Su Gallery 101, se ha convertido recientemente en el primer miembro comercial de la sociedad artística, al tiempo que iniciábamos una nueva campaña para dar vida a la sociedad mediante la colaboración con socios corporativos.

Toda la comunidad de las artes visuales lamenta su muerte. Echaremos de menos su presencia, siempre acompañada de un toque sofisticado. Mark siempre fue generoso con su sabiduría, contribuyó significativamente a la promoción y el desarrollo de las artes visuales en Trinidad y Tobago. Gracias por tus servicios, Mark.

El hilo estaba lleno [8] de comentarios sobre el apoyo [9] de Pereira para los artistas en ciernes. En Facebook, Jacqueline Quamina lamentó [10] la «pérdida trágica, innecessaria», y la entusiaste del arte Vicki Assevero agregó [11]:

We will miss your wonderful witty and mischievous presence. You taught so many of us how to ‘see’ more deeply and to appreciate the special energy of artistic creation.

Echaremos de menos tu maravillosa, ingeniosa y traviesa presencia. Nos enseñaste a muchos a «ver» más profundamente y a apreciar la energía especial de la creación artística.

De muchas maneras, la vida de Pereira había estado dedicada a esa energía. Nació [12] en Trinidad en 1955, hijo de un trinitense y una granadina, se trasladó con su familia a los siete años a vivir a Sudáfrica, donde su padre, piloto, había conseguido trabajo. Pereira era uno de cinco hermanos, y sufrió un duro golpe a los 12 años cuando su padre murió repentinamente. Siete años después, en 1975, Pereira comenzó dos años de servicio nacional en la Marina sudafricana, donde ascendió al rango de marinero de primera y realizó el servicio activo frente a Angola en 1976.

Durante los años siguientes viajó mucho, pero regresó a Trinidad en 1978. Al principio trabajó como jefe de ventas, y luego montó un negocio de suministro de plantas a oficinas, restaurantes y otras empresas. En 1980, cuando empezó a investigar documentos relacionados con el arte y la historia del Caribe, descubrió su verdadera vocación. A medida que crecía su interés, empezó a exponer las obras de artistas locales, con algunas muestras notables, como las primeras obras expuestas desde 1939 de la artista pionera Amy Leong Pang [13] (1987), y obras del «padre del arte trinitense», Carlisle Chang [14], después de que no había expuesto en 30 años (1998).

La investigación sobre historia del arte y las publicaciones [15] de libros de Pereira también fueron decisivas para reavivar el interés por muchos de los artistas de la época colonial de Trinidad y Tobago, como Agostino Brunias [16] (1730-1796) y Michel Jean Cazabon [17] (1813-1888), tras haber pasado cinco años viajando por toda la región y más allá para conocer su obra. También llamó la atención sobre las obras de artistas de principios del siglo XX como Sybil Atteck [18] y Edwin Hing Wan [19], así como los hermanos Geoffrey [20] y Boscoe Holder [21].

La página de Facebook Trinidad Art Resellers atribuyó [22] a Pereira el mérito de ayudar a la gente a apreciar el arte local:

The country has lost a great asset.

El país ha perdido a un gran valor.

Gilberte Farah O'Sullivan recordó [23] a Pereira como un «ciudadano modelo de humano, y curador que apoyó las artes en Trinidad y Tobago», y Sonya Sanchez Arias fotógrafa y artista que vive en el extranjero publicó [24]:

I can’t even wrap my mind around this sad news!!!
Mark [has] made a tremendous contribution to the thriving Art market in T&T. […]
What a great loss for 🇹🇹 — he gave so much to our art and culture.

No puedo ni hacerme a la idea de esta triste noticia.
Mark [ha] contribuido enormemente al floreciente mercado del arte en Trinidad y Tobago. […]
Qué gran pérdida para 🇹🇹 – dio mucho a nuestro arte y cultura.

Desde Trinidad, la artista Rebecca M Foster agregó [25]:

There are no words to describe the tremendous loss the art world of Trinbago and those who knew and loved Mark are experiencing right now. Shock, hurt, anger sadness are just some of the feelings that have been revolving after hearing the devastating news. […]

So senseless and cruel
Life can change in an instant.
Mark, you will forever hold a special place in my heart.
RIP ❤️❤️❤️

No hay palabras para describir la tremenda pérdida que el mundo del arte de Trinidad y Tobago, y quienes conocían y querían a Mark están sintiendo en estos momentos. Conmoción, dolor, rabia y tristeza son solo algunos de los sentimientos que se han ido agolpando tras conocer la devastadora noticia. […]

Tan insensato y cruel.
La vida puede cambiar en un instante.
Mark, siempre tendrás un lugar especial en mi corazón.
QEPD ❤️❤️❤️

Dadas las circunstancias de su muerte, el debate en línea pronto se centró en la situación de la delincuencia en Trinidad y Tobago. En una población estimada [26] de aproximadamente 1,4 millones de habitantes, la tasa actual [27] de asesinatos para 2022 es de 560, lo que lo convierte [28] en uno de los diez peores países del mundo en lo que se refiere a delitos violentos.

En Facebook, Anna Levi opinó [29] que «el Estado no está haciendo nada eficaz contra la delincuencia», mientras que la cineasta Nicola Cross comentó [30]:

Heinous.
To be a part of a community where we know so many, too many who have been brutally murdered and will continue to be is a matter of great sadness and shame.

Atroz.
Formar parte de una comunidad en la que conocemos a tantos, demasiados que han sido brutalmente asesinados y a quienes seguirán asesinando es motivo de gran tristeza y vergüenza.

En un hilo de comentarios de Facebook, Christine Cardinez preguntó [31]:

U mean to tell me this man who made such a contribution to his country in art was gunned down in this same country […?]

¿Quieres decirme que este hombre que contribuyó tanto con su país en el arte fue asesinado a tiros en este mismo país […]?

La Organización de Mujeres en el Arte de Trinidad y Tobago, por su parte, expresó [32] su deseo de «que su/s asesino/s enfrenten la justicia rápidamente».

En una actualización de estado privada de Facebook, que Global Voices tiene permiso de citar, Natasha Ramnauth dijo [33]:

[Pereira's] contribution to the TnT art landscape is immeasurable. Over the years I've had many interactions with him, he was unfailingly polite, helpful and had a sharp sense of humour. […]

I'm sure the usual platitudes will be said, the omg crime in this place, etc. And a week from now it will be ham, ponche de creme and pastelles, straight into fete, fete, fete. Yes, life must go on, but when are we going to wake up and start fixing our issues, or shall we just continue to bury our heads in the sand and refer to whataboutism. We live here. What do we want this country to be?

La contribución [de Pereira] al panorama artístico de Trinidad y Tobago es inconmensurable. A lo largo de los años he tenido muchas interacciones con él, siempre educado, servicial y con un agudo sentido del humor. […]

Estoy segura de que se dirán los tópicos habituales, el crimen, Dios mío, en este lugar, etc. Y dentro de una semana será jamón, ponche y pasteles, y luego fiesta, fiesta, fiesta. Sí, la vida debe continuar, pero ¿cuándo vamos a despertar y empezar a arreglar nuestros problemas, o seguiremos escondiendo la cabeza en la arena y remitiéndonos al ¿ahora qué?
Vivimos aquí. ¿Qué queremos que sea este país?

Aunque el activista cultural Rubadiri Victor coincidió [34] en que estos delitos violentos «se están volviendo demasiado frecuentes», quiso centrarse en rendir homenaje a Pereira, que «fue a contracorriente de alguien de [su] privilegio». Pereira ofreció a Victor el uso de su galería gratuitamente para montar una exposición:

Mark did not need to do this.

His was the highest of the high end of clientele. He did not have to reach back to lift up anyone. […] It was an opportunity he would extend to dozens of others who normally would not be able to access such a space for a showing. […] He took no commission. […] I remember Mark today for those gestures of generosity, of risk, of breaking of boundaries, & of commitment to the larger Spirit of Art & to expanding the community who are allowed into its venerable halls. May such Generosity become more the norm […] may we solve the blight of crime which itself is a creature of exclusion […]

Rest in Peace Curator.

Mark no necesitaba hacer esto.

La suya era la más alta de las altas esferas de la clientela. No tenía que estirar la mano para levantar a nadie. […] Era una oportunidad que ofrecía a docenas de personas que normalmente no podrían acceder a un espacio así para una exposición. […] No cobraba comisión. […] Hoy recuerdo a Mark por esos gestos de generosidad, de riesgo, de ruptura de fronteras y de compromiso con el espíritu más amplio del arte y con la expansión de la comunidad a la que se permite entrar en sus venerables salas. Ojalá esta generosidad se convierta en la norma […] ojalá podamos resolver la lacra de la delincuencia, que es en sí misma una criatura de la exclusión […].

Descanse en paz, curador.

En las redes sociales se relataron [35] muchas historias similares, con compañeros que recordaban [36] su alegría de vivir. Susan de Gannes, amiga de Pereira, habló por teléfono con Global Voices:

Mark was always helping somebody. Anywhere there was a need for assistance and people were going through hard times, Mark would always do what he could. And when it got beyond his personal capacity, he had a group of friends he would call on to contribute.

Mark siempre estaba ayudando a alguien. Donde se necesitaba ayuda y la gente pasaba por momentos difíciles, Mark siempre hacía lo que podía. Y cuando la situación superaba su capacidad personal, tenía un grupo de amigos a quienes pedía ayuda.

También habló de su excelente conocimiento del arte local y de su buen ojo para reconocer una buena obra:

I was always amazed at his instinct. I would sometimes look at a painting he recommended and not be convinced, but then Mark would frame it and throw a light on it and it would be completely transformed. If ever someone was unsure about a painting, he'd say, ‘Bring it outside in the sunlight,’ and they'd suddenly see it differently.

Siempre me sorprendió su instinto. A veces miraba un cuadro que me recomendaba y no me convencía, pero entonces Mark lo enmarcaba y le daba una luz y se transformaba por completo. Si alguien no estaba seguro de un cuadro, le decía: «Sácalo a la luz del sol», y repentinamente se veía de otra manera.

Quizá esa fue la mayor contribución de Pereira: ayudar a los trinbagoneses a ver el arte que les ayuda a verse a sí mismos.