A los 81 años, muere Black Stalin, calipsonista de Trinidad y Tobago y «hombre caribeño» por excelencia

Foto del calipsonista trinbagoense  Leroy ‘Black Stalin’ Calliste, de triniwebdiva en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

Según el dicho, cuando mueren los ancianos es como si se quemara una biblioteca hasta los cimientos. Esa pérdida se agrava cuando el anciano en cuestión es un griot, maestro narrador depositario de una cultura y virtuoso de la tradición oral. El 28 de diciembre, Trinidad y Tobago sufrió una de estas pérdidas con la muerte del veterano calipsonista Leroy Calliste, de 81 años más, conocido por el apodo de «Black Stalin».

Conocido sobre todo por escribir e interpretar canciones en las que abordaba temas relacionados con el colonialismo y la opresión, su entrañable personalidad y presencia escénica, combinadas con letras mordazmente ingeniosas y melodías bailables, lo convirtieron en uno de los favoritos de la fraternidad del calipso y del numeroso público que acudía a verlo.

Nacido en el sur de Trinidad el 24 de septiembre de 1941, Calliste participó en bailes de limbo y tocó el tambor metálico en su juventud, y se inició en el calipso a los 17 años. Se unió a su primera carpa de calipso, la Southern Brigade, tres años después, y nunca miró atrás. En la década de 1960, una vez que un calipsonista mayor –en el caso de Stalin, Lord Blakie– le dio su apodo (como era costumbre), la estrella de Stalin estaba en alza. En 1967 se unió a la carpa de la legendaria Calypso Revue de Lord Kitchener y llegó a la final del concurso Calypso Monarch de ese año.

Ganó el codiciado título de Calypso Monarch por primera vez en 1979 con sus clásicos “Caribbean Man” y “Play One”, oda a los pioneros del tambor metálico y el calipso. Stalin repitió la hazaña en otras cuatro ocasiones: en 1985 (“Ism Schism” y “Wait Dorothy Wait”), 1987 (“Mr. Panmaker” y “Bun ‘Dem”), 1991 (“Look on the Bright Side” y “Black Man Feelin’ to Party”) y 1995 (“In Times” y “Tribute To Sundar Popo”).

También ganó el título de Rey Mundial del Calypso en 1999, un acontecimiento mundial en el que, en su competición inaugural en 1985, Stalin quedó segundo tras The Mighty Sparrow, el indiscutible Rey Mundial del Calypso. A mediados de la década de 1990, Stalin firmó con la discográfica Ice Records, del barbadense Eddy Grant, y publicó su álbum «Rebellion» en 1994 y «Message to Sundar» al año siguiente.

El 31 de octubre de 2008, Stalin se convirtió en el doctor Leroy Calliste cuando el campus de San Agustín (Trinidad) de la Universidad de las Indias Occidentales le otorgó un doctorado honoris causa por sus contribuciones a la música calipso, digna continuación del premio nacional, la Medalla Colibrí (Plata), que le concedió el Gobierno en 1987 en reconocimiento a sus aportaciones culturales.

Dos días antes de cumplir 73 años, en septiembre de 2014, Black Stalin sufrió un derrame cerebral tras actuar en un espectáculo benéfico en el sur de Trinidad. A pesar de haber tenido progresos, nunca más volvió a los escenarios con toda su fuerza.

A lo largo de su dilatada y vibrante carrera, Stalin siempre consiguió dar un giro muy original e inteligente a los temas del momento. Era un pensador y letrista ferozmente independiente que decía las cosas como las veía. «Wait Dorothy Wait», por ejemplo, era un tema brillante que prometía a sus fans que algún día les escribiría un calipso desenfadado y obsceno, pero solo después de que se abordaran problemas sociales graves como la corrupción, la desigualdad y la pobreza. La canción, bailable y profunda a la vez, mostraba su gama creativa y defendía su derecho a cantar sobre temas de relevancia social.

Su éxito de 1979 «Caribbean Man» (también conocido como «Caribbean Unity»), creó controversia en toda la región, ya que abordaba el siempre esquivo concepto de la integración caribeña. Los Archivos Nacionales de Trinidad y Tobago lo ponen en contexto:

Even today, the song is still brought up in debates around Caribbean integration because the challenges of regional unity are not new. Consider the relevance of these lyrics […]: ‘Look a man who don’t know his history/can’t form no unity. How can a man who don’t know his roots/form his own ideology?’

Incluso hoy en día, la canción sigue apareciendo en los debates sobre la integración caribeña, porque los retos de la unidad regional no son nuevos. Considérese la relevancia de esta letra […]: «Mira, un hombre que no conoce su historia/no puede formar ninguna unidad. ¿Cómo puede un hombre que no conoce sus raíces/formar su propia ideología?

En 2001, el difunto periodista trinitense Terry Joseph señaló que Stalin siempre fue «un tipo de calipsonista muy diferente», y que sus numerosas victorias siempre se producían «de forma espectacular» frente a auténticos pesos pesados del calipso. Dominaba todo tipo de canciones, desde las de fiesta a las de comentario social, pasando por las de amor y las de picaresca política:

Stalin abrogated unto himself the burden of representing the views of the oppressed. His social and political commentaries never settle for banal reportage, but provide insights as to how repair can be effected, or at least suggest ways to help arrest slippage.

His disarming smile and gentle manner mask a razor-sharp wit, one that has conspired with a bag of memorable and highly interactive songs, to help him win fans the world over.

Stalin se abrogó la carga de representar las opiniones de los oprimidos. Sus comentarios sociales y políticos nunca se conforman con un reportaje banal, sino que aportan ideas sobre cómo se puede reparar la situación o, al menos, sugieren formas de ayudar a detener el deterioro.

Su sonrisa desarmante y sus modales amables esconden un ingenio afilado que, junto con un repertorio de canciones memorables y muy interactivas, le hicieron ganar seguidores en todo el mundo.

Stalin viajó mucho, actuó en Europa, Norteamérica y el Caribe y, a pesar de su apretada agenda, era un padre de familia dedicado a su esposa Patsy y sus tres hijos. Al conocer la noticia de su muerte, los cibernautas empezaron a expresar sus condolencias en varios canales de las redes sociales, expresando su gratitud por «la música y los recuerdos».

El usuario de Facebook y experiodista Neil Giuseppi señaló que «nos ha dejado una leyenda», mientras que el discjockey Jus Jase se despidió de «un verdadero icono del calipso».

Su colega calipsonista Austin Lyons, más conocido como Superblue, publicó:

This man was a king he sing and performed and always did his best.

Este hombre era un rey, cantaba y actuaba y siempre daba lo mejor de sí.

La hija de Superblue, la estrella de soca Fay-Ann Lyons, agregó:

Walk in glory. Fly high. […] Another icon has left us with his amazing music and memories. #BlackStalin

Camina en la gloria. Vuela alto. […] Otro icono nos ha dejado con su increíble música y recuerdos.

También hubo muchos homenajes en Twitter:

«Black Stalin ha actuado ante públicos de todo el mundo y ha dejado una huella indeleble en los corazones y las mentes de millones de personas que han sido testigos de sus enérgicas actuaciones».

Organización Unificada de Calipsonista de Trinidad y Tobago sobre la muerte del veterano calipsonista Black Stalin

Doctor Leroy Calliste «Black Stalin» clásico de la fiesta.
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Descansa en paz, BlackStalin, leyenda del calipso trinitense que cantaba este clásico querido por todos los antillanos.

La estrella de soca Bunji Garlin tuiteó:

Descansa en paz, ícono. Doctor Leroy Calliste, Black Stalin. Condolencias a su familia y seres queridos. Que su arte siga existiendo para las generaciones venideras y su deseo de elevar.

La música de Stalin era atemporal y atraía sin esfuerzo a las generaciones más jóvenes, como ocurrió el 21 de noviembre de 2022, cuando su tema clásico «We Can Make It» se cantó durante la ceremonia de inauguración del XI Parlamento Juvenil de la Commonwealth en la Casa Roja de Puerto España, sede del Parlamento de Trinidad y Tobago.

Cuando cumplió 80 años en 2021, Stalin se convirtió en el primer galardonado con el Premio al Legado del Presentation College, con sede en el sur del país, uno de los centros de enseñanza secundaria más prestigiosos de Trinidad. En la ceremonia, sus compañeros del calipso hablaron de lo mucho que valoraban su tutoría y su amistad, mientras que el ministro de Cultura, Randall Mitchell, reconoció la contribución de Stalin al panorama cultural del país.

Stalin era valorado por la calidad de persona que era y por la música que cantaba, una rara combinación que le hace verdaderamente merecedor del título de «icono».

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